sábado, 31 de marzo de 2012

CINE A DESCUBRIR: "RED SIREN (LA SIRENA ROJA)"

TÍTULO: RED SIREN (LA SIRENA ROJA)

DIRECTOR: OLIVIER MEGATON

REPARTO: JEAN-MARC BARR, ASIA ARGENTO, ALEXANDRA NEGRAO, FRANCES BARBER, ANDREW TIERNAN

DURACIÓN: 115 min.

AÑO: 2002

GÉNERO: THRILLER

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Dentro del cine galo más moderno y, más concretamente, del cine policiaco de acción y de intriga, la figura de Luc Besson ha supuesto una influencia básica en la realización de nuevos largometrajes. O bien la mayoría de los que consiguen ver la luz más allá de sus fronteras están producidas o escritas por el director francés, o su estilo está inspirado irremediablemente en cualquiera de sus largometrajes. Directores como Gérard Krawzyk, Pierre Morel o Louis Leterrier, deben a Besson su introducción en el cine más comercial (tanto francés como estadounidense), al igual que Olivier Megaton, responsable del film que hoy nos ocupa y que, a lo largo de los últimos años, se ha convertido en uno de los directores predilectos de Besson para rodar varios de los últimos guiones que éste ha escrito. “Red siren (la sirena roja)” suponía el debut en la dirección de Megaton, que supo confeccionar un acertado cocktail de acción y suspense, mezclado con un estilo típicamente de road movie, al que le sumaba la extraña y entrañable relación que se establecía entre un antiguo mercenario y una niña desamparada.


    Alice (Negrao) es una niña pequeña que acude a una comisaría de policía, acusando a su madre, Eva (Barber) de matar a gente. Según puede investigar la detective Anita (Argento), puesta al frente del caso, Eva posee una red de producción de películas snuff aunque, por desgracia, no se puede probar nada. Además, los contactor que tiene Eva son muy poderosos por lo que, contra la voluntad de Anita, devuelven a Alice a su madre. Sin embargo, antes de que ésta la pueda recuperar, la pequeña se escapa, encontrando en Hugo (Barr), un antiguo francotirador del ejército francés, un inesperado aliado en su huida materna. El objetivo de Alice será encontrar a su padre, que vive en Portugal, quien podrá protegerla. Será entonces cuando ambos emprendan un viaje, perseguidos también por Anita, lleno de peligro emboscadas.


    "Red siren (la sirena roja)" es una película de suspense con grandes dosis de acción. Por fortuna, las secuencias más movidas y violentas del film se encuentran pelnamente justificadas por el argumento de la misma por lo que, a pesar del exceso de exageración o de la espectacularidad de los momentos de mayor acción, ésta no se contempla como un elemento desfavorable del largometraje, sino como la consecuencia lógica del desarrollo de la historia. Además, la introducción de un personaje como el de la pequeña Alice sirve también como contrapartida al del antiguo soldado que aún carga en su conciencia los asesinatos que cometió durante la guerra de Bosnia. Por lo tanto, "red siren (la sirena roja)" se diferencia de otras producciones similares por ofrecer un punto de vista más amabale representado por el contrapunto entre un soldado puro y duro y una criatura inocente que lo único que quiere es poder reunirse con su padre y escapar de esa misma violencia.


    Por lo que respecta al resto del largoemtraje, se debate entre el suspense de descubrir si (todos) "los buenos" podrán escapar de los "malos" y, de ser así, cómo lo lograrán. Cierto es que, tras un arranque prometedor, el film acaba convirtiéndose en una roda movie violenta y que, algunos episodios como el rescate de la policía que también ha seguido a la niña y su posterior curación de heridas en una capilla, cae de lleno en los tópicos más frecuentes del género. Sin embargo, así y todo, "Ren siren (la sirena roja)" se las ingenia para seguir siendo una película la mar de entretenida, que consigue hacer pasar al espectador un rato distendido.



  • MR. HYDE DICE:

  • Vale, ya sé que de tanto hablar de pelis francesas, igual, alguno de vosotros les acaba cogiendo un poco de tiña. Pero qué queréis que os diga, el cine francés (al igual que el italiano, que conozco menos) tiene unos peliculones de aúpa. Y, los que no son tan buenísimos, resultan lo suficientemente interesantes como para que merezca la pena hablar de ellos. Además, la mayoría de ellos no son demasiado conocidos –por desgracia- entre nosotros, que nos llegan con cuentagotas, así que supongo que esta es una buena ocasión para daros a conocer pelis que, si tenéis ocasión, merece la pena ver. Dicho todo este bodrio a modo de justificación, toca hablar de “Red siren (la sirena roja)” que, aunque así a bote pronto tenga nombre de club de alterne, es una peli cojonuda que mezcla intriga y acción.


    El principio de “Red siren (la sirena roja)” me recordó un montón al argumento de “Tesis – 1996”, con toda esa primera parte de la cría llegando a la comisaría de policía y diciéndole a esa detective que está cañón “Mi mamá hace daño a la gente” para, momentos después, empezar a tratar el tema de los vídeos snuff. Pero no os engañéis, que enseguida se cambia de tercio y todo lo del snuff queda como excusa para contarte la huida de la pobre cría y la persecución de los malos de turno. Y eso es lo bueno, que en vez de contar otra vez lo mismo sobre el tema, sino que la peli se convierte en una especie de juego de cazadores y cazados, llena de momentos bestiales de acción, y con la intriga de saber qué se esconde detrás de toda la historia que no para de contar la niña. Para los más frikis del género, digamos que sería una mezcla de peli de carretera (todo lo que incluye la huida de la niña con el ex-soldado) y de peli de acción con suspense (lo que tiene que ver con encontrar al padre de la criatura, el asedio de los matones a la niña y su protector, etc.).


    Es verdad que la historia, una vez que ya te han contado de qué va, y qué es lo que quieren conseguir los protas, deja un pelín que desear. Pero en el sentido de que depende mucho más de cómo está hecha la peli que de lo que te cuenta. AL fin y al cabo, al ser una persecución continua, hay muchos momentos de conversaciones banales en coche, y mucho de los malos siguiendo a los buenos como el jueves al miércoles. Eso sí, de repente, en medio de todo eso, te cascan una secuencia como la del asalto de los sicarios al motel cochambroso en el que se están escondiendo los buenos, donde no dejan un ladrillo el pie, y que a ti te deja con la boca abierta (tanto lo que pasa con luz normal, como a oscuras con la visión nocturna, o con un pitido unísono como sonido porque del zambombazo que han metido han dejado medio sordo al protagonista). Y, por supuesto, toda la parte final, dentro de la nave industrial donde acaban todos a tiro limpio, y descubriendo las pocas sorpresa que ya quedaban pendientes.


    En fin, que “Red siren (la sirena roja)” es una peli de acción e intriga bien hecha, entretenida y muy interesante, poco conocida por aquí, pero que merece la pena ver para, primero, pasar un buen rato y, segundo, conocer una peli poco publicitada con la que garantizan hora y pico de diversión y emoción. Es intrascendente, pero muy chula.




    viernes, 30 de marzo de 2012

    ESTRENOS DE VIDEOCLUB: "EL GATO CON BOTAS"

    TÍTULO: EL GATO CON BOTAS

    DIRECTOR: CHRIS MILLER

    REPARTO: DIBUJOS ANIMADOS

    DURACIÓN: 90 min.

    AÑO: 2011

    GÉNERO: ANIMACIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • A pesar de saber que, en Hollywood, hacen lo imposible por seguir explotando filones comerciales en las películas que producen, hay ocasiones en que el descaro con el que lo llevan a cabo resulta casi irritante. Cuando se estrenó "Shrek 2 - Shrek 2, 2004", el éxito arrollador que tuvo el largometraje se debió tanto al buen sabor de boca que había dejado su predecesor, como a la introducción del personaje de El gato con botas quien, con una facilidad pasmosa, se las ingeniaba para robarle cada plano al Asno, anterior personaje revelación de la serie. Evidentemente, ante tal reacción, era cuestión de tiempo que los directivos de Dreamworks- productora de todos los films de Shrek- decidiera probar suerte y realizar un film únicamente centrado en tan dicharachero personaje. Ahora bien, que después de cuatro partes de "Shrek", otros tantos telefilms para televisión, "El gato con botas" lo tenía complicado para triunfar al mismo nivel que lo habían hecho el resto de largometrajes.


    El gato con botas, un forajido seductor y aguerrido, se ve envuelto en una misión complicada. Seducido por una atractiva gatita llamada Kitty Zarpas Suaves, y por la antigua relación que le une a otro personaje con forma de huevo llamado Humpty Dumpy, El gato con botas se lanza a la búsqueda de unas habichuelas mágicas que, según se cuenta, son capaces de llevar hasta una oca que pone huevos de oro que, por supuesto, le podrían volver inmensamente rico. El problema es que dichas habichuelas se hallan en poder de dos malvados personajes, Jack y Jill quienes, por supuesto, no se lo pondrán nada fácil al Gato.


    "El gato con botas" es un film "fabricado" exclusivamente para el público infantil. Por desgracia, no se encuentra junto con esos otros films animados en los que la calidad del propio producto está a la altura del nivel de entretenimiento que ofrecen. Más bien al contrario, a excepción de alguna que otra secuencia de acción (el excelente duelo de bailes entre Gato y Kitty, el robo de las habichuelas a bordo de una diligencia o el final con la oca gigante en busca de su cría) son las pocas que consiguen que la atención del público más adulto se centre en aquello que se le está contando.


    La culpa, empero, no hay que achacársela ni a la realización -correcta- ni al diseño de los personajes -el juego de luces con el que está hecha la película es excelente- ni, tampoco, al dobaje -extraordinario trabajo por parte de un inspirado Antonio Banderas-. El talón de aquiles de "El gato con botas" es el guión, insulso y simplón a más no poder. En lugar de decantarse por una historia que le permitiera más a su personaje principal ganarse el afecto por igual de pequeños y mayores, "El gato con botas" opta más por recurrir a los trucos y giros más fáciles para animar la función. La consecuencia más inmediata de ello es la acumulación de momentos tediosos, secuencias sin la emoción que pretende desprender la acción que se acumula en ellas, y la sensación en el espectador de que, como dice el refrán, para ese viaje no hacían falta alforjas.


    Por supuesto, esto no quiere decir que para el público infantil, "El gato con botas" no sea una buena opción a la hora de ver en casa ya que, en la gran mayoría de los casos, cumplirá su propósito: entretenerlos y divertirlos a partes iguales. Pero, volviendo a lo dicho, que el público más adulo opine lo mismo, ya es otra historia.



  • MR. HYDE DICE:

  • "El gato con botas" es la típica película que más vale que te veas con un crío pequeño al lado, y porque toque sesión de cine casero con él porque, como te dé por verla a ti solo (o en compañía, pero de adultos), lo más probable es que pasen dos cosas: o que te duermas, o que la apagues por pensar que es una chorrada monumental. Eso sí, en caso de verla con algún nene pequeño, seguro que a él/ella le gustará y puede que a ti, con un poco de suerte, si el nano de turno disfruta, pues hasta te haga un poco de gracia.


