jueves, 12 de abril de 2012

CINE ACTUAL: "NO ES TAN FÁCIL"

TÍTULO: NO ES TAN FÁCIL

DIRECTOR: NANCY MEYERS

REPARTO: MERYL STREEP, ALEC BALDWIN, STEVE MARTIN, JOHN KRASINSKI, RITA WILSON, LAKE BELL

DURACIÓN: 118 min.

AÑO: 2009

GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • En la meca del cine sucede, de cuando en cuando, que una comedia, aparentemente intrascendente, hace gala de una madurez única en el planteamiento de su argumento, y que gracias a un fabuloso reparto con gancho se convierte en una delicia para el espectador. En efecto, no es habitual que se realice una comedia norteamericana que no recurra a chistes escatológicos, bromas con connotaciones sexuales y/o raciales, o a historias ya contadas con anterioridad de mil y una maneras, y mucho menos que ésta se convierta en un éxito tanto de crítica como de público. Por fortuna, sí que ha sucedido así en el caso de “No es tan fácil”, una divertidísima comedia llena de situaciones divertidas y, sobretodo, adultas (en el mejor sentido del término), en el que brilla con luz propia un inmejorable reparto. Nancy Meyers, especialista en otras recomendables comedias como la estupenda “Cuando menos te lo esperas – Something’s gotta give, 2003” o la un poco más simplona “The holyday (Vacaciones) – The holyday, 2006”, es su directora y guionista.


    Jane (Streep) es una mujer divorciada que pasa su vida entre su negocio – una pastelería de gran éxito- y la compañía de sus amigas e hijos. Jacke (Baldwin) es el ex-marido de Jane, quien está casado con una mujer mucho más joven que él, con la que se está planteando tener más hijos. Evidentemente, no es una situación que agrade mucho a Jane, que prefiere concentrarse en la inminente boda de su hija mayor. Durante la realización de un proyecto de reforma en el que pretende convertir la cocina de su casa en una mucho más grande, conoce a Adam (Martin), un arquitecto también separado. Inmediatamente, la atracción entre los dos es mutua, cosa que da esperanzas a Jane. Sin embargo, lo que XX no esperaba es que Jake también empezaría a cortejarla puesto que, según dice, nunca ha dejado de quererla. Será entonces cuando Jane comience a mantener una relación a dos bandas llena de enredos y equivocaciones, sin saber muy bien qué hacer con su vida amorosa.


    Para hablar de una película como “No es tan fácil”, podríamos mencionar varios aspectos: desde el papel de las mujeres en Hollywood como directoras de comedias, pasando por el acierto de un argumento maduro a la par que simpático, la actuación de actores cómicos más veteranos o, incluso, de los desorbitados presupuestos con los que cuentan películas aparentemente pequeñas. Acerca de lo primero, Meyers se sumaría al selecto grupo de directoras (junto, por ejemplo, Nora Ephron) que logran rodar comedias con probada eficacia, alejadas de cualquier tono infantil que las convertiría en ridículas películas del montón. Sobre lo segundo, es evidente que uno de los mayores atractivos de “No es tan fácil” es la sorpresa que provoca asistir al desarrollo de una historia madura repleta de situaciones mordaces y terriblemente simpáticas que no desmerece en absoluto el término “comedia”. En lo que concierne a lo tercero, gran mérito tienen los responsables de casting que fueron capaces de entender que el trío Streep-Baldwin-Martin podría funcionar con la sobrada eficacia con la que lo hace (de hecho, es muy probable que sin Streep ni Baldwin “No es tan fácil” no fuera la estupenda película que es), y la inspiración constante que dichos artistas demuestran tener en cada una de sus escenas. Por lo que respecta al último punto, sí que resulta más complicado de entender cómo es posible que una película como “No es tan fácil” haya necesitado contar con un presupuesto tan elevado (algunas fuentes lo sitúan entorno a los ochenta millones de dólares, cosa completamente exagerada para una simple comedia) –en Hollywood es de sobras conocida la facilidad con la que Nancy Meyers se excede de los presupuestos asignados para sus películas- aunque, a tenor de la corrección del resultado, esto no acaba siendo ningún impedimento que repercuta negativamente en el film.


    Así pues, “No es tan fácil” es un largometraje amable, construido con la intención de dejar al público con un buen sabor de boca (a lo que, parte del mérito, corresponde tanto a la labor de John Toll como director de fotografía como a Hans Zimmer y Heitor Pereira como compositores de la música), lo que no es tan sencillo a priori si se tiene en cuenta que, al fin y al cabo, se está contando una historia de infidelidades, traiciones y desamores. Afortunadamente, desde que se establecen las bases de lo que va a ser “No es tan fácil”, a los pocos minutos de dar comienzo el film, el espectador tiene claro de que va a presenciar una comedia divertida, agradable y de lo más entretenida. Por suerte, cuando la película acaba, esta sensación queda confirmada por completo.



