miércoles, 27 de junio de 2012

CINE DE LOS 90: "EL PRÍNCIPE DE EGIPTO"

TÍTULO: EL PRÍNCIPE DE EGIPTO

DIRECTORES: BRENDA CHAPMAN, SIMON WELLES, STEVE HICKNER

REPARTO: DIBUJOS ANIMADOS

DURACIÓN: 97 min.

AÑO: 1998

GÉNERO: ANIMACIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • El cineasta Cecil B. De Mille dijo en una ocasión algo así como "Dadme una parte cualquiera de la Biblia y haré una gran película". Razón no le faltaba al maestro, pues no sólo está considerado como uno de los grandes directores de la historia del cine, sino que conocía el Éxodo -la parte más célebre, al menos- al dedillo, pues no sólo filmó dos versiones de la huída del pueblo esclavo de Egipto con Moisés, sino que el largometraje protagonizado por Charlton Heston sigue siendo hoy en día una de las obras de cine clásico épico más importante del séptimo arte. Lo que, sin embargo, llama la atención es que fuera, precisamente, este capítulo del Exodo, el que la compañía de animación creada en su día por Steven Spielberg, fuera el elegido para realizar el que se convertiría en el largometraje animado más taquillero de la historia no-Disney en dos dimensiones de todos los tiempos. Por fortuna, no es casualidad que alcanzase semejante repercusión, pues "El príncipe de Egipto" es un auténtico ejemplo de exquisitez artística, de fusión entre la imagen y la música (ingrediente más que fundamental en cualquier producción animada) y, sobretodo, de entretenimiento.

    Ante el temor a una revuelta popular por el creciente número de descendencia de los esclavos egipcios, el faraón ordena el exterminio de todos los niños y niñas. Uno de los hijos de estos esclavos, es depositado en un canasto y arrojado al Nilo por su madre, con la esperanza de que viva. La esposa del faraón encuentra el canasto, e inmediatamente decide quedarse con el pequeño, al que cría como si fuera su hijo. Ya de mayor, el niño al que la faraona llama Moisés (voz de Val Kilmer en la versión original) se considera un príncipe más, que adora a sus padres y disfruta de la compañía de su hermano Ramsés (voz de Ralp Fiennes). Sin embargo, un encuentro fortuito con una esclava llamada Tzipporah (voz de Michelle Pfeiffer) y con sus verdaderos hermanos, Aaron y Miriam (voces de Jeff Goldblum y Sandra Bullock, respectivamente) hará que Moisés se replantee una serie de principios que cambiará para siempre la historia de la humanidad.

    No cabe ninguna duda de que "El príncipe de Egipto" es una película en la que cada uno de sus numerosos elementos está calculado al milímetro. La puesta en escena desprende espectacularidad hasta en las secuencias más intrascendentes del film (la carrera de cuádrigas del comienzo entre Moisés y Ramsés, por ejemplo) aunque, al mismo tiempo, consigue ser efectiva tan sólo con la mera insinuación, al sugerir más que al mostrar (así es como pasa, por ejemplo, con la aparición de la Zarza Ardiente, o con la llegada del espíritu del Señor que mata a los primogénitos de Egipto que no se preparan para celebrar la Pascua según la Palabra -esa especie de halo blanqucino que recorre silencioso y mortal las calles de la ciudad-). Evidentemente, no se puede dejar atrás la fastuosa secuencia de la separación de las aguas del Mar Rojo, para la que, según se dice, fueron necesarios más de cuatro meses de dibujo y preparación de esta secuencia.

    Ahora bien, si por algo merece la pena destacarse un largometraje de animación como "El príncipe de Egipto" -y en esto coincido plenamente con mi querido colega Hyde-, es por dos elementos sin los que este film no sería el mismo: su banda sonora y sus pretensiones dentro de la animación. Empezando por lo segundo, queda claro que "El príncipe de Egipto" no pretende en absoluto competir con las producciones de la factoría Disney (la única con la que competía en el momento de su estreno -aún faltaba para la fundación de los estudios Blue Sky de la Fox, y para los Illumination de la Universal). De hecho, los personajes resultan encantadores a pesar de la "imperfección" de su dibujo. He ahí el logro del film, que el espectador termina por no conceder tanta importancia a su diseño gracias a la tremenda puesta en escena y a un tratamiento de la historia que convierte a la película en un ejemplo de entretenimiento y respeto de las Sagradas Escrituras.

    Por otra parte, qué decir de la banda sonora compuesta a cuatro manos por Hans Zimmer (música instrumental) y Stephen Schwartz. No sólo es hermosísima por sí sola sino que consigue acompañar a las imágenes de la película con una calidez y dotarlas de una emoción casi únicas. Es de los pocos casos en que una música compuesta específicamente para un largometraje no sólo es bonita en sí misma, sino que consigue que las imágenes adquieran una dimensión aún más plena. Ejemplo de ello puede ser, por ejemplo, el comienzo que tanto le gusta a Hyde (el abandono de Moisés en un canasto y la súplica del pueblo Egipcio), el "duelo" musical entre Moisés y Ramses con la aparición de las siete plagas al ritmo del tema The plagues (atención a la visualización del fuego cayendo del cielo sobre las pirámides) y, sobretodo, del tema When you believe, ganador del Oscar a la mejor canción original, y que suena en la secuencia en que el pueblo de Egipto finalmente consigue librarse de su exclavitud. Emocionante hasta el último compás.