    Es una pena que, con la gracia que tenía el gato de la segunda parte de "Shrek" -en las otras, sigue siendo simpático, pero con mucha menos chispa-, estos yanquis hayan decidido exprimir tantísimo la gallina de los huevos de oro hasta ser tan cansinos. ¿Es que nadie les enseñó eso de que lo poco agrada y lo mucho cansa? Si la misma jodida broma del gato la repiten doscientas veces, acaba por ser un bodrio, mientras que con hacerlo así simpatiquito, ya lo habían bordado. Pues no, se ve que como no habían hecho suficiente pasta con las cuatro partes del ogro verde (con la primera y, si me apuráis, la segunda, había más que de sobra), pues le han dado una peli propia al gato de marras. Y sí, el bicho es muy simpático y Antonio Banderas lo hace de lujo poniéndole la voz, pero es un montonazo de ruido para dos nueces de porquería.


    La historia de "El gato con botas" es un refrito de cuentos populares (sobretodo lo que tiene que ver con las habichuelas mágicas), y con un argumento chorra a más no poder. Y estoy seguro que los que escribieron el guión lo sabían, y confiaban en que a la hora de dibujar al gato y de hacer todas las secuencias de persecuciones, luchas de espadas y demás, los de Dreamworks se lucieran, porque si la película tenía que depender sólo de lo que te cuentan, apaga y vámonos. Por eso os digo que a los críos seguro que les encanta la peli porque, para los más mayores, ni tiene interés más allá de los primeros diez minutos, ni tiene gracia (aparte de dos o tres chistes de Antonio Banderas), ni es emocionante. Vamos, que te la pela olímpicamente lo que le pase al gato ese de las pelotas.


    Eso es algo que, en otras películas de dibujos animados no pasaba. Por supuesto, no vamos a entrar a hablar de las de Pixar pero, por seguir con las de Dreamworks, aún recuerdo lo chulísima que estaba "Cómo entrenar a tu dragón - How to train your dragon, 2009" e, incluso, lo entretenida que era una tontería como "Kung fu panda 2, Kung fu panda 2, 2010". Pues "El gato con botas" ni me ha parecido tan divertida y, por supuesto, ni la mitad de buena que la de los dragones. Por supuesto, también hay que tener claro de qué tipo de película estamos hablando, ya que canta a la legua que el único interés de "El gato con botas" es hacer que los papás tengan que ir con sus nenes al cine a verla y, de paso, que se gasten los duros en el 3D para que el mocoso de turno deje de patalear. Esto es algo que, por suerte, en el videoclub te ahorras, aunque el resultado de la peli sea el mismo: una patata cocida.


    No es que "El gato con botas" sea mala -que no lo es- ni que sea aburrida, ya que tiene sus momentos de más aventura (yo, personalmente, me quedo con el duelo de baile que hacen el gato y la gata, no sólo por la música de Henry Jackman sino por lo graciosa que es la escena). Pero, como película, se apoya demasiado en la gracia del personaje del gato, cosa que dura los primeros diez minutos. El resto, pues está bien pero vamos, que no es de las que te volverías a ver con una sonrisa en la cara recordando lo mucho que te gustó la primera vez. Así que, ahora que van a venir unos días de vacaciones por Pascua, pues si tenéis que entretener a algún nene, os va que ni pintado que "El gato con botas" haya salido esta semana en alquiler. Para los demás, os advierto de que no merece la pena.




    jueves, 29 de marzo de 2012

    CINE ACTUAL: "KILL BILL VOL.1"

    TÍTULO: KILL BILL VOL.1

    DIRECTOR: QUENTIN TARANTINO

    REPARTO: UMA THURMAN, DARYL HANNAH, LUCY LIU, VIVICA A. FOX, MICHAEL MASDEN, JULIE DREYFUSS

    DURACIÓN: 111 min.

    AÑO: 2003

    GÉNERO: ACCIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • La aportación al cine reciente de Quentin Tarantino es indiscutible. Independientemente de que sus films agraden a un público más o menos amplio (hasta él mismo debe ser consciente de ello), hay que admitir que este ex-empleado de un videoclub y amante de las películas japonesas y del Oeste (de Sergio Leone, para ser más exactos) ha sabido ofrecer una perspectiva original y terriblemente fresca a la hora de plasmar en imágenes sus propias –y violentas- historietas. Desde su sorprendente debut con “Reservoir dogs – Reservoir dogs, 1992” hasta la consagración que alcanzó con “Pulp fiction – Pulp fiction, 1994”, Tarantino ha procurado siempre mantenerse fiel a su propio estilo, no sólo convirtiendo el estreno de cada nueva película en todo un acontecimiento, sino siendo capaz de crear historias que, a pesar de sus elevadas dosis de brutalidad y del estilo fílmico con aire retro de la mayoría de ellas, fascinan e interesan a partes iguales a los espectadores. En el caso de “Kill Bill Vo.1”, Quentin Tarantino parte de una idea conceptual básica –la venganza- a partir de la que desarrolla todo un argumento plagado de violencia y, sobretodo, ingeniosos diálogos que sus personajes recitan como si de una obra de teatro clásico se tratara (sobretodo en la segunda entrega). Uma Thurman, que ya había trabajado previamente con Tarantino en “Pulp fiction” es su absoluta y arrebatadora protagonista


    Una mujer sin nombre, a la que apodan “La Novia” (Turman) es salvajemente atacada por un escuadrón de asesinos a sueldo del que ella antaño formaba parte, durante su boda y estando embarazada de casi nueve meses. A causa de las graves heridas, queda en coma, despertando unos años después. Tal y como consigue averiguar al escapar del hospital, el ataque fue ordenado por el líder de la banda de asesinos, llamado Bill. Desde ese momento, el único objetivo de “La Novia” será dar caza uno a uno a su antiguo grupo de compañeros, empezando por Vernita Green (Fox) –convertida ahora en una maternal ama de casa- y O-Ren Ishii (Liu) –quien vive como una auténtica capo de la mafia japonesa-, y continuando con Elle Driver (Hannah) y Budd (Madsen), hermano de Bill. Por supuesto, el objetivo final de tal vendetta será matar a Bill.


    Hablar de una película escrita y dirigida por Quentin Tarantino es casi lo mismo que hablar de una historia de violencia desmesurada. De hecho, son pocas las ocasiones en que el realizador estadounidense se presenta más comedido a la hora de concebir argumentos que no vayan acompañados de una gran carga de muertes, sangre y balas. En esta ocasión, con “Kill Bill Vol.1” se acerca más a la realización de films de mediados de la década de los setenta como, por poner un caso, “Juego con la muerte – Game of death, 1973”. De ellos y de otros tantos, Tarantino extrae tanto algunos guiños a los espectadores más cinéfilos (el mono amarillo a franjas negras que luce La Novia, directamente inspirado en el que lucía el malogrado Bruce Lee en “Juego con la muerte”, o el vestuario de la banda de asesinos liderada por O-Ren, basada en la serie "The green hornet", también protagonizada por Lee), como un tono poético de diversas escenas como, por ejemplo, en los enfrentamientos entre La Novia y Vernita Green (parece sacado de cualquier film de la conocida como Trilogía del dólar de Sergio Leone), o entre La Novia y O-Ren (esa poetización con la que está realizada toda la secuencia, bajo la nieve, recuerda al los momentos propios antes de que los personajes de Charles Bronson y Henry Fonda se liquidaran en “Cuando llegó su hora – Once upon a time in the West, 1968”).


    En lo que concierne a los aspectos más técnicos del film, Tarantino se rodea de algunas figuras de primera línea, como es el caso del multioscarizado director de fotografía Robert Richardson o su montadora habitual, la recientemente fallecida Sally Menke. Todo ello, junto con la genial caracterización de Uma Thurman como letal asesina a sueldo (Thurman resulta convincente tanto sosteniendo una katana como razonando ante una asesina a sueldo enviada para matarla que no piensa hacerle daño porque está embarazada y ahora ve las cosas de otra forma), hace que una película como “Kill Bill Vol.1”, independientemente del grado de salvajismo que puedan contener algunas escenas, sea un largometraje de lo más atractivo y, por qué no reconocerlo, entretenido. Puede que no de los que se acaban viendo más de una vez, pero sí de los que se recuerdan tras un solo pase.



  • MR. HYDE DICE

  • ¡Buah, pues no se le va la pinza al colega ni ná! ¡Juas! En serio, no sé qué se fuma Tarantino, pero el colocón tiene que ser espectacular, porque “Kill Bill Vol.1” es una ida de flapa de tres pares de narices. ¡Pero lo más extraño de todo es que mola! Supongo que sólo alguien que tenga un talento especial es capaz de montarse una paja mental como la que es esta peli y hacer que a la peña le guste ver a Uma Thurman repartiendo mandobles a base de katana. Lo que es la historia base de “Kill Bill Vol.1” está guapa, y más clara que el agua: una tipa a la que le dan un buen repaso sus antiguos colegas de “profesión” decide vengarse de ellos, mandándolos a criar malvas. Clarísimo. Ahora, teniendo en cuenta que es una peli de Quentin Tarantino, no todo se iba a reducir a las cuatro secuencias de acción de turno, sino que todo iba a tener su toque especial. Y de eso, vista la peli, no hay ninguna duda, porque el tufillo al creador de “Pulp fiction” se huele por los cuatro costados.


    ¿Y qué quiero decir con eso de que canta a la legua que es una peli de Tarantino? Pues varias cosas. Para empezar, la música. El tío te hace una remezcla rara de canciones que, por algún extraño motivo, resulta que le van bien a las imágenes de la película, tal y como las monta él (empezando por Battle without honor or humanity, de Tomoyasu Hotei –pedazo de tema-, o esa rayada que es Ironside, de Quincy Jones). Después, la forma de rodar las peleas. Es como si estuvieras viendo una película del Oeste de hace cuarenta años, con los dos enfrentados mirándose desafiantes antes de empezar a darse de leches, con esos primeros planos de los ojos a lo Sergio Leone. Además, hay detalles del argumento made in Tarantino que no engañan a nadie, como ver a La Novia mirándose los pies para poder empezar a andar después de despertar del coma, que la furgoneta en la que huye del hospital se llame “coñoneta” –ahí, ahí, con un buen par-, o que al tío ya se le vaya la olla definitivamente y te cuente una parte de la historia en blanco y negro o en dibujitos manga.


