viernes, 30 de septiembre de 2011

ESTRENOS DE VIDEOCLUB: "AGUA PARA ELEFANTES"


TÍTULO: AGUA PARA ELEFANTES

DIRECTOR: FRANCIS LAWRENCE

REPARTO: ROBERT PATTINSNON, REESE WITHERSPOON, CHRISTOPH WATLZ, HAL HOLBROOK, JIM NORTON

DURACIÓN: 115 min.

AÑO: 2011

GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Los productores de Hollywood son desconcertantes. Tienen un olfato único para captar oportunidades de oro, al igual que para desaprovechar oportunidades fantásticas de lograr grandes éxitos de taquilla. Esta reflexión viene a cuento de la salida en alquiler de la recientemente estrenada "Agua para elefantes". ¿Y por qué decimos esto? Pues, en primer lugar, porque "Agua para elefantes" es la adaptación de una novela de éxito en los Estados Unidos -desconozco si también en el resto del mundo-, escrita por Sara Gruen, y que contiene todos los elementos que debe tener cualquier comedia romántica que se precie, y de los que luego hablaremos. En segundo lugar, porque se ha apostado por actores que anteriormente han triunfado en la taquilla y que, salvo raras excepciones, fracasan cuando estrenan un nuevo largometraje. Y, en tercer lugar, porque los medios con los que cuentan para realizar la película son excelentes (decoración, fotografía, banda sonora...). Ahora bien, los resultados, al menos en este caso, no se encuentran a la altura de tan altas expectativas, a pesar del tirón inicial que se podría deducir de su historia.


    Estados Unidos, década de los 30. Jacob (Pattinson) es un joven de origen polaco que ha perdido a sus padres en un accidente de coche y, con ellos, tanto su casa como sus pocos ahorros y la oportunidad de licenciarse como veterinario. Decidido a probar suerte en alguna gran ciudad, una noche se sube a un tren sin saber que se trata del tren de una compañía de circo. A pesar de que no es muy bien recibida su intrusión, un anciano de ascendencia también polaca llamado Camel (Norton) se hace cargo del chico, a quien toma bajo su protección. Jacob, tras llamar poderosamente la atención de August (Waltz), el tiránico director del circo, consigue un puesto en la compañía como veterinario y entrenador de la nueva adquisición: una elefanta llamada Rosie que parece destinada a relanzar la alicaída carrera comercial del circo. No obstante, las cosas se complican cuando Jacob conoce a Marlena (Witherspoon), la mujer de August, de quien se enamora.


    Como se puede deducir, parece evidente que con tales medios técnicos y artísticos, podríamos estar hablando de una película excelente, al menos dentro de su género (el de drama romántico). No obstante, hay un elemento que, sin desmerecer en exceso, resulta tremendamente equivocado: la elección de su realizador, Francis Lawrence. Lawrence, que ha demostrado con creces su valía como director de películas de ciencia ficción con "Constantine - Constantine, 2005" y "Soy leyenda - I am legend, 2007", parece perdido en el mundo de ilusión y espectáculo que sirve como telón de fondo de esta historia romántica. De hecho, da la sensación de que Lawrence, no sabe muy bien cómo aprovechar momentos decisivos del film para hacer avanzar la acción (la secuencia en la que Jacob se sube al tren, o cuando conoce a August o, incluso, cuando se besa por primera vez con Marlene tras huir de una redada anti alcohol). Es más, si la fascinación que siente por los decorados de Jack Fisk (marido de la actriz Sissy Spacek y habitual colaborador del director Terrence Malik) y fotografía del extraordinario Rodrigo Prieto la hubiera sabido traducir con la cámara, el ritmo hubiera cambiado notablemente, no haciendo que haya secuencias que carezcan del dramatismo que merecerían (el sacrificio de un caballo, al comienzo del film), o que no aporten nada al relato (las constantes cenas a tres bandas entre Jacob, Marlene y August).


    Lástima que no se haya hecho cargo de la dirección el responsable de adaptar el guión de "Agua para elefantes", el también director Richard LaGravenese, quien sí ha demostrado sobradamente que es capaz de filmar dramas románticos que funcionan de maravilla (así lo hizo con "Posdata: te quiero - P.S. I love you, 2007"). Así pues, "Agua para elefantes" acaba siendo un proyecto fallido de ofrecer al público una película romántica llena de emociones y con un escenario tan original como es el mundo del circo, que no hay sido utilizado con demasiada frecuencia en el mundo del cine. Lástima que ésta, desde luego, no vaya a ser la opción más recomendable para alquilar esta semana. Desde luego, los ingredientes sí que los tenía.



  • MR. HYDE DICE:

  • Esta peli es un poco petardo. Cuando empiezas a verla, medio tienes asumido que es una peli como para mujeres, y que te va a tocar asistir a la típica historia del pobre chaval que se enamora de una mujer que ya está comprometida con el malo de la función y que, después de un poco de tira y afloja, acabarán juntos. Pues la cosa más o menos va por ahí, aunque no es ni chicha ni limoná. Me explico. Como peli que sigue ese cliché contado ya mil veces, acaba siendo un poco más original (la peli no se centra sólo en los dos protagonistas, sino que la vida en el circo acaba dándole un toque de originalidad que no está en las otras castañas de turno) pero, como película de drama serio, no cuela ni a la de tres.


    A mí, para ser sinceros, me ha aburrido. No es que sea mala ya que, por suerte, os digo que no es la clásica mierda que suele hacer la rubia esa con cara de boba que sale en la peli. Pero, tras los primeros veinte minutos, la historia ya me importaba un pimiento. Más que nada porque era más previsible que el 99% de las pelis románticas. ¿Que tiene lugar en un circo, en los años 30? Vale, mola. ¿Que los protagonistas se encuentran en medio de la gran depresión estadounidense, teniendo que partirse la cara para poder ganarse un mendrugo de pan? Está bien, queda claro que la protagonista no va a ser una niña mona de Nueva York que trabaja como periodista o en una galería de arte. ¿Que el villano de turno no es tan malo malísimo como suelen ser los malos de la función? Sí, también (aunque esto no es gracias al guión, sino a que el actor, Christoph Waltz actúa de coña). Pero ahí empieza y acaba toda la originalidad de la peli.


    "Agua para elefantes" es una peli que parece que está empaquetada como para gustar al público, aunque con tanto actor guapito de cara (a mí, personalmente, me parecen más feos que un mandril chupando un limón), tanto súper decorado y tanta chufla, parece que se han olvidado de que la peli tiene que tener un cierto ritmo y un gancho que haga que, por muy previsible que pueda ser la peli, consiga el que la haya sacado del videoclub no se arrepienta de su decisión. Dicho en otras palabras, que se ha preocupado más por el envoltorio que por asegurarse de que el contenido entretenía y gustaba. Y, en lugar de eso, "Agua para elefantes" acaba siendo aburrida, tanto para ellos (que no tienen más remedio que papársela para darle gusto a la parienta) como para ellas (que, a mitad de película, te sueltan eso de "es un poco lenta, ¿no?"). No es que se os vayan a caer los ojos de la cara por verla pero, si os tenéis que decantar por alguna peli este finde en el videoclub, no pasa nada si ésta la dejáis para otro momento. No os perdéis nada.



    jueves, 29 de septiembre de 2011

    CINE ACTUAL: "300"


    TÍTULO: 300

    DIRECTOR: ZACK SNYDER

    REPARTO: GERARD BUTLER, LENA HEADEY, DAVID WENHAM, DOMINIC WEST, MICHAEL FASSBENDER, RODRIGO SANTORO

    DURACIÓN: 117 min.

    AÑO: 2007

    GÉNERO: AVENTURAS

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Los tiempos están cambiando. Cuando el séptimo arte permite realizar aproximaciones a otras formas de expresión artísticas, como es el caso del cómic, existen dos posibilidades: que el resultado sea un nuevo producto tan fascinante como revolucionario ("Sin City. Ciudad del pecado - Sin City, 2005", por ejemplo), o que acabe siendo una enorme decepción (caso de "The Spirit - The Spirit, 2008"). Afortunadamente, "300" se encuentra, por méritos propios, en el primero de estos grupos. Y es que el aterrizaje en las pantalla de todo el mundo de esta novedosa cinta de acción cautivó al público con su acertada mezcla de violencia y aventura, en la que se pretendía recrear la obra gráfica del dibujante Frank Miller, cuyo argumento principal relataba el enfrentamiento de los espartanos con los persas -con muchísimas licencias históricas-, cinco siglos antes del nacimiento de Cristo.


    El rey Leónidas (Butler), ante la inminente llegada de las tropas invasoras lideradas por el rey Gerges (Santoro), decide abandonar en Esparta a su mujer (Headey) e hijo para acudir, en compañía de sus mejores hombres, a combatir la amenaza extranjera. De esta forma, un mini ejército formado por trescientos de los mejores soldados de la región, se enfrenta a miles de atacantes foráneos, consiguiendo plantarles cara con una violencia y crueldad únicas, hasta su último aliento.


    En una película como "300" llama la atención que, a pesar de que su argumento sitúe la historia en un periodo decisivo para el devenir histórico de la humanidad, le permite a su director, el visionario Zach Snyder, realizar una adaptación en la gran pantalla mucho más cercana al cómic de Miller que no a lo recogido en los miles de libros de historia que tratan dicho tema. Por este motivo, el largometraje depende casi en su totalidad no del guión recitado por sus intérpretes, sino de las asombrosas escenas confeccionadas por el realizador, capaz de embelesar al público tanto con una secuencia de batalla (indescriptible el travelling con el que da comienzo el primer enfrentamiento de los espartanos con los persas, en el que éstos son casi presentados como auténticas apisonadoras humanas capaces de arrollar a cuantos se interpongan en su camino -bolas de fuego incluidas-, o cómo un monstruoso enemigo casi arranca el caso de Leónidas con la punta de una de sus lanzas), como con momentos más pausados (la consulta de Leónidas al oráculo, la descripción visual de la corte del rey Gerges).


    "300" es una película poderosísima desde un punto de vista visual. Evidentemente, hasta el espectador menos avispado sabe de sobra que todo lo que está contemplando se trata de trucajes visuales (no en vano, sólo un diez por ciento de los decorados que aparecen en la película son tangibles). Pero, por suerte, el conjunto del largometraje está tan cuidado y las piezas encajan de una forma tan efectiva que, adornando el conjunto con algún que otro momento de réplicas brillantes (Leónidas negándose a arrodillarse ante Gerges porque le duele un poco la rodilla, o preguntándoles a tropas de refuerzo a qué se dedica cada uno de sus soldados para, acto seguido, demostrar que sólo los suyos son auténticas máquinas de matar -ya clásico el "Ahú, ahú" con el que los espartanos corroboran la afirmación de su rey-), consigue hacer que el largometraje sea un ejemplo de pasatiempo bien diseñado, muy bien ejecutado y tan divertido como emocionante y deslumbrante. Una cinta de acción muy bien llevada que se sabe disfrutar si se acepta, desde su comienzo, la premisa que el director exige del público. En caso contrario, puede llegar a resultar un tanto decepcionante.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Qué peli más guapa! Lástima que ya la hayan pasado hasta el aburrimiento, porque es de esas que flipas cuando ves por primera vez y te quedas con ganas de una segunda. A las tías que os gusten los machos romos más cuadrados que un equipo de fútbol, estaréis en la gloria, y los tíos a los que les molen las pelis de batallas en plan bestia se lo pasarán pipa. La estética de "300" no se había utilizado antes, y fue por eso que se convirtió en un éxito brutal. Lo malo, insisto, es que o lo han parodiado tanto o lo han imitado en otras veinte películas más que, si lo vuelves a ver ahora, ya casi ha perdido todo su encanto.


