jueves, 30 de junio de 2011

CINE ACTUAL: "INDIANA JONES Y EL REINO DE LA CALAVERA DE CRISTAL"


TÍTULO: INDIANA JONES Y EL REINO DE LA CALAVERA DE CRISTAL

DIRECTOR: STEVEN SPIELBERG

REPARTO: HARRISON FORD, CATE BLANCHETT, SHIA LABEOUF, KAREN ALLEN, RAY WINSTONE

DURACIÓN: 125 min.

AÑO: 2008

GÉNERO: AVENTURAS

  • EL DR. JECKYLL DICE:

Nada más y nada menos que diecinueve años ha tardado en llegar a las carteleras la cuarta aventura del arqueólogo más famoso de la historia del cine. Tras un rifi-rafe incesante de negociaciones, revisiones de guiones, planes de rodaje y Dios sabe qué más contratiempos, por fin se volvió a reunir de nuevo el mismo equipo que se había encargado de las anteriores entregas de Indiana Jones: el todopoderoso George Lucas como productor, el no menos poderoso Steven Spielberg como director, y Harrison Ford como el personaje al que debe la práctica totalidad de su carrera cinematográfica. Desde luego, el listón lo tenía bien alto después de tres entregas anteriores estupendas, divertidas y muy bien realizadas, por lo que "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal" lo tenía complicado para situarse a la misma altura. ¿Lo consiguió? Pues sí y no. Me explico después de resumir brevemente su argumento.


El Dr. Jones (Ford) es un profesor de arqueología retirado de las aventuras que antaño le habían llevado a participar en misiones increíbles. Secuestrado por un grupo de espías rusos en pleno comienzo de la Guerra Fría, liderados por al malvada Irina Spalko (Blanchett), es obligado a localizar un misterioso objeto: una calavera de cristal, cuyos aparentes poderes pueden cambiar el mundo tal y como lo conocemos. Tras librarse de sus captores, Jones regresa a casa, donde conoce a un joven muchacho llamado Mutt (Labeouf), quien le pide ayuda para resolver la desaparición de su madre (Allen), vieja amiga de Jones, y cuyo aparente secuestro parece estar ligado con la existencia de esta calavera de cristal.


"Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal" sí que consiguió un auténtico logro en la taquilla. Sólo en el mercado nacional acabó casi duplicando los ya jugosos ingresos de "Indiana Jones y la última cruzada - Indiana Jones and the last crusade, 1989", con más de trescientos millones de dólares, y otro pico igual de importante en el resto del mundo. Lo que significa que la inversión que se hizo en su producción acabó más que satisfaciendo a sus responsables.


Ahora, bien, en lo que a la calidad de la cinta se refiere, eso ya es otro cantar. Desgraciadamente, esta cuarta parte acaba yendo por unos derroteros que no tienen nada que ver con el espíritu de las otras entregas. No sólo porque esté repleta de secuencias sin sentido y, hasta cierto punto, absurdas: el comienzo es de lo más lioso, con esa huida de no se sabe muy bien qué en un monumental almacén; uno de los personajes principales pasa de ser un colaborador de los villanos con la misma facilidad que a ser un agente de la CIA; y en el tercio final de la película, decenas de tribus salvajes acaban persiguiendo a los protagonistas sin que el espectador sepa muy bien por qué. Todo ello, por no hablar de su absurdo final, algo insólito que casi ningún admirador incondicional de las aventuras del Dr. Jones habría esperado ver en una película como ésta.


Es una verdadera pena que Spielberg y compañía se hayan creído capaces de tomar el pelo al público, dando por hecho que, por el simple hecho de estrenar una película que, de entrada, cuenta con una altísima reputación, los espectadores van a ser tan simples como para aceptar cualquier cosa que se les proponga. Este es el claro ejemplo de que no es así, y de que, en ocasiones, sería más conveniente, antes de tener la desfachatez de presentar un largometraje así, mejor no hacer nada, y dejar que los seguidores fieles de las otras entregas se queden con el agradable gusto que les dejaron aquellas. Lo dicho, una pérdida de tiempo y dinero. No merece la pena en absoluto. Una lástima, sobretodo pensando en lo que pudo haber sido y no fue.



  • MR. HYDE DICE:

¡¡Menuda mieeeeeeeeerda de película!! Ostras tú, lo difícil que era cagar una serie de peliculones como eran los de Indiana Jones. Pues el amigo Spielberg lo ha logrado con creces. La madre que lo parió, cómo puede ser que alguien con su filmografía y capacidad para hacer auténticas obras de arte haya metido la pata de ese modo. Y no porque esté mal hecha ni nada de eso, sino porque al primo que le escribió el guión deberían condenarlo a alejarse de por vida a más de cincuenta kilómetros de un estudio. Y no os penséis que destrozo la cuarta parte de "Indi" porque sí, que ahora mismo os cuento el por qué.


La historia no hay por dónde cogerla. Vale que en la primera parte el tío encuentra el arca de la alianza; vale que en la segunda parte se ve cómo se puede sacar un corazón mientras la víctima sigue viva, y que los vagones de una mina se pueden convertir en una montaña rusa: y vale que en la tercera parte encuentre el Sagrado Cáliz y casi resucite a su padre. Pero es que lo de la cuarta ya es de traca. ¿Que el mejor remedio para escapar de una muerte segura a causa de una bomba nuclear es un nevera de los años 50? Bueno, me lo creo. ¿Qué un chaval saltando de liana en liana como un mono puede ir más rápido que los malos en un jeep a toda paleta? Mmmmm... bueee, vaaale, acepto pulpo. ¿Que te tiras por las cataratas del Iguazú en una mierda de coche y ni te despeinas? Pffff, va, también cuela. Pero vamos, eso de que Indiana Jones acabe con los ET's de por medio, con platillo volante y todo incluido, ya es para cagarse.


Lo que no entiendo es cómo, después de años y años dándole vueltas a los guiones, éste es el único que acabó gustando a George Lucas, Spielberg y Harrison Ford. ¡Joer macho, cómo serían los otros! En serio, no sé qué tipo de hierba rara se fumaron los amiguetes, pero desde luego que no les sentó nada bien. Además, es que el resto ya da hasta pena. En primer lugar, Harrison Ford está ya para hacer de Indiana Jones y el misterio del jeriátrico maldito; en segundo lugar el que hace de hijo (el pavo de "Transformers") está más perdido que un cura en una discoteca; y la pobre Cate Blanchett, que es lo más salvable de la película, no se cree ni por un momento el papel -de hecho, da la sensación de estar pensando: "hay que joderse, lo que tiene que hacer una con tal de trabajar con Spielberg"-.


En resumen, si os gustaron las tres primeras partes, que son de lo mejor que se ha hecho en muchísimo tiempo en lo que al cine de aventuras se refiere, tomaréis una buena decisión si hacéis como que esta cuarta parte nunca se hizo. Y lo peor es que acabó recaudando una fortuna más que las otras. ¡Buah, pa jiñarse! Vamos, que no me pongo un punto, en lugar de una estrella, porque no tengo el dibujito, que si no, no lo libra ni su madre.



miércoles, 29 de junio de 2011

CINE DE LOS 90: "DESAFÍO TOTAL"


TÍTULO: DESAFÍO TOTAL

DIRECTOR: PAUL VERHOEVEN

REPARTO: ARNOLD SCHWARZENEGGER, MICHAEL IRONSIDE, RACHEL TICOTIN, RONNY COX, SHARON STONE

DURACIÓN: 110 min.

AÑO: 1990

GÉNERO: CIENCIA FICCIÓN

  • EL DR. JECKYLL DICE:


Recién salido de su primera gran superproducción para un estudio hollywoodiense con "Robocop - Robocop, 1987", con la que había dejado buen sabor de boca en el panorama cinematográfico del momento, el realizador holandés Paul Verhoeven aterrizó casi por casualidad en un proyecto que llevaba un par de años dando vueltas por la meca del cine: la adaptación de la novela de Philip K. Dick "Podemos recordarlo por usted al pormayor".


En una época en que aún no estaban tan de moda las adaptaciones al cine de las obras del escritor (tan sólo Ridley Scott había rodado unos años antes "Blade runner - Blade runner, 1982", y con no demasiado éxito), como sí lo estarían una década más tarde gracias a Steven Spielberg (Minority report - Minority report, 2002") o John Woo ("Paycheck - Paycheck, 2003"), no deja de sorprender que fuera, precisamente, un proyecto tan complejo como "Desafío total" el que se decidiera llevarse a término. Para ello, los responsables del largometraje quisieron darle un toque más cercano a las películas de acción espectacular, por lo que la contratada para protagonizar el film no fue otro que el austríaco afincado en Estados Unidos Arnold Schwarzenegger. El resto, dependió del gran talento de Verhoeven.