    Pero lo que hace de “Kill Bill Vol.1” una peli de Tatantino al cien por cien es, sin duda, la violencia. Aquí, es mucho más explícita que en “Reservoir dogs” y muchísimo más gratuita que en “Pulp fiction”. Y si no, esperad a ver ese trozo de casi diez minutos en el que La Novia se carga y mutila a unos cien japoneses –o chinos, o lo que coño sean- con su katana, casi sin pestañear. Por supuesto, es la escena cumbre de la película, y la más esperada. Y, para ser sincero, aunque suene un poco bestia, es una gozada ver cómo la tía se carga a todos los chinacos como si estuviera cortando una loncha de jamón. Claro que, como es Tarantino, también aprovecha la ocasión para meter de por medio a una especie de asesina de unos quince años (!), vestida con uniforme escolar (!!), y que se carga a quien le dicen con una especie de honda con pinchos (!!!), o para rodar parte de esa súper pelea a contraluz


    En fin, que quien quiera ver “Kill Bill Vol.1” sepa a lo que va. No sabría muy bien si decir si es una buena película o no. Pero de lo que no hay duda es que es muuuuuy recomendable para los fans de Tarantino (el resto, mejor, abstenerse). La lástima es que no se lo haya tomado un pelín más en serio, como hizo con “Malditos bastardos – Inglorious basterds, 2009”, y que haya que esperar a ver “Kill Bill Vol. 2 - Kill Bill Vol. 2, 2004” para saber no sólo el final de la historia, sino también si el viaje ha merecido la pena. Eso sí, para saberlo, tendréis que leer la crítica que le hagamos a esa segunda parte, jejeje.




    miércoles, 28 de marzo de 2012

    CINE DE LOS 90: "EL PACIFICADOR"

    TÍTULO: EL PACIFICADOR

    DIRECTORA: MIMI LEDER

    ACTORES: GEORGE CLOONEY, NICOLE KIDMAN, MARCEL IURES, ALEXANDR BALUEV, RENE MEDVESEK, ARMIN MUELLER-STAHL

    DURACIÓN: 118 min.

    AÑO: 1997

    GÉNERO: THRILLER DE ACCIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • En el momento de su estreno, "El pacificador" acaparó la atención más por ser la primera producción de Dreamworks SKG -la compañía productora de Steven Spielberg, entre otros-, que por la calidad del propio producto. Tal vez sea por ello, que este correcto thriller de acción no recibió la consideración como puro entretenimiento que debía tener. Sin embargo, lo que sí ha quedado demostrado es que, como largometraje de suspense, el resultado que ofrece este film es más que satisfactorio, ya que no sólo cuenta con un interesante y bien urdido argumento, sino que su puesta es tan espectacular como trepidante.


    Un tren ruso, que transporta una serie de bombas nucleares, es atacado durante su recorrido, siendo robadas estas armas nucleares antes de provocar un devastador descarrilamiento para encubrir el robo. Detrás de ello, se encuentra el general de la antigua Unión Soviética Aleksadr Kodroff (Baulev), quien pretende vender las armas en el mercado negro. Al frente del caso se asigna a la doctora especialista en armas termonucleares Julia Kelly (Kidman) quien, con la ayuda de un rudo coronel del ejército estadounidense llamado Thomas Devoe (Clooney) investigará las causas de dicho siniestro. El verdadero problema vendrá cuando sospechen que una de las bombas se pretende introducir en los Estados Unidos para ser detonada, lo que desatará una frenética carrera contrarreloj para impedir que esto suceda.


    A pesar de no compartir con el mismo grado de intensidad mi predilección por "El pacificador" como hace Hyde, hay que admitir que el film es un entretenimiento de lo más digno y correcto. Cierto es que se agradece enormemente que los responsables del largometraje se hayan preocupado lo suficiente como para que "El pacificador" cuente una historia. Dicho así, puede parecer algo obvio pero, si se analiza con más detenimiento lo que ha sido el cine de suspense y acción más reciente, es fácil comprobar cómo, en la inmensa mayoría de las ocasiones, los directores / productores / guionistas se preocupan más de aspectos más visuales que congreguen a la mayor cantidad posible de espectadores, aunque los libretos de dichas películas sean casi inexistentes o, aún peor, ridículos. Por fortuna, eso es algo que no sucede con "El pacificador".


    En efecto, el guionista Michael Schiffer urde una compleja trama de terrorismo internacional y tráfico de armas, en la que no sólo se incluyen aspectos poco tratados en las producciones cinematográficas norteamericanas -la crisis de los Balcanes-, sino que se enmarca todo en un espectáculo de acción donde el público se sube a una montaña rusa trepidante, desde la que participa en una espectacular carrera contrarreloj para impedir que ocurra una masacre de proporciones dantescas. Asimismo, este buen resultado se obtiene gracias a la pericia que demuestra la debutante Mimi Leder a la hora de ponerse al frente de un thriller de acción así, planificando verdaderas set pièces de tensión (excelente los últimos quince minutos de metraje) y acción de lo más efectivas (la huida por las calles de Viena o el prólogo, con la ejecución de un sensacional robo entre trenes en marcha y a gran velocidad).


    Por su parte, George Clooney y Nicole Kidman parecen dejar a un lado los papeles más serios a los que tienen acostumbrado al público para desarrollar una química especial como pareja en esta película, demostrando no sólo que son igual de creíbles empuñando una pistola y desactivando una bomba, que haciendo de abogados con conciencia o de escritoras clásicas traumatizadas. En "El pacificador", tanto uno como otra se lo pasan bien, y esa misma sensación se la transmiten al público que los acompaña en sus aventuras. Así pues, aunque no se trate de una de las mejores películas de la década, ni de uno de los títulos más significativos en la filmografía de sus principales estrellas, sí que es, sin duda, uno de los más divertidos y trepidantes.



  • MR. HYDE DICE:

  • No sé decir si, como película, "El pacificador" es buena, mala o regular. Lo que os puedo decir es que a mí me encanta. Es una peli de acción cojonuda y diferente a esas en las que un coche revienta por los aires en cuanto le disparan al depósito de la gasolina, y donde los malos disparan más balas que ni en el frente de cualquier guerra. Aquí, la historia es interesantísima, y la tensión con la que "El pacificador" está hecha te tiene enganchado al sofá desde el principio y hasta un final trepidante a más no poder. Ya para empezar, llama la atención ver a George Clooney y a Nicole Kidman saliendo en una peli de este tipo (no es que sea muy normal para ello, visto el tipo de películas que suelen hacer), así que no tengo ni idea de si es porque el amigo George todavía se estaba abriendo un hueco el Jolibú, o porque pensó que la peli de verdad era tan buena.


    De cualquier modo, lo que empieza siendo una especie de historieta de esas de espionaje entre americanos y rusos, de repente se convierte en un peliculón cojonudo de intriga y acción. Lo bueno de "El pacificador" es que es entretenida y trepidante sin que su argumento tenga más agujeros que un queso gruyère, y donde sea más importante los músculos del guaperas de turno o el número de volteretas que hacen en el aire antes de disparar al malo. Aquí, la historia es cojonuda, está hecha de coña, y la acción es constante durante casi todo el rato hasta que, como os decía antes, llega la parte final en la que estás apretando el ojete durante casi veinte minutos que dura esa especie de juego de caza al malo por las calles de Nueva York, y donde casi parece que respires a la misma velocidad que los dos protagonistas.


    Además, "El pacificador" tiene un tufillo muy a lo James Bond al cambiar cada dos por tres la localización de la acción, pasando de Rusia a los Estados Unidos, de ahí a Austria y Bosnia y, por fin, de vuelta a los EE.UU. Y, en cada uno de estos sitios, pasa algo que no te hace ni pestañear. Para empezar, el secuestro de las armas nucleares del tren ruso y la explosión de después son impresionantes; después, cuando van a Viena para obtener una información y empieza una persecución entre el Mercedes de Clooney & Kidman y los BMW de los malos, ya ni te cuento (mucho más violenta de lo que recuerdo haber visto una persecución); más tarde, en Bosnia, cuando Clooney tiene que recuperar desde un helicóptero las bombas del camión, no te dejan ni parpadear; y, por supuesto, cuando tienen que pillar al terrorista por las calles de Nueva York antes de que la líe parda, eso ya es la leche.


    Pero, si hay algo muy especial que resaltar en "El pacificador" es la impresionante, inmensa, brutal, cojonuda y cuantos calificativos más se le quieran dar a la banda sonora compuesta por Hans Zimmer -¡quién si no!-. Mira que soy incondicional de Hans, pero es que la música que el colega germano ha compuesto para "El pacificador" es una pasada (da igual que la escuches con la película o sólo el disco, no cambia para nada). Sin ella, ya os digo yo que la película no tendría ni la mitad de tensión, ni parecería tan emocionante la acción.


    En fin, que si os lo queréis pasar pipa con una peli súper chula de acción de la buena (nada de mamonadas fantasmales como las de disparos a cascoporro), "El pacificador" es vuestra película porque, además de tener una historia con gancho -más de una cosa que te cuentan sobre la Guerra de los Balcanes te hace pensar, sobretodo lo que cuenta el terrorista en un momento dado, o como cuando revive la tragedia que sufrió con su familia-, es un espectáculo de primera. Además, como no tuvo mucha repercusión, tampoco es mal momento para verla y darse cuenta de lo guapa que está. Y hablando de guapas, creo que es de las últimas películas, antes de cagarse la cara con el botox, en que Nicole Kidman sale guapísima. Lo dicho, que "El pacificador" se sale.




    martes, 27 de marzo de 2012

    CINE DE LOS 80: "COCOON"

    TÍTULO: COCOON

    DIRECTOR: RON HOWARD

    REPARTO: STEVE GUTTENBERG, BRIAN DENNEHY, DON AMECHE, JESSICA TANDY, WILFORD BREMLEY, JACK GILFORD, TAHNEE WELCH, HUME CRONYN

    DURACIÓN: 117 min.

    AÑO: 1985

    GÉNERO: CIENCIA FICCIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Tras haber conseguido un notable éxito con "1, 2, 3... ¡Spalsh! - Splash!, 1984", la película que lo daría a conocer como director, Ron Howard consiguió seguir abriéndose un hueco en la industria cinematográfica estadounidense con un producto que combinaba la comedia amable con la ciencia ficción inevitablemente influenciada por los films de Steven Spielberg, logrando así que el resultado final fuera una grata sorpresa que conseguía, a la vez, satisfacer a quienes buscaran un largometraje de aventuras y a quienes persiguieran, tan solo, pasar un rato entretenido. En efecto, "Cocoon" partía de una historia de lo más original en la que, a partir de clichés conocidos del cine fantástico (extraterrestres que se cuelan entre los humanos con el fin de conseguir un determinado objetivo), ofrecía una nueva perspectiva al convertir en sus protagonistas absolutos a una pandilla de ancianos de lo más simpáticos.


