martes, 3 de julio de 2012

CINE DE LOS 80: "CUENTA CONMIGO"

TÍTULO: CUENTA CONMIGO

DIRECTOR: ROB REINER

REPARTO: WIL WHEATON, COREY FELDMAN, RIVER PHOENIX, JERRY O'CONNELL, KIEFER SUTHERLAND, BRADLEY GREGG

DURACIÓN: 115 min.

AÑO: 1986

GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • A estas alturas, bien sabido es que el escritor estadounidense Stephen King ha supuesto siempre una fuente de constante atracción a la hora de adaptar sus novelas a la gran pantalla. Desde que, a finales de los setenta, su novela "Carrie" se convirtiera en un fenomenal éxito de taquilla (gracias, en gran medida, al buen saber hacer de su director, Brian de Palma), pocas son las obras del escritor originario de Maine que no hayan contado con su correspondiente adaptación cinematográfica. No obstante, aunque el grueso de la producción King contiene un evidente contenido fantástico y de terror, también son conocidas las adataciones de relatos suyos que poco o nada tienen que ver con los sobrenatural. Ello es algo que quedó más que demostrado, sobretodo, tras el estreno de las excelentes "Cadena perpetua - The Shawshank redepmtion, 1994" o "La milla verde - The green mile, 1999" y, en menor medida, la muy inferior "Corazones en la Atlántida - Hearts in Atlantis, 2001". De entre toda su extensa producción literaria, el cuento llamado El cuerpo es el que sirve de base para lo que acabaría convirtiéndose en "Cuenta conmigo", una conmoderoa historia de amistad incondicional dirigida por un casi debutante Rob Reiner.

    Gordie Lachance (Wheaton), Chris Chambers (Phoenix), Teddy Duchamp (Feldman) y Vern Tessio (O'Connell) son cuatro amigos que viven en la localidad de Maine, en Nueva Inglaterra. A finales del último verano en que todos comparten escuela, Vern escucha hablar a su hermano de la localización en la que se encuentra el cuerpo sin vida de un muchacho del pueblo que, parece ser, murió al ser arrollado por un tren. Dispuestos a ser los primeros en encontrar el cadáver, los cuatro amigos emprenden una expedición por todo el condado, en la que cada uno de ellos compartirá sus propios miedos, temores y preocupaciones.

    Antes de convertirse en el conocido director que es hoy en día, "Cuenta conmigo" supuso no sólo el lanzamiento de Rob Reiner como profesional tras las cámaras, sino que supuso un antes y un después en el cine protagonizado por adolescentes. Haciendo gala de una madurez narrativa asombrosa, Reiner convierte un relato tan simple como el de King en el que se basa el largometraje en un film entrañable acerca de la amistad incondicional. Los personajes principales, más que como jóvenes de doce o trece años, se prestan mutuamente un apoyo espectacular, a pesar de que, inevitablemente, quede claro que se trata de cuatro muchachos cuya mayor emoción consiste en encontrar el cadáver de un chico del pueblo. Ahora bien, Reiner le saca todo el jugo posible al guión escrito a cuatro manos por Bruce Evans y Raynold Gideon, y brinda secuencias tan conmovedoreas como aquella en la que Lachance se desahoga con Chambers al contarle la forma en la que se siente ninguneado en su casa tras la muerte de su hermano mayor -con el consecuente ánimo por parte de Chambers, quien no sólo lo anima, sino que le insta a convertirse en escritor al poseer un talento del que el resto carece-, o la otra en la que, tras colarse en un desguace, el chatarrero le increpa a Duchamp que su padre sea un ex-combatiente de la Segunda Guerra Mundial con problemas mentales -hecho que Duchamp no tolera, pues lo venera como si su progenitor fuera el héroe más grande del mundo-.

    El resto del film se convierte en un curioso viaje de cuatro grandes amigos, salpicado por peripecias varias: el cruce de un puente elevado por el que pasa un tren que casi atropella a dos de los protagonistas, la acampada de los chicos en un bosque en el que no dejan de escuchar ruidos que les ponen nerviosos (estupendo actuación de Jerry O'Connell en el instante en que le toca hacer guardia), el descubrimiento de que están llenos de sanguijuelas tras meterse en una pequeña charca, etc. No obstante, son esos pequeños detalles que comentábamos en el párrafo anterior, lo que hacen de "Cuenta conmigo" un film tierno, simpático y terriblemente entrañable.

    En resumen, "Cuenta conmigo" es una película conmovedora, un viaje al paso de niños a adolescentes de cuatro personajillos a cada cuál más simpático (cada uno a su propio modo), y cuya trama -incluyendo el enfrentamiento con el villano del film al que da vida muy convincentemente un jovenzuelo Kiefer Sutherland-, aunque deja algún que otro cabo suelto, no deja de ser de lo más recomendable.

