miércoles, 18 de enero de 2012

CINE DE LOS 90: "AMERICAN BEAUTY"


TÍTULO: AMERICAN BEAUTY

DIRECTOR: SAM MENDES

REPARTO: KEVIN SPACEY, ANETTE BENING, WES BENTLEY, CHRIS COOPER, PETER GALLAGHER, THORA BIRCH, MENA SUVARI

DURACIÓN: 121 min.

AÑO: 1999

GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • No suele ser frecuente que el cine norteamericano se utilice como herramienta de crítica de los valores más tradicionales de su misma sociedad. Sí que ha sido empleado a modo de conciencia colectiva (los largometrajes acerca de, por ejemplo, la caza de brujas, la guerra de Vietnam, o el reciente conflicto iraquí) e, incluso, con ánimo de mostrar una realidad alternativa dentro de determinados segmentos demográficos. Así pues, casos como la durísima "Precious - Precious: based on the novel "Push" by Sapphire, 2009", o la mayoría de films de directores como Gus Van Sant o, en un plano más extremo, Larry Clark, no pretenden sino ofrecer una visión alternativa y sin miramientos de ninguna clase sobre realidades llevadas al límite, o sobre situaciones personales y familiares que no suelen estar presentes en casi ninguna de las grandes producciones que presentan los principales estudios cinematográficos. Sin embargo, el caso de "American beauty" fue diferente, ya que esta pequeña película (que, además, suponía el debut en la dirección de largometrajes del hasta entonces director teatral inglés, Sam Mendes) se las ingenió para criticar abiertamente muchos aspectos de la conocida american way style of life (modo de vida americano), pero desde un punto de vista original, impactante y, sobretodo, terriblemente divertido.


    Los Burnham son una familia aparentemente convencional. Tienen una hermosa casa en uno de los barrios residenciales más bonitos de la ciudad, Lester (Spacey) tiene un trabajo estable, Carolyn (Bening) es una agente inmobiliaria de éxito cuyo jardín de rosas es la envidia del vecindario, y su hija Jane (Birch) es una popular animadora del equipo de baloncesto del instituto. Sin embargo, la felicidad y perfección de los Burnham es pura fachada. Lester, en realidad, es un hombre en plena crisis de los cuarenta que se siente ninguneado por su mujer y subvalorado en su trabajo; Carolyn está obsesionada con ascender como sea dentro de la inmobiliaria para la que trabaja, aunque para ello se tenga que acostar con su jefe, Buddy (Gallagher); y Jane siente una peculiar atracción por Ricky (Bentley), el nuevo extraño y retraído vecino que se ha instalado junto a su casa con su padre, un violento ex-militar llamado Frank (Cooper). Las relaciones de todos ellos harán que la estabilidad que parecía sostenerles se vaya desmoronando poco a poco, a través de feroces críticas al conservadurismo más hipócrita de la sociedad norteamericana.


    "American beauty" es lo que podríamos llamar una película de actores. Como muy bien me ha comentado Hyde en más de una ocasión, todo el conjunto se sostiene gracias a unas interpretaciones maravillosas de todo su reparto, sin excepción. Claro que mención especial merece la performance de Spacey, quien es capaz de dotar a su personaje de una mala uva y una mirada crítica y ácida tan devastadora que es capaz de provocar en los espectadores tanto carcajadas (ver el momento en que se le insinúa a su mujer en la cama, o sentado en un sofá mientras se fuma un porro) como momentos de inquietud (las secuencias oníricas en las que se imagina en compañía de una de las mejores amigas de su hija).