    Art (Ameche), Ben (Brimley), Joe (Benley) y Bernie (Gilford) son un grupo de ancianos que viven en una residencia de Florida. Juntos, suelen colarse a hurtadillas en la piscina de una gran mansión colindante, en la que sus dueños casi nunca están, para poder disfrutar del agua. Sin embargo, cuando unos nuevos y extraños inquilinos, encabezados por Walter (Dennehy) y la bella Kitty (Welch), alquilan la casa, el grupo de ancianos no desiste en su intento de seguir colándose en la piscina. Sin embago, lo que no sospechan es que, tanto Walter como Kitty, en realidad son extraterrestres que han vuelto a la Tierra para rescatar a una serie de amigos alienígenas que se encuentran encerrados en una especie de capullos enormes, en el fondo marino, y a los que extraen gracias a la ayuda y al barco de un joven marinero llamado Jack (Guttenberg), para luego depositarlos en esa misma piscina. Como consecuencia de sus baños en las aguas afectadas por la presencia de estos grandes caparazones, los ancianos comienzan a experimentar una asombrosa sensación de rejuvenecimiento.


    Hablar de "Cocoon" como una película de ciencia ficción o como una comedia no es desacertado. Ahora bien, tampoco lo sería hablar de ella como una hermosísima historia de amor. Así es, una historia de amor entre un abuelo y su nieto (este episodio es uno de los más hermosos del film), entre un matrimonio de ancianos (atención a un extraordinario Don Ameche), entre miembros de una raza extraterrestre (impresionante el momento en que Walter comprueba el estado de uno de los capullos tras la intromisión masiva de ancianos en la piscina), y entre un hombre que sufre una trágica pérdida personal en su vida (otra de las secuencias más conmovedoras es la de Bernie en la piscina con su mujer). Todo ello hace que el espectador se sienta identificado casi absoluta por todos los personajes que deambulan por el film, tanto con aquellos que más se merecen esta simpatía como con aquellos que parecen ganarse justo lo contrario (atención al episodio en que la mujer de Joe le echa en cara a éste sus constantes infidelidades).


    A todo ello hay que unir una puesta en escena de lo más dinámica por parte de Howard quien, pese a las limitaciones escénicas, consigue sacarle el mejor partido posible al original guión, y a unos efectos especiales muy bien hechos, y puestos en todo momento al servicio de la historia, sin resultar por ello menos espectaculares (desde la presentación de los alienígenas en su forma original hasta el trepidante final en el que hace su entrada la gigantesca nave espacial). Además, gracias a la colorida y cálida fotografía de Don Peterman y a la estupenda banda sonora de James Horner -atención al tema Ascension-, el largometraje consigue transmitir en mayor medida esa sensación de agrado al público, que disfruta de igual manera tanto con las escenas plagadas de efectos especiales, como son la sorpresa que supone contemplar a un grupo de gente mayor sentirse jóvenes de nuevo. De este modo, "Cocoon" es un film de lo más recomendable, pensado y realizado con el exclusivo propósito de entretener ofreciendo un argumento más original de lo que estamos acostumbrados con este tipo de historietas, y con unas interpretaciones de lo más conmovedoras por parte de todo su reparto. Un pequeño regalo de los ochenta a redescubrir, dejando a un lado la más que prescindible segunda parte que se estrenó unos años después.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Juas, qué cracks los abuelos! No es que "Cocoon" sea un peliculón, pero me parece tan original todo lo que tiene que ver con los viejos rejuvenecidos, que me la he visto ya unas tres veces, y no digo que en un tiempo no vaya a caer una cuarta. Es como si a "E.T." le sumaras a una pandilla del imserso más desmelenados que cuando se van en verano a Benidorm, pero en plan cachondo y súper amable. Es más, para ser sincero, toda la parte que tiene que ver con la movida extraterrestre y tal (platillos volantes incluidos) no tiene tanto interés como ver a los abuelos dándolo todo cuando se vuelven a encontrar con fuerzas. Creo que es, precisamente por eso, que "Cocoon" tuvo tanto éxito, porque supo enseñar algo diferente a lo del típico niño que se hace amigo de un alien y, además, hacerlo de una forma tan simpática y tan maja sin olvidarse tampoco de incluir unos buenos efectos especiales (tanto el platillo volante y toda la parte final como el momento en que los extraterrestres se muestran como son está hecho de maravilla).


    Pero, insisto, en que lo mejor son los abuelos. Desde el momento en que descubren que si se bañan en la piscina de sus vecinos se sienten rejuvenecer por dentro, ya empieza el show. Y, por supuesto, el momento ese en el que van todos a la discoteca a dar lecciones de cómo debe uno moverse por la pista de baile es ya la leche en bote (atención al viejo presumiendo delante del jovencito gilipingo en plan gallito). A eso se une que todo el tono de la peli es así de divertido y de simpático, y que la convivencia entre los alienígenas y los humanos, tanto mayores como jóvenes, es de lo más original -tanto de los viejos con el líder extraterrestre como del dueño del barco con esa alien que está tan buena-.


    Y, por supuesto, una buena dosis de efectos especiales súper bien diseñados. Desde cómo se ve cuando los aliens se quitan esa especie de "traje humano" dejando toda la piel en el suelo como si fuera un disfraz, hasta ese final en mitad del océano, con una nave espacial enorme y luces por todos lados, y que recuerda tanto al final de "Encuentros en la tercera fase - Close encounters on the third kind, 1977". En resumen, que si queréis ver una película de ciencia ficción mezclada con comedia de lo más simpática, este clásico ochentero que es "Cocoon" os viene que ni pintado. Además, ya os digo que el hecho de que los protagonistas sean una pandilla de abuelos que se sienten rejuvenecer (brutal cuando hacen festival de saltos desde el trampolín, o la misma escena en la discoteca que os contaba antes) es algo tan divertido desde el comienzo que te enganchas a los pocos minutos. Ah, y una cosa más, preciosa la música de James Horner.




    lunes, 26 de marzo de 2012

    CINE CLÁSICO: "EL MAQUINISTA DE LA GENERAL"

    TÍTULO: EL MAQUINISTA DE LA GENERAL

    DIRECTORES: CLYDE BRUCKMAN & BUSTER KEATON

    REPARTO: BUSTER KEATON, MARION MACK, CHARLES SMITH, RICHARD ALLEN, GLEN CAVENDER

    DURACIÓN: 75 min.

    AÑO: 1927

    GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Es un verdadero placer poder reivindicar una mayor atención hacia el cine más clásico (del hecho mudo hecho en blanco y negro, para entendernos), ahora que parece que vuelve a estar de moda, gracias especialmente a esa maravilla que es “The artist – The artist, 2011” y, también en gran medida, al homenaje que Martin Scorsese dedica en su reciente “La invención de Hugo – Hugo, 2011” a la obra de Georges Meliés. Que estos largometrajes hayan interesado al público hacia sus temáticas y estilo narrativo es algo esperanzador para poder desempolvar otras viejas obras maestras, como es el caso del film que comentamos hoy: “El maquinista de la General”, la obra cumbre de un gran maestro del séptimo arte, Búster Keaton. En ella, el polifacético genio no solo se limita a actuar, sino que, como co-director del evento, también diseña algunas de las escenas más espectaculares que se habían rodado hasta el momento, encargándose asimismo de redactar un ingeniosísimo libreto en el que hay cabida para todo tipo de aventuras.


    Johnny Gray (Keaton) trabaja como maquinista, en una remota región del sur de Estados Unidos, en los albores de la Guerra de Secesión. Cuando ésta estalla, Johnny, aunque se alista en el ejército, se niega a entrar en combate, por lo que sigue desempeñando su función a bordo de la “General”, una gran locomotora. No obstante, a su novia, Annabelle (Mack) le parece una decisión de lo más cobarde, por lo que lo rechaza de forma tajante. Sin embargo, cuando una patrulla de soldados norteños secuestra la General y a Annabelle, que se encontraba a bordo, Johnny se las ingeniará para perseguir a los espías del norte, para rescatar tanto a su amada como a la máquina que conoce tan bien, teniendo que demostrar un valor y audacia extraordinarios.


    “El maquinista de la General” es una delicia de película. Absolutamente todo encaja a la perfección, desarrollando una historia con tanta emoción y aventura que casi resulta paradójico que se realizara hace tanto tiempo. No pretendemos con ello insinuar que la puesta en escena de otros cortometrajes o mediometrajes de artistas contemporáneos a Búster Keaton desmerezcan frente a este largometraje, para nada, puesto que cada una es una pequeña joya a su modo. Sin embargo, lo que sí cabe reconocerle a “El maquinista de la General” es una planificación y puesta en escena impresionante (máxime, insistimos, teniendo en cuenta las limitaciones existentes hace casi un siglo), como puede apreciarse ya no solo en la ambientación de la película -el diseño de vestuario y decorados, por ejemplo-, sino también en grandes escenas de acción: la mayoría a bordo de la locomotora (el secuestro y posterior persecución entre locomotoras, la recuperación de la General…), pero también fuera de ella (la voladura final del puente, o las secuencias de enfrentamientos entre tropas en las trincheras).


    Por consiguiente, no resulta extraño que, a día de hoy, aparte de ser considerada una obra de referencia obligatoria para todo cinéfilo que se precie, “El maquinista de la General” también es el largometraje más famoso de Búster Keaton, una gran producción en la que el cineasta combinó muy acertadamente el relato de aventuras con la comedia más simpática y talentosa. En resumidas cuentas, un film redondo, original y simpatiquísimo para disfrutar cuantas veces se desee.



  • MR. HYDE DICE

  • No sé si lo he dicho ya en alguna ocasión anterior pero, si no, os cuento que me parece admirable que más de una película, hecha hace la tira de años, siga pareciendo cojonuda vista hoy en día. Por supuesto, las de Chaplin son todas bestiales, de las que cuando pasan en algún canal más serio de la tele, no te importa volver a ver de nuevo. Pues con Búster Keaton pasa tres cuartos de lo mismo. A mí, la verdad es que Búster Keaton no me hace tanta gracia como las pelis de Charlot o Harold Lloyd. No sé si será porque el pollo siempre aparece más serio que un enterrador en sus películas (supongo que igual que el rasgo distintivo de uno es el bombín, el bigote y el bastón, el de Keaton será el de quedarse siempre serio) pero, aunque le reconozco el mérito, no es que tampoco me mate. Con una excepción: “El maquinista de la General”. Reconozco que, aquí, el buen hombre se lució y con creces, porque no sólo es una película divertidísima llena de aventuras y situaciones cómicas, sino que también es una película enorme para lo que solía ser lo normal en aquella época.


    La historia de “El maquinista de la General” tampoco es que sea el colmo de la originalidad (bueno, puede que ahora no lo sea, pero que lo petara hace casi cien años), pero lo que hace de esta película la genialidad que es tanto tiempo después, es la habilidad que tienen para, en poco más de hora y cuarto, apañárselas para hacer algo tan lleno de gags, situaciones de enredo (Keaton llega a poner a prueba la paciencia del más tranquilo con sus patanerías) y ocurrencias. Por supuesto, “El maquinista de la General” no sería lo mismo sin Keaton y su cara de pardillo, ni sin todo lo que le permite hacer ese tren tan mastodóntico y sus vagones. Pero ya os digo que, después de los primeros quince minutos en que se presenta a cada uno, el tío pisa el acelerador y no lo suelta hasta que acaba la función. Aparte, flipas aún más cuando te enteras de que todas las piruetas, volteretas, caídas y demás las hace personalmente Búster Keaton, sin dobles y a puro huevo, con un par, demostrando que no sólo es capaz de actuar, escribir, producir, dirigir y Dios sabe cuántas cosas más, sino que también le hecha un par y se curra él mismo todas las acrobacias –y ya os digo que hay bastantes, y de lo más chungas-.