  • MR. HYDE DICE:
  • Que nadie se piense que, porque “Cuenta conmigo” esté basada en una novela de Stephen King, todo tiene que ver con monstruos, asesinos o cosas por el estilo. De hecho, “Cuenta conmigo” está más en la línea de pelis como “Cadena perpetua” que no de, por ejemplo, “It (Eso) – It, 1990”. Para los que no tengan muy claro qué quiere decir eso, pues sólo decir que la cosa va sobre gente de lo más normal del mundo, con sus problemas cotidianos, y cierto puntillo entrañable que hace que te acabe gustando la película. Por lo que respecta a “Cuenta conmigo”, la peli –supongo que la novela también, porque no la he leído- va más de la relación de los cuatro chavalines entre ellos y con sus movidas propias de cada uno, que no sobre lo que te cuenta la historia principal. Supongo que por eso la peli te acaba gustando, porque de todo lo que les pasa a los chavales, seguro que hay algo que te suena de tu propia infancia o, como mínimo, que sabes que le ha pasado a algún conocido.

    Es más, me da a mí que si “Cuenta conmigo” la hubieran hecho con adultos, o con gente más mayor rollo adolescente, no hubiera sido ni la mitad de simpática que es. Además, lo cachondo del asunto es que son criajos que no levantan medio palmo y que se quieren portar como si fueran mayores (los ves fumando como si estuvieran en el bar de la esquina, hablando sobre mujeres como si fueran Casanova, o presumiendo de cosas que ni con cincuenta tacos haces) para, luego, cagarse en los pantalones cuando las cosas se les tuercen. Por ejemplo, fijaos en cómo todos se hacen los machotes cuando les toca cruzar un puente por el que va la vía del tren y, cuando llega el tren de repente, se van por la pata abajo. O como cuando, después de meterse en una especie de charca pantanosa donde empiezan a hacerse la puñeta unos a otros, se dan cuenta de que están de sanguijuelas hasta la punta del rabo (y esto no lo digo en plan expresión soez –que podría-, sino que es lo que pasa, tal cuál, en la peli), y se caen redondos al suelo de la impresión.

    Pero claro, si “Cuenta conmigo” sólo fueran las tontunas de cuatro nenes, no tendría mucho interés. Como os digo, lo que hace que la peli mole es que, precisamente, aunque se les ve canijos, se meten de lleno en problemas de adultos. Para empezar, el motivo por el que empiezan su expedición (encontrar a un chaval muerto); luego, los problemas que cada uno de ellos tiene con sus respectivas familias (los que no tienen movidas con sus padres, las tienen con sus hermanos mayores); y, después, lo que tienen que hacer para “jugar” en un mundo de mayores en el que aprenden cosas a base de pura experiencia (como empuñar una pistola, hacer frente al matón psicópata de turno, o decidir sobre lo que traerá consigo su futuro académico). Son, justo, esos momentos lo que hacen de que la peli te guste y parezca diferente a las demás, porque es lo que le da un toque de madurez diferenciador –y que, dicho sea de paso, es muy característico de las novelas de Stephen King, incluso de las que dan canguelo-.

    El resto de “Cuenta conmigo” es una peli de momentos, donde no pasa nada necesariamente trascendente, pero que te hace disfrutar de la película (la aparición de un ciervo salido del bosque, la imagen de los chavales caminando por un campo lleno de flores o por el puente que pasa por encima de un río). Lo único así un poco mejorable que le veo yo a la peli son un par de cosas, aunque no muy importantes. La primera es que el final es un poco deprimente, porque te hubiera gustado imaginar un futuro diferente para los chavales. La segunda es que, cuando termina y te paras a penar en ella, aunque tienes ese gusanillo de que te ha gustado, también te quedas como pensando “vale, ¿y qué?”. Pero vamos, que pecata minuta.

    “Cuenta conmigo” es, de las pelis ochentenas de chavales, una de las que a mí me gustaron más –que no quiere decir que la peli sea una pasada, no os confundáis- y, sobretodo, que más gracia me hace al ver cómo han cambiado los chavalines que salían en ella. Para los curiosos, deciros sólo que el protagonista (el que tiene al hermano muerto y a sus padres que pasan de él) es Wil Wheaton, el enemigo acérrimo de Sheldon Cooper en esa bruuuuutal serie que es “Big Bang” –los que nunca hayáis visto un capítulo, por favor, no os la perdáis, que es cojonuda y te partes el culo de la risa-; el que hace de tío duro murió de verdad –de sobredosis- y era hermano de Joaquin Phoenix, el malo de “Gladiador (el gladiador) – Gladiador, 1999”; el gafas, es el que salió después en “Los Goonies – The Goonies, 1985” y en “Papá Cadillac – License to drive, 1988”, y del que no tengo ni idea de qué ha sido; y el gordito es el que hacía de jugador de rugby en “Jerry Maguire – Jerry Maguire, 1996” y que está casado con el pivón que hace de bicho azul en las pelis de los “X-Men”. Ahí queda la cosa. Como decía la canción de Presuntos Implicados, “aaahhhh, cómo hemos cambiaaaaaadooooooo”...