En un mundo futuro, Douglas Quaid (Schwarzenegger) es un minero que, cansado de la rutina de su vida, decide acudir a un centro de implante de recuerdos, donde le proponen una fantasía en la que él puede convertirse en un espía llamado Hauser. Sin embargo, algo parece salir mal y Quaid, tras escapar de la clínica, comienza a ser perseguido por una serie de mercenarios que quieren acabar con él. Confundido por esta incomprensible caza, Quaid se ve obligado a descubrir quién creen que es en realidad. Para ello, acaba siguiendo una serie de pistas que lo llevan hasta el planeta Marte, donde una colonia de rebeldes se la tiene jurada al gobierno local, gobernado de forma dictatorial por el despiadado Cohaagen (Cox), por lo que acaba aceptando la ayuda de una misteriosa desconocida llamada Melina (Ticotin), que parece conocer a Hauser demasiado bien.

Uno de los grandes aciertos del film consiste no sólo en dedicar parte del esfuerzo en el diseño de las espectaculares escenas de acción, o de los efectos visuales que dejan con la boca abierta (para el momento, tengamos presente), y es la intriga constante a lo largo de toda la película. Desde que Quaid entra en la agencia de implantes, al comienzo de la cinta, hasta el mismo plano final que cierra el largometraje, uno no acaba de tener del todo claro lo real de la historia que le acaban de contar. El misterio está patente desde la primera huida de Quaid a Marte, pasando por el encuentro con ese especie de engendro que es Kaito y, por supuesto, cuando Quaid ve el vídeo que Hause ha grabado para él mismo.

Así pues, los continuos despistes que provoca de forma deliberada el guión ayudan a mantener al público atento a los acontecimientos que se van sucediendo hecho que, a su vez, permite a las escenas de acción resultar más efectivas e impresionantes. En el apartado artístico, tampoco hay mucho que destacar: Schwarzenegger se limita a hacer de Schwarzenegger, metiendo mamporros a diestro y siniestro, y Michael Ironside y Ronny Cox a ser los malos malísimos de la función. Eso sí, no deja de resultar gracioso ver en plena acción a una entonces casi desconocida Sharon Stone, a penas a un par de años de saltar a la fama mundial con el cruce de piernas más famoso de la historia del cine, también de la mano de Verhoeven.

En definitiva, "Desafío total" es mucho más que una simple película de acción y ciencia ficción. Es un film donde las dosis justas de ambos géneros se combina de forma realmente acertada cosa que, junto con la enorme pericia visual de un director tan inspirado (cuando quiere) como es Paul Verhoeven, convierten a esta película en un referente indiscutible del cine de los 90, a la vez que en una de las aventuras futuristas de acción más entretenidas y fascinantes que se han rodado.

  • MR. HYDE DICE:

Pues no está poco guapa la peli. Para mi gusto, después de "Terminator 2, el juicio final - Terminator 2, judgement day, 1991", es la mejor película de Schwarzenegger, con diferencia del resto. Vale, ya sé que decir esto tampoco es decir gran cosa, sobretodo teniendo en cuenta la filmografía del colega. Pero qué puedo decir, me habré visto "Desafío total" unas seis veces, y aún sigo encontrándole ese "algo" que me deja pegado al asiento durante las casi dos horas que dura. Vale, es cierto que ahora huele un poco a naftalina, pero está hecha de coña, y creo que es una mezcla de ciencia ficción y acción de la buena que pocas veces han sido capaces (o tenido los cataplines necesarios) de hacer en Jolibú.


Los trucajes de maquillaje son estupendos (reconozco que me dio canguelo ese principio en el que se le salen los ojos de las cuencas a Chuache por la falta de oxígeno en Marte), y tiene momentos cojonudos: cuando Quaid se disfraza de mujer para burlar la seguridad de Marte y, al ser descubierto, se quita esa especie de máscara robotizada, o como cuando se tiene que extraer un localizador de la nariz, o todo lo relacionado con la liberación del oxígeno en Marte. Además, la música que compuso el genial Jerry Goldsmith se hizo tan famosa, que el tema principal de la película se ha estado escuchando mil y una veces antes de las retransmisiones de partidos de fútbol por televisión (ahora ya han cambiado este tema por el compuesto por Klaus Badelt y Hans Zimmer para la serie de "Piratas del Caribe").


Bueno pues eso, que por muy que sea una peli del amigo Chuache no tiene nada que ver con esas otras en que el tío deja sin cabeza hasta al apuntador. "Desafío total" es entretenida desde que empieza hasta que acaba y, por muy que yo sólo la puedo seguir viendo con los ojos de alguien que quedó impresionado en el momento de su estreno cuando la vio, no es menos cierto que se trata de una historia que engancha, mola y te lo hace pasar bien dos horitas. Para una peli que quiere ser un mix de ciencia ficción y acción a saco paco, ya es mucho más de lo que cabría esperar.





martes, 28 de junio de 2011

CINE DE LOS 80: "LOS CAZAFANTASMAS"


TÍTULO: LOS CAZAFANTASMAS

DIRECTOR: IVAN REITMAN

REPARTO: BILL MURRAY, DAN AYKROYD, HAROLD RAMIS, ERNIE HUDSON, SIGOURNEY WEAVER, RICK MORANIS

DURACIÓN: 107 min.

AÑO: 1984

GÉNERO: COMEDIA / CIENCIA FICCIÓN

  • EL DR. JECKYLL DICE:

A principios de los años 80, antes del estreno mundial de "Los cazafantasmas", Ivan Reitman era un director que tan sólo había dirigido dos comedias tan chabacanas como gamberras, cuyo éxito había sido más que notorio. Buena parte de la acogida de estas películas era debido a la participación en ellas de un grupo de cómicos procedentes de famosos shows de la televisión estadounidense, capaces de hacer que el público se interesara por sus propuestas cinematográficas. Ahora bien, lo que pocos podían presagiar era que, este grupo de amigos, con Reitman a la cabeza, acabarían decantándose para su tercer proyecto juntos por una comedia de ciencia ficción repleta de enromes dosis de humor y espectaculares efectos visuales.


Partiendo por un guión escrito a cuatro manos por dos de sus protagonistas principales, Dan Aykroyd y Harold Ramis, el argumento de "Los cazafantasmas" se centra en cómo un grupo bastante particular de científicos formado por Pete Venkman, Raymon Stantz y Egon Spengler (Murray, Aykroyd y Ramis, respectivamente), especializados en la sucesión de fenómenos paranormales, empiezan a detectar una importante concentración de energía en un punto de la ciudad de Nueva York. Animados por la presencia esporádica de criaturas fantasmales (memorable el fantasma pequeño, verde y regordete llamado Sleimer). Desbordados por las continuas apariciones de estos seres y por unos fenómenos extraños vinculados con un mítico edificio de la ciudad de los rascacielos, deciden fundar una empresa llamada "Cazafantasmas", dedicada a librar a los neoyorquinos de estas molestas y desastrosas apariciones. Una de sus clientas es Danna Barrett (Weaver), quien ha sufrido unas apariciones fantasmales de seria importancia en su apartamento, justo en el mismo misterioso edificio. Cuando el grupo de cazafantasmas comienzan a investigar este fenómeno, empiezan a descubrir que se trata de un acontecimiento mucho más grave de lo que habían previsto.


El éxito que alcanzó "Los cazafantasmas" fue elevadísimo. Hoy en día, en el mercado estadounidense, sigue siendo (con diferencia), la comedia de ciencia ficción más taquillera, y la película dirigida por Ivan Reitman que más dinero ha llegado a recaudar. El secreto de tal éxito consistió en una combinación muy acertada de humor -potenciado no sólo a través de los mismos protagonistas, sino también a través del personaje de vecino metomentodo interpretado por Rick Moranis-, y de espléndidos efectos especiales, cuya preparación corrió a cargo de buena parte de los especialistas en trucajes que participaron en la realización de la trilogía de "La guerra de las galaxias". Respecto a este último punto, es fácil recordar las primeras apariciones de fantasmas en un hotel (cuando el desagradable bicho verde -Sleimer- acaba "moqueando" a Venkman), así como las apariciones que tienen lugar en el interior del piso de Dana, o todo el final en la azotea de ese monstruoso edificio, con muñeco gigante vestido de marinero incluido.


"Los cazafantasmas", a pesar de acusar hoy en día el paso de los años, sigue siendo una película agradable, enormemente divertida, y no carente de cierta originalidad que ayuda a comprender por qué gustó tanto al público en el momento de su estreno. Cierto es que no se trata en absoluto de una obra genial tanto de la comedia o de la ciencia ficción, pero lo que nadie puede negar es que resulta un largometraje entretenido desde que comienza hasta que acaba. Además, también ofreció al público una visión diferente de los fenómenos paranormales. Tengamos en cuenta que, unos años antes, las apariciones fantasmales habían sido presentadas de una forma muy diferente ("Poltergeist - Poltergeist, 1982") y aterradora. Por lo que este relato de fantasmas de "buen rollo", si me permiten la expresión, supuso una vuelta de tuerca diferente que la taquilla de todo el mundo acabó agradeciendo.