    Momentos espectaculares los tiene, y a cascoporro, y todos tienen lugar en el tren. Desde cuando se le queda atrancada la cabeza dentro de un cañón –o cuando, haga lo que haga, éste lo encañona todo el rato- hasta cuando acaba en el morro de la locomotora, teniendo que quitar de la vía unas vigas enormes de madera que hay allí tiradas para no descarrilar. Y, por supuesto, todo lo de la voladura final del puente que está hecho de coña. En medio de todo eso, se demuestra por qué “El maquinista de la General” es una obra maestra del cine: no hay momento en que lo que aparece en la pantalla no sea necesario para la historia y, además, aunque sea muda, tampoco es que se echen demasiado de menos las palabras porque, una vez claro de qué va el tema, todo el resto se preocupa de hacer que la función convierta a Keaton en un héroe improvisado, recupere el respeto de sus compañeros, el amor de su amada y todo lo demás.


    En fin, que ahora que parece que el regustillo ese por las películas clásicas (y mudas) está a la orden del día, os invito a que veáis “El maquinista de la General”. No solo dura poco –para los más carcas a la hora de ver cine clásico-, sino que se te pasa en un plis, porque es entretenidísima, está hecha de perlas, y el argumento interesa hasta el final (cojonudo ese plano de Keaton besando a su novia mientras no para de llevarse la mano a la gorra para saludar a todos los solados que pasan frente a él). Lo dicho, un pedazo de clásico como la copa de un pino.




    domingo, 25 de marzo de 2012

    CINE DE ESTRENO: "TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA"

    TÍTULO: TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA

    DIRECTOR: MICHAEL SUCSY

    REPARTO: RACHEL MCADAMS, CHANNING TATUM, SAM NEILL, JESSICA LANGE, WENDY CREWSON, SCOTT SPEEDMAN

    DURACIÓN: 104 min.

    AÑO: 2012

    GÉNERO: MELODRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Como cualquier comedia romántica que se precie (o melodrama con toques cómicos, como prefiera verse), los ingredientes deben estar claros desde el comienzo: elegir a unos actores lo suficientemente atractivos como para garantizar el tirón comercial del film; desarrollar una historia que, aunque predecible, logre mantener el interés de, al menos, el sector demográfico al que va orientado; incorporar al reparto a un par de actores más veteranos que le otorguen un cierto toque de qualité al conjunto (algunos de los que parecen haberse ido sumando recientemente a este tipo de producciones, aparte de Sam Neill y Jessica Lange, son Susan Sarandon, Michael Douglas, Patricia Clarckson, Donald Sutherland, etc. -quién sabe si el cheque que les deben ofrecer por su breve interpretación es tan jugoso como para no poder rechazarlo-); añadir una pequeña dosis de dramatismo a la historia que condicione el resto de acciones de los personajes y, finalmente, si da la casualidad de que el largometraje resultante está inspirado en algún hecho real, no olvidar de hacerlo constar en letras bien grandes. Más o menos de esta forma es como se encuentra confeccionada "Todos los días de mi vida", una nueva propuesta destinada a hacer las delicias de los/las aficionadas al género, aunque con bastante más interés que otras producciones similares protagonizadas -o algo parecido- por las Katherine Heighl o Matthew McConaughey.


    Paige (McAdams) y Leo (Tatum) son un joven matrimonio que, una noche, sufren un aparatoso accidente de tráfico. Leo se recupera más o menos bien, pero Paige sufre lesiones de gravedad en el cerebro, por lo que los recuerdos de sus últimos seis años han quedado prácticamente borrados. Por consiguiente, ni recuerda estar casada con Leo, ni haber dejado sus estudios de derecho para dedicarse al arte escultórico, ni haber discutido con sus padres, Rita y Bill (Lange y Neill, respectivamente), ni haber roto su compromiso matrimonial con su antiguo prometido, Jeremy (Speedman). Será entonces cuando Leo haga lo posible por volver a enamorar a su mujer por segunda vez.


    A pesar de lo visto de su argumento, hay que reconocerle a "Todos los días de mi vida" la virtud de saber contar con ciertos detalles que no sólo animan la función sino que hacer lo humanamente posible por desmarcarse de la saturación que parece estar presentando ya el público con otras mediocridades etiquetadas como "comedia romántica" (caso de, por ejemplo, las recientes "Noche de fin de año - New year's eve, 2011", o "La cazarrecompensas - One for the money, 2012"), y que han fracasado en la taquilla. Estos detalles a los que hacemos referencia van desde lo inesperado y directo -el terrible accidente de coche del matrimonio resulta escalofriante por la dureza del plano secuencia con el que está plasmado-, hasta los giros argumentales que se alejan de la simpleza de otros libretos en su resolución -la decisión que toma la pareja protagonista con el fin de poder seguir adelante con sus vidas-. Entre medio de todo ello, cierto es que hay tiempo para presentar algunos clichés harto conocidos como, por ejemplo, la celebración de una boda que no acaba como sería deseable, la irrupción de algún personaje secundario que desestabiliza el frágil equilibrio que los protagonistas parecían haber encontrado, o la existencia de amigos de los protagonistas encargados de darles el consejo preciso en cada momento.


    Claro que, al fin y al cabo, estamos hablando de una comedia romántica que, por desgracia, no cuenta con la originalidad de otras propuestas más arriesgadas y frescas (caso de, por ejemplo, la excelente "(500) días juntos - (500) days of summer, 2009"), cosa que, por mucha buena voluntad que quieran ponerle los guionistas y los actores, no se termina consiguiendo. Ejemplo de esto mismo son pequeñas lagunas en el argumento, como es el caso de que el espectador nunca tenga claro si Leo rehace su vida después de, apartemente, dar por perdida la batalla por el amor de su mujer, si ésta vuelve a salir de nuevo con su ex-novio como algo más que amigos, o el episodio familiar secreto que sucede con el padre de Paige (casi da la sensación de que ha tenido lugar con otro personaje diferente).


    En fin, que "Todos los días de mi vida" se deja ver con la indiferencia de las comedias románticas más mediocres, y entretiene con la sosería de los pasatiempos totalmente inofensivos pero, no por ello, tan trascendentes como querrían sus productores. Por muchos millones de dólares que haya recaudado desde su estreno.



  • MR. HYDE DICE:

  • Bueno, pues parece que ya iba tocando la correspondiente dosis de comedia romántica-pedorra-predecible a más no poder. Mentiría si dijera que no me picaba la curiosidad por saber por qué "Todos los días de mi vida" se ha convertido en todo un éxito en los EE.UU. No es que eso sea garantía de calidad (cada vez que recuerdo que, allí, lo petan series como "Sexo en Nueva York", me entran escalofríos), pero sí que algo lo suficientemente atractivo como para darle un voto de confianza. mira tú que si, por una de esas, la peli acaba siendo algo bonito... Vale, pues visto ya el asunto, lo que os puedo decir es que "Todos los días de mi vida" es de esas que ni fu ni fa. No es un insulto al que paga la entrada -como pasa con muchas de las castañas supuestamente románticas que se estrenan de cuando en cuando-, pero tampoco te descubre nada nuevo, ni hace que te emociones a base de bien.


    Por supuesto, como toda buena chufla romántica, tiene sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas. En el primer grupo, yo pondría, de entrada, al actor principal. El pobre hombre, aparte de una cara de bruto que tira de espaldas, tiene la misma expresividad que una lechuga, de forma que, por mucho que se esfuerce en ser un romántico empedernido en la película para recuperar a su mujer, cuesta de creer que ella se vaya a enamorar de él no una sino dos veces. Y, por supuesto, como el tío tiene que amortizar las horas de gimnasio, no sólo enseña tableta a cada ocasión que tiene, sino que además presume de culo como si fuera lo más normal del mundo. Por supuesto, anécdotas físicas más o menos descaradas, tampoco hay que ser ningún cerebrito para saber cómo va a acabar la cosa, y que los actores secundarios están más bien para darle un pequeño toque de calidad a la cosa, porque tanto da si los intercambias por los de las otras pedorradas iguales (por cierto, ¡qué vieja está Jessica Lange!).


    En la parte de las cosas más decentes de "Todos los días de mi vida" diría, no sin una pequeña sorpresa, que me pareció un poco más madura que el resto de castañas parecidas. Vale que tiene el típico argumento chico conoce chica - chico pierde chica - chico recupera chica, y que lo tratan de hacer todo un pelín más serio por el simple hecho de que esté inspirado en hechos reales. Pero lo que hay debajo del capó sigue siendo el mismo motor cascado de siempre. Aún así, ya os digo que es una suerte que hayan procurado no hacerlo todo tan jodidamente previsible como pasa con las otras parecidas. Por poner un ejemplo, me llamó mucho la atención que unas sobras de material, que utiliza la chica para hacer sus obras, no acaben siendo decisivas para que ella recupere la memoria o que, a pesar de todo, siga la tendencia natural a actuar de una forma similar a como lo hizo antes del accidente. La verdad es que no me lo esperaba, y se agradece que, aunque sea en tontunas como esa, se lo hayan currado un poquito.


    En fin, que no brilla nada nuevo bajo el sol. "Todos los días de mi vida" es la película perfecta para ver en pareja un domingo por la tarde, si es que no tienes nada mejor que hacer y le quieres demostrar que, de vez en cuando, también eres capaz de sacrificarte un pelín con tal de que ella disfrute viendo una cutrada así. Al fin y al cabo, es cierto que no aburre y que no es igual de lamentable que otras tantas románticas parecidas. Y eso, amigo mío, ya es una gran ventaja.




    sábado, 24 de marzo de 2012

    CINE A DESCUBRIR: "DEPENDENCIA SEXUAL"

    TÍTULO: DEPENDENCIA SEXUAL

    DIRECTOR: RODRIGO BELLOT

    REPARTO: ALEXANDRA APONTE, ROBERTO URBINA, JORGE ANTONIO SAAVEDRA, MATTHEW GUIDA, RODRIGO MÉNDEZ-ROCA, LIV FRUYANO

    DURACIÓN: 110 min.

    AÑO: 2003

    GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • En esta sección, hemos aprovechado, la mayoría de las veces, para daros a conocer películas no tanto procedentes del mercado norteamericano, sino más bien europeas u orientales que, bien por su impecable factura o por el interés que despiertan como obra, creemos que merecen ser difundidas. Sin embargo, como muy bien puntualizó mi querido colega Hyde (de vez en cuando, tiene sus arranques de sensatez... aunque él se niegue a admitirlo), hasta ahora, no habíamos incluido ninguna película procedente del mercado sudamericano, o, como mínimo, que no fueran argentinas. No es que tengamos nada en contra del cine argentino, más bien al contrario, ambos somos fervientes admiradores. Sin embargo, sí que es cierto que la mayoría de largometrajes sudamericanos que consiguen estrenarse en nuestro país proceden de este país por lo que, aprovechamos la crítica de hoy, para hablar de una película procedente de Bolivia, un mercado cinematográfico que no recibe tanta repercusión como desearía y que, por los motivos que sea, consigue realizar sus producciones casi con cuentagotas.