    Ahora, lo que es la peli, se sale por todos los lados. No sólo te refresca un poco la memoria sobre la historia de los espartanos y su conquista por parte de los persas, sino que lo consigue haciendo que te lo pases teta y que flipes en colores con las imágenes tipo cómic que dan cuerpo a la peli.
    Ahora bien, no tiene nada que ver con el estilo que tenía "Sin City. Ciudad del pecado". Y digo esto, más que nada, porque a mi chica le pareció una mierda la peli de Robert Rodriguez, pero esta le encanto (no me preguntéis si fue por la peli o por los espartanos, que aunque tenga bastante clara la respuesta, me parece que no quiero saberla). Por eso, cuando os cuento que tiene un aire de cómic me refiero a que sus imágenes son más propias de los tebeos, con esos planos a cámara lenta y luego rápida, esa sangre saltando hacia la cámara como si te estuviera escupiendo y, sobretodo, por todo el tema de decorados, que parece como de cuento.


    Ahora bien, si aceptas en juego y esa estética no te molesta, acabas disfrutando como un enano. Como película de aventuras y acción lo tiene casi todo: escenas de lucha acojonantes (cómo arrojan a un pozo sin fondo a los enviados de los persas, la lluvia de flechas que les cae a los espartanos, o cómo se cargan a uno de los emisarios del rey Gerges) e imágenes que se te quedan en la memoria (la pila de cadáveres persas que construyen los espartanos a modo de protección, o cómo los espartanos empujan a los persas hacia un precipicio para tirarlos, o el naufragio de aliados de los persas que ven los espartanos desde lo alto de un acantilado).


    El problema de la peli viene cuando, de tanto querer darle esa estética revolucionaria, acaban pasándose de la raya. Y me refiero, por ejemplo, al rey Gerges. ¡Joder macho, que parece el líder de unas drag queens! Dudo bastante que el rey de verdad fuera la mitad de... "cosa" que es el que aparece en la peli. O el jorobado ese traicionero, que una cosa es estar jorobado, y otra parecer el fruto de Quasimodo y el Pozí. Pero vamos, esto son cosas que no acaba siendo impedimento para que cuando escuchas eso de "¡Espartanos, esta noche cenamos en el infierno!", se te pongan todos los pelos de punta. Yo me lo pasé de vicio viéndola, y os animo a que, si aún no la hayáis visto, le dediquéis un par de horitas al tema. Impresionante, de verdad.



    miércoles, 28 de septiembre de 2011

    CINE DE LOS 90: "RESPLANDOR EN LA OSCURIDAD"


    TÍTULO: RESPLANDOR EN LA OSCURIDAD

    DIRECTOR: DAVID SELTZER

    REPARTO: MICHAEL DOUGLAS, MELANIE GRIFFITH, LIAM NEESON, JOELY RICHARDSON, JOHN GIELGULD

    DURACIÓN: 113 min.

    AÑO: 1992

    GÉNERO: INTRIGA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Hay que ver lo que han dado de sí en el cine las historias de espías en los años de dominio del nazismo. Desde largometrajes más clásicos como "Cortina rasgada - Torn curtain, 1966", o con excelentes secuencias de acción como "El desafío de las águilas - Where eagles dare, 1968", hasta propuestas más recientes como la espléndida "El libro negro - Zwartboek, 2006", es larga la sucesión de películas que han centrado su atención en hilos argumentales cuya base es la infiltración de espías del bando aliado tras las líneas nazis, y de la complicación y riesgo que supone conseguir que su misión sea un éxito. Por lo que respecta a "Resplandor en la oscuridad", el director David Seltzer (quien, dicho sea de paso, tuvo una más que breve carrera como realizador de largometrajes), cuenta con unos estupendos protagonistas y con un amplio despliegue técnico (Jan de Bont como director de fotografía, Michael Kamen como compositor de la banda sonora para contar una historia plagada de traición, peligros e intriga.


    Linda Voss (Griffith) es una joven judía que, durante los años de conflicto de la Segunda Guerra Mundial, comienza a trabajar como secretaria en un despacho de abogados en Nueva York, gracias a su habilidad para hablar alemán con total fluidez. Allí, se le asigna un puesto de asistente personal de Ed Leland (Douglas), un coronel de las OSS que queda sorprendido por el talento de la joven secretaria. Movidos por una atracción mutua, se convierten en amantes aunque, su relación se ve interrumpida cuando Ed es enviado a una misión secreta. A su vuelta, le confiesa a Linda que una importante operación se encuentra en peligro, ya que el agente infiltrado con el que contaban ha sido asesinado. Será entonces cuando ella decidirá presentarse voluntaria para completar la misión del espía caído y, para ello, deberá cruzar las líneas enemigas e infiltrarse en el corazón de la alta sociedad nazi, entre los que se encuentra el alto oficial Fraz-Otto Dietrich (Neeson).


    Sin ser ninguna obra maestra, "Resplandor en la oscuridad" sí que es un largometraje de lo más correcto. Filmado con gracia e interés, acaba revelándose como un estupendo entretenimiento en el que el director parece establecer un pacto con el espectador, de forma que éste permanece atento a la pantalla a cambio de que los responsables del film le cuenten una historia con gancho, bien realizada y con las dosis perfectas de emoción y suspense. A este respecto, cabe destacar secuencias como la de la llegada de Linda a Alemania y su breve preparación con uno de los colaboradores sobre el terreno, o todo el aparato de seducción que despliega ante el oficial nazi al que consigue engañar.


    Pero, si de todo el conjunto merece la pena destacarse un momento en particular, éste, sin duda, es el final, donde se acaba concentrando una tensión e intrigas enormes acerca de todo el devenir de los personajes a los que interpretan Douglas y Griffith (y que aquí no desvelaremos para no quitarle el interés al largometraje). Detalles como éstos son los que hacen que "Resplandor en la oscuridad" sea contemplado como una entretenidísima película de y sobre espías, de lo más correcta y presentable. Muy recomendable.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Cómo me gustan las pelis de espías! Y si son de esas que tienen lugar durante la Segunda Guerra Mundial, con los aliados en mitad de todos los nazis, aún mejor. "Resplandor en la oscuridad" no es que sea de las más conocidas o famosas, pero sí que es una de las más entretenidas que se hicieron a principios de los noventa. Por eso, me cuesta un poco entender que esta peli se llevara tanto palo, si está hecha de coña, y te atrapa desde el primer minuto hasta el final. Tampoco voy a decir que sea el no va más de las pelis de espías de este tipo, pero lo que sí os aseguro es que está chulísima, y que se lo curraron un montón para hacerla guapa guapa. Toda la recreación es cojonuda (decorados, ambientación de las calles...), los actores están estupendos, la música es una pasada -como casi todo lo que compuso Michael Kamen-, y el ritmo de lo más trepidante.


    Un punto a favor de "Resplandor en la oscuridad" es que la peli no va de la clásica historia en que un americano se quiere hacer el héroe y se enfrenta él solito a medio ejército nazi. Aquí, lo curioso es que es una mujer (guapísima Melanie Griffith) quien le echa huevos al asunto y, cuando las cosas se ponen feas, le pide a su jefe (y amante) que le dé la oportunidad de demostrar lo que vale. Y ella se sobra y se basta para ir consiguiendo sus objetivos.


    Otro punto a favor de la peli es que logra mantenerte en tensión todo el tiempo. La cosa empieza poniéndose interesante cuando uno ve que empieza a cocerse algo importante en el despacho que dirige Michael Douglas, pero desde el instante que es Melanie Griffith quien se juega el culo por conseguir la información necesaria sin que se le vea el plumero, ahí sí que se pone guapa la cosa. Desde ese momento, el director se las apaña para hacer que casi no tengas tiempo de respirar: el momento en que Linda entra a formar parte del servicio doméstico del nazi, cuando consigue que un oficinal nazi se enamore de ella y, por supuesto, los diez minutos finales, en que dan ganas de meterse dentro de la peli para echarles una mano a los protagonistas.


    Vamos, en resumen, que "Resplandor en la oscuridad" es de esas pelis que merece la pena ver. Está bien hecha, bien interpretada, y distrae y entretiene con la misma facilidad con la que crea una historia de intriga que te atrapa hasta el final, cosa que no muchas pelis consiguen. Yo, particularmente, os recomiendo esta. No es muy conocida, así que seguro que os puede sorprender.





    CINE DE LOS 80: "NUEVE SEMANAS Y MEDIA"


    TÍTULO: NUEVE SEMANAS Y MEDIA

    DIRECTOR: ADRIAN LYNE

    REPARTO: MICKEY ROURKE, KIM BASINGER, MARGARETT WHITTON, DAVID MARGUILES

    DURACIÓN: 95 min.

    AÑO: 1986

    GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Releyendo un poco por encima la opinión de Hyde -cosa que no suele suceder con demasiada frecuencia-, me he llama la atención de que la sitúe en el grupo de películas que acaban siendo más "películas de momentos" que largometrajes con personalidad propia en su totalidad. Y digo que me llama la atención porque, aunque yo tenga ligeramente la misma sensación, lo cierto es que me parece más una película fruto de la época en que fue rodada y estrenada, como también hemos comentado en alguna que otra ocasión. Haciendo una breve retrospectiva, la década de los ochenta había supuesto la incorporación globalizada de la mujer a la primera división del mundo de los negocios (hecho que Mike Nichols pondría aún más en claro con su excelente "Armas de mujer - Working gilrs, 1988"). Sin embargo, es importante tener presente, para entender el desarrollo de la historia que propone "Nueve semanas y media" que los ochenta no sólo supusieron la "liberación" de la mujer de forma más explícita, sino también una época en que empezó a hacerse patente el poder que podían ejercer sobre los hombres. Y qué mejor forma de demostrarlo que a través de una historia en que la mujer decide explotar libremente y sin responsabilidades su sensualidad y sexualidad.


    Así es como, en "Nueve semanas y media", la protagonista es Elizabeth (Basinger), una mujer que trabaja en una galería de arte neoyorquina. Un día, por casualidad, se cruza en su camino un yuppie llamado John (Rourke), quien queda prendado de ella. De esta forma, no parará hasta seducirla e iniciar con ella una complicada relación basada en el secretismo, fetichismo y sexo, cuyas consecuencias finales no harán sino destrozarles por dentro, más a Elizabeth que a John.


    Como se puede deducir por su argumento, el escándalo que pretendía provocar la película de Adrian Lyne centra su punto de mira en esa especie de nueva dimensión femenina que comenzaba a hacer eclosión. Y lo hace con todo lujo de detalles. En primer lugar, le otorga a la mujer un papel laboral importante, no limitándose a figurar como la típica asistente o secretaria a la que se había visto relegada hasta ese momento (Elizabeth es responsable de una galería de arte en la que asesora a sus clientes, y acaba tomando decisiones importantes sobre cada una de las colecciones). En segundo lugar, se tratan diferentes aspectos del sexo considerados tabú, como es el caso de la forma explícita de mostrar los distintos juegos sexuales a los que Elizabeth es sometida por John (ver al respecto tanto la ya cláisca secuencia del strip-tease de Elizabeth al ritmo de la no menos célebre canción You can leave your hat on, así como el divertido momento previo en que John compra una serie de objetos en una tienda con la intención de utilizarlos después en sus encuentros sexuales).


    Sin embargo, lo que hubiera debido llamar ciertamente la atención es la resolución que se le da a la historia de "Nueve semanas y media". Al igual que sucedía en otra película de similares intenciones, "El último tango en París - Last tango in Paris, 1973", ese secretismo y relaciones basadas tan sólo en el sexo desenfrenado termina por vaciar a los que participan en ella. En el largometraje que hoy nos ocupa, acaba perturbando tanto la vida del personaje al que da vida Kim Basinger como al de Rourke, hecho sorprendente, pues él está mucho más habituado que ella a prestarse a esa clase de juegos. A este respecto, resulta decisiva una de las últimas secuencias del film, en el que John, en su último intento de mantener a Elizabeth a su lado, empieza a contarle cosas acerca de su familia y vida privada.