  • MR. HYDE DICE:

  • "¿A quién vas a llamar? ¡¡Cazafantasmas!!". Jejeje. Aún recuerdo cómo molaba la canción de la peli. Mira que la letra era chorra y que no decía más que la misma condenada frase una y otra vez, pero tenía un algo que acababa por enganchar. Lo mismo le pasaba al resto de la película. Tenía trozos que acojonaban a saco (al menos cuando tienes menos de diez años en el momento en que la ves por primera vez), como cuando esa especie de perro enorme con cuernos y cara de mala leche empieza a acosar a la gente como si nada, o como cuando están ya en la azotea de esa especie de infierno de edificio, y sale un tío/tía embutido en mallas brillantes y con cara de pocos amigos, hablando con una voz que le ponía los huvos de corbata al más pintado.


    Ahora bien, por otra parte, también reconozco que tenía sus puntos de coña muy bien hechos. Como cuando el bicho verde se le tira encima a Bill Murray y lo deja bañado en mocos (joder, qué ascazo), o como cuando le disparan los tres pavos a un carrito de la limpieza de un hotel con esa especie de pistola láser, porque pensaban que era un fantasma. En fin, tonterías por el estilo, pero que tenían su gracia.


    También es cierto que, vista ahora, la película huele a viejo que te rilas. Los efectos especiales (por muy logrado que esté el muñequito de Michelin del final), están ya anticuados, y la historia tampoco ofrece más novedades. Unos años más tarde hicieron una segunda parte que, sin estar tan mal, tampoco era igual que cachonda que la primera. Y, ahora, parece que para el año que viene se masca una tercera parte. Esto último no sé si será verdad o no, pero ya os digo que si es así en Hollywood están fatal de la muerte. Vamos a ver, que la primera parte se estrenó hace casi treinta años... ¿Os imagináis en qué estado físico estarán ahora los "cazafantasmas"? ¡Pero si los fantasmas casi van a parecer ellos! En fin, qué le vamos a hacer.


    Por fortuna, aún podremos disfrutar con lo divertida que es la primera parte y la simpatía que despierta en la gente que la vio en su momento cada vez que la pasan por la tele y te paras a verla o, simplemente, cuando se la recuerdas a alguien. Si se guarda un recuerdo así de bueno, por algo será.





    lunes, 27 de junio de 2011

    CINE CLÁSICO: "EL GOLPE"



    TÍTULO: EL GOLPE


    DIRECTOR: GEORGE ROY HILL


    REPARTO: ROBERT REDFORD, PAUL NEWMAN, ROBERT SHAW, CHARLES DURNING


    DURACIÓN: 125 min.


    AÑO: 1973


    GÉNERO: POLICIACO









            • EL DR. JECKYLL DICE:

            Contanto muy pocas excepciones, es resulta fácil encontrar en la historia del cine una película capaz de mantener el suspense a la misma altura que la elegancia como lo hace "El golpe". Estrenada en un año de fuerte competencia a nivel artístico y comercial (tengamos en cuenta que 1973 también fue el año que se estrenó "El exorcista - The exorcist, 1973" o "American Graffitti - American Graffitti, 1973"), la película protagonizada mano a mano por Paul Newman y Robert Redford supuso un punto y aparte en cuanto a los twist finales, consiguiendo así no sólo sorprender a un público incapaz del todo de anticipar su sorprendente final, sino también dejar un sabor de boca de lo más agradable.


            George Roy Hill debía ser de sobra consciente del fabuloso material que tenía entre manos, y del enorme jugo que le podía sacar a esta historia de timos y estafas. No en vano, uno de los mayores éxitos de su carrera lo había filmado unos años antes, y con el mismo dúo protagonista de actores (evidentemente, estamos hablando de "Dos hombres y un destino - Butch Cassidy and the Sundance Kid, 1969"), por lo que conocía la inagotable química que existía entre ellos, tan bien como que eran capaces de levantar ellos solos una película de complejo argumento y giros imprevisibles, sin perder una sola pizca de atractivo, originalidad y, sobretodo, fabulosa elegancia.


            El impagable guión escrito por David S. Ward da comienzo con la presentación de Johnny Hooker (Redford), un timador del tres al cuarto cuyo compinche es asesinado por orden de un banquero mafioso llamado Lonegan (Shaw). Movido por la venganza, decide buscar y asociarse con Henry Gondorff (Newman), antiguo amigo del difunto y experto en el arte de la estafa con el juego. Juntos, comienzan a preparar el "golpe perfecto" con el fin de vengar a su compañero muerto, sustrayéndole una importante cantidad de dinero a Lonegan. Sin embargo, aunque las apariencias parezcan indicar una cosa, nada acaba pareciendo lo que es...


            "El golpe" es una película soberbia. Además, resulta curioso que, datando de mitad de los años setenta, la acción la quisieran enmarcar en el Chicago de los años 30. Sin duda, este marco espacio-temporal ofrecía unas ventajas inigualables para el desarrollo de la acción aunque, no obstante, también acaba sirviendo de excusa para que el largometraje haga gala de un estilo magnífico y calculado hasta el detalle para darle el esplendor perfecto a la historia. En "El golpe", prácticamente todo rezuma elegancia, desde el sofisticado tinglado que montan Hooker y Gondorff, hasta los escenarios más lúgubres de la ciudad. Y el complicado entramado de la historia se acaba desarrollando con una habilidad pasmosa, haciendo que hasta el más mínimo detalle resulte creíble en esta genial reconstrucción de timo perfecto.


            Por otra parte, tanto Redford como Newman se pasean por el film en un estado de gracia perpetuo, haciendo de las muchas escenas que ambos comparten un auténtico deleite para el espectador. Da gusto verles trabajar juntos, no sólo por los magníficos papeles que ambos interpretan, sino porque resulta evidente que tanto uno como otro se lo pasaron de maravilla actuando en la película, cosa que el público acaba notando y agradeciendo. Y todo ello por no hablar del resto de elementos que contribuyen a hacer de "El golpe" la obra maestra que es: decoración, vestuario, música (fabulosa hasta la médula la adaptación de la melodía The Entertainer, compuesta por Scott Joplin) y, sobretodo, guión.


            En "El golpe" no hay puntos débiles que señalar. Tal vez, alguien pueda señalar que las piezas de este magnífico puzzle encajan porque los responsables del mismo quieren que así sea, sin dejar un mínimo resquicio al azar. Pero, por fortuna, estamos hablando de cine, y de la magia que éste conlleva por lo que, si el público se acaba creyendo lo que le muestran, no tiene por qué ser de otro modo. En fin, lo dicho, sin duda, se trata de una auténtica obra maestra.



            • MR. HYDE DICE:

            Qué buena es la jodia... Mira que tiene ya sus años, y que la han puesto veces por la tele. Pero nada, no hay vez que no la pasen que no me quede enganchado, con las mismas ganas de dejarme sorprender que la primera vez que la vi. La historia es cojonuda, los golpes de efecto y las sorpresas (que las tiene, y a punta pala) te dejan flipado, y la amabilidad que parece desprenderse de cada fotograma hace que te quedes viéndola con una sonrisa tonta en la cara de la que casi no te das cuenta hasta que ya han empezado a salir las letras del final.


            Si tuviera que señalar uno sólo de los momentos memorables de la película, creo que acabaría contando la película entera. Por supuesto, el final es de las que más acaba recordando uno, aunque ya digo que no será por momentos inolvidables: la partida de cartas a bordo del tren, la preparación del timo, la improvisación de la oficina del contable / corredor de apuestas, la inesperada aparición del teniente Snyder (Durning), que va persiguiendo al chorizo al que interpreta Robert Redford... En fin, lo dicho, que como me arranque os la acabo contando entera.


            Además, una cosa curiosa de "El golpe" es que, a pesar de los añetes, al estar ambientada en la época dorada de las mafias de principio de siglo pasado, y tener un estilo visual tan refinado, no te da la sensación de que la peli sea más vieja que el jabón, sino más bien al contrario, que parece envejecer igual que el buen vino.


            En fin gente, pues eso, que "El golpe" es una película imprescindible, que entretiene, divierte, mantiene en tensión durante los momentos justos, y acaba siendo una de las primeras películas que, justo antes del final, te dan la sorpresa del siglo que ningún lumbreras de turno que no la haya visto es capaz de adivinar. De 10.





            domingo, 26 de junio de 2011

            CINE EN CARTEL: "SÓLO UNA NOCHE"


            TÍTULO: SÓLO UNA NOCHE

            DIRECTORA: MASSY TADJEDIN

            REPARTO: SAM WORTHINGTON, KEIRA NIGHTLEY, EVA MENDES, GUILLAUME CANET

            DURACIÓN: 93 min.

            AÑO: 2011

            GÉNERO: DRAMA




          • EL DR. JECKYLL DICE:



            • De los recientes largometrajes que abordan el tema de las relaciones de pareja, el estreno de "Sólo una noche" supone una vuelta de tuerca más sobre la forma de presentar cómo la crisis conyugal aparece casi de la nada, a partir de nimiedades que van degenerando hasta caer en un círculo vicioso del que los personajes a duras penas consiguen salir. En el largometraje escrito y realizado por la directora de origen iraní Massy Tadjedin, aporta una visión más intimista sobre este mismo tópico, reduciendo considerablemente el número de personajes que suelen intervenir en este tipo de historias, y limitándose a dejar observar las reacciones de estos mismos personajes, sin a penas dedicar más que un mínimo esfuerzo a criticarlos o juzgar sus actuaciones.