    "Dependencia sexual" está formada por varias historias. La primera de ellas está protagonizada por Jessica (Aponte), una joven cruceña que celebra sus quince años con una gran fiesta a la que acude el chico del que ella está enamorada y que, a lo largo de la velada, convencerá a Jessica para mantener relaciones sexuales por primera vez. Sin embargo, a pesar de sus aparentes buenas intenciones, el final no será para nada el que Jessica espera. En la segunda historia, Sebastián (Urbina) es un joven colombiano que viaja a Santa Cruz con el fin de pasar unos días de vacaciones en compañía de sus tíos y de su primo, Fabián (Méndez-Roca) pero, a su llegada, Fabián y sus amigos le increpan que aún no haya hecho el amor, por lo que deciden llevarlo contra su voluntad a un prostíbulo para que pierda la virginidad. La tercera historia tiene lugar entre Bolivia y Estados Unidos, a donde viaja Choco (Saavedra), uno de los jóvenes más populares y altaneros de Santa Cruz pero que, a su llegada a Norteamérica, se verá ninguneado y humillado por sus nuevos compañeros de residencia universitaria. A estas tres historias se le añade el dilema personal de otro joven llamad Tyler (Guida), que no se atreve a confesar a sus compañeros de equipo de rugby que, en realidad, es gay.


    Aunque, quizás, no se pueda deducir así por su argumento, "Dependencia sexual" es una película que retrata de forma escalofriante la realidad de la sociedad boliviana. Lo de que tal vez pueda pasar desapercibido viene a cuento de la mala costumbre que tenemos quienes no vivimos en aquellas latitudes, de interpretar dar por hecho que cualquier película realizada allí sí o sí tiene que tener consideraciones políticas en su argumento. En absoluto. Independientemente de que la acción tenga lugar en Bolivia -para ser más exactos, a caballo entre Santa Cruz de la Sierra y los Estados Unidos-, hay films que consiguen capturar muchísimo más la esencia de una gente con culturas y hábitos diferentes en Sudamérica que nada tienen que ver con la clásica imagen del indio nativo. Es por ello, que merece la pena dedicarle una atención especial a "Dependencia sexual", ya que ésta no es sino un retrato devastador de parte de la juventud cruceña, de sus relaciones sociales y de la forma de entender la vida de una parte significativa de la sociedad camba ("camba" es el gentilicio coloquial para los habitantes de Santa Cruz de la Sierra).


    Volviendo al film -disculpad el semi-alegato en pro del cine sudamericano pero, en ocasiones, la influencia de Hyde hace que divague más de lo normal-, "Dependencia sexual" parte de un argumento dividido en tres historias separadas, cuyos personajes se entremezclan entre ellas, cediéndose el protagonismo según el capítulo que se está narrando. El ejemplo precedente más conocido que podemos encontrar en la filmografía más reciente sería, evidentemente, el del "Pulp fiction - Pulp fiction, 1994", con el que "Dependencia sexual" comparte casi por completo el esquema constructivo de la película (así como, también, más de una coincidencia argumental)


    Además, por otra parte, la inmensa mayoría del largometraje se muestra a través de una pantalla dividida, recogiendo así tanto diferentes ángulos o visiones de una misma parte de la historia, o de otros acontecimientos que tienen lugar al mismo tiempo y que completan lo que explica la narración principal. A este respecto, uno de los ejemplos más recientes de esto mismo cabría encontrarlo en la película española "La soledad, 2007", que se sirve de la pantalla dividida en dos (por suerte, no llega al extremo de Mike Figgis en "Timecode - Timecode, 2000", donde la pantalla se dividía en cuatro para narrar cuatro historias diferentes). Tanto en "Dependencia sexual" como en el galardonado film de Jaime Rosales, la acción se separa en dos, con la particularidad de que "Dependencia sexual" se sirve de esta técnica para completar la historia con pequeños detalles que le otorgan mayor profundidad a cada episodio -especialmente, durante los momentos más íntimos del largometraje-.


    Así pues, a pesar de la crudeza de algunas secuencias y de la dureza de un guión que no permite concesiones esperanzadoras de ningún tipo, "Dependencia sexual" se erige como un estupendo ejemplo del cine-realismo que, aunque alejado del clásico cinéma verité propio del neorrealismo italiano de mediados del siglo pasado, consigue introducir al espectador en las vidas, y casi en las almas y en las conciencias, de un grupo de adolescentes cruceños, y en los problemas asociados a su etapa de crecimiento y desarrollo personal. Avisamos de que no es una película fácil de digerir, y mucho menos si no se conoce de primera mano el tipo de sociedad que se está intentando reflejar. Sin embargo, como película, hay que reconocerle esta serie de virtudes que, unidas a una puesta en escena de lo más correcta, hacen de "Dependencia sexual", una obra tan dura como hipnotizadora.



  • MR. HYDE DICE:

  • Jekyll podrá decir todo lo que quiera de que si la película está hecha de esta forma, o de que es flipante cómo te muestra otro tipo de sociedades y tal. No niego que tenga su parte de razón en todo eso. Pero, a mí, "Dependencia sexual" no me gustó nada de nada. Es más, por razones personales que ahora no vienen al caso, le pedí a mi chica que me enseñara algo de cine boliviano para poder estar un poco más al tanto de lo que se hace en otras partes del mundo. Bueno, pues lo que me puso fue "Dependencia sexual". No tengo ni idea de si ella la había visto ya antes o lo hizo al mismo tiempo que yo. Lo que sí os puedo decir es que la película me dio un asco de tres pares de cojones. No porque esté mal hecha -ya os digo que el rollero de arriba tiene razón en casi todo lo que dice, pero que no se entere demasiado, que luego se lo cree-, sino porque las historias que te cuenta son tan... bestias, tan fuertes, tan salvajes que te dejan con un malestar encima de huevos. Puede que aquellos estén acostumbrados a ver que pasa lo que sale en la peli, pero yo no, y la verdad es que me impactó que te cagas.


    De todas formas, tampoco quiero hacer más escándalo del que merece, que cierto es que no hay para tanto. Lo que a mí me dejó a cuadros es saber que muchas de las cosas que aparecen son así tal cuál como, por ejemplo, lo de ser un pijomierda que se quiere follar a una quinceañera para poder presumir luego con tus amigotes (y, si de paso le haces un bombo, pues más divertido), o lo de llevar de putas a un pobre chaval que no tiene prisa por perder la virginidad. Se ve que éstas cosas son divertidísimas, pero claro, una cosa es verlas en la tele (que también son ganas) y otra saber que la cosa va en serio. Pero bueno, dejando de lado impresiones ya más personales, tengo que reconocer que la película está hecha de una forma bastante original. Particularmente, me cansó un poco eso de que la pantalla esté partida toda la película, que sí, que le dará toda la profundidad que quieras, pero hasta que te acostumbras, es un mareo del carajo.


    Lo que sí le tengo que reconocer al pavo que ha hecho "Dependencia sexual" es que ha acertado de pleno con la forma en la que ha hecho la peli. Ahora no estoy hablando de si divide la pantalla o de si algunos trozos te sacan de quicio, sino a cómo te cuenta las historias. De hecho, da la sensación de que la cámara actúa más como ojo indiscreto de los acontecimientos que como escaparate para el público. Y, sobretodo, esa sorpresa que está súper bien hecha del final, en el que te acojonas pensando en lo que le ha pasado a una chica negra que está contando una historia pero que, de repente, te das cuenta de que todo lo que cuenta está haciendo referencia a otra persona distinta (no puedo contar más al respecto para no cagar la sorpresa).


    En resumen, que "Dependencia sexual" es una peli original, diferente a lo que suele ser el cine más comercial al que estamos acostumbrados, y que no tiene miedo de contar historias que te cuesta un poco de tragar. Supongo que esto será un punto bueno aunque, como os digo, yo no tengo ninguna intención de volver a verla. Lo que sí espero es que, si la veis después de leer esta crítica -en la que os animo a que vosotros la veáis y luego ya me contéis-, no os entren ganas de matarme.




    viernes, 23 de marzo de 2012

    ESTRENOS DE VIDEOCLUB: "ASESINOS DE ÉLITE"

    TÍTULO: ASESINOS DE ÉLITE

    DIRECTOR: GARY MCKENDRY

    REPARTO: JASON STATHAM, CLIVE OWEN, ROBERT DE NIRO, YVONNE STRAHOVSKI, DOMINIC PURCELL, ADEWALE AKINNUOYE-AGBAJE

    DURACIÓN: 105 min.

    AÑO: 2011

    GÉNERO: THRILLER DE ACCIÓN


  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Principio de los años ochenta. Danny (Statham) y su mentor, Hunter (De Niro), son dos mercenarios que ofrecen sus servicios al mejor postor. Tras un aparatoso accidente, Danny decide dejar el "negocio" y vivir de las rentas acumuladas. Sin embargo, gracias a un aviso de su "agente" (Akinnuoye-Agbaje), Danny se entera de que Hunter ha sido apresado por un importante jeque de Omán al negarse a realizar un "encargo". Danny acude a su rescate y se ofrece para ejecutar, en nombre de Hunter, dicha misión. Ésta consiste en dar muerte a una serie de ex-agentes, antiguos miembros de la división SAS británica, responsables director de la muerte de tres de los hijos del jeque. Sin embargo, cuando Spike (Owen), otro de los ex-miembro de la SAS descubra este complot, hará lo imposible por evitar que Danny liquide a sus antiguos compañeros.


    "Asesinos de élite" supone el debut en la dirección de Gary McKendry. Posiblemente sea por ello que el film acumula prácticamente todos los errores que se suelen cometer en las operas primas de cualquier principiante. No se trata de menospreciar el resultado de "Asesinos de élite", pero resulta de lo más complicado clasificar el largometraje en un estilo o género cinematográfico concreto. Para empezar, da la impresión de que McKendry ha querido contar una historia compleja ambientada en el mundo del espionaje internacional, utilizando un esquema argumental muy similar al que, hace unos años, Steven Spielberg utilizó en "Munich - Munich, 2005". Al igual que en ésta última, "Asesinos de élite" parte de un hecho histórico para desarrollar una ficción policíaca centrada en la represión, por parte de un determinado grupo ideológico y político (el jeque, en este caso) contra los responsables de la muerte de varios de sus hijos. Sin embargo, lo que sobre el papel podría haber quedado como una historia policiaca sin más, a través de la acelerada puesta en escena de McKendry, el film se convierte en un burdo intento de hacer una película seria a la vez que entretenida.


