martes, 31 de julio de 2012

CINE DE LOS 80: "ÚNICO TESTIGO"

TÍTULO: ÚNICO TESTIGO

DIRECTOR: PETER WEIR

REPARTO: HARRISON FORD, KELLY MCGILLIS, LUKAS HAAS, DANNY GLOVER, VIGGO MORTENSEN, JOSEF SOMMER, JAN RUBES, ALEXANDER GODUNOV

DURACIÓN: 112 min.

AÑO: 1985

GÉNERO: POLICIACO

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Uno de los argumentos que más se utilizó en las cintas de corte policiaco de los años ochenta era, sin duda, el del policía protagonista –estereotipado, en la mayoría de los casos, como alguien dedicado en exclusiva a su trabajo (divorciado, amargado, etc.), que ve en su nuevo caso una posibilidad de redimirse- debe hacerse cargo, por lo general, en contra de su voluntad, de la protección de un testigo (una mujer, casi siempre) crucial, al que los villanos de la función tratarán de liquidar. Por supuesto, entre el policía y el testigo siempre surgía una relación particular que solía derivar en algo más que un simple trabajo de protección, por lo que el elemento amoroso también formaba parte de la película. Sin embargo, aunque esta fuera la moda del momento. Por fortuna, el director australiano Peter Weir parecía no querer conformarse con semejantes clichés, por lo que aún hoy en día es famoso por haberle dado un giro significativo a este argumento, contando con Harrison Ford en una de sus mejores interpretaciones, y filmando uno de los mejores films policíacos de la década.

    Samuel Lap (Haas) es un niño pequeño que viaja con su madre Rachel (McGillis) a Filadelfia, ambos pertenecientes a la comunidad amish. Allí, mientras esperan en una estación de tren, Samuel acude a los urinarios, donde es testigo de un brutal asesinato. Tras denunciar el caso a la policía, es el detective John Book (Ford) quien se pone al frente de la investigación. Sin embargo, los asesinos logran dar con Rachel y Samuel aunque, por fortuna, una rápida intervención de Book consigue salvarles la vida, quedando éste herido. Es entonces cuando la comunidad amish da cobijo a Book mientras se recupera de sus heridas. No obstante, los responsables del asesinato siguen buscando al testigo.

    Como apuntábamos en la introducción, es más que conocida la historia del policía que debe proteger a un testigo y, por diversos motivos, acaba surgiendo el amor entre los dos. Desde las versiones más violentas como “Cobra, el brazo fuerte de la ley – Cobra, 1987” –a mayor gloria de su protagonista, Silvestre Stallone-, pasando por Ridley Scott con “La sombra del testigo – Somone to watch over me, 1989”, o Kevin Costner con “El guardaespaldas – The bodyguard, 1992”, el argumento de dichos largometrajes ha sido siempre el mismo. Por ello, llama la atención que en “Único testigo” la situación sea justo la contraria: aquí es el testigo quien acaba protegiendo al policía encargado del caso. Más aún, el mismo policía, con el fin de reponerse y sobrevivir, debe integrarse en una congregación de personas que viven de una forma radicalmente distinta a la de la mayoría de la sociedad. Y todo ello, Weir lo recoge con su cámara con un ritmo excelente, una dosificación de la tensión in crescendo a lo largo de tres escenas clave (la del asesinato, al de la huída de Book con Rachel y Samuel, y la del enfrentamiento final en la granja amish), y un diseño de producción de lo más efectivo.

    Por su parte, Ford consigue algo bastante complicado para una estrella de su calibre: desprenderse del halo que lo asocia siempre con el famoso protagonista de la serie Indiana Jones para lograr que el público no vea en John Book a Ford el héroe (como, inevitablemente le sucede a otros actores como, por ejemplo Tom Cruise), sino a Book el policía dispuesto a hacer lo que se encuentre dentro de la ley para salvar la vida de sus protegidos.

    Por lo demás, como ya hemos señalado, “Único testigo” se beneficia de un estupendo guión que sabe cómo tratar diversos aspectos –tanto la parte más policíaca como aquella que se centra en el día a día en la comunidad amish-, y del ritmo que Weir le impregna al conjunto, gracias al cuál el público permanece en tensión desde los primeros minutos hasta el final. Así pues, “Único testigo” es una pequeña gran película, que merece la pena una revisión para seguir siendo recordada.

  • MR. HYDE DICE:
  • A ver, la película está bien, pero tampoco es como para estar flipando. Es la típica peli del poli bueno, dispuesto a todo por defender la ley, y de los malos que harán lo imposible porque nadie les fastidie el invento (y por nadie, quiero decir al chavalín que ve cómo le rajan el cuello a un soplón en unos servicios). ¿Que le meten todo eso de la descripción de la vida en una comunidad amish? Vale, eso sí que no recuerdo haberlo visto antes en ningún otro sitio, ahí estoy de acuerdo con el plasta de arriba. Pero vamos, que aunque la mona se vista de seda, monda se queda. Y, aquí, por mucho que la peli pase en un sitio diferente a los demás, el resultado es el mismo.

    Ahora, eso sí, reconozco que, independientemente de que sea mucho parecido a lo que ya se ha hecho mil veces, "Único testigo" es una película que está muy chula. Sí, a mí me gustó. No os engañéis, que que yo la vea parecida a las otras que hay por ahí que se le parecen un huevo, no quiere decir que no me haya gustado. Es más, para ser sincero, confieso que a "Único testigo" le vi detalles que me gustaron bastante. Por ejemplo, que la primera mitad, con las cosas que pasan en la gran ciudad, no están hechas como si fuera la típica película de polis con tiroteos por la calle y tal, sino que se han preocupado lo suficiente como para que parezca algo bastante realista.

    Además, la parte que tiene lugar en la granja amish, en vez de ser un poco más bodrio, hace que te interese mucho esa especie de cultura tan distinta al tipo de vida que llevamos los demás. Ahí es donde tiene algún detalle que me gustó bastante (que los juguetes sean de madera y no mecánicos, la forma de vestir por ejemplo), por no mencionar que es cojonudo que hayan sido capaces de presentarlos con tanto respeto y sin burlarse para nada de su modo de vida. Es más, es casi hasta reconfortante ver cómo todos curran juntos para levantar un granero enrome y, después, se pegan también juntos la comilona del siglo para celebrarlo. Aún diría más -como decían Hernández y Fernández-, me gusta que el poli al que interpreta Harrison Ford no dude en partirle la cara a un capullo que se burla de los amish (claro que eso no es que le favorezca mucho después, pero eso ya es otra historia).

    Por último, creo que destacaría un par de momentos más. El primero, me encanta ese momento en que baila con la mujer la canción esa de Wonderful World en uno de los establos, mientras arregla su coche. Es un momento casi insignificante, pero me encanta. Y, el otro, es el final, cuando los malos van para darles matarile a Harrison y al chaval. Es como las pelis esas de Clint Eastwood del Oeste, cuando el bueno se las tiene que ingeniar para ir cazando a cada uno de los que le quiere meter una bala por la retaguardia. Es una escena con un montón de tensión y muy bien hecha, sin pasarse ni de sangre, ni de movidas raras con los disparos.

    En fin, que a mí "Unico testigo" sí que me parece un poco igual al resto de pelis del policía que tiene que proteger a un testigo, pero es no quiere decir que no merezca la pena. Al contrario, os animo a que la veáis quienes no la conociérais hasta ahora, porque está muy chula y muy bien hecha.

    lunes, 30 de julio de 2012

    CINE CLÁSICO: "MARTY"

    TÍTULO: MARTY

    DIRECTOR: DELBERT MANN

    REPARTO: ERNEST BORGNINE, BETSY BLAIR, JOE MANTELL, KAREN STEELE, ESTHER MINCIOTTI

    DURACIÓN: 86 min.

    AÑO: 1955

    GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • A mediados de los años cincuenta, hizo su aparición en las carteleras una película que logró un notable éxito de público y crítica gracias a una película tan sencilla como efectiva, en la que las relaciones humanas (familiares, de pareja, de cortejo…) son reflejadas con un acaramelamiento nada forzado ni machacado, dejando que el espectador disfrute con la evolución de unos personajes que consiguen caer bien con un mínimo esfuerzo. Un inigualable Ernest Borgnine es su protagonista absoluto.

    Marty (Borgnine) es un solterón, poco agraciado físicamente, que vive con su madre (Minciotti) en el barrio italiano de Nueva York. Trabaja como carnicero en una tienda del barrio, donde todas las clientas le increpan que aún siga soltero y sin compromiso, a pesar de que sus otros hermanos ya están casados y con hijos. Marty, sin embargo, prefiere no complicarse, aunque sale con su amigo Angie (Mantell) de vez en cuando a tomar algo. Una noche, ambos se animan a ir a una sala de baile a la que también acude Clara (Blair), una mujer que también tiene complicaciones para resultar atractiva a los hombres. Una serie de circunstancias hará que Marty y Clara se conozcan y, entre ellos, comience a surgir algo más que una respetuosa amistad.

    “Marty” supuso la consagración del recientemente fallecido Ernes Borgnine. Borgnine, que con los años iría convirtiéndose en un actor cada vez más importante (sobretodo gracias a sus colaboraciones con el malogrado Sam Peckinpah), y que con este largometraje logró encarnar a uno de los personajes más entrañables del cine clásico. Ahora bien, lo que llama la atención de “Marty” es su extrema sencillez, que es lo que le otorga ese punto de dulzura y amabilidad que percibe el espectador. El film está narrado casi en un único marco temporal, y la historia que desarrolla es tan sencilla como encantadora, a lo que ayudan de sobremanera las interpretaciones de todo su reparto (empezando por un genial Borgnine y continuando con la encantadora Betsy Blair y con Esther Minciotti en el papel de la madre chapada a la antigua del protagonista). Además, desde el punto de vista de su realización, “Marty” no necesita contar con sofisticados medios técnicos, complicados movimientos de cámara o recargamiento visual de decorados o fotográfico para meterse al público en el bolsillo. Por el contrario, cuando más sencilla es la escena, más provecho parece sacar Mann a sus acotres, y más poderosa resulta la escena (ver la secuencia en que Marty no para de hablar mientras pasea con Clara, o como cuando ambos entran en casa de Marty, que no está acostumbrado a tener compañía femenina, y trata de convencer a Clara para que le dé un beso).

    Asimismo, huelga decir que, aparte de esa sencillez en su realización y en su guión, “Marty” es una película en la que todas estas piezas encajan gracias a Ernest Borgnine. A pesar de la aparente simpleza con la que está dibujado el personaje de Marty, no es nada sencillo dotar al personaje de los matices con los que lo enriquece Borgnine. No hay más que echar un vistazo a secuencias como aquella, al comienzo del film, en que Angie trata de convencerlo para llamar a unas chicas a las que conocieron hace un tiempo en un cine y, pese a su reticencia inicial a hacerlo, por fin se anima cuando llega a su casa. Esa secuencia, que a penas dura más de un par de minutos recoge a la perfección la matización que Borgnine aporta a su personaje, que queda totalmente completa con la posterior conversación que tiene con su madre, cuando ésta lo insta a salir de fiesta y conocer a chicas (impresionante cómo Marty le espeta que se riega a salir de casa para regresar dolido).