              Todo comienza durante en el trascurso de una fiesta a la que acude el matrimonio formado por Michael y Joanna (Worthington y Kneightely). Allí, Joanna conoce a Laura (Mendes) una atractiva compañera de trabajo de Michael a la que éste nunca había mencionado en casa. Joanna, movida por los celos, provoca una pelea de la que ambos escapan debido a un viaje que Michael debe emprender al día siguiente por negocios junto con Laura y otro compañero más. Casualmente, mientras Michael está fuera, Laura se reencuentra con Alex (Canet), un antiguo novio que aún sigue enamorada de ella. A lo largo de esa noche, cada uno por su cuenta, Michael y Joanna vivirán situaciones que pondrán a prueba tanto su fidelidad, como la confianza y valores depositados en su relación de pareja que terminarán por determinar su sentido como tal.



              Como apuntaba al comienzo, de vez en cuando Hollywood vuelca su mirada en aquellos temas relacionados con las relaciones de pareja, bien sea en tono de comedia ("Separados - The brake-up, 2006" o "La guerra de los Rose - The war of the Roses, 1989"), drama ("Closer - Closer, 2004"), o una extraña combinación de ambas ("Historia de lo nuestro - The story of us, 1999"). Sin embargo, lo que diferencia al largometraje de Tadjedin del resto de propuestas, es tanto su tono pausado como su descripción de los personajes. Estos deambulan por la película dejándose llevar por las decisiones tomadas en el mismo momento, como si no tuviera importancia el resto, y las consecuencias derivadas de sus actos a penas fueran a tener importancia.



              No obstante, a pesar de resultar grato ver que alguien es capaz de realizar un film de semejantes características sin más artificios que los meramente imprescindibles, "Sólo una noche" no deja de desprender un ligero olor a trampa, como si detrás de esa aparente pasividad de sus responsables no se encontrara otra cosa aparte de la imposibilidad de categorizar determinadas reacciones del ser humano. Además, también acaba cometiendo el error de hacer "pecar" a los cuatro personajes principales, cosa que acaba actuando como una peligrosa arma de doble filo, pues si bien es cierto que, de esta forma, el espectador no acaba por decantarse a favor o en contra de ninguno de ellos, tampoco puede acabar de simpatizar con uno sólo de ellos, al considerar que no son merecedores de toda la empatía que sería deseable poder tener con alguno de ellos.



              En resumen, quien tenga preferencia por las películas acerca de los problemas de pareja, de todas las películas estrenadas este fin de semana, "Sólo una noche" es, desde luego, la mejor opción. Para el resto, no sería mala idea decantarse por propuestas más entretenidas y menos trágicas. Eso sí, que cada uno elija lo que más le pida el cuerpo. "Sólo una noche" no es mala película, pero ya adelanto que más de uno saldrá con la sensación de haber sido estafado. Para el resto, bienvenidos a una película correcta, aunque totalmente intrascendente.


              • MR. HYDE DICE:

              Pues a mí me ha dado que pensar. No porque sea una peli con mensaje profundo, sino porque aún sigo intentando decantarme por alguno de los personajes. Pero, como bien indicaba el de arriba, lo cierto es que todos acaban cagándola de alguna forma (unos más que otros, eso también es cierto) que te impide apoyar a un bando o a otro.



              Yo, lo que es la historia, la verdad es que la he encontrado un tanto interesante, además de original. No porque sea la leche en bote, sino porque se aleja de los tópicos de relaciones de pareja que hemos visto mil y una veces en otras tantas películas. Supongo que es esa calma con la que está hecha la que hace que a uno le sea fácil dejarse seducir por las historias de tentaciones y pecados que acaban contado los personajes.



              Me parece, de todas formas, que esa tentación a la que todos sucumben, también da la sensación a que era la única opción de que la peña no pusiera a parir a uno de ellos, y apareciera el otro colega como pobre corderillo. Aunque no deja de ser deprimente que se muestre una realidad en que valores como la honestidad, fidelidad y demás se destrocen con tanta contundencia.


              Por lo demás, pues que no es una película que merezca la pena ser vista en cine. Creedme si os digo que no pierde lo más mínimo si os la veis tranquilamente en el salón de vuestra casa. Eso sí, como detalle especial para fijarse, los que vayáis a verla, prestadle un poco de atención a la banda sonora, ya que tiene temas realmente buenos: Not at home, Bat for lashes...



              sábado, 25 de junio de 2011

              CINE A DESCUBRIR: "ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA"


              TÍTULO: ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA

              DIRECTOR: SERGIO LEONE

              REPARTO: ROBERT DE NIRO, JAMES WOODS, WILLIAM FORSYTHE, ELIZABETH MCGOVERN, TREAT WILLIAMS, BURT YOUNG

              DURACIÓN: 224 min.

              AÑO: 1985

              GÉNERO: POLICIACO

              • EL DR. JECKYLL DICE:

              Considerada en la actualidad cono la obra maestra y cumbre de Sergio Leone, por encima de otras producciones del cineasta italiano como "Hasta que llegó su hora - Once upon a time in the West, 1968" o los spaghetti western que lo hicieron famoso tanto a él como a Clint Eastwood, "Érase una vez en América" no sólo es una de las mejores películas de la historia del cine de gángsters (y del cine, en general), sino una auténtica lección de cómo hacer cine a todos los niveles: interpretación, dirección, montaje, guión, música, etc.


              Escrita con la colaboración de un buen número de guionistas, este largometraje supuso un broche de oro de indiscutible calidad para la carrera de un realizador que con un número más bien escaso de largometrajes en su haber, supo demostrar que merecía ser considerado como uno de los más grandes. Lo que sí no deja de ser curioso es el hecho de que Leone apostara para su última película por un relato alejado por completo de los western que habían significado la práctica totalidad de su magnífica carrera, y se decantara por una historia de gángsters en la línea de "El padrino", pero con una brillantez y calidez que acabarían por encumbrarla como una de las mejores películas del género.


              La historia comienza a principios de siglo XX, en los barrios italianos de Manhattan, cuando un muchacho llamado Noodles y sus amigos conocen a otro recién llegado llamado Max, con quien forman un grupo de jóvenes delincuentes capaces de hacer lo que sea con tal de alcanzar la fortuna de forma rápida. Tras un incidente en el que muere uno de ellos a manos de un matón local al que Noodles acaba matando como venganza, éste acaba encarcelado temporalmente. A su salida, ya adulto, Noodles (De Niro) se reencuentra con Max (Woods) y el resto de su pandilla con los que comienza una nueva y fructífera etapa de carrera delictiva (atracos, contrabando, sobornos...) en mitad de la ley seca.


              "Érase una vez en América" es mucho más que un relato de delincuentes. Es una crónica tremendamente detallada de lo que significaba salir adelante de forma rápida (entendiéndose por "rápida" como "de forma ilegal") cuando se es un niño, y cómo el carácter que se va formando en la juventud acaba por desarrollarse en esas mismas personas cuando se convierten en adultos. Más allá de la historia de violentos atracos y tiroteos, en "Érase una vez en América" queda pantente como pocas veces se ha visto en una película, la lealtad con la que se acata la "ley de la calle" y el amor incondicional a "la familia", por la que los personajes son capaces de hacer las salvajadas más despiadadas. Sin embargo, a la vez que se presenta de forma tan evidente esa aparente lealtad, no es menos cierto que también se deja clara constancia de la traición y codicia que acaba por invadir a varios de los personajes.


              De todas formas, el último largometraje de Leone cuenta, entre sus muchas virtudes, por proponer una historia diferente a la que ya se había contado en ocasiones anteriores (tanto en el cine de Coppola como en el de Scorsese), impregnando cada fotograma de una grandiosidad descomunal, y haciendo que el espectador, después de una primera parte en la que asiste a las "aventuras" de unos jóvenes delincuentes imposible de resultar antípáticos (ver la impagable escena en la que uno de ellos, ahorra para comprarle un dulce a la chica que le gusta y, ante la tentación del apetito, se lo acaba comiendo en las escaleras de la casa de ella, o cómo Noodles se queda siempre pasmado mientras mira como la chica que le gusta -interpretada por una jovencísima Jennifer Connelly- ensaya sus bailes de ballet), acabe asistiendo al encumbramiento de la banda de gángsters, cuyo final resulta tan trágico como inesperado.


              Otro elemento que también llama la atención en "Érase una vez en América", a parte de un final y epílogos un tanto inciertos (hay muchas teorías al respecto de este último factor), es la violencia con la que Leone salpica diversas escenas de su magnífico largometraje. Así pues, el realizador italiano no parece cortarse ante el derrame de sangre en atracos, tiroteos, palizas y demás actos vandálicos que, por fortuna, siempre se encuentran perfectamente integrados en la historia. En definitiva, "Érase una vez en América" es una de esas películas que deben ser revisadas cada cierto tiempo para recordar lo que es una película bien hecha, y disfrutar con una de las obras maestras del cine, con independencia del género cinematográfico al que ésta pertenezca.