    Por su parte, a nivel técnico, la dirección de Mendes asombra por su seguridad y sencillez (y más aún si tenemos en cuenta que estamos hablando del trabajo de un director cinematográfico novel -habrá que ver qué es capaz de hacer al frente de la más reciente entrega de las aventuras del agente 007 que está rodando en estos momentos-). Mendes no necesita adornar la función con sofisticados movimientos de cámara, sino que se preocupa más por hacer que ésta se convierta en el ojo indiscreto del espectador infiltrándose en la historia, que consigue retratar de forma envidiable (ver la impecable secuencia final en la que se muestra el devenir de uno de los protagonistas principales). A ello también contribuye una soberbia labor del veterano -y ya fallecido- director de fotografía Conrad W. Hall y de la sensual música compuesta por Thomas Newman, que sabe acompañar cada escena aportando el matiz necesario para hacerla mucho más efectiva, dejando de lado las florituras más elaboradas de otras partituras suyas. Así pues, "American beauty" se convierte en una pequeña e inesperada joya a tener en cuenta a la hora de optar por ver una buena película, sin grandes pretensiones, pero con una carga emocional y capacidad para sorprender únicas. Excelente.



  • MR. HYDE DICE:

  • Chulísima la peli. Fíjate, que no es que sea gran cosa, ni un peliculón de estos hechos con un montonazo de pasta y llena de efectos especiales, o así en plan súper producción. Es más, por momentos, parece que pueda estar hecha en el garaje de cualquier vecino, y que sólo haya hecho falta actores y actrices que se supieran al dedillo sus papeles para bordar la que creo que es una de las pelis con más mala leche y, al mismo tiempo, cojonudas que he visto en mucho tiempo. Ahora, lo que me llama la atención es que haya tenido tanto éxito, que haya ganado tanto Oscar y que les haya pirrado de ese modo a los americanos. Más que nada porque, entre otras cosas, "American beauty" pone a caldo ese sistema de vida tan perfecto suyo, y de cachondea sin cortarse de esa hipocresía tan puesta al día que tienen. Aquí, en la península, puede que no le demos tanto valor como ellos a su vida perfecta pero, independientemente de eso, cuando hay una película como "American beauty" que se despelota de su propia sociedad y lo hace con talento y gracia, desde luego hay que quitarse el sombrero.


    Cuando empieza "American beauty", no tienes muy claro de qué palo va a ir la cosa. Esa voz en off de Kevin Spacey que no entiendes muy bien de qué carajo está hablando, y la presentación de una familia aparentemente perfecta (a mí, en particular, me da escalofríos esa representación de la felicidad, porque huele a falsa al kilómetro) te deja como con la sensación de que la peli va a ser un truño de cuidado. Pero, conforme empiezan a pasar cosas (lo que Spacey va contando de su trabajo, o su hija y la amiga zorrona conociendo al vecino ese raro que ha llegado nuevo) ya ves que las cosas no son como pensabas, y que la película tiene un aire muy diferente al de otras parecidas que has visto. Y, cuando ya llevas la mitad de la película, te lo estás pasando pipa con la sinceridad de Spacey (genial cuando le escribe una carta a su jefe diciendo que el mejor momento del día es cuando se la menea en la ducha, o la cena con su familia cuando les dice que ha dejado su trabajo), y te cuesta creer que todo es un drama -que lo es-, porque tiene momentos que te dan mucho que pensar (la relación de la pareja), y otros con los que te partes la caja aunque no sean para reírse (cuando Spacey pilla in fraganti a su mujer enrollándose con el jefe, o como sueña con la amiga de su hija en una imagen que ya casi forma parte de la historia del cine).


    "American beauty", de todas formas, corre el peligro de parecer una historia muy americanizada, valga la redundancia, como muy centrada en problemas que sólo les ocurren a los yanquis y que, fuera de sus fronteras y del Dios bendiga América tiene poca chicha con la que interesar al resto del mundo. Pero no es así. Ya os digo que la autocrítica que se hacen es bestial, y que se esfuerzan en presentar una serie de valores aparentemente perfectos sólo para enseñarte después la de mierda que han ido metiendo debajo de la alfombra para que no se vea. Además, el final no te lo esperas para nada, por lo que la sorpresa es aún mayor.


    En resumen, os recomiendo que quienes no hayáis visto "American beauty", le deis una oportunidad a un film fresco, original y con muy mala baba, pero hecho de forma que te hipnotiza desde que empieza. y, por supuesto, tanto Kevin Spacey como Annette Bening (por Dios, ¡cuándo le darán un Oscar a este pedazo de actriz!) lo bordan haciendo el papel de sus vidas. Buenísima la película.