    Y es que, en más de una ocasión, los responsables de poner en marcha una producción de estar características, deberían pararse a pensar unos instantes en qué tipo de película quieren hacer. Si prefieren decantarse por un film de acción a los que Statham suele tener acostumbrado a su público (la serie "Transporter", por ejemplo), pues estupendo. Si, en lugar de ello, se decantan más por realizar un largometraje serio, que describa los entresijos de la política internacional y que denuncie la práctica de juegos supuestamente legales, aún mejor. Pero querer abarcar ambos estilos en un mismo film para, suponemos, contentar a todo tipo de espectadores, es un fallo garrafal.


    Así pues, el resultado es que "Asesinos de élite" se convierte en una especie de "quiero y no puedo" de film serio. Si esta historia hubiera caído en manos de un director con más experiencia -o, para el caso, con las ideas más claras-, el resultado podría haber sido diferente y, con más posibilidades de ser mejor película. Lamentablemente, a pesar de contar con algunos apuntes de lo más acertados (las reuniones de la división inglesa secreta formada por ex-agentes de la SAS, conocida como The feather men, o la ejecución de los planes para cometer los tres asesinatos), el resto se diluye en un mar de decepciones al pensar en el interesante film que el espectador se ha perdido. No es, desde luego, la opción más interesante en alquiler de esta semana aunque, por lo menos, sí que consigue entretener lo suficiente como para no lamentar haberla alquilado.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Menuda remezcla! "Asesinos de élite" es una combinación de lo más... inesperada (diría "rara" o "chunga", pero tampoco estoy seguro de que sea ninguna de estas dos cosas al cien por cien). No sé si es porque, después de ver el tráiler y leer de qué iba, pensaba que sería una peli de acción mucho más a lo "Transporter", donde el argumento no importe un pimiento, sino ver quién hace las piruetas más impresionantes -e increíbles- para darle candela al malo de turno. Pero resulta que no, que "Asesinos de élite" no es exactamente eso. Sí que tiene una buena parte de peli de peleas estilo Jason Statham (este hombre zurra muy bien, pero ¿ por qué todas sus películas tienen que ser siempre iguales?), pero el resto es como si la hubieran mezclado con una película de intrigas políticas y criminales a escala mundial. ¿Y cómo se come eso? Pues de forma un poco complicada, la verdad.


    Como os digo, si uno ve el tráiler y lee el argumento, lo primero que piensa es que "Asesinos de élite" va a ser todo ruido, tiros y explosiones. Pero, en realidad, su argumento es más propio de películas de espías y venganzas que no sólo de la acción más pura y dura. Para empezar, llama la atención que hayan combinado un estilo tan moderno de hacer la peli con una historia que pasa a principio de los ochenta. Después, también raya que no hay ningún malo claro, sino que todos tienen su parte de razón y, sobretodo, su parte de culpa. Así que no te pasas el rato apoyando de forma inconsciente al supuesto "bueno", porque ves que éste también es un desgraciado y que el que hace de "malo" tiene también más razón que un santo.


    El argumento puede parecer un poco lioso al principio, porque te lo cuentan como si fuera una peli de James Bond, yendo y viniendo de un país a otro, y con misiones suicidas más propias del Tom Cuise de "Misión: imposible" que no de un grupo de mercenarios. Lo malo es que, como os digo, puedes llegar a comprender las razones por las que Jason Statham tiene que cargarse a una serie de espías, pero también entiendes que el tío al que interpreta Clive Owen quiera protegerlos a cualquier precio, que para algo son sus colegas. Así que lo que queda es una historia confusa pero, eso sí, llena de tiroteos, persecuciones y llaves de karate que ni en las olimpiadas.


    No es que "Asesinos de élite" me haya disgustado, sino que me esperaba una cosa muy diferente y lo que me he encontrado tampoco me ha matado mucho. Tiene sus momentos guapos (la preparación de los tres asesinatos de espías ingleses está curradísima -de la muerte que hacen con ese camión teledirigido ya ni os cuento-), y secuencias de acción trepidantes (la pelea entre Statham en el hospital y casi al final, cuando a éste lo han atado a una silla), pero el resto se queda con un tufillo a raro que no acaba de encajar. Y, por supuesto, te sigues preguntando en qué coño estará pensando un actorazo como Robert de Niro para aparecer en estas pelis de segunda fila (parece que tanto De Niro como Pacino, por poner otro caso parecido, necesitan urgentemente un poco de inspiración divina para dejar de hacer mierdas como puños y demostrar por qué los consideran dos de los mejores actores del cine). Así que, para pasar el rato, "Asesinos de élite" sirve de sobra aunque, si encontráis alguna otra peli más interesante a priori en las estanterías del videoclub, pues que sepáis que si la elegida no es "Asesinos de élite", no os habéis perdido nada.




    jueves, 22 de marzo de 2012

    CINE ACTUAL: "MYSTIC RIVER"

    TÍTULO: MYSTIC RIVER

    DIRECTOR: CLINT EASTWOOD

    REPARTO: SEAN PENN, TOM ROBBINS, KEVIN BACON, LAWRENCE FISHBURNE, LAURA LINNEY, MARCIA GAY HARDEN, EMILY ROSSUM

    DURACIÓN: 117 min.

    AÑO: 2003

    GÉNERO: DRAMA POLICIACO

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • De las anteriores ocasiones en las que hemos hecho referencia a actores / actrices que dejan de trabajar como intérpretes para dedicarse a la dirección cinematográfica –o que alternan funciones tanto delante como detrás de la cámara-, muy posiblemente sea el veterano Clint Eastwood quien se erige como figura de referencia para cualquier cineasta que se precie. Con más de cuatro décadas de carrera a sus espaldas como actor, Eastwood ha demostrado en repetidas (y premiadas) ocasiones que no hay nadie como él a la hora de contar historias, con independencia de la temática o el marco espacio-temporal en que éstas tengan lugar. Por fortuna, cada nueva película del genio estadounidense es recibida con gran expectación, convirtiéndose casi al instante en un film de referencia para ver. Cierto es que, a lo largo de los últimos años, Eastwood parece haber aceptado hacerse cargo de largometrajes de interés un tanto más discutible (obras como “Deuda de sangre – Blood work, 2002”, “Ejecución inminenete – True crime, 1999” o “Más allá de la vida – Hereafter, 2010” no es que fueran malas películas, pero sí distaban mucho de lo que cabría esperar) aunque, incluso en ellos, es fácil reconocer el correctísimo trabajo de un cineasta capaz de contar historias con una determinación y claridad meridianas. En el grupo de sus mejores trabajos como director, se encuentra el film que hoy comentamos, “Mystic River”, adaptación cinematográfica de la novela del escritor bostoniano Dennis Lehane, que Eastwood convirtió en un éxito rotundo de taquilla, y que supuso para los actores Sean Penn y Tim Robbins el Oscar como mejor actor principal y de reparto, respectivamente, por sus portentosas interpretaciones.


    Boston, hace unos cuantos años. Tres chicos juegan en la calle, hasta que un terrible suceso condiciona su amistad futura, y marca especialmente el futuro de uno de ellos. Años después, ya de adultos, cada uno ha seguido caminos muy diferentes. Jimmy Markum (Penn) es un hombre de negocios, casado con Annabeth (Linney) más conocido por los asuntos turbios en los que parece estar involucrado; Sean Devine (Bacon) se ha convertido en un reputado agente de policía de homicidios, con serios problemas conyugales; y Dave Boyle (Robbins), que está casado con Celeste (Gay Harden), aún sigue marcado por lo que le sucedió de crío. El camino de los tres vuelve a unirse cuando Sean se hace cargo, junto con su compañero Withey Powers (Fishburne) de un caso de asesinato, en el que la víctima no es otra que Katie (Rossum), la hija de Jimmy. Lo peor de todo es que las pistas parecen apuntar directamente a Dave.


    “Mystic River” es una película sensacional. En ella se combinan a la perfección tanto el drama (la pérdida de la inocencia, de un ser querido, de la imposibilidad de hacer frente a la vida sin dejar atrás el trauma, de problemas conyugales y paternales…) con el cine policiaco más trepidante (todo lo que envuelve la investigación del asesinato). Y todo ello queda recogido por la cámara de Eastwood con una sencillez y claridad pasmosas. Absolutamente todos los aspectos de una historia complicada a priori, se exponen de forma ordenada y con el ritmo preciso para conseguir no sólo que el espectador tenga claro lo que está sucediendo, sino también para que la intriga del argumento lo envuelva y capture hasta el final. De esta forma, ni los momentos más dramáticos del film se hacen pesados ni demasiado azucarados, ni la investigación policial agobia por ocupar la inmensa mayoría del metraje.


    A ello, hay que sumar las insuperables actuaciones de un reparto totalmente inspirado. Desde Sean Penn y Tim Robbins -ambos realizan las que, probablemente, sean las mejores interpretaciones de sus respectivas carreraas-, pasando por la corrección más absoluta de Bacon y Fishburne, y finalizando en los espectaculares tour de foce que ofrecen tanto Laura Linney (al dureza que refleja su personaje deja con la boca abierta) como Marcia Gay Harcen (el personaje más conmovedor de todos). A ello se le une el escenario natural tan inigualable que ofrece la ciudad de Boston que, en “Mystic River” casi parece actuar como un personaje más, haciendo complicado imaginar la historia teniendo lugar en otra localización (esos cielos fríos, los tonos grisáceos del agua, los imponentes parques, etc.).


    Así pues, en resumidas cuentas, “Mystic River” es una gran película, digna de ser disfrutada cuantas veces guste el espectador, y que nos recuerda que, en ocasiones, no hay nada como la veteranía de un enamorado del cine para convertir una historia intrascendente, en una auténtica maravilla de largometraje. Bravo, señor Eastwood.



  • MR. HYDE DICE:

  • “Mystic River” es la clara demostración de que Clint Eastwood es uno de los mejores directores que hay ahora mismo en activo. Y eso que el tío tiene más años que la tos, pero mira, ahí está, dejando claro que no hay género que se le resista. Tan pronto te hace una película del oeste como una de policías y ladrones, o te cuenta un drama de boxeo para, después, hacerte otra de guerra… ¡y en japonés! Con un par, sí señor. Pues aquí, adaptando un best-seller, el que fuera Harry el Sucio lo borda haciendo un peliculón como la copa de un pino. No he leído el libro en el que se basa (aunque sí alguna que otra cosa del mismo escritor), pero no creo que sea exagerado decir que la tiene toda la pinta de ser mucho mejor que la novela. Es perfecto prácticamente todo: las actuaciones (impresionantes desde la primera hasta la última), la dirección de Eastwood (firme y más clara que el agua), el montaje, la fotografía, la música… Vamos, que casi todo.