              • MR. HYDE DICE:

              Pedazo película, colega. Es para ver en dos tandas porque, si no, con toda probabilidad, tu trasero acabe con la forma del sofá (ojito, que son casi cuatro horas de película), pero creedme que merece la pena desde el primer minuto hasta el último. Posiblemente, sea una de las películas más perfectas que he visto en mi vida. Por otros comentarios que he hecho antes, sabéis que soy partidario de que, si una peli está bien hecha o es buena, no tiene por qué durar una eternidad. De hecho, estoy seguro de que "Ben-Hur - Ben-Hur, 1959" sería un peliculón si no la cagaran las más de tres horas que dura. Pero, en el caso de "Érase una vez en América", casi te quedas con ganas de más.


              Tiene momentos no sólo impactantes, sino también preciosos (sí, he dicho preciosos, ¿qué pasa? Que yo también tengo mi corazoncito). Recuerdo con especial claridad la secuencia en que Robert de Niro -cuando todavía elegía buenas películas en las que molestarse en actuar- lleva a cenar al Elizabeth McGovern a un restaurante que ha alquilado sólo para ellos, y una orquesta empieza a tocar "Amapola". La cámara de Leone en esa escena es, simplemente, magistral (y más si tenemos en cuenta cómo acaba la velada para los dos personajes... agüita del avellano). O ese plano fijo del puente de Manhattan, mientras la panda de chavales, vestidos como auténticos gángsters, cruza una calle. O, incluso, el cruce de miradas, al final de la película, de Robert de Niro y Elizabeth McGovern, o entre el primero y el hijo de James Woods.


              De la música de Morricone, pues qué vamos a decir que no se haya dicho ya, empezando por el tema de Deborah y acabando en la nostálgica melodía con el que concluye la película. Desde luego, es para descubrirse ante alguien capaz de componer semejante monstruo de banda sonora, componer al año siguiente la música de "La misión - The mission, 1986", al siguiente la de "Los intocables de Elliot Ness - The untouchables, 1987" y, unos años más tarde, la de "La ciudad de la alegría - City of joy, 1992". A ver quién es el guapo que iguala la calidad del maestro italiano.


              Hacedme caso y conseguid esta película como sea, que no os dejará indiferentes. Es larga sí, pero a diferencia de otras películas que duran menos, ésta no es de la que se te hacen eternas. Los actores están brillantes (todos los personajes son unos cabronazos de cuidado, pero es imposible que no te acaben resultando simpáticos), la puesta en escena deja con la boca abierta, la fotografía, el montaje, la historia... En dos palabras: obra maestra





              viernes, 24 de junio de 2011

              ESTRENOS DE VIDEOCLUB: "127 HORAS"


              TÍTULO: 127 HORAS

              DIRECTOR: DANNY BOYLE

              REPARTO: JAMES FRANCO, KATE MARA, AMBER TAMBLYN, CLEMENCE POESY

              DURACIÓN: 93 min.

              AÑO: 2010

              GÉNERO: DRAMA

              • EL DR. JECKYLL DICE:
              Recién salido del enorme éxito que alcanzó con la espléndida y oscarizada "Slumdog millonaire - Slumdog millonaire, 2008", el británico Danny Boyle ha querido volver a cambiar rotundamente de estilo -recordemos que ha abordado el cine de denuncia social ("Trainspotting - Trainspotting, 1996"), la ciencia ficción ("Sunshine - Sunshine, 2007"), la comedia ("Una historia diferente - A life less ordinary, 1997") y el terror ("28 días después - 28 days after, 2002")- para adentrarse en lo más profundo del desierto del estado norteamericano de Utah y relatar la historia real del montañero Aaron Ralston, al que interpreta un inmenso James Franco.

              Amante de las historias conflictivas, Boyle volvió a juntarse con el guionista de su anterior largometraje, el también británico Simon Beaufoy, para adaptar a la gran pantalla la historia de Aaron (Franco), un joven aventurero amante de la naturaleza quien, durante una excursión de fin de semana, sufre una caída en el interior de un cañón rocoso, quedando atrapado su brazo derecho por una enorme piedra. Tras pasar más de cinco días inmovilizado, Ralston acabó por tomar una trágica decisión que logró liberarlo y ser rescatado por los servicios de emergencia.

              Después de ver una película como "127 horas", quedan claras, al menos, un par de cosas. La primera de ellas es que Danny Boyle es uno de los directores en activo con mayor fuerza visual del panorama cinematográfico actual. Que haya sido capaz de realizar un largometraje como éste es un logro muy a tener en cuenta, máxime si tenemos en cuenta que en ningún momento se hace aburrido, a pesar de acontecer el 90% del metraje dentro de la cavidad en la que Aaron queda atrapado. Boyle coloca la cámara en los sitios más insospechados (dentro de una cantimplora, por encima del rostro de Franco o, incluso, en el interior de un diminuto hueco en el suelo), utiliza el formato panorámico con una maestría asombrosa (esos impresionantes paisajes del desierto de Utah, o el travelling que comienza con Aaron en la grieta y culmina a muchos metros del suelo con una visión del desierto que deja con la boca abierta), y convierte una excursión por el monte en una experiencia tan dinámica como turbulenta.

              La segunda de las cosas que quedan fuera de toda discusión es que James Franco ha logrado con su interpretación de Aaron Ralston el papel de su vida. Si bien ya habían sido con anterioridad varias las voces críticas que habían señalado la valía de este joven actor californiano, es con "127 horas" que su talento interpretativo queda fuera de toda duda. Franco carga con todo el peso de la película sobre sus hombros, aportando una humanidad inigualable al personaje, y siendo capaz de transmitir a la perfección cada uno de los sentimientos que requiere cada escena: desde la despreocupación cuando está montando en bicicleta por el desierto, pasando por el miedo cuando la roca le atrapa el brazo y no puede liberarse, y continuando con la pena que siente al lamentar no haber hecho y dicho más de una cosa cuando tuvo ocasión -que queda recogido en las continuas grabaciones que hace con su cámara-, o el dolor causado por su último intento de liberarse. En una palabra, su actuación es impresionante.

              En tercer y último lugar, queda el atractivo de la película. Si bien es cierto que tanto la labor del equipo técnico como artístico es digna de las mayores alabanzas, no se puede decir lo mismo del conjunto final. Sí, "127 horas" es una buena película, pero eso no quiere decir que sea fácil de ver, ni que sea imprescindible, o que sea agradable de ver. Tengamos en cuenta que, por muy bien hecha que esté, no resulta un largometraje fácil de digerir, y quienes conozcan la historia de Aaron Ralston o ya hayan visto la película sabrán por qué.

              No obstante, aunque "127 horas" sea uno de los títulos más atractivos de los que se estrenan esta semana en los videoclubs, es conveniente avisar de que no se trata de una historia en la que prima la superación por encima de las dificultades, o en la que el conjunto hace simple de olvidar determinadas escenas. Eso sí, no es impedimento para que sea un ejemplo de realización cinematográfica de primera línea.

            • MR. HYDE DICE:


            • Vale, el moñas de arriba no se quiere mojar diciendo las cosas claras pero, por suerte, a mí eso no me pasa. Aviso, os voy a destripar una parte fundamental de la peli, así que no me vengáis llorando después. Pero creedme si os sigo que, si no lo hago, luego acabaríais mentándome hasta la abuela y, como comprenderéis, tampoco es plan.

              El argumento ya lo sabéis. No pasa nada porque Jeckyll no os haya dicho que el tal Aaron Ralston se ve forzado a beberse su propio pis para no morir deshidratado. Tampoco es importante que sepáis que el colega sí que consiguió liberarse y ser rescatado. Lo que tenéis que tener muy claro es el cómo se libera. El tío cogió unos alicates de esos multiusos y, después de romperse deliberadamente los dos huesos del brazo, con una de esas navajillas canijas que suelen tener a un lado, se acabó cortando el brazo. Esto no sería ningún problema para ver la peli si no fuera porque toda la escena de la amputación (que viene a durar como unos diez minutos) es de lo más explícita. Que sí, que sí, que se ve de todo, hasta cómo tiene que cortarse los tendones. Nenes, os juro que se me frunció el ojete a saco. Por suerte, el director no se ceba con la casquería, y utiliza un montaje rápido y de planos de corta duración para no caer en el gore más descarado.

              De todas formas, como os digo una cosa os digo la otra: aparte de que los diez minutos finales sean de cágate lorito, sería injusto juzgar al resto de la peli sólo por la impresión que se pueda sacar de ello. Y digo esto porque es acojonante ver el papel que hace James Franco (nadie lo diría después de verle hacer el ridículo en las tres partes de "Spiderman"). Y, si no me creéis, esperad a ver el momento en que se le va la pinza al tipo y empieza a hablar sólo como si estuviera en un concurso de la tele, o la cara de reventado que se le queda al pobre hombre justo después de cortarse el brazo (el momento en que se queda empanado mirándolo antes de hacerle una foto es impresionante).