    Por otra parte, también habíamos mención de las interpretaciones secundarias. Betsy Blair, con su representación de la muchacha tímida y feúcha, y Minciotti como la madre que cuida incondicionalmente de su hijo, completan un estupendo cuadro cuya mayor virtud es la sencillez de su historia la simpatía que desprenden todos y cada uno de los personajes, y la amabilidad de todo su conjunto.

  • MR. HYDE DICE:
  • No lo entiendo. Os prometo que no lo entiendo. Que una película como ésta, simpática pero poco más, se llevará la caterva de Oscar que se llevó es algo que se me escapa. Sin meterle mucha caña, porque tampoco tiene sentido, “Marty” es el ejemplo perfecto de peli amable, que te hace pasar un rato agradable, pero que podría ser perfectamente de sobremesa de domingo por la tarde. Además, a nada que empiezas a cogerle gustillo a la historia, va y se acaba –la peli dura poco más de hora y cuarto-. Así que tampoco es que sea una pasada a la altura de otras que lo petan en esos premios (aunque también ha habido veces que lo ha petado cada mierda…).

    Pero bueno, hablando de la película, “Marty” es una historia sencilla, bien contada, en la que todos los que salen te caen bien, desde el pobre carnicero que tiene que aguantar a todo el corrillo de viejas y vecinas, hasta otros menos simpáticos como ese primo que pasa olímpicamente de lo que Marty le cuenta, o uno de sus amigos salidorros que sólo piensa en montarse una buena juerga con unas enfermeras. Se supone que los protas de la peli son los feos de turno –aunque, en realidad, tampoco es que lo sean tanto-, aunque tampoco es que haya ningún personaje que destaque más que otro, aparte del propio Marty.

    Lo que yo le veo a la película, por lo que no acaba de encajar, es que está súper vieja. Se nota que se hizo hace la pera de tiempo, porque tanto la forma de hablar como de pensar que tiene la gente que sale no puede estar más chapado a la antigua. Vale que usen el cliché de la “raza italiana” (a la madre de Marty no le gusta la “amiga” de su hijo porque no tiene pinta de ser de ascendientes italianos), pero el resto son cosas que, ahora mismo, no pega ni con cola. Por poner un par de casos, Marty tiene treinta y dos años y ya se considera un viejo solterón. ¡Je, como para enseñarle cómo está el patio hoy en día! Además, si no fuera porque está claro con qué sentido lo dicen en la película, casi se podría pensar que Marty y su mejor amigo son de la acera de enfrente, porque a los dos les gusta quedarse juntos en casa viendo la tele un sábado por la noche, discuten como si fueran un matrimonio de abuelos, y al amigo le jode cantidad que Marty prefiera irse con una mujer antes que pasarse la noche con él. Bueno, y eso por no hablar de cómo están en plan buitre carroñero los solteros que van a esa macro discoteca, que parecen más los padres de los niños de ahora que unos solterones a la caza de una falda.

    Pero bueno, aparte de estas cosas así un poco en plan pasadas de moda, insisto en que “Marty” es sólo una peli simpática. Todo lo amable que tú quieras, pero con demasiado bombo para la tontería que es al final. Vale que el protagonista, el carnicero gordo lo hace muy bien, eso no lo niego, pero como para tener la repercusión que ha tenido… pues no. Pero vamos, ya os digo que no hace daño verla. Además, a nada que te des cuenta, ya se ha acabado, así que no es para tanto.

    domingo, 29 de julio de 2012

    CINE EN CARTEL: "TED"

    TÍTULO: TED

    DIRECTOR: SETH MACFARLANE

    REPARTO: MARK WAHLBERG, MILA KUNIS, SETH MACFARLANE, GIOVANI RIBISI, JOEL MACHALE, AEDIN MINCKS, JESSICA BARTH

    DURACIÓN: 105 min.

    AÑO: 2012

    GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Recientemente, en la meca del cine, se han visto casos de creadores y directores de series de televisión que dan el salto a la gran pantalla, o de directores de films animados que, con mayor o menor éxito, prueban suerte con actores de carne y hueso -y viceversa-. Lo que aún no habíamos tenido ocasión de encontrar en la cartelera es un film cuyo mayor responsable sea una persona dedicada a la realización de una serie animada de difusión mundial. En el caso de "Ted", ha sido Seth MacFarlane, máximo responsable de la simpática y ácida serie de dibujos animados "Padre de familia" quien debuta en el campo del largometraje, con un largometraje tan políticamente incorrecto como original en su propuesta. Un desenfrenado Mark Wahlberg y la participante en el doblaje de "Padre de familia" Mila Kunis son sus protagonistas "humanos".

    John ha sido siempre un joven muy tímido. Ya desde pequeño, se veía ignorado por el resto de niños de su edad. Así pues, tras recibir unas Navidades un oso de peluche llamado Ted, John desea fervientemente que Ted se convierta en un ser real. Dicho y hecho, a la mañana siguiente, y para sorpresa de todos, Ted habla y se mueve como si tuviera vida. Pasan unos años y John (Wahlberg) y Ted siguen siendo unos amigos de lo más unidos. El problema es que, aunque físicamente hayan crecido, ambos continúan siendo unos críos, preocupados por cómo hacer para tener las mínimas responsabilidades posibles. Cuando Lori (Kunis), la novia de John, le insta a separarse de Ted para poder emprender una nueva vida juntos ellos dos, y le suplica que madure, John se verá en el dilema de renunciar a su mejor amigo o hacer caso a la mujer que ama.

    Convertida en el sleeper de la temporada estival, "Ted" es una película que le debe la inmensa mayoría de su éxito al guión escrito a seis manos por el propio director y sus colaboradores, Alec Sulkin y Wellesley Wild. Pero no por la profundidad de los temas que toca o la originalidad de su propuesta (que, en cierto modo, lo es). La clave del éxito de "Ted" es romper con todos y cada uno de los tabúes del buen gusto y lo políticamente correcto para, a cambio, ofrecer una sesión continua de todo aquello que buena parte de la juventud estaría dispuesto a hacer -si es que no lo hacen ya- si tuvieran ocasión. ¿Y qué es esto? Pues nada más y nada menos que convertirse en una versión de Peter Pan -ya saben, el niño que no quería crecer para no tener responsabilidades- actualizada a los vicios más radicales del siglo XXI. Traduciendo: el protagonista y su peluche no hacen otra cosa que estar de juerga en juerga, "colocarse" a base de marihuana, poner excusas al resto de gente (el jefe, la novia...) para poder seguir manteniendo ese ritmo de vida y, mientras tanto, hacer cuantos más chistes escatológicos e impertinentes mejor.

    Por supuesto "Ted" no engaña a nadie. Ya desde su comienzo, cuando la voz en off narra la infancia del protagonista y hace un breve inciso para matizar qué cosa puede ser más fuerte que el deseo y la ilusión de un niño, el espectador tiene más claro que el agua que ésta no es una producción predecible y llena de los clásicos tópicos de cualquier otra comedia tontorrona. De hecho, a pesar de ser muy predecible y contener más de una secuencia tan prescindible como ridícula (la persecución final por el campo de béisbol, o el clímax con Lori haciendo lo posible por recuperar a Ted), si algo no se le puede echar en cara a "Ted" es que sea predecible.

    No obstante, la supuesta originalidad de su planteamiento no hay que confundirla con el resultado de "Ted" como película. A pesar de la comicidad de algunos apuntes (la secuencia en la que John y Ted se refugian entre las sábanas porque tienen miedo a los truenos es de lo más lograda, así como el desfase deliberado de la fiesta organizada por Ted -ver cuando Ted "juega" a pasar un cuchillo entre los dedos de uno de los asistentes, completamente drogado), lo cierto es que "Ted" es una descomunal apología de la grosería, el mal gusto y el humor simplón. A quien le gusten este tipo de películas, está de enhorabuena pero, aquellos espectadores que aboguen por un cine más original, talentoso y refinado, harían bien en pasar de largo.

    En resumidas cuentas, "Ted" es un largometraje dirigido a un público adolescente y juvenil amante del humor fácil y las situaciones comprometidas, seguidores de programas televisivos como aquellos en los que -lamentablemente- una serie de supuestos tertulianos discuten a voz en grito acerca de quién se ha acostado cuántas veces con quién, y que creen que ver a un oso de peluche, quintaesencia de la inocencia infantil, haciendo y diciendo guarradas a cada cuál más descarada es lo más gracioso del mundo. Para los que prefieran otro tipo de cine, les sugiero que se decanten por otras películas de la cartelera. Y, para los que han reído a mandíbula batiente con "Ted", que no se preocupen, pues a tenor del enorme éxito de taquilla en el que se ha convertido, seguro que no se hace mucho de esperar la inevitable segunda parte.

  • MR. HYDE DICE:
  • ¡Menudo despelote de película! Se nota que es el tío de la serie "Padre de familia" el que ha hecho la peli. El mismo humor -y mucho más burro y faltón- es el que ha puesto a "Ted". Eso sí, aquí el colega no deja títere con cabeza y mete caña a todo y a todos pero, por suerte con gracia. Por supuesto, no creo que haga falta decir que "Ted" no es una peli para críos, ni tiene nada de infantil (claro que si a tu nene le encanta ver "Padre de familia", "American dad" y similares, y tú le dejas, pues tampoco se sorprenderá mucho con lo que sale aquí). Lo que sí tiene, y mucho, es humor gamberro, guarro y grosero a punta pala. ¿Que no te gusta este tipo de películas y prefieres el humor más sofisticado de otro tipo? Perfecto, ya te puedes ir ahorrando la entrada. Pero si, de vez en cuando, para variar un poco, te quieres partir el ojete con tonterías como las pelis de "American pie" (al menos, las dos primeras), pues "Ted" te encantará.

    Eso sí, lo que me ha sorprendido un montón, aparte de la propia historia, que es demencial, es la mala leche que tiene la película. Se mete con un huevo de gente pero, por suerte, va a la yugular con gracia, no sólo por meterle el dedo en el culo a la gente. Por ejemplo, al oso y a su dueño les encanta aquella película de "Flash Gordon" que hicieron hace más de treinta años. Bueno, pues se marcan unas coñas con el actor que hacía de Flash Gordon, al que llegan incluso a sacar y a presentar como un héroe pasado de rosca, que le pega a la coca, y que se da de leches con un chino con la misma facilidad con la que se viste de cura y casa a dos personas. Lo mismo pasa con el actor Ryan Reynolds, al que sacan como si fuera un marica del tres al cuarto -¡y, encima, ponen a caldo la película del cómic "Linterna verde" que hizo el mismo actor!-.

    Pero es que ahí no termina la cosa: con las "chonis" se pasan cuatro pueblos (fijaos en el método de seducción que le funciona al oso cuando está en la caja del súper y se pone a hacerle gestos a la susodicha), a los jefes capullos típicos de la mayoría de los sitios los sacan como peleles, a los jóvenes porreros de todo el mundo (la mega-fiesta que se monta el oso en su piso no tiene desperdicio), etc. Y, además de todo eso, aún tiene tiempo para tratar de soltar el mensaje moral (la madurez, la tolerancia con los hijos, cómo ser una persona responsable, etc.). Claro, que todo eso cogido con pinzas, porque ya os digo que eso no importa un pimiento.