    Posiblemente, sea esta resolución que se le da a la película la que no hiciera de ella el éxito con el que esperaban contar sus responsables, a pesar de la seductora presencia Rourke, importante actor de moda de aquellos años, y Basinger, quien explota toda su sensualidad en esta película de una forma envidiable. En lo que concierne al resto, no hay mucho más que haga de "Nueve semanas y media" una película que merezca la pena volver a ver una segunda vez, más allá de los puntos que argumenta mi querido colega Hyde. Símbolo de una época, pero con muy poco trasfondo más.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¿Recordáis lo que decía ayer sobre "Gilda - Gilda, 1946", acerca de las películas que merecen la pena más por algún momento en particular que por la misma película? Pues "Nueve semanas y media" es otro de los mejores ejemplos de este tipo de pelis. No es una mala película, pero cuando has acabado de verla piensas "¿y qué?". No te ha llevado a ninguna parte ni has podido sacar muchas conclusiones al respecto (vamos, que tiene el mismo mensaje que un folleto del Carrefour). Eso sí, los dos o tres momentos que destacan por encima del resto hacen que haya merecido la pena verla.


    De entrada, la famosísima escena del baile de Kim Basinger a contraluz y con la canción de Joe Cocker a toda paleta. Simplemente cojonudo, de las secuencias que después recuerdas con una sonrisa en la cara (jopé tú, cómo estaba la buena mujer...). En segundo lugar, la secuencia en la que Mickey Rourke le da de comer cosas a Kim Basinger -que tiene los ojos vendados-, entre lo que destaca algo de fruta y, sobretodo, ese pase de cubito de hielo por el ombligo. Y, en último lugar, el morbete que da ver a Rourke cuando todavía era un tío guapete, porque lo que es ahora, casi da cosa mirarle a esa cara destrozada y retocada más que la de Stallone y Cher juntos.


    Por lo que respecta al resto, no hay mucho más que contar. La historia empieza siendo más o menos interesante para acabar aburriendo a medida que ves que no hay nada más en la peli que ver a éstos dos correteando de un lugar a otro, pensando en el próximo polvete que piensan echar, y poniendo cara de estar más salidos que una mona. Del resto, no hay casi nada más que rescatar. Si lo que querían era hacer una especie de peli escándalo, tampoco es que ruborice tanto ya que, al fin y al cabo, no dejan de contar los pormenores de una pareja (si es que se les puede llamar así) que deciden foxxxr bien sin mirar con quién. No es que eso sea nada reprochable, que allá cada uno, pero el problema es que no da para hacer toda una película que gire en torno a lo mismo. Y se nota, por mucho Joe Cocker que haya de por medio.



    lunes, 26 de septiembre de 2011

    CINE CLÁSICO: "GILDA"


    TÍTULO: GILDA

    DIRECTOR: CHARLES VIDOR

    REPARTO: RITA HAYWORTH, GLENN FORD, GEORGE MACREADY, JOSEPH CALLEIA

    DURACIÓN: 110 min.

    AÑO: 1946

    GÉNERO: POLICIACO

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Hay películas que son auténticas obras maestras de la historia del cine. Cada secuencia, cada plano, o cada gesto de sus intérpretes contiene una perfección tal que es imposible no hablar de ellas sin que uno sienta la necesidad de cuadrarse ante ellas y mostrarles la mayor de las admiraciones. Por otra parte, hay películas que, sin entrar a formar parte de tan selecto club, contienen momentos mágicos e irrepetibles dentro del séptimo arte, capaces de dotar a dichos films de una reputación que va más allá de la propia calidad de la cinta. "Gilda" pertenece, por derecho propio, a este segundo grupo.


    "Gilda" cuenta, a través de la narración de Johnny Farrell (Ford) cómo éste, tras dedicarse a trampear en las mesas de juego, salva a un peligroso gangster llamado Ballin Mundson (Macready) de una situación de lo más comprometida, sin tener la más mínima idea de quién es aquél. En agradecimiento, Mundson le ofrece a Johnny un puesto de importancia dentro de su banda, que éste acepta. Sin embargo, los problemas no han hecho más que empezar para Johnny ya que, un día, se entera de que la esposa de su jefe no es otra que la seductora Gilda, con quien Johnny tuvo sus más y sus menos en el pasado, y cuya relación no sólo no terminó nada bien, sino que Johnny aún guarda profundas cicatrices en su interior. Cuando Gilda se vuelva a sentir atraída por Johnny, él se verá obligado a elegir entre la lealtad a su jefe o dar rienda suelta a su pasión por Gilda.


    El largometraje dirigido por Charles Vidor es y será siempre recordado por la secuencia en la que una arrebatadora Rita Hayworth canta Put the blame on Mame, mientras se despoja de uno de sus larguísimos guantes. La fuerza de esa secuencia, combinada con el poder de seducción de la actriz, y con la sabia dirección de Vidor -nunca aquello de "más vale insinuar que mostrar" tuvo una representación más clara que en esta película- es única e inimitable. El resto del film se mueve entre las aguas de lo correcto y lo intrascendente (no en vano, hay quien considera la relación de los personajes de Gilda y Johnny Farrell una especie de repetición de la que existía entre los Rick e Ilsa de "Casablanca - Casablanca, 1942").


    No obstante, en honor a la verdad, sería injusto no admitir que los momentos más logrados de la película son, precisamente, aquellos en los que Gilda y Johnny se enfrentan cara a cara. Y dedimos enfrentan porque, si bien ambos personajes hacen lo posible por convencerse de que cada uno está mejor sin el otro (traducido en un manifiesto odio entre ellos a lo largo de casi todo el largometraje), lo cierto es que el público no duda en ningún instante que tanto desprecio no es sino un síntoma inequívoco del amor que se ambos están condenados a ocultar. A este respecto, cabe mencionar otra de las secuencias magistrales del film: aquella en la que Johnny le propina a Gilda una tremenda bofetada en la cara tras una de sus discusiones. Tanto la reacción de Johnny antes y después del golpe, como la de Gilda no hace otra cosa que reforzar esa idea, presente en el largometraje, gracias a la acertada dirección de Vidor, desde que se ven los dos por primera vez hasta que acaba la cinta.


    En resumidas cuentas, "Gilda" es una película-icono, si se quiere entender de esta forma, necesaria de ver para poder conocer la génesis de lo que ha sido la presencia de la femme fatale en la historia del cine. Desde el momento en que Hayworth hace acto de presencia en la pantalla con ese movimiento seductor de pelo despejándoselo de la cara con un movimiento de su cuello, pasando por los movimientos y reacciones de indiferencia en las secuencias que comparte con Gelnn Ford, y terminando en la ya citada secuencia del baile, "Gilda" se convierte en un exponente clarísimo de la fuerza que puede aportar un personaje al total de una película y de cómo, en ocasiones, basta un simple movimiento, casi imperceptible, o una mirada, para decir muchísimo más de lo que podría expresarse con miles de palabras.



  • MR. HYDE DICE:

  • Me hace gracia pensar en cómo ahullaría la peña como coyotes al ver a la Hayworth, toda buenorra (para la época), quitarse un guante o pasearse por ahí en albornoz. Supongo que, salvando muuuuuucho las distancias, sería como los de mi generación cuando vieron a Jessica Alba en "Sin City. Ciudad del pecado - Sin City, 2007", vestida de cowgirl mientras hace su show en un escenario (los que no sepan de qué hablo, que busquen pitando una foto de la muchacha en Internet y me entenderán en cero coma). La buena señora, aparte de ser muy guapa, sabía lo que era hacer de mujer fatal como Dios manda (en este caso, no tan fatal y sí mucha mujer).


    Ahora bien, aparte de Rita Hayworth, el resto de la peli, pues está bien pero tampoco es para tirar cohetes. Distraida y poco más, pero no tiene nada, aparte de lo obvio y repetido ya mil veces, que la distinga de las otras tantas parecidas que se hicieron en la época. La historia del típico "chico malo" que acaba dividido entre su antiguo amor -también, mira tú que es pequeño el mundo...- y su trabajo está bien llevada, aunque no es de las que acabas recordando con entusiasmo cuando pasa el tiempo. De hecho, hace ya unos cuántos años que la vi (cuando aún pululaban por el mundo los VHS), y no recuerdo especialmente ninguna escena o momento que me dejara pasmado (aparte del de otra canción que baila Gilda, Amado mío), porque me pareció muy en plan Bogart. O sea, la clásica película de gangsters y matones, pero con el añadido de tener a una señora que estaba como queso en mitad de la función.


    Pero vamos, aún sin recordarla demasiado bien, recomiendo a los que no la hayáis visto que, si tenéis la oportunidad, la aprovechéis para ver una peli que tiene uno de los momentos más famosos de la historia del cine y que, a fin de cuentas, acaba siendo una distracción de lo más recomendable.



    domingo, 25 de septiembre de 2011

    CINE DE ESTRENO: "LA DEUDA"


    TÍTULO: LA DEUDA


    DIRECTOR: JOHN MADDEN


    REPARTO: HELEN MIRREN, TOM WILKINSON, SAM WORTHINGTON, ASSAF BERNSTEIN, JESSICA CHASTAIN


    DURACIÓN: 110 min.


    AÑO: 2011


    GÉNERO: INTRIGA


  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Llamativa la trayectoria del director británico John Madden. En primer lugar, triunfa por todo lo alto con dos comedias típicamente británicas ("Su Majestad, Mrs. Brown - Mrs. Brown, 1997" y "Shakespeare enamorado - Shakespeare in love, 1998"). A continuación, firma dos películas más tan pretenciosas como fallidas ("La mandolina del capitán Corelli - Captain Corelli's mandolin, 2001", y "La verdad oculta - Proof, 2005") para, después, perderse en las aguas del cine vulgar con aspiraciones de thriller ("Killshot - Killshot, 2008"). Por fortuna, con "La deuda", Madden ha sabido volver a dirigir sus pasos -y la cámara- hacia una historia interesante, bien contada y mejor llevada, repleta de suspense e intriga, gracias tanto a su estupendo guión como a las interpretaciones del reparto.


    Tel Aviv, en la actualidad. Rachel y Stephan (Mirren y Wilkinson, respectivamente) acuden a la presentación que hace su hija de un libro, en el que se relata la experiencia vivida por sus padres a mediados de los años sesenta, cuando ambos eran espías del Mossad, y tuvieron que llevar a cabo una peligrosa misión en el Berlín comunista. Sin embargo, el tercer miembro que participó en la misión, David (Hidns), se suicida ante Stephan antes de que tenga lugar la presentación. A caballo entre el momento actual y treinta años atrás, Rachel recuerda qué sucedió durante la ejecución de su misión cuando tanto ella como Stephan y David (interpretados en su versión joven por Chastain, Csokas y Worthington, respectivamente) tuvieron que localizar, capturar y extraditar a un peligroso nazi huido tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, para llevarlo ante la justicia por sus crímenes de guerra. Sin embargo, en aquella misión sucedió algo que acabará teniendo su repercusión hasta el momento actual.