              Por lo demás, el resto de la peli no es que sea para tirar cohetes, por muy bien hecha que esté. De hecho, creo que la música tan machacona de A.R.Rahman, por muy nominada al Oscar que estuviera, hay veces que resulta cargante con ganas. Pero vamos, tampoco es que sea insoportable. En fin, que sí, que de los estrenos semanales en videoclub "127 horas" es el más importante. Ahora bien, conviene que tengáis clarinete qué tipo de peli es ésta. Ya os aviso que no es para pasar un rato agradable, sino que os vais a encontrar con un rato generoso de angustia. Pero bueno, de todo tiene que haber y si, además, está bien hecho, pues ya de perlas.





              jueves, 23 de junio de 2011

              CINE ACTUAL: "THE TOWN (CIUDAD DE LADRONES)


              TÍTULO: THE TOWN (CIUDAD DE LADRONES)

              DIRECTOR: BEN AFFLECK

              REPARTO: BEN AFFLECK, JEREMY RENNER, REBECCA HALL, JOHN HAMM, PETER POSTLETHWAITE, CHRIS COOPER

              DURACIÓN: 120 min.

              AÑO: 2010

              GÉNERO: POLICIACO






              • EL DR. JECKYLL DICE:

              Tras la buena acogida que tuvo a nivel de crítica (que no tanto de público) "Adiós pequeña, adiós - Gone baby gone, 2007", debut como director del actor y ocasional guionista Ben Affleck, éste ha firmado con "The town (ciudad de ladrones)" su segundo trabajo tras las cámaras. Al igual que en el caso de su primera película como director, Affleck ha vuelto a recurrir a un relato policíaco enmarcado en los barrios más conflictivos de Boston (ciudad en la que se crió), con la novedad de que, en esta ocasión, también participa en el film como actor protagonista y coguionista del mismo, ésta última labor a seis manos con dos colaboradores más.


              La historia de "The town (ciudad de ladrones)" comienza con un eficaz atraco a una sucursal bancaria, en el que los ladrones toman a Claire (Hall), la directora de la oficina, como rehén. Los cerebros del golpe, Doug y Jimmy (Affleck y Renner, respectivamente), temerosos de que Claire pueda aportarle al detective Frawley (Hamm) alguna pista que los pueda identificar, deciden que Doug la seguirá para poder observarla detenidamente. Sin embargo, cuando él y Claire entablan una conversación de forma inesperada, las cosas cambian, pues Doug comienza a sentirse atraído por Claire, hasta el punto de tomar la decisión de dejar atrás la delincuencia y enmendar su vida. Sin embargo, ni su colega Jimmy ni el mafioso Fergie para quien Doug realiza sus "trabajos" están dispuestos a dejarlo marchar tan fácilmente.


              Rodada con unos medios más sofisticados que su primer trabajo como director, Affleck logra con "The town (ciudad de ladrones)" confeccionar un acertado film de corte policíaco, donde el clásico relato de policías y ladrones es contemplado desde un punto de vista mucho más cercano a de éstos segundos, mostrando tanto el cómo viven, cómo planean sus golpes, y cuáles son las inquietudes que los mueves y hacen actuar de la forma que vemos. Es por ello, que resulta tan significativa la introducción de un elemento que acaba por romper esa estabilidad del "código de honor" del grupo, como es la fragilidad y seducción totalmente involuntaria del personaje de Claire -por cierto, muy bien interpretada por Rebecca Hall-, que hace que Doug despierte una parte de su conciencia que, hasta ese momento, permanecía casi dormida.


              Por otra parte, el contrapunto a la estabilidad que ofrece el personaje de Hall a la vida de Doug queda contrarrestada por la influencia del personaje de Jimmy, con el que Affleck se empeña en dejar constancia de la malsana relación que ambos comparten, muy condicionada por la dudosa paternidad de Doug sobre el hijo de la hermana de Jimmy. Así queda reflejado en secuencias como aquella en la que Doug le pide ayuda para "dar un aviso" a un grupo de delincuentes con los que se ha topado Claire en alguna ocasión -Jimmy ni siquiera se plantea el por qué debe darles una paliza cuando Doug se lo pide-, o como cuando Doug y Jimmy discuten frente a la verja de un cementerio (secuencia en la que queda más que clara el vínculo existente entre ambos).


              A este respecto, cabe hacer también mención de la acertada interpretación de Renner, un actor que últimamente se ha ido haciendo un hueco en el panorama cinematográfico estadounidense, y que da vida a sus personajes con una facilidad del todo pasmosa (tanto le da hacer de artificiero en Irak -con "En tierra hostil - The hurt locker, 2009", como de violento atracador en el largometraje que hoy nos ocupa). Por lo demás, tan sólo mencionar que Affleck demuestra una pericia sorprendente a la hora de planificar tanto las secuencias de atracos y persecuciones: la secuencia del primer atraco está confeccionada con una exactitud meridiana; el segundo atraco contiene las dosis justas de acción y tensión, mayormente acumuladas en la huida de los delincuentes por las calles de Boston; y el violento atraco final al estadio de baseball es la demostración perfecta de que Affleck aún tiene mucho que decir como realizador de largometrajes. Si bien es cierto que "The town (ciudad de ladrones) no alcanza la maestría de otras obras maestras del género como pueda ser el caso de "Heat - Heat, 1995", tampoco es menos apropiado confirmar que se trata de una película muy correcta, distraída, bien interpretada y mejor dirigida, que recupera los mejores momentos del cine policíaco y de acción, combinando ambos géneros en un film interensate y digno de ver.



              • MR HYDE DICE:

              No está mal, la verdad. Lo que sí me pareció a mí es que hay actores que deberían aprender de Ron Howard y dedicarse a la dirección, terreno en el que alcanzan resultados mucho más efectivos que en el de la actuación. A Ben Affleck le pasa exactamente eso. Con "Adiós pequeña, adiós" demostró que no hacía falta que saliera pululando por su propia película -aunque el prota fuera su hermano- para que la película fuera buena (claro que allí salían Morgan Freeman y Ed Harris, cosa suficiente para que la película ya merezca la pena). De hecho, si uno lo piensa un poco después de ver la peli, se dará cuenta que lo peor del conjunto es tener que ver la cara de pez del pobre Affleck durante las dos horas que dura la cosa.


              Por suerte, el cartel de secundarios lo compensa con creces: Renner hace de hijoputa tarado con una convicción que casi asusta (ver el momento en que se topa con Doug y Claire en una heladería); Hall interpreta a Claire con un reparto de emociones (ilusión, fragilidad, tristeza, miedo) que ya quisieran muchas de las actrices actuales; y John Hamm (actor muy conocido por una serie llamada "Mad men" de la que no sólo he visto ni un capítulo sino que no tengo ni idea de lo que va) carga a cuestas con su personaje de perseguidor del FBI como si lo hubiera estado haciendo toda su vida.


              En resumen, que sin ser la película del año, sí que es una peli en la que estás en tensión durante buena parte, que está bien hecha -y uno se da cuenta de ello- y que cumple perfectamente con sus expectativas: distraer, entretener y hacer que quien se siente a verla esté intrigado por saber si los ladrones se acaban saliendo con la suya o no. Por cierto, al respecto de esto último, ¿no os parece un poco curioso que uno quiera que los chorizos se salgan con la suya y que el pollo del FBI que les quiere parar los pies -al fin y al cabo hace su trabajo de forma honrada- acabe quedándose con un palmo de narices? Je, lo que son las cosas...





              miércoles, 22 de junio de 2011

              CINE DE LOS 90: "LEYENDAS DE PASIÓN"


              TÍTULO: LEYENDAS DE PASIÓN

              DIRECTOR: EDWARD ZWICK

              REPARTO: BRAD PITT, ANTHONY HOPKINS, AIDAN QUINN, JULIA ORMOND, HENRY THOMAS

              DURACIÓN: 135 min.

              AÑO: 1994

              GÉNERO: DRAMA ÉPICO

              • EL DR. JECKYLL DICE:

              Tras un casi desapercbido debut en la dirección con "¿Qué pasó anoche? - About last night..., 1986", vehículo diseñado con el único propósito de lucir los restos del grupo de actores adolescentes conocido como Brat pack, Edward Zwick irrumpió con fuerza en el panorama cinematográfico con "Tiempos de gloria - Glory, 1989", una potente obra acerca de la guerra de secesión norteamericana muy bien confeccionada que, además, supuso el primer Oscar para Denzel Washington. Por este motivo, las expectativas eran altas cuando, tras un pequeño paréntesis y el estreno de otra película menor casi olvidada, Zwick estrenó otro largometraje de corte épico con un reparto de lo más sugestivo: "Leyendas de pasión".