    Ahora, si hay que destacar algo por encima de todo en "Ted" es, por méritos propios, el doblaje que ha hecho Santi Millán. Si en aquella tontería que se llamaba "Paul - Paul, 2011" ya lo bordaba doblando al alien ese cachondo que llegaba a la Tierra, en "Ted" se sale por la puerta grande. No tengo ni idea de cómo será la cosa en el original inglés, pero en español, fijo que si le quitas a Santi Millán, el resto no valdría mucho. Ah, y otra cosa que deja flipado son los efectos especiales del oso. Supongo que lo habrán hecho metiendo a un niño pequeño o a un enano en un disfraz de oso. Pero lo de cómo hacer para que el peluche se mueva y tenga gestos de expresión como si fuera una persona os juro que es alucinante.

    Por lo demás, pues "Ted" es tal cuál aparenta en el tráiler. Desde el punto de vista de su historia, es predecible que te rilas ya desde el minuto uno. Pero claro, a la gente que va a ver "Ted" eso se la trae al fresco, porque lo que vas buscando son las bromas, las situaciones de descojone (que las tiene, y muchas), y que te hagan reír durante un par de horas. Si es eso lo que quieres, "Ted" es tu película. Si buscas algo más sofisticado, directamente ahórrate la entrada.

    sábado, 28 de julio de 2012

    CINE A DESCUBRIR: "EL JUEGO DE LA SOSPECHA (CLUEDO)"

    TÍTULO: EL JUEGO DE LA SOSPECHA (CLUEDO)

    DIRECTOR: JONATHAN LYNN

    REPARTO: TIM CURRY, MARTIN MULL, CHRISTOPHER LLOYD, LESLEY ANN WARREN, MADELEINE KAHN, MICHAEL MCKEAN, EILEEN BRENNAN, COLLEEN CAMP

    DURACIÓN: 97 min.

    AÑO: 1985

    GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • En Hollywood ya no saben dónde encontrar la inspiración. Si, de un tiempo a esta parte, las adaptaciones de cómics y series de televisión han copado la mayoría de súper producciones en la meca del cine resulta que, cuando ya no se sabía qué más adaptar, llegó Michael Bay y, partiendo de unos famosos juguetes, rodó la trilogía de "Transformers", convirtiéndose cada film en más taquillero que el anterior. Este año, no contentos con ello, ha llegado a las carteleras de todo el mundo "Battleship - Battleship, 2012", traslación a la gran pantalla del popular juego de mesa "hundir la flota". Pero lo que mucha gente ignora es que, mucho antes de que se pusieran de moda este tipo de films es que, a finales de los años ochenta, ya se produjo la adaptación de uno de los más populares juegos de mesa al cine: el Cluedo.

    Wadsworth (Curry) es un mayordomo que trabaja en una lujosa mansión. Wadsworth recibe la orden de preparar una velada para una serie de personas que, poco a poco, irán llegando a la mansión. Dado que ninguno de ellos debe conocer el verdadero nombre de los demás, a todos se les asigna un apodo. De esta forma, la señora Blanco (Kahn), el coronel Mostaza (Mull), el profesor Pomelo (Lloyd), la señorita Escarlata (Warren), la señora Faisán (Brennan) y el señor Verde (McKean) acuden a la cita. Allí, Wadsworth les informa de que todos ellos son víctimas del chantaje que les hace el desconocido señor Caballero, mostrando pruebas detalladas de cada una de las acusaciones. Sin embargo, lo que no sospechan es que, poco a poco, conforme avance la noche, un misterioso asesino irán liquidando a personas importantemente ligadas a ese chantaje, por lo que el grupo de desconocidos deberá hacer lo posible por detenerlo.

    Son varias las impresiones que tiene el espectador cuando acaba de ver "El juego de la sospecha (Cluedo)". En primer lugar, su atípico final. Sin entrar en detalles que pudieran fastidiar la sorpresa, sólo decir que es un final para la inmensa mayoría de los gustos, y de lo más variado e ingenioso. En segundo lugar, a pesar de tratarse de una película basada en un popular juego de mesa, el film tiene personalidad propia, es decir, que no necesita recurrir a aquello que el público ya conoce del juego (averiguar la identidad del asesino, la existencia de múltiples armas, la consecución de las muertes en diferentes estancias de la mansión...) para entretener. En tercer lugar, "El juego de la sospecha (Cluedo)" posee algo fundamental de lo que carece la grandísima mayoría de películas sobre súper héroes, juegos, series televisivas, etc.: el guión. En efecto, aunque parezca extraño, el film es el pasatiempo tan entrañable y endiabladamente divertido que es gracias a un libreto repleto de diálogos graciosos, dobles sentidos estupendos, una intriga muy bien llevada y una acumulación de sorpresas nada predecibles.

    En definitiva, no se puede desvelar mucho más acerca del largometraje si el espectador pretende sorprenderse. Así pues, tan sólo recomendarlo, pues se trata de una película de lo más divertida y simpática, y aconsejar que ninguno de los espectadores se pierda un sólo detalle ni de lo que dicen ni de lo que sucede en la película, pues es ahí donde se le puede sacar todo el jugo.

  • MR. HYDE DICE:
  • No sé la de veces que me habré visto esta película, ni las otras tantas que me habré muerto de risa con ella. De entrada, ya de crío jugaba como un poseso al juego de mesa. Pero lo bueno de la peli es que no tiene necesariamente mucho que ver con él. No es como han hecho este año, que se las han visto y deseado para que del "Hundir la flota" de toda la vida se pudiera sacar una peli como "Battleship" (que, dicho sea de paso, tampoco está tan mal). Aquí, es como si el objetivo del juego fuera algo que se va cociendo a lo largo de toda la peli, de forma que se mantiene el interés y la intriga por saber quién es el asesino, a la vez que ves cómo se van cargando cada vez a uno distinto, con un arma diferente y en varias habitaciones de la casa. Como en el juego.

    Eso sí, donde podrían haberse currado una peli de suspense y asesinatos súper seria, los que hicieron "El juego de la sospecha (Cluedo)" se ve que prefirieron tomárselo a cachondeo, y lo que les salió fue una estracanada con la que es imposible no partirse el culo. Y lo bueno es que "El juego de la sospecha (Cluedo)" no está hecha en plan tontería como esas películas que imitan a otras diferentes y que, al final, son todas un refrito apestoso de cualquiera de las de "Agárralo como puedas", sino que ésta se las ingenia para que una historia de asesinatos sea divertida hasta el final. Es más, creo que lo único así un poco en plan más serio es el principio, y sólo dura unos cinco minutos, mientras salen las letras y poco más. Porque en cuanto llega el mayordomo a la entrada de la casa y pisa un cagarro que ha soltado uno de los doberman guardianes, ahí ya empieza el show.

    Insisto, que nadie se piense que "El juego de la sospecha (Cluedo)" es una película de tonterías. Sí que es una comedia de asesinatos que, por de pronto, puede sonar como lo de "comedia de acción" que decíamos hace un par de días, o a las bromas chorra de "Ted - Ted, 2012", de la que hablábamos ayer. Pero nada de eso. A ver, tampoco es que sea un prodigio de ingenio, pero hay que reconocer que la película es divertidísima, y que consiguen que sigas interesado y divertido con lo que pasa aunque se carguen a gente y busquen todo el rato al malo.

    De las escenas que recuerdo así que me hayan hecho más gracia, no sabría con cuál quedarme. Supongo que con la de esa chica cantando lo del telegrama musical, justo antes de que le pase algo que no te esperabas para nada. O lo del lío de conversaciones que se hacen todos cuando están acojonados porque ha aparecido un policía en la casa.

    En fin, que "El juego de la sospecha (Cluedo)" no es más que una película para pasar el rato, para distraerte un poco si estás aburrido e, incluso, para que te eches una risas con las tonterías que les pasan a los que se juntan en esa mansión. Eso sí, apuesto lo que queráis a que nunca habíais visto un final como el que tiene esta peli, ni siquiera cuando te das cuenta de que te han engañado desde el principio, jeje. En serio, mira que me lo he podido pasar pipa con esta película.

    viernes, 27 de julio de 2012

    ESTRENOS DE VIDEOCLUB: "ESTO ES LA GUERRA"

    TÍTULO: ESTO ES LA GUERRA

    DIRECTOR: MCG

    REPARTO: CHRIS PINE, TOM HARDY, REESE WITHERSPOON, TIL SCHWEIGER, CHELSEA HABDLER

    DURACIÓN: 97 min.

    AÑO: 2012

    GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Hace ya unos años que parece haberse afianzado en Hollywood un sub-género cinematográfico bastante particular como es el de la "comedia de acción". Así pues, películas como "Súperagente 86: de película - Get smart, 2008" o "Infiltrados en clase - 21 Jump Street, 2012" se presentan como comedias destinadas a suscitar la simpatía del espectador, a la par que incluyen secuencias de acción más propias de otro tipo de largometrajes que no de las simpáticas comedias a las que la audiencia suele estar acostumbrada. Ahora bien, que esto suponga una sustancial mejora respecto a las comedias de toda la vida o, incluso, que colaboren a que el film sea realmente bueno, es ya otra historia. Es dentro de este sub-género donde entra de lleno la novedad de videoclub de esta semana, "Esto es la guerra", película dirigida por McG, un especialista en comedias de esta clase, quien parecía que también había demostrado su buen saber hacer con producciones más serias y reputadas como "Equipo marshall - We are marshall, 2006" o la nada despreciable "Terminator salvation - Terminator salvation, 2009".

    FDR (Pine) y Tuck (Hardy) son dos de los mejores agentes de la CIA. Además, ambos son amigos desde hace años. Por ello, cuando FDR, un conquistador nato, anima a Tuck a que se inscriba en una página de citas por Internet, lo que no sospechaba es que tanto Tuck -por su mensaje en la web- como él mismo -en un encuentro inesperado en un videoclub- acabarían fijándose en la misma mujer, Lauren (Witherspoon). A partir de ese momento, ambos iniciarán un constante enfrentamiento entre ellos por ver quién es el que consigue hacerse con el amor de Lauren. Sin embargo, las cosas se complicarán cuando un peligroso terrorista llamado Heinrich (Schweiger) les siga la pista a ambos agentes, con el fin de vengar la muerte de su hermano.

    No es de extrañar que un director como McG haya sido el encargado de ponerse tras las cámaras en un proyecto como "Esto es la guerra". La razón es que McG, junto con otros cuestionables directores como, por ejemplo, Peter Segal o Shawn Levy, parecen ser especialistas -si es que se puede ser especialista en ello- en filmar películas cómicas con importantes toques de acción. Así pues, que quien fuera el encargado de gritar "¡Acción!" en las dos partes de "Los ángeles de Charlie" se haya hecho cargo de "Esto es la guerra" no debería extrañarle a nadie. El problema es que, si en las dos partes de la adaptación de la popular serie de televisión la calidad de los largometrajes era bastante escasa, no era de esperar que en un film de características similares, la cosa fuera a cambiar.