    "La deuda" se presenta como un remake del film israelí del año 2007 "Ha-Hov". Ni mi colega Hyde ni yo hemos visto el largometraje original en el que se basa, por lo que nuestras impresiones dependen exclusivamente de la versión que ha llegado este fin de semana a nuestras pantallas. Sin embargo, a expensas de lo que opine mi buen amigo, lo que está claro es que esta última versión de "La duda" es una película de lo más correcta. Tanto por sus actuaciones como por su historia pero, sobretodo y muy especialmente, por la brillantez del montaje. No hay que olvidar que la acción avanza y retrocede en el tiempo constantemente y, aún con el peligro que ello podría suponer para romper el factor sorpresa desvelando algún elemento importante del argumento o, incluso, para confundir al espectador con tanto avance y retroceso. De hecho, recordando después la película, da la sensación de que sin ese montaje no lineal, "La deuda" hubiera perdido buena parte de su poder de suspense puesto que, por mucho que revele algunos detalles, ello aumenta en el público el deseo por conocer cuál es el secreto que tan celosamente guarda el trío protagonista, así como conocer qué se esconde tras todo el halo de misterio que les obliga a juntarse de nuevo, tras más de treinta años.


    Por todos estos motivos, y porque, al fin de cuentas, la manufactura de la película es más que correcta, "La deuda" se acaba revelando como un largometraje estupendo, digno de disfrutar desde su primer minuto, en el que la atención del espectador ya es requerida con insistencia para no perderse ni un solo detalle de la narración. Al fin y al cabo, en lo que se nos cuenta se halla la clave del misterio que tratarán de resolver durante las casi dos horas siguientes.



  • MR. HYDE DICE:

  • Hacía tiempo que no veía una película con tantas ganas. No quiero decir que me muriera por verla antes de sentarme en la butaca sino que, conforme avanzaba la acción, tenía más y más ganas de saber lo que iba a pasar. Las pelis de espionaje siempre me han gustado, creo que ya lo he dicho en más de una ocasión. Ésta, en particular, que tiene lugar en mitad de los tira y afloja del telón de acero (para los de la E.S.O., "telón de acero" = los años chungos después del Segunda Guerra Mundial), es interesante desde el principio, cuando los protagonistas recuerdan cómo cumplieron con la misión de dar caza a un antiguo médico nazi.


    La novedad de "La deuda" es que, aquí, a diferencia de la inmensa mayoría de pelis del estilo es que, en primer lugar, los buenos son tres espías israelíes, no unos americanos infiltrados en territorio enemigo, por lo que la espectacularidad y virguerías propias del cine más comercial ya de entrada brillan por su ausencia. En segundo lugar, la historia no es lineal, sino que va adelante y atrás en el tiempo para contar tanto lo que pasó en Berlín como lo que tienen que acabar de hacer en la actualidad. Eso es verdad que le quita un pelín de intriga al asunto, ya que sabes perfectamente que los tres protagonistas llegan a viejos -es decir, que no les dan matarile- aunque, por otra parte, estás que te mueres de la impaciencia por conocer cuál es el secreto que les hace seguir buscando o sospechando cosas, después de más de treinta años.


    Los actores están todos estupendos, desde la señora que hizo de la reina de Inglaterra, hasta los más jovencitos, incluyendo el tío de "Avatar - Avatar, 2009". Pero lo mejor de todo es el guión y el ritmo de la película. Ya os digo que, desde que se empieza a planear la misión de localización y extradición del nazi ese de las pelotas, estás con el culo bien apretado para ver cómo lo consiguen. Y eso que, a los cinco primeros minutos, te da la sensación de que ya te han jodido la sorpresa, por culpa de algo que sale y que no voy a contar para no cagarle la peli a nadie. Pero sólo os digo una cosa: no os dejéis engañar por las apariencias.


    De momento, así a bote pronto, de las pelis que han salido en cine esta semana, me parecía que "La deuda" era una buena opción tanto por tema como por la gente que la ha hecho y, en honor a la verdad, he de decir que no me ha decepcionado. No es el peliculón del siglo, pero lo que sí os aseguro es que te mantiene interesado durante todo el rato, tanto con la misión que tuvo lugar hace treinta años como con las cosas que tienen que acabar de "arreglar" en la actualidad. Vamos, que si os gustan las pelis de intriga y así rollo misterio, "La deuda" es una de las mejores opciones que tenéis ahora mismo en cartel.



    sábado, 24 de septiembre de 2011

    CINE A DESCUBRIR: "LA CIUDAD DE LA ALEGRÍA"

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    TÍTULO: LA CIUDAD DE LA ALEGRÍA

    DIRECTOR: ROLAND JOFFÉ

    REPARTO: PATRICK SWAYZE, PAULINE COLLINS, OM PURI, ART MALIK, SHABANA AZMI

    DURACIÓN: 134 min.

    AÑO: 1992

    GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Si existe una palabra para describir la carrera del realizador Roland Joffé, puede que la más apropiada sea "extraña". Empezó extraordinariamente bien con "Los gritos del silencio - The killing fields, 1983" y la insuperable "La misión - The mission, 1986", para acabar de una forma desconcertante con tonterías tan prescindibles como "Goodbye lover - Goodbye lover, 1999" o "Cautivos - Captivity, 2007". Así pues, no es frecuente que un director cuya carrera comienza de forma tan prestigiosa y alabada como la de Joffé, acabe derivando en sub productos tan intrascendentes como los citados. Por fortuna, la adaptación que llevó a la gran pantalla de la novela homónima de Dominique LaPierre, se encuentra en el grupo de las películas de calidad, de las bien hechas, de las que el espectador habla bien cuando las recuerda o comenta con sus conocidos.


    La película comienza con una breve presentación de Max Lowe (Swayze), un cirujano norteamericano quien, tras perder a un paciente en una complicada operación, decide dejar de ejercer momentáneamente la medicina para aclararse las ideas. Para ello, inicia un viaje, cuya primera parada es la India. Allí, en Calcuta, una noche, es atracado y golpeado por un grupo de individuos. Por suerte para Max, un indio llamado Hazari (Puri) acude en su ayuda, y lo traslada a una clínica ubicada en uno de los barrios más pobres de la ciudad. Allí, cuando se recupera, la doctora al cargo de la clínica, Joan (Collins) lo pone en situación y le explica lo que le ha sucedido. Sin embargo, cuando se entera de que Max es cirujano, trata de convencerle para que se quede con ellos y les ayude en su precario hospital con toda la gente pobre que acude a él. Max, en un principio, se muestra reacio a ello aunque, poco a poco, irá integrándose cada vez más en aquella comunidad, especialmente cuando Hazari se mete en problemas con Ashok (Malik), el hijo del mafioso local.


    En honor a la verdad, hablo de la historia que retrata "La ciudad de la alegría" sin haber leído en libro en el que se inspira, por lo que desconozco si la adaptación cinematográfica es fiel al original literario, o si es mejor o peor. De lo que no cabe duda es que el largometraje es una maravilla de retrato del comportamiento humano. Joffé se las ingenia para narrar al mismo tiempo dos historias diferentes: por un lado, la de redención de Max, quien acaba encontrando en uno de los barrios más pobres del mundo la felicidad y esperanza de las que carecía cuando disponía de todas las comodidades en su país (curiosamente, la interpretación de Swayze resulta más creíble conforme avanza el largometraje, que cuando da inicio, con su llegada a la India); por otro lado, la historia acerca de la familia de Hazari, un hombre bueno castigado por la crueldad del mundo, quien se resiste a actuar de la forma egoísta y cruel de sus semejantes, al creer que si un hombre es bueno, ello acaba por transmitirse a los demás.


    "La ciudad de la alegría", por consiguiente, permite a sus responsables apelar al sentido más solidario del espectador, pero con la ventaja de que no está planificada para revolverles las tripas y hacerles sentir culpables por su situación distendida, sino más bien al contrario. La película pone en relieve la importancia de hacer el bien de forma indiscriminada, y bajo cualquier situación. Al respecto, podemos distinguir secuencias como aquella en que Ashok y sus esbirros provocan una revuelta popular en el barrio de los protagonistas, con consecuencias más que importantes para la hija mayor de Hazari, y para las instalaciones sanitarias que han conseguido montar Joan y Max. O la humillación a la que es sometido el mismo Hazari cuando solicita al mafioso local un trabajo de "taxista".


    No obstante, también es cierto que "La ciudad de la alegría" contiene momentos de una hermosura total, como el instante en que, tras el comienzo de las lluvias monzónicas, los protagonistas salen al exterior para agradecer la caída de la lluvia, o el instante en que Max cambia definitivamente de parecer sobre su presencia en Calcuta, afirmando que el hecho de que lo atracaran acabó por salvarle la vida, pues es lo mejor que le ha pasado. O, también especialmente, la secuencia final, con la celebración de la boda, en que Joffé arroja una mirada de optimismo absoluto sobre los personajes que es compartida de forma total por los espectadores que, previamente, han disfrutado con aquello que sucede entre Hazari y Ashok -y que, aquí, tampoco desvelaremos para no destripar la sorpresa-.


    En resumidas cuentas, "La ciudad de la alegría" es una película hermosísima, de la que los espectadores acaban aprendiendo más de una lección, y de la que más de uno debería también sacar sus propias conclusiones. Los medios técnicos con los que está rodada son excelentes (sobretodo la dirección artística, la fotografía y, por encima de todo ello, la sensacional partitura del maestro Ennio Morricone), y el mensaje que arroja tan claro como necesario. Una película que, a pesar de poder llegar a incomodar a causa de la miseria desmesurada que muestra, se acaba revelando como una sobresaliente muestra de amor altruista y desinteresado. De lo más recomendable.


  • MR. HYDE DICE:

  • Si la semana decíamos que "Una historia de violencia" era un retrato cojonudo de las consecuencias que tiene la violencia en las personas, y de cómo acaba repercutiendo en sus vidas, con la peli de hoy, "La ciudad de la alegría", podríamos que pasa lo mismo, solo que cambiando el tema, y centrándonos en la generosidad. "La ciudad de la alegría" es una película preciosa sobre gente buena, así de fácil (bueno, también salen un par de joputas, pero eso no viene ahora al caso), y sobre cómo ese altruismo acaba repercutiendo siempre en uno mismo para bien. Aparece muchísima miseria -además de ambientarla en Calcuta, está rodada allí también- pero, a diferencia de "Slumdog millonaire - Slumdog millonaire, 2008" no se le da una pinta optimista y hasta divertida como en ésta, sino que no se cortan en demostrar la pobreza y miseria humana que puede encontrarse a cada vuelta de esquina.



    Sin embargo, por suerte, la película no pretende ser una denuncia social sobre la forma de vida de esa pobre gente sino de cómo, en las condiciones más precarias (para los de la E.S.O., "precario = penoso, hecho mierda, pa l'arrastre) hay gente tan sumamente buena que, a pesar de no tener ni donde caerse muertos, te dan parte de lo poco que tienen. Puede que esté un poco exagerado en la peli, pero es que el actor indio lo hace tan cojonudamente bien, que te lo acabas creyendo por completo (yo no he estado allí pero, por las cosas que he oído, sí que suele pasar). Así que ya veis, queridos colegas, qué cosas, ¿no? Hay quien, cuanto menos tiene, más da, y viceversa. Pero bueno, volvamos a la peli que ya me estoy desviando.

    La peli la hizo el mismo director de "La misión" por lo que, para mí, ya de entrada justificaba de sobra la inversión de tiempo para verla. Y, en efecto, merece la pena, aunque no es la obra maestra que sí es la peli con Robert de Niro y Jeremy Irons. "La ciudad de la alegría" es una preciosidad, de esas que, a pesar de hacerte pasar momentos con el corazón encogido, cuando la acabas de ver tienes una sonrisa en la cara y te sientes con ganas de querer mejor persona. Además, la música es una pasada (con razón un genio como Hans Zimmer dice que Ennio Morricone es el mejor compositor de cine de la historia), y le va como anillo al dedo a cada imagen, sobretodo el tema que se llama The family of the poor, que os recomiendo que escuchéis -en Internet ahora mismo hay de todo- para que sepáis mejor de lo que os hablo.