              Basada en una novela del escritor estadounidense Jim Harrison (el mismo cuya novela "Venganza" inspiró la película de Tony Scott "Revenge - Revenge, 1990"), la historia se enmarca en los albores de la Primera Guerra Mundial. En el estado de Montana, el coronel retirado y viudo Ludlow (Hopkins), vive con sus tres hijos: Alfred, Tristan y Samuel (Quinn, Pitt y Thomas, respectivamente). Antes de partir al frente, Samuel presenta a su novia Susannah (Ormond), quien se hospeda en el rancho mientras dura el conflicto. Sin embargo, al acabar la guerra, Samuel no regresa con vida, para especial desesperación de Tristan, que no pudo evitar su muerte. Rotos por el dolor, los Ludlow tratan de sobreponerse a esta tragedia pero, la repentina atracción que tanto Alfred como Tristan comienzan a sentir hacia Susannah, acabarán causando más de un problema.


              A pesar de no contar con la calidad fílmica de "Tiempos de gloria", "Leyendas de pasión" es muy recordada hoy en día, especialmente, por tres motivos. En primer lugar, por la excelente labor del director de fotografía John Toll, quien consigue retratar unos paisajes de belleza arrebatadora, tanto cuando la acción tiene lugar en las Montañas Rocosas de Montana, como cuando ésta se traslada a los conflictos bélicos más hinóspitos. En segundo lugar, porque tras el estreno de este film se desató la "bradipittmanía" (si se me permite la invención del término), convirtiendo así al joven intérprete en todo un ídolo de masas para las adolescentes de medio mundo. Y, en tercer lugar, la impresionante banda sonora que compuso James Horner la cuál, en la actualidad, sigue siendo considerada una de las mejores de la historia del cine.


              No obstante, a pesar de contar con estos tres importantes elementos, el resto de la película parece no encontrarse a la altura (aparte queda, por supuesto, la correctísima actuación de Anthony Hopkins), sino que la historia parece perderse por momentos en todo lo relacionado con unos conflictos amorosos tan tortuosos que acaban dejando un regusto amargo desde sus inicios (esa tentativa de beso entre Tristan y Susannah cuando Samuel aún está vivo), hasta su tormentoso final. Por ello, parece que Edward Zwick parece despistarse un poco cuando la épica del relato se aleja de los momentos más espectaculares para centrarse en las pasiones y sentimientos encontrados de sus personajes, cosa que provoca que el film acabe alargándose en exceso hasta un inesperado final.


              Aún así, cabe reconocerle a "Leyendas de pasión" el mérito de ser un intento más que digno de recuperar el sabor de las viejas producciones épicas, y de las historias de amor que acaban marcando a buena parte de los espectadores (especialmente en lo que al público femenino se refiere). Correcta, sin grandes momentos, pero con una fuerte presencia de los tres elementos destacados cuya única existencia ya justifica que merezca la pena ver esta película.



              • MR HYDE DICE:

              ¡Je, que si supuso el principio de la "Bradpitt lo que sea", dice! Ya lo creo que sí. De hecho, no creo que haya habido una sola chica que no haya tenido pegado en su carpeta algún póster o foto de Brad Pitt haciendo de Tristan, o montado a caballo y melena al viento. Mira que dieron la tabarra en su momento. Al menos, mientras ellas babeaban con Pitt y nosotros nos teníamos que conformar con Ormond (qué les hubiera costado porner a una tía más cañón...), al menos nos consolábamos con que la peli, sin ser ninguna maravilla, conseguía resultar lo suficientemente interesante como para que aguantáramos sentados las dos horas y pico que dura.


              Aunque, como comentaba Jeckyll antes, lo mejor con diferencia es la música. Joer tú, qué a gusto se tuvo que quedar James Horner tras escribir esta música, por la que ni siquiera fue nominado a los Oscar. No protestaré esta vez por tal decisión, ya que 1994 fue el año en que ganó Hans Zimmer, así que aquí no ha pasado nada, pero va, aunque sea una candidatura sí que se hubiera merecido.


              Por lo que respecta al resto de la película, pues está bien, pero tampoco es para tirar cohetes. Aunque es evidente, que está más dirigida a chicas que a nosotros. Bien hecha está, y la historia tiene su gancho. Pero vamos, la peli en sí es de las que volvería a ver si la pasan por la tele, porque quitando los paisajes y la BSO, a la media hora estás un poco hasta el gorro de ver a Brad Pitt con cara depre. Además, no entiendo por qué son tan bobos los personajes de no decir las cosas claras, que la tipa se le acerque a Pitt y le diga "me pones burraca", y se acabaron las monsergas. Nos hubiéramos ahorrado dos horas más de sentimientos frustrados y toda esa patata. Pero bueno, supongo que tiene que haber un poco de todo así que seguid mi consejo: si la churri os dice que quiere ver algo "como para ella", si elegís esta peli, dais en el clavo. Además, no es tan bodrio como el 95% de las comedias románticas, así que eso que salimos ganando todos.





              martes, 21 de junio de 2011

              CINE DE LOS 80: "EXCALIBUR"


              TÍTULO: EXCALIBUR

              DIRECTOR: JOHN BOORMAN

              REPARTO: NIGEL TERRY, NICOL WILLIAMSON, HELEN MIRREN, NICOLAS CLAY, PAUL GEOFFREY, CHERIE LUNGHI

              DURACIÓN: 138 min.

              AÑO: 1981

              GÉNERO: AVENTURAS

              • EL DR. JECKYLL DICE:

              Considerada casi un icono del cine de aventuras de principios de los años 80, "Excalibur" continúa siendo hoy en día una de las versiones más lujosas acerca de la historia del Rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. El lujo con el que el director inglés John Boorman supo plasmar la leyenda de la mítica espada, los encantamientos y batallas que envuelven toda la mitología que se ha desarrollado en torno a ella, aún no ha sido igualada si bien, en propuestas del cine épico y de aventuras más reciente, ha sido fácil reconocer las influencias de este largometraje (me estoy refiriendo a la última versión de "Furia de titanes - Clash of the titans, 2010").

              Boorman colaboró en la creación de este ambicioso proyecto, participando desde un primer momento en el guión, junto a su colaborador Rospo Pallenberg, con el fin de presentar una versión diferente de una historia que ya había sido llevada a la gran pantalla con anterioridad. En "Excalibur", la acción da comienzo cuando el caballero Uther (Byrne), con la ayuda del mago Merlin (Williamson) y de la mágica espada Excalibur -otorgada a la humanidad por la misteriosa dama del lago- vence al Duque de Cornwall tras una dura batalla, y tras haber seducido a su esposa, fruto de lo cuál nace el pequeño Arturo. Sin embargo, tras sufrir una emboscada, antes de su muerte Uther deja clavada en una roca a Excalibur, con la premisa de que, quien la arranque de la piedra se proclamaría rey. Pasados los años, un adulto Arturo (Terry), que ha sido criado bajo el amparo de Marlin, logra sacar de la roca la piedra que lo acaba conviertiendo en rey. Ya coronado, Arturo emprenderá la compleja misión de restablecer la paz entre sus dominios y completar la búsqueda del Santo Grial, para lo que cuenta con la ayuda de su mano derecha, el caballero Lanzarote (Clay), y con la constante amenaza de su hermanastra Morgana (Mirren), también hechicera.

              Como apuntaba al comienzo, la estética utilizada en "Excalibur" supuso un soplo de aire fresco al género de aventuras medievales que, hasta ese momento, se había concentrado no sólo en una excesiva corrección de los aspectos visuales (los caballeros medievales aparecían de lo más pulcro frente a la suciedad y decadencia de los que participan en el film de Boorman, las batallas resultaban casi irreales en comparación con la violencia y la sanguinolencia de "Excalibur", y los héroes parecían ser casi siempre perfectos en contraste con los sentimientos plenamente humanos de unos caballeros de la mesa cuadrada en ocasiones codiciosos y envidiosos), sino que no abarcaban más que determinados puntos de la historia del Rey Arturo.

              De esta forma, Boorman aportó un estilo visual cuidadísimo a su épica visión del mito nórdico, abarcando la casi totalidad de la historia del Rey Arturo, desde su nacimiento, pasando por el ya mítico momento en que logra arrancar la espada de la piedra, continuando con la fundación de la tabla redonda, y culminando con la temible búsqueda del Santo Grial.

              Sin embargo, es precisamente, esta ambición de querer abarcarlo todo lo que acaba por resultar el talón de aquiles del film. Pasados los primeros noventa minutos, el ritmo del largometraje empieza a decaer, en especial cuando la historia se centra en la búsqueda del Santo Grial, y en todo lo relacionado con el calvario que debe padecer Percebal para salir victorioso de su misión. Es aquí cuando Boorman para sentirse excedido por la excesiva grandeza del relato, no sabiendo muy bien cómo tratar todo el tema relacionado con el hijo de la bruja Morgana, y la decadencia del reino de Arturo.