    En efecto, "Esto es la guerra" entra de lleno en el grupo de comedias aparentemente románticas que se ven salpicadas de ruidosas y ridículas secuencias de acción que el espectador no sabe muy bien a qué se deben. Ello provoca que el público no tenga claro si está asistiendo a una comedia de acción o a una película de espías que, de repente, deriva hacia la ridiculez supuestamente cómica más absurda. Así pues, el resultado acaba siendo un pastiche caótico de actuaciones ridículas (más que supuestas en el caso de la ñoña Witherspoon, pero inesperadas por parte de actores más sólidos como el británico Tom Hardy), un sinsentido de secuencias que pretenden aparentar un ritmo trpidante del que carecen por completo (aquella que abre el film, con ambos espías ejecutando una de sus misiones, o el final, con esa caza al terrorista que quiere vengar la muerte de su hermano), y un ejercicio de paciencia hasta para el espectador menos exigente.

    Por consiguiente, a pesar de que "Esto es la guerra" pueda aparentar ser un producto con cierto gancho para cierto segmento de los que visiten su videoclub este fin de semana, por nuestra parte aconsejarles que mejor se decanten por un título que no sea ni tan convencional ni tan deplorable. Por muy simpático que pueda parecer su tráiler.

  • MR. HYDE DICE:
  • Menuda mierda de película. De esas que sólo se entiende que uno la vea porque a tu chica le toca elegir ese finde y se ha fijado en la última parida con Reese Witherspoon (que esta repelente tenga un Oscar...), y piensa que puede ser algo divertido como para ella. Pa cagarse. "Esto es la guerra" no tiene nada que envidiar a las capulladas de las Jennifer -Aniston, López & cia.-, ni en historia ni en nada de nada. La única diferencia es que, aquí, es el tío que hizo una cosa más que decente con la última peli de "Terminator" y que parece que se lo pasa muchísimo mejor con los momentos de acción que mete casi a calzador en la película, que no con todo el resto de chorradas entre los dos espías. Así que, si os toca pasar por el aro, al menos echad un vistazo a lo que os dice el tito Hyde para saber lo que os espera.

    Para empezar, no tienes claro algo fundamental: de qué va la peli. No quiero decir que no sepas cuál es su historia o que no entiendas lo que está pasando. Creedme que hasta un chimpancé es capaz de resumirte eso en menos de treinta palabras. A lo que voy es que te mezclan una peli de acción en plan espías internacionales de la CIA que van detrás del típico terrorista con cara de malo muy malo, con una gilipollez descomunal en plan comedia romántica para bobos. Así que, cuando empieza el tema, con esa operación que hacen los dos tíos, la verdad es que, por mucho tiroteo y cristal roto que aparezca, ya empiezas a tener la sensación de que "Esto es la guerra" es bastante mala. Pero es que, cuando ya llega la parte supuestamente "romántica", ahí la diarrea mental que te entra es de morirse.

    Reconozco que algún que otro momento simpático, sobretodo cuando se trata de hacerse putadas entre los dos tipos. Ahí la cosa parece cambiar un poco porque, por suerte, ni se centra en una acción más descafeinada que los tiroteos del Equipo A, ni en la terriiiiiiible preocupación que tiene la pijispollas de la prota por no saber con cuál de los dos chicos quedarse. ¡Uff, qué chungo! Por ejemplo, mola cuando uno de ellos hace saltar la alarma de incendios para inundarle el piso al otro colega. O como cuando, por su parte, el otro le dispara un dardo tranquilizante a su colega para que se sobe antes de que la cosa con la rubia vaya a más. Lo que pasa es que, si lo hubieran dejado ahí para concentrarse más en alguna idea más interesante, pues hubiera sido cojonudo. En cambio, parecen empeñados en olvidarse de la acción para seguir enseñándote las putadas que se hacen uno a otro, como cuando uno sustituye a los actores que otro ha contratado para hacerle creer a la chica que tiene una famailia perfecta. Ahí ya rizan demasiado el rizo.

    Y, el remate final, ya viene cuando vuelve de nuevo la acción. Si la del principio os parecía que era de coña, esperad a ver los últimos quince minutos de la peli. "Esto es la guerra" se vuelve, entonces, una chufla como un castillo. Los malos no pueden ser más idiotas; el malo supremo es un chiste con patas que se limita a poner cara de perro y con eso ya queda más claro que el agua que da mucho miedo; y las persecuciones y tiroteos no son más de caricatura animada porque no tienen tiempo. Así que si tenías alguna esperanza de que, llegado algún momento, "Esto es la guerra" recuperara algo de la supuesta gracia que tenía, ya te puedes ir olvidando. Por supuesto, entre todo eso, hay tiempo para mensajes de qué maravillosa es la amistad, cuán fuerte puede ser el amor de un padre hacia un hijo, cómo es posible recuperar a la mujer amada, y un montón de bla bla bla que sólo parece interesarle a los actores y al cerebrín que se ha currado semejante guión. En fin, que "Esto es la guerra" es de esa clase de pelis que te toca tragarte de vez en cuando para satisfacer las necesidades de bodrios pseudo-románticos de tu parienta, pero que ni con un buen chorretón de ketchup consiguen entrar fácil. Qué le vamos a hacer...

    jueves, 26 de julio de 2012

    CINE ACTUAL: "GREEN ZONE: DISTRITO PROTEGIDO"

    TÍTULO: GREEN ZONE: DISTRITO PROTEGIDO

    DIRECTOR: PAUL GREENGRASS

    REPARTO: MATT DAMON, GREG KINNEAR, JASON ISAACS, BRENDAN GLEESON, AMY RYAN

    DURACIÓN: 118 min.

    AÑO: 2010

    GÉNERO: BÉLICO

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Desde que tuviera lugar la pasada invasión de Irak por parte de las tropas norteamericanas, son numerosos los films que se han hecho eco de dicho suceso. Así pues, es posible encontrar desde el pseudo-documental de denuncia ("Redacted - Redacted, 2007"), el film directamente crítico ("Regreso al infierno - Home of the brave, 2006", "Ausente - Stop-loss, 2008"), o aquellos que únicamente utilizan aquel conflicto bélico para desarrollar una trama secundaria (En el valle de Elah - In the valley of Elah, 2007"). En esta ocasión, ha sido el equipo técnico -con el director británico Paul Greengrass a la cabeza- y principal protagonista de la serie de películas del agente secreto Jason Bourne, Matt Damon, quienes han realizado un trepidante largometraje que combina de forma acertada la acción más frenética con una estupenda trama de intrigas políticas y espionaje.

    Roy Miller (Damon) es un teniente del ejército estadounidense, destinado en Iraq durante la Segunda Guerra, y a cuya unidad se le ha encargado la búsqueda de armas de destrucción masiva. Sin embargo, a lo largo de una de sus incursiones, el pelotón de Miller descubre a una de las figuras clave de la "baraja" identificada por el ejército americano. Sin embargo, este hecho meterá a Miller de lleno en una delicada operación de espionaje e intereses políticos que tiene a Clark Poundstone (Kinnear) como principal implicado, por lo que Miller necesitará la ayuda de Martin Brown (Gleeson), uno de sus superiores, y de Lawrie Dayne (Ryan), una periodista destinada a cubrir las noticias desde el frente.

    Tras haberse puesto al frente de la segunda y tercera entregas de la serie de Jason Bourne que Matt Damon protagonizó desde principios de los años 2000, el realizador inglés Paul Greengrass ha sabido popularizar un estilo muy particular de hacer cine. De sobra conocido es el estilo de Greengrass a la hora de filmar tanto las secuencias de acción de sus películas, sino también su intención de no mantener quieta la cámara un solo instante, haciendo que la imagen siempre esté en movimiento, incluso en aquellas secuencias que no lo requerirían. Sin embargo, la habilidad de Greengrass a la que nos referimos no se trata sólo de saber adoptar esta técnica, sino en combinarla acertadamente con cada largometraje, haciendo que sus películas sean admiradas por público y crítica. Así es como lo había realizado con "El mito de Bourne - The Bourne supremacy, 2004" desde que se puso al frente de la franquicia, y como lo ha vuelto a hacer ahora en "Green zone: distrito protegido". Así pues, el espectador que vaya a asistir a la proyección de este film debe dar casi por supuesto varias cosas: que la acción va a ser frenética, que la rapidez de las imágenes va a estar presente de principio a fin, y que el estilo visual de la película va a ser muy parecido al de las citadas secuelas del espía Jason Bourne.

    Ahora bien, algo que podría pasar desapercibido y que también es importante que el espectador tenga en cuenta es que "Green zone: distrito protegido" es una buena película. Más aún, es un entretenimiento de primera. Cierto es que el estilo fílmico de Greengrass impregna cada uno de los fotogramas del film pero, lejos de resultar un espectáculo mareante, "Green zone: distrito protegido" consigue hacerse con el interés del público con una facilidad pasmosa. Cierto es que el argumento del largometraje parece estar orientado más hacia la demografía estadounidense que no hacia otras audiencias (al fin y al cabo, las historias acerca de las tropas norteamericanas siempre suelen tener mucho más tirón en su mercado nacional que no en el extranjero), pero, evitando caer en esta trampa, la película presenta una historia contada con garra, brío y con un ritmo endiabladamente bueno, capaz de interesar al público con la historia de suspense y traiciones protagonizada por un convincente Matt Damon.

  • MR. HYDE DICE:
  • A grandes rasgos, creo que hay dos formas de hacer que te interese una película. Una es usar la típica frase “De los creadores de…” o “Del director de…” y luego decir alguna otra peli que haya tenido éxito o que haya gustado bastante a la peña (por supuesto, si yo leo en algún sitio “De los creadores de Crepúsculo” ya os digo que salgo corriendo como alma que lleva el diablo). La otra es compararla con alguna otra parecida para que la gente se haga una idea de cómo es la cosa, de qué tipo de peli están hablando, etc. En el caso de “Green zone: distrito protegido”, creo que pasa algo raro. Se empeñaron en decir que era de los que habían hecho las dos últimas películas de Jason Bourne –que, por cierto, están de lo más entretenidas- y, al mismo tiempo, que también tiene el mismo estilo epiléptico y acelerado. Obvio, cuando lees algo así, no tienes muy claro si te apetece ver la peli (más si piensas que la trama es cien por cien historia yanqui) y arriesgarte a salir mareado del cine, o si la cosa promete ser un entretenimiento de primera. Para gustos los colores. Por suerte, yo me quedo más con la segunda opinión que con la primera.

    “Green zone: distrito protegido” es una recreación bastante realista de lo que han debido ser las operaciones de caza a los amiguetes de Bin Laden en Irak. O eso es lo que te venden y lo que tú acabas comprando. Lo bueno de la peli es que, en vez de cascarse un tostón morrocotudo como hicieron con “En tierra hostil – The hurt locker, 2009” (que se llevaría mucho Oscar y mucha mandanga, pero es un bodrio de padre y señor mío), lo que te encuentras es una peli de acción a tope, con una hipótesis bastante fiable de lo que pudo ser todo el cuento de las armas de destrucción masiva. Pero no os creáis que “Green zone: distrito protegido” son todo tiroteos y bombardeos, o lo contrario, politiqueo hortera del tipo “señor presidente, es un honor morir por mi país”. En la peli se las han ingeniado para, a partir de algunos hechos que pasaron de verdad en esta segunda guerra de Irak, contarte una historia de suspense y acción de la buena que está hecha de coña y te tiene pegado al asiento todo el rato.