    Lo único que yo hubiera cambiado de la peli es al actor protagonista. Aunque el pobre Swayze (lo de pobre va por la muerte a causa del cáncer que sufrió el simpático actor) hace lo que puede con su personaje, digamos que da la sensación de que está en la peli a la fuerza, como si el personaje al que interpreta lo hubiera tenido que hacer otro actor, pero hubiera acabado al final en las manos de Swayze. No obstante, cada una de las secuencias contiene emoción y belleza suficiente para que él acabe siendo de lo menos importante de la película (su transición de persona despreocupada a integrante de la comunidad india podría haber sido más emotiva). Por poner un caso, desde la primera secuencia en que el personaje de Hazari pide ayuda para ayudar a Max porque está siendo atacado, o como cuando Hazari tiene que tragarse su orgullo ante el mafioso local para poder seguir ganando dinero con el que alimentar a su familia. O, sobretodo, el plano final con el que acaba la película, que te da una sensación de paz y alivio que acabas agradeciendo después de haberte pasado con un nudo en la garganta casi dos horas. Lo dicho, una peli preciosa. No os la perdáis.






    viernes, 23 de septiembre de 2011

    ESTRENOS DE VIDEOCLUB: "SCREAM 4"


    TÍTULO: SCREAM 4

    DIRECTOR: WES CRAVEN

    REPARTO: NEVE CAMPBELL, COURTNEY COX, DAVID ARQUETTE, EMMA ROBERTS, HEYDEN PANETTIERE

    DURACIÓN: 111 min.

    AÑO: 2011

    GÉNERO: TERROR

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Para aquellos que recuerden las veces que comentamos cómo los ejecutivos de Hollywood exprimen la gallina de los huevos de oro hasta que la pobre ya no puede ni respirar, les sonará perfectamente lo que vamos a comentar acerca de la última película del autoproclamado "maestro del suspense", Wes Craven, que se estrena con fuerza en los videoclubs: "Scream 4". Esta película cuenta con la ventaja de que no necesita ninguna carta de presentación al público, ya que las tres partes anteriores, con mayor o menor fortuna, consiguieron que buena parte de la audiencia se interesara por los crímenes que cometía un asesino enmascarado, y cuya identidad (que variaba de una entrega a otra) constituía la parte más interesante del largometraje. Sin embargo, en algún momento, desde la meca del cine deberían plantearse seriamente un límite en el que parar de repetir el mismo cliché una y otra vez ya que se corre el peligro de acabar convirtiendo en tedio lo que la primera vez funcionó a las mil maravillas. Y esto es, ni más ni menos, lo que le sucede a "Scream 4".


    La historia se retoma diez años después de los sucesos relatados en la primera parte. En esta ocasión, Sidney Prescott (Campbell) regresa a Woodsboro, localidad en la que se cometió la sangrienta ola de crímenes más de una década atrás, para realizar la presentación de un libro en el que detalla su experiencia tras dichos acontecimientos. Allí, se reencuentra con sus amigos, Gale y Dewey (Cox y Arquette, respectivamente), así como con su parte de su familia, entre las que se encuentra su prima pequeña, Jill (Roberts). Lo que no se esperan es que, coincidiendo con la reunión de todos ellos, el asesino enmascarado vuelva a hacer acto de presencia, y provocando nuevas y sanguinolentas masacres. Decididos a acabar con esa situación una vez más, Sidney y el resto de compañeros, tratarán de detener al asesino y averiguar quién se esconde tras la máscara en esta ocasión.


    Como puede observarse, por mucho que sus principales responsables afirmen contundentemente que se trata de una película diferente a las anteriores, que los personajes han madurado, que la forma de morir es distinta, etc., lo cierto es que la novedad brilla al completo por su ausencia en esta cuarta entrega. Así pues, se repiten una vez más las mismas escenas de "susto" con el fin de sobresaltar levemente a los espectadores de sus asientos (el viejo truco de hacer que se presente uno de los personajes tras una puerta o junto a una nevera cuando otro de ellos se da la vuelta para asustarse está ya tan sobreutilizado que ni siquiera consigue atemorizar), y las escenas de más intriga a penas consiguen interesar. Esto no deja de ser una lástima, sobretodo teniendo en cuenta que, cuando su director, Wes Craven, ha querido enganchar al público con sus films, lo ha logrado con creces -parece mentira que un film tan interesante como "Vuelo nocturno - Red eye, 2005" haya sido rodada por la misma persona.


    Lamentablemente, "Scream 4" falla hasta cuando trata de resultar más original y salirse de los típicos convencionalismos del cine de terror juvenil. Al respecto, cabe mencionar el prólogo en el que cada escena de asesinatos no es sino el comienzo de una película dentro de otra que, a su vez, está dentro de otra. Lo malo, es que parece criticar esas absurdas situaciones para, inmediatamente después, caer de lleno en ellas. Lo dicho, una pena y una pérdida de tiempo. Si encuentran otros títulos más interesantes en su videoclub, no lo duden y decántense por ellos.



  • MR. HYDE DICE:

  • "Scream 4"... "Scream 4"... La cuatro... Escrim 4... ¡Tócate los perendengues mariloles! Mira, la primera está guapa (yo salté más de una vez de la butaca), la segunda es prácticamente lo mismo que la primera, y la tercera ya es una mierda como un piano. Pero macho, es que la cuarta ya se lleva la palma. El eslogan del poster de la peli dice "Nueva década, nuevas reglas". Ya. Nuevas reglas mis huevos. Es máááááás de lo mismo, solo que aún más malo (sí, sí, os juro que es posible), con un final más absurdo que el de la anterior y que, cuando acaba, hace que tengas una sensación de timo descarada.


    ¿Queréis saber qué es lo original del asunto -sin destripar nada esencial-? Pues que si, en las anteriores, el personaje que decía "ahora vuelvo" acababa cosido a puñaladas, ahora, dicen que los que se libran de terminar hechos un colador son los gays. ¡Toma geroma! Ahí empieza y acaba toda la novedad de la película, porque el resto es un calco de lo que ya hemos visto doscientas treinta y siete veces (vez de más, vez de menos). Lo único que acaba interesando un poquitín -y tampoco mucho, no os vayáis a creer-, es saber quién o quienes están tras la máscara en esta ocasión. Vale, pues si eso es lo que os atrae de la peli, ya os digo que cuando os lo desvelen, os entrarán unas ganas brutales de mandar a pastar al director, al guionista y a toda su parentela junta.


    Como ya digo, el final de la primera peli se sale. El final de la segunda, te deja con la sensación de que te han estafado. El de la tercera es para cagarse allí mismo. Pero es que el de la cuarta... en fin, que no tengo ya palabras. Digamos que tiene la misma credibilidad que si, de repente, te dijeran que el malo es el cuñado del asistente del que le lleva el café al director de la película. O el primo tercero de la sobrina del malo de la segunda parte. Pues eso mismo. Un tongo como una casa. Han querido hacerla así un poco más sangrienta que las otras, pero creo que de tanto que han querido "evolucionar", lo único que han conseguido es que la gente se descojone con lo absurdo de todo. ¡Venga ya, pero si le estacan el puñal a un policía en mitad de la frente y éste todavía se pone a andar y a hablar! Ya lo que le faltaba era ponerse a bailar claqué paras hacerlo redondo. Eso por no hablar de que a ciertos personajes que les clavan el cuchillo en mitad de las tripas, aún tienen fuerzas para ponerse a darse de piñas con el malo de turno. ¡Pero si yo me hago una raspada y me escuece cuando le paso el agua oxigenada, qué coño me va a venir a mí a contar ahora la pava de turno! Vamos, que menos realista que un anuncio de detergente.


    Sé que de las novedades que salen en alquiler, ésta puede ser la más llamativa, sobretodo para los que, como el menda, fueron a ver las tres primeras al cine (en ésta ya no piqué). Pero os aconsejo que no merece la pena para nada. Mejor decantaros por "Thor - Thor, 2011" o "Sin identidad - Unknown, 2011", que también salen ya en alquiler y, aunque no sean ninguna obra de arte, al menos sí que, tanto una como la otra, entretienen mucho más.



    jueves, 22 de septiembre de 2011

    CINE ACTUAL: "8 MILLAS"


    TÍTULO: 8 MILLAS

    DIRECTOR: CURTIS HANSON

    REPARTO: EMINEM, KIM BASINGER, BRITTANY MURPHY, MEKHI PHIFER, ANTHONY MACKIE, MICHAEL SHANNON

    DURACIÓN: 110 min.

    AÑO: 2002

    GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Tras su nada desdeñable debut, y gracias al éxito de sus anteriores películas ("La mano que mece la cuna - The hand that rocks the craddle, 1992" o "Río salvaje - The river wild, 1994"), Curtis Hanson rodó una de las mejores película de la década pasada, "L.A. Confidencial - L.A. Confidential, 1997", así como una excelente sátira acerca de la enseñanza y los escritores de renombre en "Jóvenes prodigiosos - Wonderful boys, 2000". Por ello, llamó muchísimo la atención cuando se hizo público que Hanson sería el encargado de filmar el debut cinematográfico de la estrella norteamericana del rap Eminem, famoso por dedicarse a un arte típicamente practicado por hombres y mujeres de raza negra.


    Así pues, tanto la crítica como el público tenían las esperanzas puestas en la afilada mirada de Hanson, y en un guión que prometía conseguir que la audiencia se identificara con un héroe moderno en su epopeya por salir del barrio marginal en el que vive. Sin embargo, una vez visionada la película, y a pesar del éxito que obtuvo en la taquilla (especialmente, en la estadounidense), lo cierto es que las expectativas estaban demasiado altas para lo que acabó siendo el producto final, donde se confunde heroicidad con estupidez, fama con egoísmo y sacrificio con falta de piedad.


    La historia comienza presentando a Jimmy "Rabbit" Smith (Eminem), un muchacho que trabaja en una fábrica de chapados en Detroit, y vive en uno de los barrios periféricos más humildes de la ciudad (de ahí el título, pues son ocho las millas que separan a este barrio del centro de la ciudad donde se encuentra la zona que realmente genera riqueza). Malvive en una caravana en compañía de su madre, Stephanie (Basinger) y su hermana pequeña. La ilusión de Rabbit es hacerse un hueco en el mundo del hip-hop y el rap por lo que, en cuanto tiene ocasión, trata de escribir letras para canciones y hacer sus propias maquetas musicales. Sin embargo, Rabbit considera que el único medio para triunfar en ese negocio es ganar una especie de concurso en el que dos cantautores de rap se enfrentan en directo improvisando letras y ritmos. En esta aventura le apoyarán tanto su mejor amigo Future (Phifer) como la chica por la que se siente atraído, Alex (Murphy) quien, como él, ansía poder dejar atrás esa vida miserable.


    El error al visualizar "8 millas" es creer que se va a asistir a la cruzada que emprende un pobre chaval con el fin de superar todas las barreras que se le interponen en su camino para poder convertirse en una gran estrella. Por lo general, este tipo de historias siempre ha triunfado, siempre que el protagonista principal consiga hacer que el público se identifique con él. Ello, en líneas generales, se suele conseguir haciendo que dicho protagonista sea fiel en todo momento a unos principios honrados (aunque el mundo le ponga en contra de su propia forma de pensar), buena persona con sus semejantes, inasequible al desaliento, y procurando respetar siempre al resto de personajes sin querer pasar por encima de ninguno de ellos para lograr sus objetivos. Bien, pues en "8 millas" eso no ocurre, sino más bien al contrario. Rabbit es un pobre ignorante que piensa que se le debe dar una oportunidad por el simple hecho de que quiere mejorar; su novia se vende al primero que pasa con tal de que le hagan una promesa de ser famosa en el futuro; los amigos de Rabbit sólo se preocupan por vivir el momento, sin tener absolutamente ningún plan de futuro en su vida; el personaje de Kim Basinger pasa olímpicamente de sus obligaciones como madre adulta; y aquellos compañeros del protagonista que deben traicionarlo de cualquier forma -llegando incluso a la agresión física- con tal de satisfacer su ansia de venganza, no duda un solo instante en hacerlo.