              No obstante, esto no es impedimento para que "Excalibur", treinta años después de su estreno, siga fascinando del mismo modo a quienes la vuelven a ver de nuevo, y a quienes la descubren por primera vez. Sea la magia del cine o del mago Merlin, no cabe duda de que "Excalibur" es, a día de hoy, uno de los iconos de referencia del cine de aventuras de la década de los 80, y que logró sentar base para lo que acabarían siendo los relatos de aventuras medievales que acabarían por realizarse después. Un auténtico lujo de película, por más que se acabe alargando un poco su final.

              • MR. HYDE DICE:
              Sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Jeckyll. La peli es una flipada guapísima. Pero al final al Boorman este se le va un poco la pinza y empieza a irse un poco por los cerros de Úbeda. Eso sí, aguita con más de una secuencia que tiene, que me sigue dejando con la boca abierta. ¿Qué os parece el momento en que Uther (pedazo de cabrón, el colega), antes de palmarla, clava la espada en la piedra? -lástima que cuando Arturo la arranca no haya ni la mitad de esa misma emoción- ¿Y esa imagen de la dama del lago sacando con una sola mano la espada del lago, y dándosela a Merlin? ¿O cuándo se pelea por primera vez con Lanzarote, rompe la espada contra la armadura del segundo, y la dama del lago vuelve a entregársela? Y eso por no hablar de cómo consiguen hacer brillar esas armaduras que parecen estar hechas de plata, salvo la del hijo bastardo de Arturo (joer, menudo incesto que tiene el primo Arturo con su hermanastra...), que brilla como el oro y con un casco que da un mal rollo del carajo.

              De todas formas, "Excalibur" sigue siendo un peliculón. Cierto es que la cosa se alarga demasiado al final -a uno le dan ganas de meterse en la peli y pasarle el dichoso cáliz de una vez a Arturete-, y tampoco queda claro cómo, después de que Ginebra le ponga los cuernos con Lanzarote, el reino se sume en una especie de depresión. ¿Alguien se ha aclarado de cómo se llega a ese punto? ¿O de por qué de repente se le ocurre a Arturo ponerse a buscar como un condenado el Santo Grial? Es más, ¿qué coño pinta el Grial en todo esto? Pero bueno, pequeños defectos que no se le deben echar en cara más de lo necesario a una peli que sigue impresionando si se ve hoy en día. En comparación con otras pelis más famosas de la época, como "El dragón del lago de fuego - Dragonslayer, 1981" o la de James Bond "Sólo para sus ojos - For your eyes only, 1981" y vereis cómo se nota la diferencia entre éstas -que se ven mucho más viejas- y "Excalibur".

              En serio, no os la perdáis si tenéis ocasión de verla y, si ya la habéis visto, fijo que os engancháis viéndola otra vez. A mí, al menos me ha pasado, que la había visto. Y, mi chica, que no la había visto, se la acabó papando enterita. ¡Y eso que la pasaban por la tele en una sesión matinal!




              lunes, 20 de junio de 2011

              CINE CLÁSICO: "DOCE HOMBRES SIN PIEDAD"


              TÍTULO: DOCE HOMBRES SIN PIEDAD

              DIRECTOR: SIDNEY LUMET

              REPARTO: HENRY FONDA, LEE J. COBB, JACK WARDEN, E.G.MARSHALL, MARTIN BALSAM

              DURACIÓN: 93 min.

              AÑO: 1957

              GÉNERO: INTRIGA

              • EL DR. JECKYLL DICE:

              El debut en la dirección del prestigioso director Sidney Lumet no pudo empezar mejor que con este magnífico largometraje de "teatro filmado" (algo similar al estilo que pocos años antes Hitchcock había utilizado en "La soga - The rope, 1948"), basado en la obra de Reginald Rose. Utilizando una única localización, Lumet fue capaz de desarrollar una historia con un complejo entramado ético, en el que la evolución de los personajes está planificada casi a la perfección desde el primer minuto hasta el último. Y, a la cabeza del estupendo cartel de intérpretes, se encuentra un soberbio Henry Fonda.


              Los doce miembros de un jurado popular se reunen en la sala de deliberación con el fin de alcanzar un veredicto en el caso de un adolescente acusado del asesinato de su padre. En una primera ronda, once de los miembros del jurado se inclinan por votar a favor de la culpabilidad del acusado, mientras que uno de ellos discrepa, apostando por la inocencia del joven muchacho. Agobiados por el tremendo calor de la sala de deliberaciones, y por las prisas y ganas de acabar con el asunto, el resto de miembros del jurado tratan de convencer al doceavo de que se decante por un veredicto de culpabilidad pero, sorprendentemente, éste consigue ir incorporando poco a poco razonamientos que empiezan a hacer dudar al resto de componentes.


              "Doce hombres sin piedad" es una película directa y sin concesiones. Lumet no pierde el tiempo con presentaciones inútiles (de hecho, ni siquiera nos permite conocer el nombre de los diferentes personajes), sino que va directo al grano haciendo que las diferentes opiniones y puntos de vista que expone el miembro que discrepa del resto vayan adquiriendo una inesperada fuerza y sentido en todo el proceso. Es cierto que el guión no permite tratar de una forma más benévola a algunos de los personajes que de forma más férrea defienden el veredicto de culpabilidad (o se empiezan a mostrar muy a favor o muy en contra, sin llegar a contemplar una posición más intermedia).


              Sin embargo, es admirable lo apasionante que llega a resultar el guión de esta película. No sólo es sólido como el hierro, sino que es impresionante ver cómo, casi sin resultar cargante, el miembro discordante empieza a plantear serias dudas sobre un proceso que, en el caso de fallar a favor de la culpabilidad, supondría la condena a muerte del acusado. Del mismo modo, sorprende la aparente frialdad con la que el resto de miembros se toma el hecho de decidir el futuro del joven, sin importantes lo más mínimo, el un principio, los hechos poco claros del proceso que pueden hacer que la balanza se decante hacia un veredicto diferente.


              Por último, destaca con una fuerza bárbara la soberbia actuación de Henry Fonda, quien no sólo da la sensación de no estar actuando en absoluto, sino que con su capacidad expresiva es capaz de transmitir los detalles más sutiles y convincentes. Es así como destacan momentos únicos como la recreación de cómo uno de los testigos del proceso (un viejo cojo) dice que vio en el lugar del crimen al acusado, o cómo se saca del bolsillo una navaja automática idéntica a la que la acusación ha identificado como la extraña arma homicida.


              "Doce hombres sin piedad" es una película tremenda, filmada con una sobriedad poco frecuente en los debuts de un director -claro que, luego, es fácil observar lo que ha representado la inmensa carrera de Sidney Lumet dentro de la historia del cine-, por lo que la sorpresa agradable ante una película como ésta es aún mayor. En a penas hora y media de película, Lumet despliega todo su talento para firmar una obra redonda y llena de una fuerza moral que pocas veces se ha visto en una pantalla de cine. Puede ser que la acompañen en este grupo otras obras redondas como "Matar a un ruiseñor - To kill a monkingbird, 1962" o "La lista de Schindler - Schiondler's list, 1993", aunque filmada con muchas más limitaciones y restricciones presupuestarias por lo que, en este caso sí, el reconocimiento que se le debe es un poco mayor.



              • MR. HYDE DICE:

              Vi "Doce hombres sin piedad" casi como una obligación para alguien a quien el pirra el cine. Había oído decir que era un buena película, que era la primera que había hecho Lumet y todo ese rollo. Por tanto, mi predisposición era positiva al comenzar a verla. También es cierto que me tiraba un poco para atrás pensar que toda la acción de la peli se reduce a una cochambrosa habitación de la que no salen los protagonistas en todo el rato que dura la cosa. Y es por eso que mi sorpresa fue tan grata cuando, a medida que iba avanzando la historia, me sentía cada vez más enganchado.


              "Doce hombres sin piedad" es una película buenísima, tanto por sus actuaciones (un tanto teatrales en ocasiones, pero sobresalientes en cualquier caso), como por la forma en que está hecha. Repito: no salen de una habitación en todo el rato, pero el guión y el argumento son tan cojonudos que te tienen con la mirada clavada en la pantalla todo el rato.


              Por un lado, flipas de ver cómo la peña es capaz de mandar a un criajo a la silla eléctrica sólo porque tienen entradas para un partido de fútbol y no quieren que el proceso les haga llegar tarde, o porque están cabreados con sus propios hijos y lo pagan con un pobre diablo o, aún peor, porque el voto de culpabilidad es el que da la mayoría y no quieren ser la voz disonante. Menos mal que los argumentos y puntos de vista que expone el espabilado de Fonda (de Oscar su actuación) les hace ir abriendo poco a poco los ojos, y dándose cuenta de que no todo está tan claro como parecía.


              Será antigua, será en blanco y negro, y será una obra de teatro calcada en el cine, pero "Doce hombres sin piedad" es un ejemplo de cómo hacer buen cine con buenos ingredientes, y de cómo no son necesarios tantos pedos cerebrales para hacer una obra redonda. Y, si encima te paras a pensar que es la primera que hizo Lumet, pues ya flipa en colores. Hacedme caso, que éste es otro de los clásicos que os alegraréis de haber visto. Además, en hora y media ya te la has visto. Buen cine y breve. ¿Qué más queréis?