    ¿Lo malo del tema? Que si no te gusta el estilo de pelis a lo Bourne, ya te la puedes ir ahorrando. Resulta que la cámara se mueve más que el rabo de una lagartija y, a veces, no tienes claro ni quién es el que está saliendo en la pantalla, ni a quién están disparando, ni por dónde están corriendo los nasíos pa matá. Ahora bien, si ese estilo te gusta, lo ves muy innovador y bla bla bla, pues entonces, te pirrará desde el primer momento hasta el último. A mí, resulta que esa forma de hacer pelis ni me entusiasma ni me molesta demasiado. Así que, al final, acaba dependiendo de que lo que te cuenten sea interesante y que te distraiga. Y eso, “Green zone: distrito protegido” lo hace de maravilla. Desde el principio, con la primera incursión de los rambos de turno en la que persiguen a uno de las “figuras de la baraja” que identificaron los yanquis, el resto de la peli es un conjunto de suspense, acción trepidante e intriga de traiciones, secretos y demás que mola un huevo.

    Repito que llega a cansar un poco que la cámara se mueva como si le hubiera dado un calambre incluso cuando lo que te están contando es algo sin acción y que se supone que tiene que ir en plan tranqui (cuando el soldado al que interpreta Matt Damon habla con la periodista junto a una piscina, cuando su supervisor le da el material necesario para que complete una operación…). Pero, por lo demás, la historia y cómo está hecha la película es lo suficientemente interesante y te da que pensar como para que merezca la pena ver la peli. Me recordó en ciertos aspectos a “La sombra del reino – The kingdom, 2009”, que también iba sobre intriga e investigaciones en un país árabe de éstos conflictivos. Pero lo que hace interesante de verdad a “Green zone: distrito protegido” es que se moje lo suficiente como para decir / inventarse –táchese lo que proceda- lo que pasó con las armas de destrucción masivas, y cómo de grande es la cantidad de mierda que hay en la política americana. Si, además, el resto te lo adornan de forma que ni parpadeas, pues no puedes quedar más satisfecho cuando empiezan a salir las letras del final.

    miércoles, 25 de julio de 2012

    CINE DE LOS 90: "LA BELLA Y LA BESTIA"

    TÍTULO: LA BELLA Y LA BESTIA

    DIRECTORES: GARY TROUSDALE & KIRK WISE

    REPARTO: DIBUJOS ANIMADOS

    DURACIÓN: 84 min.

    AÑO: 1991

    GÉNERO: ANIMACIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Los estudios Disney habían dado un giro radical a su devenir artístico y comercial a finales de la década de los ochenta, cuando "La sirenita - The little mermaid, 1989" se convirtió en todo un éxito. Dicho film le permitió volver a la primera división de las productoras cinematográficas de animación, recuperando la reputación que había hecho del estudio uno de los referentes indiscutibles del la historia del cine. Así pues, con el listón tan alto que había puesto dos años antes "La sirenita", el desafío consistía en encontrar un producto que no sólo se encontrara a la altura de las expectativas, sino que lo superara y pudiera marcar el inicio de una nueva era en el terreno de los films animados. "La bella y la bestia" fue la respuesta a ese deseo. El film no sólo se convirtió en el primero de la historia en estar nominado al Oscar a la mejor película (años antes de que se creara una categoría en estos premios específica para este tipo de películas), sino que es un derroche de fantasía, talento, artesanía y animación de la mejor calidad.

    Bella es una de las jóvenes más hermosas de su aldea, que vive y cuida de su padre, y que adora fantasear con la existencia de mundos extraños y maravillosas aventuras como las que lee en los libros. Asimismo, Bella también es una de las muchachas más codiciadas de la región, siendo en fortachón y egoísta Gastón el más interesado en ella, al que Bella rechaza constantemente. Un día, intentando acudir en ayuda de su anciano padre, acaba dándose de bruces con un misterioso castillo, en apariencia deshabitado, habitado por una horrible bestia. La bestia decide poner en libertad al padre de Bella a cambio de que ésta acepte quedarse un tiempo en el castillo. Será entonces cuando Bella comience a descubrir cosas en la Bestia y en el resto de los curiosos invitados del castillo que la haga replantearse lo que en realidad puede llegar a ser un monstruo.

    "La bella y la bestia" es un largometraje que llama poderosamente la atención por su hermosura visual. Prácticamente todo en su factura es una obra de arte: un guión sensacional y repleto de buenas intenciones, una animación prodigiosa, una música fantástica... Da la sensación de que todas las piezas del film encajan con una precisión espléndida, por lo que no es exagerado afirmar que "La bella y la bestia" es una de las mejores producciones de Disney, sino también del cine animado.

    No obstante, revisionando la película hoy en día, puede que tampoco sea equivocado admitir que se trata de una producción demasiado "infantil". No se trata de ningún defecto, en absoluto. Es más, resulta admirable que sea posible realizar una obra maestra sin necesidad de recurrir a trucajes en el doblaje al español, o la inserción de chistes fáciles y bromas escatológicas. Sin embargo, comparándola con otras producciones posteriores de la casa como, por ejemplo, "Aladdin - Aladdin, 1992" o la mucho más madura y arriesgada "El jorobado de Notre Dame - The Hunchback of Notre Dame, 1996", puede comprobarse como "La bella y la bestia" no llega a ser una película redonda del todo. Tal vez sea debido a determinados aspectos del guión (la forma estereotipada de presentar a los personajes: Gastón el bravucón, el padre de Bella como el inocentón, Lumiere como el "gracioso" oficial...), o de resolver determinadas situaciones (el final en el que Bella confiesa sus sentimientos)aunque, insistimos, no representan ningún impedimento para que ésta sea una película admirable más de veinte años después de su estreno.

  • MR. HYDE DICE:
  • Creo que, de todas las pelis Disney así en plan cuento clásico, de las más modernas, ésta es la más Disney de todas. ¿Que qué quiero decir con esto? Pues que dejando un poco de lado tanta princesa con ojos de cordero degollado, cae en todos los topicazos habidos y por haber de los cuentos. Cuidado, que sé que dicho así parece más una crítica que otra cosa y, en realidad, no tiene nada de malo. Es un poco cursi, sí y, hasta cierto punto, algo repipi. Pero eso no quita para que, siendo sincero, cuando ves la peli, te quedes con la boca abierta con cómo está hecha. También, en el caso de “La bella y la bestia”, hay que tener una cosa en cuenta: se hizo en el año noventa y uno, lo que quiere decir que era la siguiente que Disney hacía después de “La sirenita”, así que aún faltaba para todo eso de hacer pelis por ordenador a lo “Toy story”.

    Pero bueno, volviendo a “La bella y la bestia”, cuando ves la peli es de las pocas veces que tienes la sensación de que más que una película de dibujitos en dos dimensiones estás viendo una película de las de verdad. No entiendo mucho de cosas de cine, pero la forma en que se mueve la imagen, cómo reacciona cada personaje, la música y todo ese rollo está hecho de coña. Así que supongo que llegado este momento, podría limitarme a decir que si es una obra maestra, que si qué pasada de peli y demás. Pero como ésta es mi sección y no la del moñas de arriba, pues casi prefiero deciros lo que más me gustó a mí y lo que se podrían haber ahorrado con total tranquilidad.

    En el primer grupo, ya os he dicho que me quedo sin pensarlo dos veces con la forma en que está hecha la película. Hasta un momento tan moñas como el del baile entre la bella y la bestia te deja con la boca abierta, cuando ves que la cámara empieza dándole una vuelta a la lámpara para, luego, bajar a la pista de baile y seguirlos a los dos en cada vuelta que dan; o el ataque al palacio de la bestia y la transformación final; o incluso una cosa tan tonta como la imagen esa de la rosa que va perdiendo los pétalos dentro de una especie de urna. Son trozos muy puntuales, pero tienen ese algo que lo hace diferente de las pelis de dibujos que habían salido hasta ese momento y que te sorprenden por lo bien hechos que están y lo bonitos que son. Además, otra cosa en la que aciertan, más o menos como también habían hecho en “La sirenita” es en meter al típico personaje graciosillo. Si en aquella era el cangrejo (un puto crack), aquí es el candelabro el que se casca los chistes simpáticos y que alegra un poco la función entre tanta inocencia y buenas intenciones, cosa que ayuda a que sea más digerible.

    En el segundo grupo, no es que haya cosas malas o que no me hayan gustado, que tampoco es eso. Lo que pasa es que “La bella y la bestia” sí que tiene alguna que otra cosa que se podrían haber ahorrado. Para empezar, tanta canción. Vale que un Disney sin canciones es casi un Disney descafeinado, y que la música de sus películas ha sido una de las cosas más famosas que tiene. ¡Pero tampoco es necesario meter unas diez canciones en una peli que casi no llega a la hora y cuarto! Que sí, que un par tira que te va (sobretodo para el momento ese que os decía antes del baile), pero tanta canción hace que acabes un poco harto. Además, también está claro que hablamos de Disney, ejemplo indiscutible de los cuentos inocentones y llenos de buenos sentimientos. Pero macho, que los buenos sean siempre tan buenos y que los malos sean tan cabrones, sin un término medio, pues en fin, como que le quita un poco de gracia al asunto.

    Pero bueno, lo importante es que, por suerte, esos puntos más negativos no hacen que “La bella y la bestia” sea peor película. Está muy chula, muy bien hecha, y sigue dando gusto verla después de tanto tiempo. Así que sí, aunque pueda caer un poco bajo mi reputación de tío duro, os la recomiendo. Y, por supuesto, si tenéis chavales pequeños en casa, ya os podéis ir comprando el DVD de turno, que lo quemaréis varias veces de tanto verla.

    martes, 24 de julio de 2012

    CINE DE LOS 80: "TERMINATOR"

    TÍTULO: TERMINATOR

    DIRECTOR: JAMES CAMERON

    REPARTO: ARNOLD SCHWARZENEGGER, MICHAEL BIEHN, LINDA HAMILTON, LANCE HENRIKESEN, PAUL WINFIELD, RICK ROSSOVICH

    DURACIÓN: 102 min.

    AÑO: 1984

    GÉNERO: ACCIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • A mediados de los años ochenta, un joven realizador canadiense, que se había introducido en la industria del cine como asistente del veterano Roger Corman, estrenaba un curioso film, mezcla de acción y ciencia ficción, cuya enmarañada trama no era impedimento para que su personaje principal se convirtiera, con el paso de los años, en uno de los iconos decisivos del cine. Con un modesto presupuesto para las características de un largometraje de este tipo, repleto de trucajes con robots y animatronics, complicados efectos visuales y la recreación de un futuro desolado, James Cameron estrenó sin demasiado ruido “Terminator”, la primera entrega de una de las películas más célebres de la historia, y en la que se sentaban las bases de la segunda base, que se convertiría en un auténtico bombazo en taquilla, y en toda una revolución en el campo de los efectos visuales. Asimismo, el film sirvió para lanzar a su principal estrella, el austríaco Arnold Schwarzenegger, quien debe al personaje de asesino robot T-800 toda su fama posterior.

    Año 1984. En un oscuro callejón, aparece de la nada Kyle Reese (Biehn), un soldado proveniente del futuro que ha sido enviado a ese momento concreto para evitar que un cyborg de la serie Terminator (Schwarzenegger) acabe con la vida de Sarah Connor (Hamilton) quien, según Kyle, en unos años dará a luz al futuro liberador de la humanidad en la guerra contra las máquinas, cuando éstas adquieran conciencia de sí mismas y se rebelen contra los hombres. Así pues, da inicio una carrera contrarreloj entre Kyle y el Terminator por proteger a Sarah –el primero- y por liquidarla –el segundo-.