    Por su parte, Hanson, se limita a hacer lo que puede con ese material, no logrando en ningún momento, a pesar de la acertadísima dirección fotográfica de Rodrigo Prieto, conseguir que la historia resulte emocionante, sino que al público le acaba resultando indiferente que Eminem consiga ganar o no los concursos musicales, o que tenga la oportunidad de dejar atrás esos barrios periféricos. Así pues, "8 millas" se acaba revelando como un fiasco monumental, una decepción estrepitosa para aquellos (como quien esto suscribe) que tenían la esperanza de que un director como éste hubiera confeccionado una historia emocionante y con garra. Lástima que no haya sido así.



  • MR. HYDE DICE:

  • A esta peli no le meto menos estrellas porque no aún no tenemos el dibujito, que si no, fijo que no le caía ninguna. Menudo truño del quince, y menuda pérdida de tiempo y de dinero. A quien se le diga que el que hizo esa maravilla que es "L.A. Confidential" es quien se sopló esta mierda, no se lo creería. La película no es más que una excusa para que Eminem se pasee de un lado a otro, fingiendo que sabe actuar cuando, lo que en realidad hace, es estar con la misma cara de estreñido toda la película. En una revista leí que este pollo, sea por la imagen de nene rebelde que tiene que dar, o porque el star system se lo exige, parece que tenga cara de cabreo desde que se levanta hasta que se acuesta. Yo estoy de acuerdo con esa afirmación (será que ha visto "su película", digo yo...).


    La peli pretende ser una especie de denuncia de cómo tienen que vivir las clases más humildes de las grandes ciudades, y de lo chungo que tienen salir de esos barrios cochambrosos y ser alguien importante y respetable. Bueno, pues todo queda en un mero intento, porque ya os digo que la peli es una panderada del quince. ¿Sabéis qué es lo que acaba saliendo al final? Pues una panda de mamones -os lo juro, el más listo de todos, Eminem incluido, tiene el coeficiente intelectual de una lechuga-, que se pasea por las noches en un coche, viendo a ver con qué grupo de chusma darse de leches. Y eso cuando no les da por irse a beber cerveza como orangutanes a un parking o por desafiarse a sesiones de rap improvisado en tugurios que espantarían al mismo miedo. Y se supone que esto del rap es lo más interesante, cuidadín. Ahí es donde el pollo ve la oportunidad de su vida por convertirse en alguien, y salir de esa caravana cochambrosa en la que vive con su hermana pequeña, y con una madre más preocupada por jugarse la pela en el bingo que por cuidar de su familia (¡por Dios, qué desaprovecho de Kim Basinger!).


    Es más, para que veáis que no se salva ni un solo personaje, os pongo un ejemplo: Eminem es un pringado que trabaja en una fábrica de chapas (por aquello de que están en Detroit y demuestran que la industria del automóvil está por todas partes -¿verdad que son originales?-) y que lo único en lo que piensa cuando está solo es en letras para poder soltárselas como una metralleta al pollo que se le ponga delante en mitad de esos enfrentamientos raperos -joé, creativo a saco el tío-. La "chica" de la peli, y por la que se siente atraído Eminem, no duda en ponerse a veinte uñas delante de unos de los negros del barrio que promete que la puede sacar de ese negocio y hacer alguien de ella (o sea, bragafloja la colega). Uno de los colegas de Eminem -el tonto oficial- se pega un tiro en el pie porque le gusta ir con una pistola por ahí y no la controla, el muy capullo. Kim Basinger no duda en darle al mambo con un chaval que puede tener la edad de su hijo, y que no sólo la chulea sino que además se parte la cara con el pobre retoño...


    En fin, como veis, una mierda de cojones que os podéis ahorrar sin ningún miramiento. Lo único que merece la pena de la peli es la canción que ganó el Oscar (que está chula, pero que también le hayan dado el Oscar, hay que tener los cataplines muy bien plantados), y para escucharla no hace falta que os traguéis este bodrio que solo es aconsejables para aquellos que idolatren a los patanes que pululan por él. Para los demás, no merece la pena ni siquiera el hecho de que Curtis Hanson sea su director.



    miércoles, 21 de septiembre de 2011

    CINE DE LOS 90: "PULP FICTION"


    TÍTULO: PULP FICTION

    DIRECTOR: QUENTIN TARANTINO

    REPARTO: JOHN TRAVOLTA, SAMUEL L. JACKSON, UMA THURMAN, BRUCE WILLIS, HARVEY KEITEL, TIM ROTH, VING RHAMES, MARIA DE MEDEIROS

    DURACIÓN: 150 min.

    AÑO: 1994

    GÉNERO: POLICIACO

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Tras su alabadísimo debut como director de largometrajes en el Festival de Sundance con "Reservoir dogs - Rservoir dogs, 1992", la expectación generada ante la llegada del segundo largometraje escrito y dirigido por Quentin Tarantino era máxima. Y, lo cierto, es que no defraudó mucho tras el estreno de "Pulp fiction", pues comenzó ganando la Palma de Oro en el Festival de cine de Cannes, así como el Globo de Oro y Oscar al mejor guión original, amén de unas cuantas nominaciones más a ambos premios para la mayoría de su reparto. Así pues, cabe preguntarse cuáles son las razones por las que este violentísimo largometraje logró cautivar tanto a crítica como a público. Bien, pues las razones parecen ser varias. La primera de ellas, su historia.


    Concebida como una serie de episodios casi independientes -aunque comparten personajes-, el largometraje da inicio con Vincent y Jules (Travolta y Jackson, respectivamente), dos matones al servicio de Marsellus Wallace (Rhames), quienes deben recuperar un maletín con una valiosa mercancía, hecho que acaba a tiros en el interior de un apartamento. El segundo episodio se centra en el encargo de Marsellus a Vincent de que se encargue de sacar de fiesta a su mujer, Mia (Thurman), y lo que sucede cuando ésta sufre una sobredosis a causa de una potente droga que Vincent había adquirido previamente. El tercer episodio se centra en Butch (Willis), un boxeador que, a pesar de haber sido sobornado para dejarse ganar en un combate pero que, en el último momento, decide ganar el combate, hecho que le pone en un compromiso cuando debe jugarse el pellejo por acudir a su piso y recuperar un valioso reloj que su novia, Fabienne (De Medeiros) ha olvidado allí, aún a riesgo de encontrarse con los matones de Marsellus. El cuarto episodio retoma la acción del primero, cuando Vincent y Jules toman como rehén a uno de los individuos que habían robado la mercancía de Marsellus, y lo que sucede cuando, accidentalmente, Vincent le pega un tiro en la cara, dejando totalmente perdido el coche en que viajan, por lo que deben recurrir a los servicios de El Lobo (Keitel), un especialista en solucionar este tipo de "contratiempos". El último capítulo tiene lugar en una cafetería que Pumkin (Roth) y su novia están queriendo atracar, sin saber que entre los clientes se encuentran tanto Vincent como Jules.


    Lo primero que llama la atención de "Pulp fiction" es la estructura de su relato. El hecho de que todo el largometraje esté dividido en secciones diferentes le da, de entrada, un toque de originalidad que se mantiene desde el primer fotograma hasta el último. El espectador asiste a un cruce tremendo de personajes que van y vienen a lo largo de todo el film, mezclados con historias que avanzan adelante y atrás en el tiempo, obligando al público a estar atento a cada episodio para no perder el hilo argumental.


    Lo segundo que llama la atención es la elección de su reparto, comenzando por un acertadísimo John Travolta (el propio actor ha confesado en diversas ocasiones que siempre estará en deuda con Tarantino por el regalo que le hizo permitiéndole trabajar en esta película), una excelente Uma Thurman y, por encima de todos ellos, quien fuera el auténtico descubrimiento del largometraje: Samuel L. Jackson. Este excelente actor que, hasta la fecha, se había tenido que contentar con papeles más secundarios en numerosas películas, consiguió captar la atención suficiente como para que los productores se convenciera, no sólo de sus dotes artísticas, sino de lo fácil que podía resultar cargar sobre sus hombros el peso de una película.


    El resto de "Pulpo fiction" se debate entre la violencia menos censurada y las secuencias divertidamente surrealistas. Pero, por encima de todo, de su incansable guión -que permite a los personajes estar hablando durante casi todo el metraje-, así como el montaje de la recientemente fallecida Sally Menke (habitual montadora de Tarantino), la selección musical llevada a cabo por el mismo director, o la realización de un Quentin Tarantino heredero al más puro estilo Kubrick de esos travelling que siguen a los personajes arriba y abajo de cada escenario, los planos contrapicados tipo Brian de Palma, o de esos primeros planos a lo Sergio Leone para secuencias de lo más bien definidas. En resumidas cuentas, "Pulp fiction" es una película arrebatadora no apta para cualquier estómago, al que el tiempo ha tratado de lo más bien, y que ha servido para relanzar las carreras de un estupendísimo reparto, así como para descubrir a su mayor impulsor: Quentin Tarantino.



  • MR. HYDE DICE:

  • Para ser sincero, no tengo muy claro qué opinión dar de "Pulp fiction". Para mí es de ese tipo de películas que, cuando las ves por primera vez, te pareció una mierda pero que, conforme las vuelves a ver pasado un tiempo, acaban por tener un no sé qué que hace que te acabe gustando. La primera vez que la vi (creo que, hasta ahora ya han sido tres veces), me dieron un asco tremendo esos primeros planos de jeringuillas sanguinolientas y los personajes, a cada cuál más colgado, venga a meterse de todo -escena de sobredosis y reanimación incluida-. Todo ello, por no hablar de la escena en que dan por el culo (literal) al negro o aquella en que Travolta y el otro tienen que limpiar los sesos de un tío del asiento trasero de un coche. En fin, como veis, que al principio me quedé con lo bueno. Y sí, estoy siendo sarcástico.


    Pero tampoco puedo negar que "Pul fiction" es una de esas pelis que tiene una especie de poder hipnotizador que te hace seguir viendo más y más. Creo que más que nada, por lo originales y raros que acaban siendo los diálogos (tiene mérito que una conversación sobre las diferencias entre Europa y los EEUU a la hora de llamar a una hamburguesa acabe siendo interesante y hasta divertida). Las escenas de baile también tienen lo suyo, que a ver quién es el guapo que no reconoce haber imitado ese baile de Travolta y Uma Thurman en la discoteca, o como cuando Uma Thurman se pone a bailar antes de meterse un viaje a las estrellas a base de heroína. O el sentido del humor súper negro de Tarantino en casi todas las secuencias. Porque, vamos, que acabe resultando cómica la forma de reanimar a una moribunda, o de cómo limpiar los restos de un cráneo reventado de un coche, tiene mérito, pese a quien le pese.


    Otra de las cosas que llama la atención es cómo se acaban relacionando todos los personajes ya que, durante los tres episodios que tiene la peli, se cruza un montón de peña que acaba teniendo su propio final, independientemente de que luego salgan como si nada en el episodio siguiente. Y es que Tarantino se las ingenia para que todo parezca un puzzle en el que pase una cosa -que no entiendes muy bien-, pero que tres cuartos de hora más tarde acaba teniendo sentido (como el hecho de que en el episodio que protagoniza Bruce Willis, aparezcan en un bar Travolta y Samuel L. Jackson vestidos con camisetas de publicidad y en calzoncillos.