    En definitiva, "El príncipe de Egipto" es un film animado pero que consigue ser un entretenimiento de primera para los más jóvenes al igual que para el público más adulto. Una lección de lo que debería ser siempre un film divertido, emocionante, repleto de acción y buena música y, sobretodo, respetuoso con la Historia. Un auténtico placer llamado a convertirse en un clásico del género.

  • MR. HYDE DICE:
  • Al que no se le pongan los pelos de punta tan sólo con los primeros diez minutos de película es que tiene la sangre de horchata. De todas las películas de dibujos animados, creo que es el más espectacular que he visto en mi vida. Es una pasa prácticamente todo: la música (sensacional, como no podía ser de otra forma, por parte del maestro Zimmer) -con esa canción que se llama Libéranos, los movimientos de la cámara, las imágenes, la fotografía animada... ¡Joer macho, si es que no le falta nada! Ahora, lo mejor es que el resto de la peli, por mucho que ya te puedas conocer de memoria la historia, tela marinera. Tiene acción a punta pala: la carrera de cuádrigas, los números musicales -impresionantes todos y cada uno de ellos-, la escena de la zarza ardiendo y, por supuesto, el trozo final del Mar Rojo, que es uno de los momentos más impresionantes que he visto en cualquier película de dibujos animados -junto con esa otra escena de "El jorobado de Notre Dame - The hunchback of Notre Dame, 1996" en la que parece que la catedral de París escupe fuego-.

    "El príncipe de Egipto" no es una versión más de "Los diez Mandamientos". Sí que te cuenta la misma historia de Moisés, el enfrentamiento con el faraón Ramsés, lo de las plagas de Egipto y tal. Pero en ningún momento han querido copiar lo que ya nos han contado hasta cansarnos, sino que han convertido a "El príncipe de Egipto" en una auténtica maravilla capaz de emocionar tanto a los más peques como hacer que los que estamos más creciditos ni pestañeemos. Y eso que tiene momentos cantados (como solía hacer Disney en sus buenos tiempos), que suelen hacer que el interés se vaya un poco de paseo. Pues no, en "El príncipe de Egipto" no pasa eso para nada. Os digo por qué.

    En primer lugar, la historia está contada no de esa forma tan... mística como le pasaba a las otras versiones, sino que, aquí, Moisés y Ramsés son dos personas normales y corrientes, que se distancian porque cada uno adopta una forma diferente de ver el mundo. Sí que mantiene el carácter religioso de la trama, pero no de esa forma en que tanto les gustaba hacer las películas antes, y donde los Jesucristo de turno parecía que estaban más en la hinopia que en el mundo real. De hecho, está hecho de cojones la forma esa en la que Moisés va cambiando poco a poco su carácter, no haciendo que dependa sólo de un par de cosas que ve o de los sueños raros que tiene (por cierto, este momento, el del sueño, tremendo, como también lo es la canción "Todo lo que siempre quise" que se auto canta para convencerse de que él es el que está destinado para mandar).

    En segundo lugar de "El príncipe de Egipto" es cómo está hecha. Vale que eso se suele decir siempre de las películas de dibujos animados, ya sean por ordenador como las tradicionales de dos dimensiones como ésta. Pero es que agüita del avellano con "El príncipe de Egipto". Los escenarios, los montes, el Mar Rojo... ¡Macho, si es que lo bordan todo! Olé el genio que ha sabido dibujarlo todo así de bien, y lo digo muy en serio. Fijaos si no en la escena final, la del Mar Rojo, cómo está todo pintado con cada mínimo detalle (esa imagen de una ballena "encerrada" en la pared de agua que se ha formado, y que se ve a contraluz con un relámpago); o la columna de fuego que, segundos antes, impide el paso a la tropas del faraón. O, incluso, ese trozo de las plagas de Egipto -impresionante cada una de ellas-.

    Y, por supuesto, otra cosa genial, aunque ya lo haya dicho antes, la insuperable, genial, fantástica, descomunal y grandiosa banda sonora de Hans Zimmer. Mira que me habré escuchado bandas sonoras suyas a cascoporro, pero es que la de "El príncipe de Egipto", junto con la de "La roca  - The rock, 1996" creo que es una de las que mejor acompaña a las imágenes que se ven en la película. Desde ese principio que ya os he dicho antes, pasando por el momento en que Moisés abandona Egipto, el trozo de la zarza ardiente, la salida de la muchedumbre de Egipto (cuidadín a esa preciosidad de canción que es When you believe, que se llevó el Oscar y con razón) o, por supuesto, la que suena cuando se separan las aguas. En fin, que ya estáis corriendo a cualquier tienda a comprarla. Y si, además, podéis conseguir la banda sonora completa, ya, como dicen en mi pueblo mel de romer.

    Claro que, por otra parte, tendríamos que ponerle alguna pega, ¿no? Que yo he hecho fuerza para ponerle a la peli cinco estrellas frente a las cuatro que le quería poner Jekyll, pero tengo claro que hay un par de cosas que se podrían mejorar. La primera es que lo que es el dibujo de las personas parece que está un poco hecho a base de regla y cartabón. Quiero decir que no tiene ese aspecto tan humano que podrían tener algunas pelis de Disney (como le pasa a la Bella, Aladino y demás), que es así casi la única imperfección en el dibujo que yo le veo. Pero vamos, tonterías como para no darse cuenta de que "El príncipe de Egipto" es una de las mejores películas de dibujos que se han hecho. Si no la habéis visto, hacedlo pitando. Y si no tenéis la banda sonora, ya estáis tardando.