    Aparte de cómo está hecha, uno de los puntos fuertes de “Mystic River” es la intriga. No hay que olvidar que la peli es, al fin y al cabo, una historia de intriga, con asesinato de por medio que tienen que resolver, y del que no sabes qué ha pasado hasta el final. Eso sí, mientras lo investigan, estás atento a cualquier cosa que te ayude a poder adivinar qué es lo que ha pasado de verdad, a la vez que flipas con cómo actúan los tres protagonistas, cada uno con su trauma, que tiene mucho que ver con ese asesinato. Estos son los mejores momentos de todos, porque ves que, mientras se mantiene el misterio de la investigación, los tres antiguos amigos tienen cada uno su movida personal (el primero, la muerte de su hija; el segundo, superar lo que le pasó de crío; y, el tercero, hacerse cargo de la investigación mientras hace lo posible porque su mujer vuelva a casa).


    Además, sus respectivas mujeres, no se quedan atrás, sufriendo también como las que más. Y estos son otros de los momentos que se te quedan grabados de “Mystic River”. Por ejemplo, el diálogo final de Sean Penn con la que hace de su mujer, cuando ésta le dice que él es el hombre de la casa y que nunca debe dudar de hacer todo lo que sea necesario para asegurar el bienestar de su familia. La tipa suelta sus frases como si fuera la típica mamma italiana a lo “padrino”. Y, por supuesto, los dos momentazos que comparten Sean Penn y Tim Robbins: el primero, cuando están los dos sentados en el porche de casa de Penn, y éste empieza a llorar de impotencia por no haberle podido salvar la vida a su hija -cuidadín cuando dice que ya casi no puede seguir llorando por ella-, mientras el otro está todo serio; el segundo, cuando está los dos al borde del río, y a punto de pasar algo importante que no os voy a decir para no cagaros una de las sorpresas de la peli, pero atención aquí a Robbins, que es el que se luce especialmente.


    En fin, que tampoco merece la pena contar demasiadas cosas de “Mystic River”, porque lo mejor es verla sin saber demasiado de qué va la cosa y dejarse sorprender. Sólo quisiera insistir en que prestéis atención a todos los detalles. La solución final del asesinato puede parece un poco pillada por los pelos pero, si te paras a pensar, tiene su lógica clarísima. Y, sobretodo, atención al gesto final que hace Kevin Bacon durante una especie de procesión por las calles de Boston. Como os digo, “Mystic River” es una peli en la que cada momento parece hecho para gritar a los cuatro vientos que es importante (desde ése en el que Sean Penn descubre que la chica que han encontrado muerta es su hija, hasta cuando se descubre quién está detrás de su muerte) y que demuestra, por si a alguien aún le cabía alguna duda, que Clint Eastwood, a sus ochenta y pico años, es uno de los mejores directores que hay y habrá. Os la recomiendo de principio a fin. No os la perdáis.




    miércoles, 21 de marzo de 2012

    CINE DE LOS 90: "CARA A CARA"

    TÍTULO: CARA A CARA

    DIRECTOR: JOHN WOO

    REPARTO: JOHN TRAVOLTA, NICOLAS CAGE, JOAN ALLEN, NICK CASSAVETES, GINA GERSHON, ALESSANDRO NIVOLA, DOMINIQUE SWAN

    DURACIÓN: 133 min.

    AÑO: 1997

    GÉNERO: ACCIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Tras haberse labrado una sólida reputación dentro de la industria del cine chino como realizador de trepidantes -y violentas- películas de acción, el director John Woo consiguió debutar en territorio norteamericano con "Blanco humano - Hard target, 1993", un vehículo pensado exclusivamente para el lucimiento de su principal protagonista (Jean-Claude Van Damme), a la que siguió la entretenidísima "Broken arrow (alarma nuclear) - Broken arrow, 1995", donde ya demostró con mayor libertad el tipo de cintas de acción que era capaz de diseñar. Así pues, contando con mucho más presupuesto y con la participación de estrellas de mayor talla, a finales de los años noventa filmó una de sus más interesantes películas de acción, "Cara a cara", donde Woo demostró su buen hacer a la hora de diseñar complejas escenas de acción y toda clase de virtuosismos a la hora de grabar tiroteos. Así pues, aunque "Cara a cara" está lejos de ser una buena película, sí que se presenta como una oportunidad excelente para disfrutar con una película entretenida, con garra y, por qué no admitirlo, filmada con soltura.


    El agente del FBI Sean Archer (Travolta) ha dedicado años de su vida a dar caza al peligrosísimo terrorista Castor Troy (Cage), sobretodo desde que éste matara accidentalmente a su hijo pequeño. Tras una espectacular persecución, Sean consigue detenerlo, ya que Castor cae en un profundo coma. El problema es que Castor ha programado una potente bomba en un sitio público y concurrido que Sean y su gente desconoce. Dado que la única oportunidad para descubrir dónde se esconde la bomba es hacer hablar Pollux (Nivola), el hermano encarcelado de Castor, Sean accede a someterse a una complicada operación quirúrgica consistente en intercambiar su cara con la de Castor y, así, poder infiltrarse en la prisión de máxima seguridad en la que está encerrado Polux para que éste, al confundir a Sean con su hermano, diga dónde está la bomba. La misión será secreta para Sean, por lo que ni su mujer Eve (Allen) ni su rebelde hija Jamie (Swan) deberán saberlo. Los problemas empiezan cuando Castor despierta inesperadamente del coma y toma, a su vez, la identidad de Sean.


    "Cara a cara", es una película cien por cien John Woo. Aunque cuente con un guión más o menos sofisticado y original -hay que reconocer que la idea de partida lo es-, no se puede negar que la puesta en escena es obra del reputado director chino. Woo, que realiza el largometraje como si fuera un niño al que le dejan experimentar con un carísimo juguete, se encarga de mover las decenas de cámaras que utiliza para sumergir por completo al espectador en la acción tan trepidante con la que cuenta el film, y con el juego de manipulación de identidades en el que participan sus personajes. Evidentemente, es gracias a los montadores cinematográficos y al director de segunda unidad del evento (incluso a la excelente ambientación que consigue darle la banda sonora, muy hanszimmeriana compuesta por John Powell) que "Cara a cara" cuenta con semejante dinamismo. Las secuencias de acción son espectaculares, siendo conscientes por completo de que la regla del "aún más imposible" -regla que cumplirían, incluso excediéndose, en la segunda parte de "Misión: imposible"- juega a su favor. Y, si no están seguro de ello, sólo tienen que ver la secuencia completa del tiroteo que tiene lugar en el piso de uno de los amigos del villano en el que el Sean, con los rasgos de Castor, se refugia. O, por supuesto, la persecución de lanchas motoras que tiene lugar al final del largometraje. No hay casi un minuto de descanso y, si bien, los planos no duran milésimas de segundos como sucede con la mayoría de films de Michael Bay, no es menos cierto que dichas secuencias de acción resultan tan entretenidas y espectaculares como increíbles, rozando casi el absurdo.


    No obstante, tal y como suele ser frecuente en el cine estadounidense, los americanos saben a la perfección cómo hacer una película entretenida, y eso es, ni más ni menos, lo que "Cara a cara" pretende ser: un divertimento extraordinariamente caro y apabullante. Tanto da que la historia pudiera haber dado un poco más de sí (toda la trama acerca de la suplantación mutua de identidades podría haberse convertido en un excelente thriller policiaco pero, en lugar de ello, todo deriva hacia el blockbuster de acción), porque lo importante es hacer que el espectador pase un buen rato. Y, en honor a la verdad, hay que reconocer que, al menos a ese respecto, "Cara a cara" cumple de sobra las expectativas.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Guau! ¡Esta sí que es una peli de esas de coger un buen paquete de palomitas y pasártelo de coña durante dos horas! Al menos eso es lo que os tendrá que decir quien os la recomendase. Eso, o que lo importante es pasárselo pipa con el festival pirotécnico que se montan ellos solos, y que lo importante al ver la peli es no pensar (aquí, el que piensa, pierde) y dejarse llevar por la acción frenética que lleva. Como sé que más de uno puede ser un poco alérgico a todas las películas esas de explosiones a tutiplén, os aviso de algo: "Cara a cara" es una ensalada de disparos a lo bestia, y con piruetas de esas que piensas "sí, claro, mis huevos dispara el tío ese pegando una voltereta". Pero claro, estamos hablando de una peli de John Woo, el mismo que hizo que Tom Cruise hiciera el pino con una moto, así que tampoco era mucho de esperar que en esta peli se lo tomara con mucha más calma.


    Pero vamos, que tampoco merece la pena andarse con mucha parafernalia, porque "Cara a cara" es un cocktail cojonudo de persecuciones, tiroteos, explosiones y peña apuntándose a la cara por todos los lados. Y, además, del que está bien hecho y con una historia interesante que te rilas, con la típica excusa a lo Chuacheneguer en lo que lo único que importa son los mamporros que mete. Para mi gusto, creo que Woo se pasa un pelín con eso de la cámara lenta, exagerando demasiado los momentos previos a un tiroteo, cuando los que se van a dar de leches se miran unos a otros así como con cara de tíos duros. Y lo mismo vale para las palomas. Sí, sí, habéis leído bien, palomas. Se ve que al buen hombre le encantan esos bichos, porque siempre los mete en sus películas y, si no, ya me diréis que coño pintan, en "Cara a cara" unas palomas revoloteando por el interior de una capilla que está la lado de la playa.


    En fin, aparte de eso, que no son más que pequeños detalle, lo cierto es que "Cara a cara" es un peliculón de acción cojonudo. Escenas como la de la caza inicial de Nicolas Cage en un aeropuerto, el tiroteo en el piso del mejor amigo del malo, o todo lo que pasa al final con las barcas te deja con la boca abierta. Y, como os digo, con el añadido de que la historia engancha muchísimo. Puede que el único problema así como película (dejando de lado lo que os decía antes de la cámara lenta), es que se nota mucho la diferencia entre los trozos de acción y los que tienen más diálogo. Es decir, son tan espectaculares las escenas de acción y te hacen estar casi conteniendo el aliento que, cuando toca contar los trozos de la peli en la que la gente habla, estás como con la sensación de quieres que la peña empiece a pegarse tiros cuanto antes para poder seguir pasándotelo igual de bien. Pero, también es cierto que, si fuera así, la historia de "Cara a cara" no valdría un pimiento, con lo que creo que salimos ganando todos.


    Y, para acabar, una cosa que me llama mucho la atención: las actuaciones de John Travolta y Nicolas Cage. Yo, personalmente, creo que Travolta lo hace un poco mejor que Cage, pero es que también le toca hacer durante más tiempo del personaje guay. Hay que tener en cuenta que los dos hacen de bueno y de malo, pero es que ves que Travolta se lo está pasando en grande haciendo de malo malísimo, mientras que Cage se limita casi todo el rato de hacer de bueno puteado. En fin, que "Cara a cara" es la peli de acción que, junto a "La roca", puede que mejor represente el mejor cine de acción de los noventa. Lo tiene todo, y consigue enganchar y mantenerte en vilo durante toda la duración. Una pasada de peli, para disfrutar con el volumen a toda paleta.