DIRECTOR: M. NIGHT SHYAMALAN
REPARTO: MEL GIBSON, JOAQUIN PHOENIX, ABIGAIL BRESLIN, RORY CULKIN, PATRICIA KALEMBER
DURACIÓN: 106 min.
AÑO: 2002
GÉNERO: SUSPENSE
Tras haber convencido a medio mundo de que un niño podría interactuar con los muertos -"El sexto sentido - The sixth sense, 1999"-, y de hacerle creer a Bruce Willis que es un súper héroe de acción moderno -"El protegido - Unbreakable, 2000", M. Night Syamalan tomó como base de su siguiente film como director y guionista una serie de extraños fenómenos que habían tenido lugar a lo largo y ancho del mundo durante el pasado siglo, y que habían dejado unas marcas asombrosamente grandes en vastas extensiones de terreno. Partiendo de este hecho, Shyamalan diseñó un largometraje que, tomando al actor Mel Gibson como eje principal de la historia, desarrolla una misteriosa trama entorno a este hecho insólito, al tiempo que también aprovecha para tratar temas como el poder de la fe o la importancia de la familia.
Graham Hess (Gibson), tras la pérdida de su mujer, Colleen (Kalember) en un accidente de tráfico, perdió la fe, por lo que tuvo que dejar su trabajo como pastor. Desde entonces, se hace cargo de una pequeña granja a las afueras de Filadelfia, donde vive con su hermano, Merrill (Phoenix), y sus dos hijos, Bo y Morgan (Culkin y Breslin, respectivamente). Un día, de buena mañana, una serie de círculos y señales gigantescas aparecen en medio de su plantación de maiz, sin que encuentren una explicación lógica. Cuando este fenómeno comienza a reproducirse simultáneamente en diferentes partes del mundo, los Hess empiezan a pensar que, tal vez, haya algo mucho más peligroso detrás de ello.
"Señales" es un film tremendamente irregular. Por una parte, Shyamalan introduce de lleno al espectador en una trama de suspense muy bien llevada, a través de una puesta en escena efectiva de principio a fin, y con un dominio de la acción espectacular. Ahora bien, que "Señales" esté bien hecha no quiere decir que sea buena película, ni mucho menos. De hecho, el punto flojo del largometraje es su guión, plagado de diálogos imposibles, situaciones previsibles y resoluciones ridículas. Así pues, lo que podría haberse convertido en un film extraordinario, muy en la línea de la intriga que hizo mundialmente famosa la primera colaboración del director con Bruce Willis, termina por diluirse en una acumulación de tópicos, a cada cuál más bochornoso.
Por poner un ejemplo, en lo que se refiere a la acertada puesta en escena de Shyamalan (uno de los pocos directores actuales que presta una atención extraordinaria al diseño de sonido y montaje de efectos sonoros), ya desde el comienzo, con esa secuencia sin diálogo en los maizales de la granja de los Hess momentos antes de descubrir las señales en el campo, el público queda enganchado al misterio que se le plantea. Esta sensación se incrementa aún más en otras secuencias tan bien realizadas como aquella en la que Graham escucha una serie de extraños sonidos desde el salón de su casa a través del aparato de escucha para bebés, o como cuando utiliza el filo de un cuchillo a modo de espejo para observar qué se esconde tras una puerta -con el consecuente susto que se llevan los espectadores-. Sin embargo, como me ha apuntado siempre Hyde a propósito del suspense de "Señales", el momento cumbre del film es, sin duda, lo que acontece en el sótano de la granja de los Hess, y con lo que no me voy a extender demasiado en explicaciones, pues él ha prometido que ya lo mencionaría en su parte de crítica.
La otra cara de la moneda de "Señales" la representa, como apuntábamos unos párrafos más arriba, el guión. El libreto que escribe el mismo director no se molesta en ocultar situaciones de lo más previsibles como la pérdida de la esposa de Graham (la secuencia resulta tan increíble como ridícula), la reacción agnóstica de aquellos a quienes los Hess previenen de lo que está sucediendo (las autoridades locales siempre son retratadas como los incompetentes de la función en el cine de Shyamalan), o el plano final con el que concluye el largometraje.
Por fortuna, entre los despropósitos del guión, se encuentra un equipo técnico de primera división, con el compositor James Newton Howard a la cabeza -impresionante la partitura compuesta-, el director de fotografía Tak Fujimoto -colaborador habitual tanto de Shyamalan como del oscarizado director Jonathan Demme-, y, sobretodo, los responsables de sonido antes citados. Lástima que el esfuerzo colectivo de todos no consiga que "Señales" sea un film tan fácil de ver como de olvidar.