    “Terminator”, a pesar de que, vista hoy en día, es un film que ha acusado el paso del tiempo mucho más que su laureada segunda parte, es un film que sigue manteniendo fresco el dinamismo de su argumento. Cierto es que la película que dio a conocer el potencial de James Cameron contiene algunos de los tópicos más simples del cine de acción ochentero de bajo presupuesto (el acoso inicial de unos policías a Kyle al tomarlo por un maníaco, la persecución de coches entre Kyle y Sarah, huyendo del Terminator…), lo cierto es que Cameron coreografía todas esas secuencias con una habilidad remarcable. De esta forma, consigue que esta apariencia sencilla –en ocasiones más propias de una serie B-, capte la atención del espectador y que éste, una vez interesado por la historia, se enganche a la trama.

    Asimismo, también llama la atención el elevado nivel de violencia explícita para un film de acción de aquel momento. Secuencias como la de los primeros asesinatos de las mujeres que se llaman Sarah Connor a manos del Terminator no escatiman en primeros planos del impacto de las balas en el cuerpo de la víctima, o en sangre saliendo en cada disparo. Algo similar sucede con una de las secuencias más impactantes del film: aquella en la que el Terminator, tras un enfrentamiento con Kyle debe reparar una serie de circuitos dañados en su brazo derecho y en uno de sus ojos. Aquí, Cameron consigue sacarle todo el uso posible a los animatronics del robot asesino, consiguiendo unos resultados asombrosos (el primer plano del Terminator con la luz roja en uno de sus ojos es ya un clásico).

    Por lo demás, “Terminator”, más allá de su compleja historia es una película que, aún siendo víctima de la moda de la época, consigue entretener a la audiencia. Cierto es que ese final incierto –que cobra todo su sentido con la realización de su espléndida segunda parte-, puede dejar un cierto regusto amargo en el espectador. Por consiguiente, la mejor forma de disfrutar de una película como “Terminator” es tomarla como la pequeña parte de un todo, necesaria para entender la historia que se completa con las entregas posteriores de la saga

  • MR. HYDE DICE:
  • Mira tú, da la casualidad de que hace poco pasaron “Terminator” por la tele, y no sé si porque no había nada mejor o porque sentí un poco de morriña, me la volví a papar enterita. Y me quedaron claras un par de cosas en que, cuando la vi en su día, no me había fijado. La primera es que, aunque su argumento es bastante facilito, consigue engancharte. La segunda es que, vista a día de hoy, “Terminator” se ve vieja de pelotas. Sobretodo si se compara con esa segunda parte tan cojonuda, por la que parece que no pasa el tiempo. Pero bueno, eso no quita para que fuera suficiente para crear a uno de los personajes más famosos de la historia del cine (habrá a quien le guste más o menos, pero prácticamente todo quisque sabe quien es “Terminator”).

    Volviendo a la peli, es chunguete hablar de “Terminator” sin que te venga a la mente la segunda parte, tanto porque la historia que empieza en una continúa en la otra como porque la otra es aún más famosa que la primera. Pero bueno, lo intentaremos. En cuanto a la primera “Terminator”, yo diría que es una película de acción entretenida, y poco más. Distrae y hace que te pases casi dos horas distraído. Y ahora viene el pero: pero se la ve súper vieja. Para empezar la ambientación (la forma en que se viste un súper robot del futuro, los decorados…) en plan moda ochentera hace un poquito de pupa a la vista. Además, se nota un montón que la peli está hecha de esa forma en que hacían películas de acción hace treinta años, con los clásicos coches de policía americanos, los ruidos de los disparos y toda esa mandanga. Es más, incluso los momentos de la peli que tienen lugar en el futuro, eso parece más un barrio punki de cualquier ciudad medio chunga que el resultado de un mundo postapocalíptico. Y eso por no hablar de cómo es esa especie de discoteca en la que se esconde Sarah antes de que el Terminator entre y empiece a repartir estopa. Pa cagarse.

    Pero ahí es donde veo yo que Cameron se lo curra y hace algo diferente. En medio de toda esa súper moda ochentera, el tío mete un maquillaje bastante novedoso para el momento, y el robot que aparece no tiene nada que ver con los robotitos amables y simpaticotes que salían en las típicas pelis familiares, sino que aquí es una máquina de matar encabronada que te deja de piedra cuando se arranca la piel del brazo de metal para reparárselo. Y con el ojo tres cuartos de lo mismo (esa escena en la habitación occhambrosa de un hotel da bastante repelús). Claro, que igual que hay momentos de ese trozo que te pone los pelos de punta, luego se nota un huevo que no es un actor, sino una réplica mecánica de la cara de Chuache (tanto cuando se arranca el ojo como cuando le están disparando dentro de la comisaría de policía).

    Aparte de eso, donde “Terminator” consigue engancharte creo que es en las dos cosas siguientes: en la historia rayante sobre el futuro (toda la pesca de que el hijo de la prota es quien mandará al soldado al pasado para que proteja a su madre), y en que quieres saber como sea cómo consiguen matar a una cosa a la que las balas no le hacen nada. Toda la parte final con la persecución del Terminator dentro de un camión cisterna (que James Cameron bordaría en la segunda parte) y luego en la fábrica esa donde están las prensas tiene un montón de intriga y te hace estar bien pendiente de lo que pasa –acordaos del momento en que el brazo arrancado del robot está a punto de cargarse a Sarah Connor-.

    En fin, que se nota que ha llovido desde entonces y que la segunda le da mil patadas a la primera “Terminator”. Pero, aún así, no deja de tener su gracia ver cómo empezó uno de los grandes mitos del cine de acción y, por supuesto, escuchar ese primer volveré que Chuache le suelta a un poli que no tiene ni idea de la que se viene encima. Peli para pasar un rato entretenido, pero poco más.

    lunes, 23 de julio de 2012

    CINE CLÁSICO: "2001: UNA ODISEA EN EL ESPACIO"

    TÍTULO: 2001: UNA ODISEA EN EL ESPACIO

    DIRECTOR: STANLEY KUBRICK

    REPARTO: KEIR DULLEA, GARY LOCKWOOD, WILLIAM SYLVESTER, DANIEL RICHTER, LEONARD ROSSITER

    DURACIÓN: 139 min.

    AÑO: 1968

    GÉNERO: CIENCIA FICCIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Unos años antes de realizar uno de los más salvajes análisis sobre el tratamiento de la violencia, de filmar una de las adaptaciones de Stephen King más aterradoras de la historia del cine, o de recrear el complejo mundo de los celos y el deseo, el maestro Stanley Kubrick realizó una de las obras cumbre del cine de ciencia ficción, considerada hoy no sólo una película de referencia, sino también uno de los films de culto imprescindibles. Haciendo gala de su habitual perfeccionismo y reposado estilo visual, Kubrick realiza con “2001: una odisea en el espacio” un análisis de la evolución del ser humano, desde sus orígenes como homo-erectus, hasta un futuro no demasiado lejano en el que las inteligencias artificiales son capaces de pensar y actuar por sí mismas.

    El argumento de "2001: una odisea en el espacio" se divide en dos mitades. La primera relata la vida diaria de los primeros habitantes prehistóricos de la Tierra, y la forma en que, poco a poco, van evolucionando hasta que descubren su capacidad para servirse de otros elementos para su vida ordinaria. La segunda se centra en una misión espacial en la que participan dos astronautas, y para la que se sirven de la ayuda de un sofisticado ordenador llamado HAL 9000, una inteligencia artificial que complicará el devenir de la misión cuando tome conciencia de sí misma y cuestione las órdenes que se le proporcionan.

    “2001: una odisea en el espacio” es de esa clase de películas que tiene o defensores incondicionales, o enemigos acérrimos (entre estos últimos creo que se encuentra mi querido colega Hyde). En verdad no es un largometraje que deje indiferente. La primera parte podría definirse casi como la recreación, en tono documental, de los orígenes de la humanidad, mostrando el día a día de nuestros antepasados prehistóricos hasta el momento en que uno de ellos es capaz de pensar. La segunda parte, da un salto temporal muchísimo mayor en la acción, trasladándola hasta un futuro dominado por la dependencia del ser humano de las tecnologías informáticas, y el grado de desarrollo al que éstas han llegado. De hecho, el personaje mecánico de HAL, la siniestra inteligencia artificial instalada a bordo de la aeronave, resulta aterradora por la facilidad con la que es capaz no sólo de tomar decisiones por sí misma (independientemente de que éstas repercutan a favor de los humanos), sino de discurrir y generar sus propios pensamientos.

    En efecto, es éste el punto sobre el que Kubrick parece querer concentrar la trama de “2001: una odisea en el espacio”, en lo que podríamos llamar el “terror” causado por un ente informático capaz de poner en peligro la vida de los mismos humanos que lo crearon. De hecho, lo que le confiere ese aspecto terrorífico es la tranquilidad y serenidad con la que HAL analiza lo que sucede a su alrededor (incluyendo el comportamiento y reacciones de ambos cosmonautas) para, posteriormente, reaccionar ante ello. De esta forma, y sin ánimo de destripar ninguna sorpresa a aquellos espectadores que no hayan visto el film, llama la atención la frialdad con la que planifica una acción concreta contra uno de los tripulantes de la nave, y los intentos –siempre haciendo gala de la mencionada parsimonia- por conseguir que no lo desconecten.

    No obstante –y, sin que sirva de precedente, aquí debo darle la razón a Hyde-, todos estos sucesos quedan retratados por la cámara de Kubrick con un distanciamiento excesivo (al público le resulta complicado identificarse con los personajes), a pesar de su magnífica puesta en escena (el travellling por el interior de la nave circular ya es todo un clásico), que no evita en ningún momento que la acción resulte trepidante. Más bien al contrario, ni siquiera las supuestas secuencias de mayor acción (el intento final de desconectar a HAL, el viaje decisivo del astronauta superviviente) alcanzan ese grado de dinamismo presente en otros títulos del género. Y, por si no quedara lo suficientemente claro, la aparición del famoso monolito no hace sino terminar de rematar dicha situación.

    Así pues, cabría concluir diciendo que “2001: una odisea en el espacio” es más la obra de un cineasta filósofo que la de un director de cine. Kubrick va más allá del propio género de ciencia ficción para tratar de plasmar en imágenes los dos extremos de la evolución del ser humano aunque, para ello, opte por hacerlo a través de un estado más personal y atípico. No tiene mucho sentido, pues, sentirse defraudado ante un largometraje como éste aunque, por supuesto, quienes esperen encontrarse con un film de acción trepidante, ya se pueden ir olvidando. “2001: una odisea en el espacio” es, simplemente, una gran película más dentro de la filmografía de uno de los grandes maestros que ha dado el séptimo arte.