    En fin, que os animo a que os dejéis seducir por "Pul fiction". Puede que, al principio no os guste nada. O justo lo contrario, quién sabe. Pero no podréis negar que tiene un gancho particularmente atractivo que acaba por gustarte. A pesar de que, en muchas secuencias, dé la sensación de que los personajes no se van a callar nunca (en serio, quitando el segundo episodio, en los demás parlotean que te cagas), pero no deja de resultar una peli que fascina con la misma facilidad que te repugna. Ya os digo que yo me la he visto tres veces, y no descarto que aún caiga alguna más.



    martes, 20 de septiembre de 2011

    CINE DE LOS 80: "TOP GUN: ÍDOLOS DEL AIRE"


    TÍTULO: TOP GUN: ÍDOLOS DEL AIRE

    DIRECTOR: TONY SCOTT

    REPARTO: TOM CRUISE, KELLY MCGILLIS, VAL KILMER, TOM SKERRITT, ANTHONY EDWARDS, MEG RYAN, MICHAEL IRONSIDE

    DURACIÓN: 110 min.

    AÑO: 1986

    GÉNERO: ACCIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Uno de los hechos que caracteriza a la década de los ochenta es que se la considera como aquella en la que nació el cine de acción moderno. Creo que alguna ocasión ya hemos comentado esto. Sin embargo, a pesar de ello, no se ha hecho mucho hincapié en que sería a partir de una película en concreto que, dentro del mismo cine de acción, se acabaría creando una especie de sub-género formado por aquellos largometrajes que daban un paso más allá. Este paso consistía en rodar apabullantes escenas de acción (más allá de los tiroteos o explosiones convencionales), dotadas de un ritmo tan trepidante que apenas dejaban al público asimilar cada secuencia. Para ello, los directores responsables de estas producciones solían aplicar un estilo visual (fotografía, sonido, y, muy especialmente, montaje) más propio de estéticas videocliperas y provenientes de otros formatos como reportajes dinámicos o retransmisiones de conciertos y eventos similares. Tony Scott acabaría siendo el primero de muchos los directores que acabarían aplicando esta técnica, y "Top Gun: Ídolos del aire" la película que lo consagraría como director especialista del cine de acción más explosivo, y a Tom Cruise como una de las jóvenes promesas con una carrera más alentadora.


    Sin embargo, también es cierto que, lo que por una parte gana este tipo de películas en espectacularidad, lo suele perder también en calidad como largometraje. Ello no quiere decir que las películas sean malas. De hecho, "Top Gun: Ídolos del aire", pese a sus limitaciones, no lo es. Pero tampoco son consideradas de lo mejor del séptimo arte. Y es que el denominador común que tienen, casi siempre, es el mismo: su flojo guión. En el caso de "Top Gun: Ídolos del aire", ésta no acaba siendo una excepción, pues la historia resulta ser una mera excusa para, por una parte, permitirle a su principal protagonista lucirse en todo su esplendor y, en segundo lugar, confeccionar espectaculares escenas de acción donde las escasa líneas de diálogo son meros convencionalismos.


    "Top Gun: Ídolos del aire" da inicio con la presentación de un escuadrón de pilotos especialmente entrenados por la marina norteamericana con el fin de desarrollar nuevas y más eficaces habilidades de vuelo en combate. En la escuela en la que estos pilotos se forman, conocida como Top Gun, uno de sus máximos representantes es el joven Maverick (Cruise), un piloto difícil de domar, hijo de un reputado y fallecido piloto del que todos los instructores guardan un grato recuerdo. Maverick y su amigo Goose (Edwards) forman equipo de vuelo, y deben asistir a las clases tácticas que imparte la instructora Charlie (McGillis) de la que Maverick se acaba enamorando. Condicionado por su atracción hacia Charlie y la lealtad hacia el resto de sus compañeros -incluyendo sus constantes enfrentamientos con su rival en la academia, Iceman (Kilmer)-, Maverick deberá demostrar no sólo que es un gran piloto, sino que es el mejor.


    Tal y como apuntábamos, el descomunal éxito en que se convirtió "Top Gun: Ídolos del aire", provocado, en gran parte por el célebre tema musical Take my breath away que se acabaría llevando el Oscar a la mejor canción, sirvió para que dicho largometraje fuera referencia indiscutible del cine de acción moderno. Secuencias como aquella con la que arranca el film, con esa demostración de Maverick de sus habilidades ante sus superiores, o las numerosas escenas de combates aéreos -especial impacto generó la muerte de uno de los protagonistas secundarios, incluyendo un explosivo final en el que los pilotos se deben enfrentar a un enemigo extranjero, no hacen sino demostrar el talento de los realizadores que firmarían algunas de las películas de acción más conocidas de los años siguiente.


    En lo que concierne a "Top Gun: Ídolos del aire", éxito de taquilla aparte, hay que reconocer que se trata de un entretenimiento muy bien filmado, divertido y agradable. No de los que hacen historia -generaciones de adolescentes de los ochenta aparte-, pero a la que tampoco hay que negarle sus méritos, que los tiene.



  • MR. HYDE DICE:

  • Si la semana pasada hablábamos de cómo Eddie Murphy se convirtió en una celebridad gracias a la chorrada del superdetective en Hollywood, ahora le toca el turno a otro de los que triunfaron a base de bien: Tomasete Cruise. Gracias a cómo supo lucir palmito en esta peli, hoy es lo que es (aunque no tengo claro si eso es bueno o malo). Pero bueno, que ya me desvío, vayamos con la peli. Parece que por aquel entonces, la estética de los videoclips estaba a la orden del día, y que con cada vídeo musical, las técnicas que usaban llamaban la atención de los que tienen la pasta en Hollywood. Así que un par de colegas espabilados llamados Don Simpson y Jerry Bruckheimer (el que quiersa saber quiénes son estos dos y qué súper pelis hicieron, que se lo pregunte al sabelotodo de arriba) quisieron fichar a unos cuantos directores de videoclips para que le dieran ese ritmo machacón y más dinámico a las pelis de acción. Y, en esta ocasión, el premio le tocó al hermano pequeño de Ridley Scott, Tony.


    En lo que se refiere a "Top Gun: Ídolos del aire", lo cierto es que, aunque el argumento de la peli sea un poco bodrio, hay que reconocer que sabe entretener. Las escenas de lucha con aviones de combate a reacción no se habían grabado así antes en una película, y ese montaje tipo acelerado (fijo que Michael Bay aprendió lo suyo de este tipo de pelis) marcó un antes y un después en el cine de acción. Desde luego, eso es innegable. Casi se la puede considerar como la primera macho movie, y eso que aquí no revientan todo lo que se mueve, aunque tanto las escenas que os decía de combate como todo lo que envuelve a la preparación de los pilotos entretiene desde el primer minuto.


    Pero, mira tú por donde, queriendo ser algo más que una simple peli de acción, donde la cosa flojea más es en la historia de amor. Aquí es donde queda descarado el calco que le han querido hacer a "Oficial y caballero - An officer and a gentelman, 1982" y, si no, quedaos con el tema: el héroe, condicionado por la reputación de su padre, decide alistarse en una academia militar donde va a su bola y pasando olímpicamente de las reglas, se enamora de una mujer por la que acaba en una situación comprometida y, al final, acaba demostrando su valía como persona y soldado. Lo dicho, buscad las siete diferencias. Pero, y eso hay que admitirlo, con mucho más ritmo, acción y música cañera.


    De toda la película, yo me quedo con las escenas de combate. Vale, puede que parezca algo poco original, pero es que tenéis que recordar que esta peli salió en el ochenta y seis, y que antes, lo que es cine de acción de este tipo, como que más bien poco. Pero son los momentos en que aprietas el culete y te metes en la historia, tanto como cuando Cruise se parte la cara con Kilmer por demostrar quién es mejor, como cuando, al final, se enfrentan de verdad a los pilotos enemigos. En fin, que es una peli que marcó moda, que hizo de Tom Cruise una estrella (pese a quien pese, cuando quiere, demuestra que es un gran actor... ¿Eh, Alejapendeja?), y que batió records de taquilla y de chavales que se quisieron alistar en las fuerzas armadas de los EEUU -hay gente para todo; ¿Os imagináis la cara que se les quedaría cuando vieran que en las bases de entrenamiento ninguna instructora era como la tía buena que sale en la peli? ¡Juas!-. Pues eso, recomendable para pasar un rato distraído y perdido entre las idas y venidas de los pilotos. un pasatiempo divertido.





    lunes, 19 de septiembre de 2011

    CINE CLÁSICO: "LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ"


    TÍTULO: LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ

    DIRECTOR: VICTOR FLEMING

    REPARTO: CLARK GABLE, VIVIEN LEIGH, OLIVIA DE HAVILLAND, LESLIE HOWARD, HATTIE MCDANIEL

    DURACIÓN: 238 min.

    AÑO: 1939

    GÉNERO: DRAMA ÉPICO

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • "Lo que el viento se llevó" está considerada, hoy en día, como el prototipo de película épica por definición. Cuando, años más tarde, se estrenaron otras grandes y costosísimas súper producciones como, por ejemplo, "Ben-Hur, Ben-Hur, 1959" o "Cleopatra - Cleopatra, 1963", no hicieron sino seguir la estela que había dejado el largometraje que hoy nos toca comentar. Ciertamente, "Lo que el viento se llevó" puede ser considerada como la madre de todas las grandes producciones de corte épico que se han estrenado desde entonces. Y no es para menos, ya que la adaptación de la novela de Margaret Mitchell abarcó de una forma exquisita los pormenores de una mujer de clase alta del estado estadounidense de Georgia durante los años previos y posteriores a la Guerra Civil norteamericana.


    La película comienza con la presentación de Scarlett O'Hara (Leigh), una malcriada joven sureña de buena posición, quien se encuentra secretamente enamorado de Ashley Howard (Howard), esposo de su prima Melanie (De Havilland). Este despecho lo traducirá en un comportamiento aún más egoísta cuando conoce al apuesto Rhett Butler (insuperable Clark Gable), por quien disfruta dejándose cortejar, pero sin olvidar que por quien siente un profundo amor es por otro hombre. En mitad de estas pasiones encontradas, estallará la Guerra de Secesión por lo que, al verse envueltos en el conflicto bélico, Scarlett y su familia no tendrá más remedio que salir adelante de las formas más precarias posibles, tratando de recuperar su fortuna consumida y la reputación de su noble familia.


    Como se puede deducir de su argumento y duración, es de lo más extenso el tema tratado en "Lo que el viento se llevó". De hecho, no hay detalle que se pase por alto en este lujoso largometraje. Desde una ambientación cuidada al milímetro (y ello incluye tanto los monumentales decorados como el cuidadísimo vestuario), pasando por unas actuaciones de lo más convincentes (absolutamente todos actores están fantásticos en sus respectivos papeles), y por una puesta en escena grandilocuente como pocas veces se puede encontrar en una pantalla (la fotografía y la más que célebre música del prolífico Max Steiner colaboran a que así sea percibido por el público).


    Evidentemente, el único defecto que cabría encontrarle al film puede que se encuentre en su desmesurada duración. A pesar de que sea necesario alargar el metraje para describir tanto la época de esplendor de los años previos a la guerra como las dificultades de recuperarse tras el conflicto, también es cierto que no hacía tanta falta reincidir tanto en determinados aspectos (el capricho continuo de Scarlett por Ashley, o su voluntad por que Tara vuelva a ser el lugar próspero de antaño). Todo ello, por no mencionar la existencia de sub-tramas que no ayudan tampoco mucho a aligerar el ritmo de la película (caso de lo que sucede con la hija de Rhett y Scarlett).


