domingo, 1 de mayo de 2011

CINE EN CARTEL: "FAST & FURIOUS 5"


TÍTULO: FAST & FURIOUS 5

DIRECTOR: JUSTIN LIN

REPARTO: VIN DIESEL, PAUL WALKER, DWAYNE JOHNSON, TYRESE GIBSON, JORDANA BREWSTER, ELSA PATAKY, JOAQUIM DE ALMEIDA

DURACIÓN: 125 min.

AÑO: 2011

GÉNERO: ACCIÓN



  • EL DR. JECKYLL DICE:

Los norteamericanos utilizan de vez en cuando un término llamado "popcorn movie"que, traducido al español, vendría a ser algo así como "película de palomitas". Esta denominación es la que se le suele dar a aquellas películas cuyo propósito fundamental (aparte amasar cuanto más dinero mejor) es divertir al público, y hacer que se pase la duración de la película de la forma más entretenida posible. La película que aquí nos ocupa entra de lleno en este grupo de largometrajes.


Para quienes hayan estado más o menos al corriente de lo que sucede en las cuatro entregas anteriores (casi da vértigo pensarlo: antes hay 4 entregas más...), no se esconde nada nuevo bajo el sol. "Fast & furious 5" cumple con la tónica de ofrecer más de lo mismo, sólo que más espectacular, más ruidoso y, por qué no admitirlo, más emocionante.


El film comienza exactamente donde acababa la cuarta parte: el ex-agente del FBI Brian O'Connor (Paul Walker) y su novia (Jordana Brewster) planifican y ejecutan la fuga de Dominic Toretto (Vin Diesel) - colega del primero y hermano de la segunda - de un autobús que lo traslada junto con otros reos a una cárcel de máxima seguridad. En a penas tres minutos, la fuga se ha completado, y los personajes se refugian en Río de Janeiro donde, tras dar otro espectacular golpe, se ven obligados a enfrentarse con el capo local (Joaquim de Almeida), planificando un espectacular robo.


Como ven, poca novedad hay en el argumento. Si hablamos de las actuaciones, pues mejor no comentar mucho porque, a excepción de Almeida que se lo pasa pipa bordando el papel de gángster brasileño, el resto de los "actores" se limitan a pasearse por la escena con menos expresividad que una piedra, y ejecutando persecuciones automovilísticas tan impresionantes como imposibles (lo que no es impedimento para que el público masculino se alegre la vista con la aparición de la guapísima Elsa Pataky). Ahora bien, si ya pasamos a hablar del aspecto visual y técnico de la película, las cosas, por suerte, ya cambian.


Y es que "Fast & furious 5" es eso: pura adrenalina concentrada en tremendas persecuciones en coche, peleas, y tiroteos constantes. Lo que no debe ser impedimento para que el público tenga ocasión de divertirse viéndolo. Al fin y al cabo, no todo en este mundo tienen que ser películas de Goddard, Minelli o Wilder.



  • MR HYDE DICE:

Quisiera dar un consejo a quienes tengan intención de ver "Fast & furious 5": no cuestionéis nada de lo que aparece. Es decir, si os dicen que con que un gángster ponga la mano en la parte inferior del bikini de la tía buena de turno se pueden extraer sus huellas dactilares, vosotros decís que sí; si cayendo al vacío por un precipicio de unos 150 metros en un coche que va a 200km/h los personajes ni se despeinan, vosotros asentís como buenos chicos; y si salen dos coches arrastrando a toda paleta una caja fuerte que tiene que pesar un huevo y parte del otro por toda la ciudad como si llevaran una caravana de las cutres, vosotros lo dais por hecho como si fuera lo más normal del mundo. Y - lo mejor de todo - si Vin Diesel es capaz de seducir a la policía brasileña a la que interpreta la Pataky, yo que vosotros, solteros y solteras del mundo, me piraba a Río de Janeiro pero ya mismo.


Ya os digo que dejarse llevar por el camino que han trazado los colegas que han hecho la peli, es la única forma de pasárselo pipa las dos horas y poco que dura. Al menos, se agradece que no repitan el mismo cliché que en las ocasiones anteriores, donde las carreras ilegales de coches trucados eran el eje fundamental. Aquí, el resultado es más la planificación de un robo (como en el 90% de las películas de ladrones y policías) y de cómo conseguir sortear los diferentes impedimentos para ejecutarlo, que la acción en sí (que la tiene a cascoporro).


Eso sí, si algo merece la pena destacarse en la película, es la persecución final. Son casi 15 minutos de testosterona pura, y espectacularidad supina (para los de la E.S.O.: supina = a saco paco). No le llega a la altura de las que suele orquestar Michael Bay, pero poco le falta. El público se queda clavado en la butaca con las virguerías que son capaces de hacer la banda de chorizos con un cochazo.


En fin, pues eso, que si queréis pasar entretenidos un buen rato sin pensar demasiado, de lo que hay ahora mismo en cartelera, esta puede ser una de las mejores opciones. Y si sois más exigentes, pues nada, seguro que alguna otra sala están pasando alguna peli tunecina, turca o de marginación social, que de todo tiene que haber.