  • MR. HYDE DICE:
  • No sé si es que esta peli la vi demasiado jovencito o qué, pero me pareció un coñazo de tres pares de cojones. Mira que me gusta lo demás que he visto de Kubrick, y que “2001: una odisea en el espacio” tiene una fama descomunal, que se la considera una de las obras maestras del cine, y todo lo que tú quieras. Pero, aún así, a mí me parece un bodrio infumable. Supongo que es porque no la entendí del todo, aunque tampoco es que haya mucho que entender. Primero, te pasas casi una hora viendo a tíos vestidos de mono (con lo perfeccionista que era Kubrick, me extraña que no se preocupara un poco más en hacer que los disfraces parecieran un poco más auténticos, que he visto unos en los chinos que parecen muchísimo más reales). Ahí descubren que con un hueso le puedes meter una piña a otro, y que sirven para romper cosas. Vale, mensaje profundo del bueno. De repente, les aparece un pedrolo negro enorme que no sabes muy bien de dónde coño ha salido. Y de ahí, así por las buenas, ya no estás en la prehistoria con los monos, sino que estás en una nave espacial donde dos tíos se parten la cara con un ordenador tan listo que se los quiere cargar. Y, por supuesto, al final, también aparece el pedrusco negro. Estoy seguro de que todo eso tiene un sentido, pero como Kubrick no me lo contó mientras veía la peli, pues es lo que tiene. Ah, y se me olvidaba decir que la cosa dura casi tres horas. Ahí es nada.

    De todas formas, como tampoco me gusta poner a parir una peli de los que creo que es uno de los mejores directores de la historia, no le quiero meter más leña de la necesaria. “2001: una odisea en el espacio” no es una película mala. Lo que pasa es que es rara, demasiado intelectual. Es una peli de ciencia ficción que no tiene nada que ver con las más predecibles sobre monstruos, explosiones, bichos raros naves espaciales. Aquí todo va despacio. Para que os hagáis una idea, hay un momento en que uno de los astronautas tiene que salir del trasbordador ese o lo que sea para hacer un arreglo por fuera. Vale, pues el arreglito de marras son casi diez minutos de silencio absoluto (miento, lo único que se oye es la respiración del astronauta dentro de su traje), mientras el pavo va a paso de tortuga haciendo la reparación. ¿Realista? Total. ¿Entretenido? Ni de lejos. Te entra un sueñecito parecido al que dan los documentales de animales de la 2 o la vuelta ciclista a la hora de la siesta.

    Aparte de esto, reconozco que el resto de la película, lo que supongo que es el argumento base entre tanto mono y tanta reflexión en el espacio, tiene su chicha. Plantea el peligro que supone para la raza humana la existencia de una inteligencia electrónica capaz de pensar por sí misma, algo así como lo que le pasaba al Skynet de “Terminator”, pero sin arsenal nuclear y Chochenaguer diciendo volveré. Ahí admito que “2001: una odisea en el espacio” es bastante novedosa porque, que yo sepa, hasta ese momento, no se habían parado a pensar sobre los peligros de que las máquinas se volvieran más espabiladas de los humanos (aunque al ritmo que vamos últimamente, ya lo veo casi más una realidad). Toda esa parte está muy bien hecha: esa especie de ojo rojo del ordenador mirando leyendo los labios de los astronautas para saber lo que piensan, o como cuando les trata de convencer de que la información que les han dado desde la Tierra sobre que se le ha ido la pinza a la máquina es falso o, sobretodo, cuando le dice al astronauta que no lo desconecte porque tiene miedo.

    Por lo demás, me parece a mí que “2001: una odisea en el espacio” es demasiado intelectual, complicada sin necesidad, y con una especie de prepotencia que no me acaba de convencer. Por mucho que escuches esa musiquilla de “Así hablo Zarathustra” (o como se llame) mientras se ve salir al sol desde el espacio. Muy poético, pero rollo de cojón de mico.

    domingo, 22 de julio de 2012

    CINE A DESCUBRIR: "EL LIBRO NEGRO"

    TÍTULO: EL LIBRO NEGRO

    DIRECTOR: PAUL VERHOEVEN

    REPARTO: CARICE VAN HOUTEN, SEBASTIAN KOCH, THOM HOFFMAN, DEREK DE LINT, HALINA REIJN, WALDEMAR COBUS

    DURACIÓN: 135 min.

    AÑO: 2006

    GÉNERO: INTRIGA

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Tras filmar en Holanda algunas de las películas que lo darían a conocer en el mercado norteamericano, Paul Verhoeven filmó de regreso en su país un proyecto más personal, enmarcado en las tramas de espionaje de la Segunda Guerra Mundial que tan buenos resultados le había dado en su momento con títulos como "Eric, oficial de la reina - Soldaat van Oranje, 1977". El resultado es un largometraje fascinante, repleto de emoción e intriga, que se sitúa entre lo mejor de su recuperada filmografía.

    Segunda Guerra Mundial. Tras asistir impotente a la ejecución de su familia y amigos, Rachel Stein (Van Houten) consigue refugiarse en una pequeña granja, en las cercanías de Amsterdam. Cuando también aquella es arrasada por las tropas nazis, Rachel se unirá a un grupo de rebeldes holandeses dirigidos por el implacable Hans Akkermans (Hoffman). Allí, Rachel será la única esperanza del grupo para infiltrarse en las altas esferas nazis, seduciendo a un importante oficial llamado Ludwig Muntze (Koch) y consiguiendo información crucial para hacer frente a las tropas de Hitler en Holanda. Sin embargo, la misión se complica cuando, por una parte, Rachel se enamora de Muntze y, por otra, cuando se descubre la existencia de un llamado "libro negro" que contiene información muy codiciada tanto por el ejército nazi como por las tropas holandesas.

    "El libro negro" fue considerada una vuelta a los orígenes de Verhoeven, tras seis años de ausencia en la realización cinematográfica. Según parece, tras los estrenos de "El hombre sin sombra - Hollow man, 2000" y "Starship troopers (Las brigadas del espacio) - Starship troopers, 1997", que no llegaron a cumplir del todo las espectativas comerciales previstas, Verhoeven decidió vovler a su Holanda natal para concentrarse allí en la concreción de un proyecto más personal, y sin las presiones de los grandes estudios hollywoodienses. El resultado de ello es "El libro negro" un afortunadísimo regreso del mejor Verhoeven, quien demuestra no sólo que sigue manteniendo vivo su trepidante pulso narratiuvo, sino que nadie mejor que él para plasmar en imágenes una historia de traición, amor, violencia y desilusión.

    En la introducción mencionábamos que "El libro negro" se trata de uno de los mejores trabajos de Verhoeven, lo cuál no es del todo exagerado. Cierto es que no alcanza el grado de irresistibilidad de "Instinto básico - Basic Instinct, 1992" o el entretenimiento desenfrenado de "Desafío total - Total recall, 1990", pero tampoco le hace falta. "El libro negro" se aleja de sus anteriores films para revelarse como una obra mucho más seria y madura. De este modo, el magnífico guión escrito a cuatro manos entre Verhoeven y Gerard Soeteman contiene todos los elementos de las mejores cintas de espionaje centrados en la Segunda Guerra Mundial. Con el añadido que le proporciona la realización, en ocasiones adrenalítica, de Verhoeven. A penas hay un momento de descanso para el espectador, que se sume desde el comienzo en una historia trepidante y repleta de misterio.

    Si a todo ello unimos detalles como los de las estupendas incursiones de las tropas nazis en pos de los judíos más adinerados a los que sabe cómo localizar, las secuencias de bombardeos y tiroteos (en especial las que tienen lugar como consecuencia de aquello que va averiguando Rachel) y, muy especialmente, de aquellos instantes más logrados en los que cualquiera de los personajes está a punto de ser descubierto por el enemigo.

    En resumidas cuentas, "El libro negro" es un film excelente, lleno de giros inesperados, secuencias ejecutadas con gran destreza y un ritmo que consigue que el público permanezca atento hasta los créditos finales.

  • MR. HYDE DICE:
  • Buen broche de oro para acabar la semana. Me encantan las pelis de Verhoeven, desde las primeras que hizo en Holanda hasta, sobretodo, las made in USA (y sí, estoy incluyendo "Showgirls - Showgirls, 1995"). Sé que el tío a veces parece un salidorro con toques gores, con eso de que en sus pelis siempre haya, como poco, o una tía en cueros o sangre a cascoporro. Supongo que es una especie de Almodóvar, pero con talento y muchos más millones para hacer sus películas. En el caso de "El libro negro", Verhoeven ha hecho una peli cojonuda, llena de intriga, suspense y, sobretodo, emoción, que es lo que, te guste o no, siempre encuentras en sus películas.

    Así, a grandes rasgos, creo que la única pega que le puedo poner a "El libro negro" es que es demasiado larga. Es como si a la peña que hace la peli le gustara tanto lo que está haciendo, que quisiera alargarlo al máximo posible porque se lo está pasando pipa. La verdad es que no me extraña, porque cuando empieza el show, te olvidas de que estás en una sala de cine y te metes de lleno en la historia. Pero, como suele ser normal en estos casos, por muy chula que esté la cosa, cuando ya llevas dos horas de suspense, pues te acaba cansando un poco. Creo que hasta aquí lo que podríamos decir que es lo más malo de la peli porque...

    Entonces es cuando llega una de las mejores cosas: el final. Te pensabas que ya estaba todo resuelto, que los malos habían mordido el polvo, que eras tan listo que ya lo tenías todo claro, hasta que te llega ese final tan cojonudo. Hace que la historia se alargue aún más, casi quince minutos más, con una especie de juego de caza en mitad de un desfile, pero creedme que merece la pena. Ahí es como si quisiera concentrar en un ssolo momento toda la tensión que ha ido acumulando a lo largo de la peli. Menuda pasada.

    Por lo demás, pues "El libro negro" da casi lo mismo que cualquiera de las otras pelis de espías de las tropas aliadas a los nazis: momentos en que crees que le van a dar matarile a la infiltrada (no os perdáis la cara que pone la protagonista cuando uno de los oficinales la acusa ante los demás de ser una traidora de los judíos), tiroteos y persecuciones entre unos y otros (me encanta una de las incursiones nocturnas que hacen los colegas de la chica, rematando a una serie de oficiales en mitad de la calle y luego lanzándolos a los canales). Lo que pasa es que todo eso que suele ser ya bastante conocido, mi querido Paul lo adorna todo con unos movimientos de cámara que te cagas, con violencia cruda pero más que justificada en la historia, y con detalles tan suyos que no podrían estar en ninguna otra peli de espías alemanes (por ejemplo, que la prota se tiña de rubio los pelos del chocho para que el nazi al que tiene que seducir se crea que es rubia por completo).

    En definitiva, "El libro negro" es un peliculón cojonudo, de los que te dejan clavado a la butaca desde el principio y que, cuando acaba, aunque lo agradeces, te quedas con esa sensación de que te ha gustado un montón lo que has visto.

    sábado, 21 de julio de 2012

    CINE EN CARTEL: "EL CABALLERO OSCURO: LA LEYENDA RENACE"

    TÍTULO: EL CABALLERO OSCURO: LA LEYENDA RENACE

    DIRECTOR: CHRISTOPHER NOLAN

    REPARTO: CHRISTIAN BALE, ANNE HATHAWAY, MARION COTILLARD, GARY OLDMAN, TOM HARDY, JOSEPH GORDON-LEVITT, MICHAEL CAINE, MORGAN FREEMAN, MATHEW MODINE, LIAM NEESON

    DURACIÓN: 165 min.