    No obstante, estos no son motivos suficientes como para desmerecer la que, con toda probabilidad, es la producción más espectacular del cine clásico, y un referente obligado para cualquier cineasta que se precie. Visualmente, es una maravilla. Y la frescura de los diálogos insuperablemente bien interpretadas por un inspirado reparto (Clark Gable hizo el papel de su vida con el personaje del pícaro Rhett Butler). Aunque para tomar a pequeñas dosis, "Lo que el viento se llevó" se acaba confirmando como un largometraje de obligada visión.



  • MR HYDE DICE:

  • Aunque a más de uno le cueste creer que la haya visto, pues sí, hace ya unos años que me vi "Lo que el viento se llevó". ¿Y sabéis lo más curioso? Que yo pensaba que iba a ser un petardo infumable, y mira tú por dónde no me pareció tan mala ni mucho menos. Vale que es larga y que, en ocasiones, también se hace larga ("Érase una vez en América - Once upon a time in America, 1984", o la versión de Hamlet de Kenneth Branagh, y viendo tanto una como otra se me pasó el tiempo volando). Pero hay que tener en cuenta que la película tiene un estilo muy antiguo, por lo que también es comprensible que haya momentos en que uno se aburra con ese estilo tan refinado -como si fuera demasiado "educado"-, las actuaciones demasiado teatrales... No sé muy bien cómo explicarlo. Como esa sensación que tienes cuando pones la tele y están dando una película del año de maricastaña y lo primero que piensas es la de años que tendrá. Pues algo parecido.


    La diferencia es que en "Lo que el viento se llevó" todo sabe a grande, a monumental. Como si, cuando hicieron la película tuvieran claro desde el principio de que lo que querían hacer era una de las películas más espectaculares del momento. Lo que creo que no se esperaban es que también acabaría siendo una de las más grandes -en todos los sentidos- de la historia del cine. Al menos sí que es la más taquillera de todas, si tenemos en cuenta la inflación (o sea, que tampoco es moco de pavo). De hecho, tiene imágenes, que no secuencias, que llenan la pantalla de una forma que muy pocas películas han logrado igualar después. Por ejemplo, ahora me viene a la mente el incendio de la granja, con esos planos a contraluz de los personajes huyendo en un carromato y con el descomunal incendio de fondo. Para ser una de las primeras películas que se hicieron en color, flipa con la currada que se metieron para ese momento. Y, por supuesto, otro de los momentos que más han sido recordados es el momento en que la protagonista, harta de pasar miseria suelta eso de "A Dios pongo por testigo que nunca volveré a pasar hambre". Ese momento, con la música sonando de fondo (famosísima la melodía) y la cámara alejándose con un travelling panorámico mientras se pone el sol es de los momentos del cine que no morirán nunca.


    En cuanto a la historia, pues hombre, demasiado pretenciosa y "pedorra". Pero bueno, también es lo que os digo, que eran otros tiempos, y las formas de cortejar a una mujer o de seducirla también eran otras (ahora, con un poco de suerte, cuando enseñan eso en los cines, la tipa de turno tiene piercings hasta en el ojo del culo, y el tío es un macarrón de tres pares de cojones, pero mira...). Pero entonces, quedaba de lo más bien. Y, por supuesto, es demasiado larga. Si a "Lo que el viento se llevó" le quitaran una hora y pico de película, hubieran hecho maravillas.


    Por lo demás, os aconsejo que la veáis. Sé que es fácil de decir durando lo que dura, pero tampoco hace falta tragársela de sentada. Aunque solo sea por ver por qué una película pasa a formar parte de la historia del cine. Ah, y no me vengáis con eso de "Uf, Lo que el viento se llevó, menudo tostón de película, que a mí no me engañáis, que ninguno de los que decís eso (bueno, casi ninguno) la habéis visto. Así que no seáis ignorantes y culturizaros un poco, que además de pasároslo bien, veréis una peli que merece la pena.





    domingo, 18 de septiembre de 2011

    CINE A DESCUBRIR: "UNA HISTORIA DE VIOLENCIA"


    TÍTULO: UNA HISTORIA DE VIOLENCIA

    DIRECTOR: DAVID CRONENBERG

    REPARTO: VIGGO MORTENSEN, ED HARRIS, WILLIAM HURT, MARIA BELLO

    DURACIÓN: 115 min.

    AÑO: 2005

    GÉNERO: DRAMA POLICIACO

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • David Cronenberg es un realizador que, metafóricamente, cada vez se está pareciendo más al buen vino: mejora con los años. Tras más de dos décadas dedicado a las historias de ciencia ficción y pseudo terror (celebrados fueron sus inicios en Canadá con "Rabia - Rabid, 1977" y "Cromosoma 3 - The brood, 1979"), alcanzó cierto renombre durante la década de los ochenta con los éxitos que supusieron una de las mejores adaptaciones de una novela de Stephen King, "La zona muerta", y otro de sus más conocidos films, "La mosca - The fly, 1986". Sin embargo, durante los años noventa, Cronenberg pareció perderse en un mar de largometrajes ciertamente difíciles de clasificar ("M. Butterfly - M. Butterfly, 1993" y "Crash - Crash, 1996") hasta que, en 2005 realizó una de las películas más fascinantes del año: la adaptación de una novela gráfica que, a partir de un excelente guión de John Olson, acabaría convirtiéndose en "Una historia de violencia".


    La acción da comienzo en un tranquilo pueblo del centro de norteamérica donde nunca pasa nada: los vecinos son todos cordiales, todos los habitantes se conocen, y la tranquilidad reina. Un día, un par de individuos tratan de atracar la cafetería en la que trabaja Tom Stall (Mortensen) y, a pesar de resultar levemente herido, Tom mata a los atracadores, hecho al que dan bastante publicidad los medios de comunicación. Unos días más tarde, aparece en la cafetería un extraño individuo con un ojo de cristal, llamado Carl (Harris), que afirma conocerle muy bien de la época en que Tom vivía en Filadelfia. A pesar de que Tom niega tanto saber quién es Carl como haber estado en Filadelfia, Carl insiste en el hecho de que, aunque Tom haya desaparecido durante unos cuantos años, aún tienen cosas pendientes, y de que su hermano Richie (Hurt) quiere verle en persona. A partir de ese momento, ni la vida de Tom ni la de su mujer, Edie (Bello), o sus hijos, volverá a ser la misma.


    "Una historia de violencia", aparte de ser el film más sólido y maduro de Cronenberg (junto con su posterior "Promesas del este - Eastern promises, 2007"), también es uno de los retratos mejor realizados de la violencia, valga la redundancia de su título. Ésta es contemplada a lo largo de las diversas set pièces del largometraje de una forma dura y directa, sin adornos de ningún tipo. Así queda patente en diversas secuencias: cuando Tom liquida -de forma brutal- a los atracadores de la cafetería, cuando Carl y sus secuaces acuden a casa de los Stall para ajustar cuentas con Tom, o el final en casa de Richie. Cada una de esas piezas (las únicas con violencia propiamente dicha en la pantalla) son mostradas en su forma más cruda, sin deleitarse en los detalles, pero sin querer ahorrarse nada de lo que implica actuar de la forma como lo hacen. De hecho, es asombrosa la capacidad de Cronenberg para mostrar las consecuencias a las que arrastra el empleo de dicha violencia (el hijo de Tom empieza a pelearse con otros compañeros en el instituto, su hija pasa a interiorizar las emociones y su esposa Edie, al final, ya no sabe de qué forma comportarse con su marido, del que empieza a sentir miedo).


    En efecto, "Una historia de violencia" acaba siendo una historia demoledora sobre el impacto que supone la irrupción de un hecho violento (el pasado que regresa para ajustar cuentas, en este caso) en las vidas de personas normales y corrientes, y cómo las actuaciones de cada uno acaban condicionando el resto de las vidas de los personajes. No obstante, no todo el mérito de que "Una historia de violencia" sea la magnífica película que es cabe atribuírselo por completo a Cronenberg, sino también a las excelencias de un reparto en continuo estado de gracia, empezando por un perturbador William Hurt (el sensacional actor a penas tiene una participación de quince minutos en el film, pero le sobran para bordar el papel -Hurt fue candidato al Oscar como mejor secundario por esta actuación-), el siempre sólido Ed Harris (ver el instante en que se pierde la hija de los Stall y Edie lo sorprende vigilándola -una lástima que los premios sólo se fijaran en la actuación de William Hurt-) y, sobretodo, la insuperable actuación de Maria Bello, quien es capaz de transmitir el dolor y la confusión de su personaje de una manera tan escalofriante como única (impresionante el momento en que, enfadada con Tom, acaba haciendo el amor con él, vestidos los dos, en las escaleras de su casa).


    Todo este conjunto consigue darle un toque único a "Una historia de violencia", y mereciendo que el espectador que no la viera en su momento dedique poco menos de dos horas a contemplar una de las mejores películas que se han estrenado la pasada década. De las que merece la pena ver, pensar y reflexionar sobre ella, y recomendar.



  • MR. HYDE DICE:

  • Esta es una de esas pelis que te dejan clavado al asiento durante casi todo el rato. Chula, chula. Además, una de las cosas buenas que tiene es que empieza como una película normal y corriente, con la típica historia de un tío que, al parecer, tiene un oscuro pasado y todo eso. Pero lo bueno es que no lo explican como si, de repente, el pollo se convirtiera en una especie de Jason Bourne, repartiendo estopa a diestro y siniestro, sino que toda la historia está contada con un realismo acojonante, que hace que te puedas creer perfectamente que es cierto todo lo que pasa. No hay nada exagerado, como suele pasar en las películas de acción que han tocado temas parecidos (donde el héroe se pone a pilotar coches como si fuera James Bond, o que te monta una pistola con los ojos vendados y usando sólo los dedos de un pie mientras se toma un mojito), sino que tanto las escenas de violencia -impactantes todas y cada una de ellas, ya os lo adelanto- son de las que podrían suceder en cualquier pueblo si se presentaran los matones de esta peli.


    Los actores están estupendos todos. Aunque me sepa un poco mal decirlo, Viggo Mortensen es de lo más soso de la peli. Puede que el personaje que interpreta esté definido así, pero se le ve como con una calma chicha que tampoco parece muy normal. Ahora bien, lo que son los otros, se salen por la puerta grande. La mujer hace un papelón brutal (su cara, a medida que se va enterando de quién es realmente su marido, es todo un poema), y eso por no mencionar a William Hurt (impresionante el papel de jefe mafioso que hace, y lo repugnante que puede llegar a parecer el tío) y al siempre estupendo Ed Harris (sólo sale unos quince minutos, pero son suficientes para bordar su papel y hacer que se te haga un nudo en la garganta con ese ojo de cristal.


    "Una historia de violencia" es de las pocas películas que lo clavan con su título. Pero tranquis, que eso no quiere decir que toda la peli sea una ensalada de tiros, para nada. Lo que impacta del asunto es ver cómo, a partir de un suceso violento -el atraco a la cafetería donde trabaja el protagonista- se empieza a desarrollar una espiral aún más violenta en el que cada personaje acaba siendo mucho más bestia de lo que podrían haber pensado al principio. Además, es cojonudo el retrato que hacen de los efectos de esta misma violencia, y de cómo se va contagiando de unas personas a otras (empieza con el atraco a la cafetería, sigue con Mortensen, continúa con Ed Harris, con el hijo de Mortensen, y acaba con ese final tan brutal en casa de William Hurt). Simplemente acojonante. Lo dicho, de las películas que merece la pena ver por un montón de razones: está chulísima, te deja flipado, el argumento es interensatísimo, y las actuaciones sobresalientes. Vale que, en ocasiones, sea un poco lenta, pero es un mal menor que no hace que te acabe gustando menos. Ah, y atención al plano final... ¡Brutal! La mejor conclusión que le podrían haber dado a una historia como ésta.