"Señales" es una mierda de película con un momento magistral, de esos que te dejan clavado a la silla, sin aliento. Merece la pena verla sólo por eso porque, el resto, es una mamarrachada de mil demonios. Se pasan casi dos horas con la intriga esa del "qué será", con cosas que ni tú ni los que salen en la peli entienden, haciendo que todo sea muuuuy misterioso, y jugando a despistarte de mala manera para, al final, soltarse un pedo cerebral de aquí a mañana, y usar la excusa más fácil imaginable para resolver el pollo que han ido montando. Pero bueno, como casi siempre, en "Señales" hay cosas buenas y malas, así que iremos por partes.
Empezando por lo bueno -para variar un poco-, como os acabo de decir, "Señales" tiene diez de los mejores minutos de una película de terror / suspense (táchese lo que proceda). Por supuesto, me estoy refiriendo al trozo ese que pasa en el sótano de la granja. Desde el momento en que se va la luz de la casa de los protas y se tienen que meter en el sótano, todo lo que pasa con el hijo pequeño y esa falta de luz (no entiendo mucho de cosas técnicas, pero el sonido que tiene todo ese momento es brutal, y está hecho de forma que te pone los pelos de punta) es acojonante de principio a fin. De esos momentos en que ni parpadeas, ni casi respiras, bien porque intuyes que el susto padre está al caer, o porque no te quieres perder ni un solo segundo de lo que no se ve. Sí, sé que suena raro decirlo así, sobretodo porque es literal lo de que no se ve nada (la pantalla está en negro durante, por lo menos, un minuto) pero, en cambio, ya te digo yo que se oye hasta cada crujido de la madera de las paredes de ese sótano. Brutal, impresionante, de lo mejor que he visto en mucho tiempo.
Lástima que parece que haya sido sólo en ese trozo donde los que han hecho "Señales" apuesten por eso de sugerir más que enseñar. Porque sí, desde que "Señales" empieza y aparecen esos agujeracos en medio del maizal (qué gracia los aliens de turno, destrozándole a un pobre hombre su cosecha), el tono de la peli es de súper misterio, en plan qué será eso de lo que se habla en todo el mundo, y tal. Es más, hay un momento en que el protagonista llega a su casa y se ve a su hermano y a los dos hijos sentados en un sofá, con un trozo de aluminio en la cabeza a modo de gorro para que, según ellos, los extraterrestres no les puedan leer el pensamiento. Ahí, justo ahí -si no me creéis, conseguid la peliculita y lo comprobáis vosotros mismos-, es el prota el que, haciéndose el machito, les dice que se dejen de chorradas y le ayuden a no sé qué historias en vez de seguir ahí quietos haciendo el capullo. Así que tú, que tienes la esperanza de que la historia de la peli sea más original de lo que parece que están sugiriendo, piensas: "OK, está claro, dicen lo de los aliens para que tú pienses que, al final, saldrán unos marcianos en plan de hola, muy buenas. Pero seguro que no es eso, que hay otra cosa mucho más interesante y, con un poco de suerte, que dé algo de canguelo, así me lo paso pipa". Vale, ahora la pregunta, ¿a que no sabéis qué es lo que pasa al final? ¡Los putos aliens! Sí, sé que deciros esto aquí es reventaros el final de "Señales", pero creedme que os estoy haciendo un favor. Porque cuando te das cuenta de que has estado enganchado a una cosa así para que, al final, se suelten la pollada de turno, es tan decepcionante, que más vale ahorrarse el cabreo.
Por lo demás, pues qué os puedo decir, que mucho ruido y muy pocas nueces. Que Mel Gibson pone la misma cara tristona de siempre (vamos, la que pone cuando hace de hombre frustrado, de perdedor, o de todo a la vez -aquí es porque el tío es un pastor ha perdido a su mujer y perdido la fe... qué profundo-), y el resto de "Señales" se limita a poner la música esa acojonante en cuanto empieza a pasar algo así misterioso, cuando los que salen en la peli andan por su casa despacito y a oscuras (¿es que nunca aprenden a dar todas las luces para ver con claridad y no llevarse los sustos que luego se pegan?), y a querer tener ese final así en plan sorpresa que tenían las pelis anteriores del director. En fin, que si la queréis ver, que tengáis claro que el final es una patata monumental, y que te pasas todo el rato intrigado por una tontuna tan monumental que hace que el resto haya sido humo. Una pena, una decepción, y un cabreo de huevos.