    AÑO: 2012

    GÉNERO: AVENTURAS

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • El caso del realizador británico Christopher Nolan es ciertamente admirable. Con "Batman begins - Batman begins, 2005", demostró que era posible realizar un film de súper héroes sin necesidad de recaer en los mismos clichés y temas a los que recurren la inmensa mayoría de estos largometrajes. Con "El caballero oscuro - The dark knight, 2008" no sólo se consagró como uno de los directores con mayor ingenio visual y artístico del momento, sino que esbozó un guión fantástico, y le permitió al difunto Heath Ledger ofrecer una de las mejores encarnaciones de villano que se recuerdan. Así pues, tras la sobresaliente "Origen - Inception, 2010", llega a las pantallas de todo el mundo el que Nolan asegura que es el último capítulo que dirige acerca de las aventuras del hombre murciélago, uno de los films más esperados del año.

    Tras su duro enfrentamiento con el Joker, Bruce Wayne (Bale), alias Batman, se ha pasado los últimos años recluido en su enorme mansión. Por consiguiente, Batman también ha desaparecido de la vida pública, por lo que los esfuerzos por mantener a los criminales a raya se basa en el duro trabajo del Comisario Gordon (Oldman). Sin embargo, esa calma finaliza cuando un peligroso criminal llamado Bane (Hardy) amenaza con desatar el caos en Gotham City. Y es que Bane posee unas intenciones poco claras, al no ser un villano que se centra exclusivamente en amasar grandes fortunas, sino que lo que aparentemente busca es desatar un estado de completa anarquía. Para ello, Btman se verá forzado a abandonar su extenso retiro y volver a la acción, enfrentándose también a una curiosa ladrona llamada Selina Kyle (Hathaway), y contando con la ayuda de su incondicional mayordomo Alfred (Caine) y Lucius Fox (Freeman), así como con la cooperación de un excelente agente de policía llamado Blake (Levitt).

    Después de que "El caballero oscuro" se convirtiera en una de las películas más taquilleras de la historia dentro y fuera de su mercado nacional, era más que obvio, por una parte, que era cuestión de tiempo que se pusiera en marcha la filmación de una nueva secuela del hombre murciélago y, por otra parte, que dicha continuación tendría que demostrar la misma calidad de su predecesora. Así pues, contando con el mismo reparto técnico de las anteriores entregas, y con un reparto compuesto tanto por los participantes en la dos primeras partes -Bale, Caine, Freeman, Oldman, Neeson- y en "Origen", el anterior film de Nolan -Hardy, Cotillard, Levitt-, se estrena por todo lo alto "El caballero oscuro: la leyenda renace".

    Vista la estupenda película de Nolan, quedan claras varias cosas. La primera, que parece haber pocos directores en el panorama actual que sepan hacerse con la atención del público con la misma facilidad y gracia con la que lo consigue el realizador inglés. Desde el excelente prólogo que abre el film, hasta la impactante secuencia del rescate aéreo del villano Bane (todo un guiño a una secuencia muy similar que había en el film protagonizado por Sylvester Stallone "Máximo riesgo - Cliffhanger, 1993"), Nolan hipnotiza por completo a la platea, haciendo que todo el público entre a formar parte del juego que propone. La segunda, que los excelentes libretos de esta última trilogía acerca de Batman consiguen hacer creíbles a una serie de personajes que, de otra forma, hubieran caído en el ridículo más absoluto (desde el villano Bane, un ser tan desquiciado como terriblemente violento, hasta un valiente policía como Blake, o la delincuente Selina Kyle / Catwoman). La tercera, que tampoco hay nadie como Nolan a la hora de servir en bandeja estupendísimas secuencias de acción y tensión, por muy enrevesado que pueda ser el argumento (ver, por ejemplo, el asalto de los delincuentes liderados por Bane a la totalidad de la ciudad de Gotham, o la secuencia final con la extracción de la bomba nuclear de un camión).

    Ahora bien, por desgracia, no todo lo presente en "El caballero oscuro: la leyenda renace" es digno de admiración. Sin ánimo de entrar en comparaciones innecesarias entre películas, uno de los elementos que hacía de "El caballero oscuro" la gran película de aventuras que es, era que la historia planteaba situaciones de lo más factibles -dentro de la ficción, evidentemente-, mientras que en ésta tercera parte, el argumento ya no resulta tan sencillo. Y es que pequeños apuntes como, por poner un par de casos, la aparición de la aeronave de Batman, la trama entorno a Rah' Gul -el villano de la primera parte-, o el desenlace de Bane requieren de un esfuerzo demasiado forzado por parte del público para ser aceptados. Cierto es que contiene algunos de los instantes más impresionantes que se recuerdan en un largometraje de súper héroes (la destrucción de un campo de rugby -magistral y aterradora-, el primer encuentro entre Bane y Batman -tremendamente violento-, el rescate inicial de Bane en un avión...), pero todo ello queda diluído, por momentos, en una trama que parece querer abarcar demasiado y apretar muy poco. Así queda patente en el contraste que suponen secuencias tan sensacionales como el asalto al edificio de la Bolsa de Gothman City o el epílogo, con instantes tan forzados como el aburrido episodio en la cárcel tercermundista en la que recluyen a Bruce Wayne o en el juicio que se hace a aquellos que se muestran contrarios al régimen anárquico impuesto por Bane.

    No obstante, sea como sea, de lo que no cabe duda es de que "El caballero oscuro: la leyenda renace" es una película muy entretenida, muy bien realizada, y una de las mejores muestras de lo que sucede cuando a un gran realizador se le permite el acceso a los recursos que necesita para confeccionar esta serie de entretenimientos tan recomendables. Buen final para su trilogía, señor Nolan.

  • MR. HYDE DICE:
  • Qué jodido eso de comentar "El caballero oscuro: la leyenda renace"... Es cierto cuando dicen eso de que las comparaciones son odiosas, aunque creo que aquí muchísimo más que en otras ocasiones. Para empezar, quien se piense que "El caballero oscuro: la leyenda renace" es "El caballero oscuro", o sea, la última que hicieron con el Joker, que se vaya olvidando. Pero tampoco son las otras horteradas que hicieron hace la pera de tiempo. "El caballero oscuro: la leyenda renace" es una buena película, muy chula y súper curradísima... pero no es "El caballero oscuro"; el malo malísimo está a la altura de los mejores malos que se han visto en una peli de súper héroes en mucho tiempo... pero no es el Joker de la anterior; la historia está muy currada, no echándole más cuento del necesario ni más fantasía de la que estás dispuesto a aceptar... pero no va por la misma línea que en la otra. En fin, que podría decirse que "El caballero oscuro: la leyenda renace" es una peli muy buena, muy bien hecha y tal, pero siempre que no se la compare con la que hicieron antes. Ahora os digo por qué (advierto que es posible que me enrolle más de la cuenta).

    Para empezar por algo, creo que se equivocan en algo fundamental, que es hacer que "El caballero oscuro: la leyenda renace" se parezca más a "Batman begins" que a "El caballero oscuro". Quien la haya visto, sabrá de sobra que tiene muchísimo en común con la primera peli de Batman de esta trilogía, alejándose bastante de la segunda y magistral segunda parte. Todo lo que tiene que ver con el malo de aquella primera es como si continuara de nuevo en ésta (con un poco de sentido común, ésta tercera parte debería haber sido la segunda, y la segunda la última entrega). Y claro, eso no es que sea mala, pero cuando te han dejado con la boca abierta con la que probablemente sea la mejor película de súper héroes de la historia del cine, el problema no es sólo que se hayan puesto el listón demasiado alto, sino que es chungo saber continuarla a la altura de lo que habían hecho antes.

    De todas formas, dejando un poco de lado las comparaciones, "El caballero oscuro: la leyenda renace" tiene cosas muy buenas. La primera es que todos los personajes tienen su razón de ser. Me explico: en las otras entregas más viejas, los malos son así porque les cae un rayo, se caen a un tanque de ácido o chuflas parecidas. Sin embargo, al igual que en "Batman begins" el malo era un sectario peligrosísimo y en "El caballero oscuro" era un psicópata de tres pares de cojones, en "El caballero oscuro: la leyenda renace" el malo de turno es un pedazo de bestia de cuidado, violento como él solo. Así que el que espere ver a un malo disfrazado con trajes imposibles o histérico perdido, que se olvide, porque aunque el de ahora lleve una máscara, el tío es de los chungos chungos que se han visto nunca en una peli de este tipo. También puede decirse lo mismo de la Catwoman, que más que una mujer gato como en esa parida descomunal que hizo Halle Berry, es una ladrona que se disfraza así para que no la reconozcan (guay el detalle).

    Otra cosa que está chula es que la violencia que tiene es casi sorprendente para un tipo de películas en que los buenos casi ni se hacen una herida. En "El caballero oscuro: la leyenda renace", sin ir más lejos, hay un momento de lucha entre el malo y Batman en que el primero le parte la nariz al segundo de un guantazo (y os juro que se le ve la nariz a Batman toda torcida bajo la máscara). Pero no es una violencia gratuita, sino que la ves necesaria para que la peli vaya por donde toca.

    Por último, es entretenidísima. Mira que dura casi tres horas, pero te juro que se te pasan volando, aunque sí que haya algún trozo que se haga más pesado o más lento.

    Y ahora viene la parte menos agradable: las cosas que no molan. Resulta que con todo lo creíble que era la historia de la entrega anterior, en "El caballero oscuro: la leyenda renace" se les va un pelín más la pinza. Por ejemplo, no entiendo muy bien por qué Bruce Wayne está físicamente hecho una mierda al principio de la película, como si el Joker lo hubiera dejado poco menos que paralítico. Además, lo de que del coche salga una súper moto tira que te va, pero que el coche ese ya vuele, creo que es forzar un poco demasiado las cosas. Y, lo peor para mi gusto, es todo eso que tiene que ver con la cárcel que tiene un agujero en el techo. ¿Pero qué coño tiene todo eso que ver en la hsitoria? Como si no hubieran podido cambiar todo eso por algo mejor. Porque lo del entrenamiento y lo de trepar la pared para poder escapar de allí es casi hasta ridículo (eso por no hablar de lo que tiene todo eso que ver con el malo de "Batman begins"). Ah, y no me olvido de la sorpresa sobre uno de los malos de la función, que tampoco me acaba de convencer, como tampoco esa historia sobre la bomba nuclear pegando vueltas por la ciudad. Es como si hubieran tenido unas ideas cojonudas para la película pero hubieran preferido hacerlo todo demasiado complicado y difícil de creer (volviendo a las comparaciones, la historia de la segunda te parecía de lo más creíble, y que podía pasar en cualquier momento).

    En cualquier caso, reconozco que el final de "El caballero oscuro: la leyenda renace", sin cagar ninguna sorpresa, es de los más atípicos que recuerdo para una peli así pero, a la vez, de los más efectivos -ese plano final de una persona determinada en la Batcueva me encanta, y me parece absolutamente genial-.

    En fin, que os aconsejo que vayáis a ver "El caballero oscuro: la leyenda renace". Es de esas pelis que hay que ver en pantalla cuanto más grande mejor. Aunque, insisto, no la queráis comparar con "El caballero oscuro", porque entonces os gustará mucho menos.