  • MR. HYDE DICE:

  • Cuando le dieron el Oscar a la mejor actriz hace un par de meses, Meryl Streep se reía diciendo que si la gente pensará que ya estaba otra vez la de siempre ganando todos los premios de turno. Bueno, pues la verdad es que una mujer que lleva más de cuatro décadas dedicándose al cine, bordando hasta la perfección cada uno de los papeles que ha interpretado (y de lo más diferentes unos de otros) y consiguiendo casi más éxitos en taquilla que cualquiera de las niñatas siliconadas que hay ahora mismo pululando por ahí, se merece ese Oscar y mucho más. ¿Por qué digo esto antes de empezar la crítica? Pues simplemente porque es un placer poder disfrutar de la Sra. Streep en una comedia adulta, que no necesita recurrir a los tópicos de siempre para ser divertida y entretenida a más no poder donde, además, da la casualidad de que Meryl Streep vuelve a salirse por la puerta grande.


    Como os digo, no sé vosotros pero, por muy divertidas que puedan ser de vez en cuando las comedias más gamberras, a mí me aburren siempre las mismas supuestas gracias. Que un tío como Jack Black, Adam Sandler, Owen Wilson y compañía salgan hasta en la sopa, creyéndose la polla de graciosos, me parece casi indignante. Así que cuando, de repente, te encuentras con una película como “No es tan fácil”, que tiene una historia adulta y seria pero sin perder ni la frescura ni la originalidad, no puedes hacer más que recomendarla. No es que el cine de mujeres y para mujeres me parezca interesante –de hecho, esas pedorradas feministas las suelo aborrecer casi con la misma frecuencia que esos truños romanticoides que parecen todos iguales- pero, por suerte, como ya pasaba en la también interesante “Cuando menos te lo esperas”, tanto la historia como los personajes y la forma en que está hecha la película, hacen que te lo pases de cine (nunca mejor dicho). Y “No es tan fácil” cumple esto de principio a fin.


    Lo bueno de “No es tan fácil” es que se juntan dos cosas importantísimas para una comedia de este tipo. La primera, es que la historia que te cuentan es muy original (tanto en la forma en que la plantean como en la manera que tienen de desarrollarla), y no se queda sólo en una buena idea que no acaba yendo a ninguna parte, que es lo peor que le podría pasar. Cada situación es graciosa, y la forma que tienen de enlazar una cosa con otra también es divertida como, por ejemplo, episodios como ese en el que el antiguo matrimonio se junta en un hotel ante la atónita mirada del novio de su hija (para los de la E.S.O., “atónita” = “flipada”), y todo lo que pasa después. O como cuando el ex-marido se pone a hacer un striptease sin darse cuenta de que está delante de un ordenador abierto desde el que el novio de su ex-mujer está viéndole por vídeo-conferencia. Son momentos tontacos, pero hechos con tanto acierto y simpatía que no puedes hacer más que reírte.


    La segunda cosa fundamental que hacer de “No es tan fácil” una película tan recomendable, es el trío protagonista. Empezando por una Meryl Streep cachonda como ella sola (no os perdáis el principio, cuando está dudando si hacerse algún retoque en la cara… justo antes de cruzarse con su ex–marido y la nueva mujer de éste que van a hacerse una inseminación artificial, o como cuando se descojona de la risa de pensar que, ahora, ella es “la otra”), siguiendo con un Steve Martin más comedido de lo normal (se deja de sus tics desesperantes para hacer un personaje súper amable), y acabando con un Alec Baldwin inspirado como pocas veces (la cara de cabroncete encantador que pone durante toda la película, y las cosas que se le ocurren para engañar a su nueva mujer con la antigua no tienen precio –atención al momento en que le da una arritmia-).


    En fin, que “No es tan fácil” es una película que no destacaría por ningún momento en particular muy remarcable –aparte de los que ya os he dicho- porque lo que funciona bien es todo su conjunto. Es de ese tipo de pelis que ves sin que te aburra ni un solo minuto y que, cuando acaban, te quedas con una sonrisa tontorrona en la cara. Para pasar un rato muy entretenido con algo que merece la pena. Puede que sea de usar y tirar pero, al menos, con calidad. Yo, desde luego, os la recomiendo.