DIRECTOR: JON FAVREAU
REPARTO: ROBERT DOWNEY JR., JEFF BRIDGES, GWYNETH PALTROW, TERRENCE HOWARD
DURACIÓN: 123 min.
AÑO: 2008
GÉNERO: AVENTURAS
Poco se sabía del personaje creado por el inagotable Stan Lee que no fuera lo que recogen los cómics y series animadas de televisión, en las que Iron man jugaba un pequeño papel. Hasta finales de la década pasada, no se había producido ningún intento ni de trasladas sus aventuras a la pantalla grande, ni de plasmarlo en la correspondiente serie de televisión. Lo que sí parecían tener claro sus productores es que, por una parte, querían darle un toque diferente a la adaptación cinematográfica que la distanciara del resto de películas de súper héroes (más abundantes conforme nos hemos ido acercando a la actualidad) y, por otra parte, que la elección de su principal protagonista iba a ser clave para condicionar el tono amable y dinámico que le querían imprimir al film. Más adelante veremos cómo se resolvieron ambas cuestiones.
Tony Stark (Downey Jr.) es un millonario que está al frente de la empresa que fundó su padre, Industrias Stark, destinada al diseño y fabricación de material militar. Durante la demostración de un nuevo tipo de misiles inteligentes en suelo iraquí, Stark es secuestrado por un comando de talibanes. Sin embargo, Stark, durante cuyo secuestro se ha visto gravemente herido en el pecho -consecuencia de lo cuál lleva instalado un dispositivo que se encarga de mantenerlo con vida-, consigue fabricarse un traje blindado con repuestos viejos que tiene a mano, y logra escapar de sus captores. De regreso a los Estados Unidos, y aún en contra de lo que le aconsejan su fiel y devota secretaria, Pepper (Paltrow) y el coronel Rhodey (Howard), decide concentrarse en la adaptación del dispositivo que lleva instalado en el pecho para desarrollar un nuevo traje blindado que le permita adaptarlo a situaciones de combate intenso. No obstante, su decisión entrará en conflicto con los intereses de Obadiah Stane (Bridges), uno de los principales directivos de Industrias Stark, lo que provocará una serie de inesperadas decisiones.
"Iron man" es una película diseñada desde su comienzo para conseguir que el público se distraiga. Si bien, cuando ayer hablábamos de "Hulk - Hulk, 2003" y hacíamos referencia a que ésta era una valiosa consideración que habían omitido, en "Iron man" sucede justo lo contrario. La película es un puro entretenimiento. Para ello, se optó porque ocupara el sillín de director el actor, y ocasional realizador, Jon Favreau. Esta decisión, que puede haber sorprendido a más de uno, cumple exactamente con aquello que perseguían los productores del evento: que el largometraje fuera un producto apto para toda la familia (como ya sucedía con el anterior film de Favreau, "Zathura, una aventura espacial - Zathura, 2005"), distraído, y repleto de efectos especiales a plena disposición de la historia.
Por el contrario, también es cierto que Favreau, aunque pueda entender lo suyo de cine familiar, parece carecer de la garra más propia de propuestas arriesgadas y con algo más de "entrañas", ya que prefiere apostar por secuencias espectaculares y atiborradas de ruidosos efectos especiales (los ensayos con el traje del héroe, la confrontación final con el villano de la función) en vez de mostrar un grado más maduro. Por poner un caso, toda la parte que acontece en Irak era un excelente elemento del que se podría haber sacado muchísimo mejor partido si, en lugar de Favreau, la hubiera dirigido, por ejemplo, un David Fincher o un John McTiernan.
Por lo que respecta al carácter emocionante y simpático del film, si hay un responsable que cumple a la perfección con su cometido ese es Robert Downey Jr. El malogrado actor, lejos de ofrecer una de las mejores interpretaciones de su carrera, sí que consigue hacer del súper héroe al que encarna alguien entrañable, irremediablemente chulesco pero, no por ello, menos agradable o carismático. Así es, la interpretación de Downey Jr. hace que "Iron man" sea una película de súper héroes muchísimo más distendida que las realizadas hasta la fecha, en la que el espectador se contagia de ese "buen rollito" que destila el personaje, y haciendo que el largometraje se convierta en un pasatiempo estupendo. Por supuesto, a ello contribuye la acción trepidante de las escenas más movidas, y el acertado guión.
En resumidas cuentas, "Iron man" es una película divertida, muy entretenida y con secuencias de acción muy bien diseñadas. No es un film que adopta ese toque más deprimente o infantil de otros súper héroes, sino que apuesta por ser una película apropiada para toda la familia, de forma que tanto a los mayores como a los más pequeños consigue entretener.
¡Aquí está el súper héroe más cachondo de todos! No es sólo que sea un tío más chulo que un ocho sino que, de todas las pelis de súper héroes que puedo recordar ahora mismo, creo que Iron Man es el único que está encantado de serlo. El tío no es como esos otros que creen que sus poderes son una maldición o que no tienen más remedio que cargar con la cruz que les supone tener que defender a la ciudad del chalado de turno. Bah, para nada. Aquí, el socio, se lo pasa pipa montándose su traje y demostrando que es capaz de viajar de los Estados Unidos a Irak en un par de secuencias. Y, ya puestos, reventar a quien se le ponga a tiro sin despeinarse. Ahora bien, que el pavo sea un cachondo y que demuestre que se lo pase bien haciendo lo que hace no quiere decir que la película tampoco sea la bomba.
"Iron man" es divertida y punto. Pero no divertida de estar partiéndote la caja, o de no quitarle ojo de encima, sino más bien en el sentido de entretenida. Dura dos hora, pero no aburre, aunque no sales perdiendo el culo por verla otra vez, ni contando los días para que estrenen la segunda parte. Ahora, lo bueno es que se te ha pasado el tiempo sin que te enteres y, además, no te has aburrido. Claro que, como toda buena peli de súper héroes que se precie, "Iron man" tiene que empezar desde el principio, contándote cómo es el prota al principio, y qué le pasa para acabar convirtiéndose en "el hombre de hierro". Y ahí es donde la cosa en la peli está un pelín desigual.
"Iron man" es como si estuviera dividida en dos partes. La primera, toda la que tiene que ver con la primera ida a Irak y con la transformación del héroe en esa especie de pila humana mola. Ahí es donde la película se curra su originalidad, haciéndola interesante y emocionante, desde que llega al desierto para demostrar lo chuli-pirulis que son los misiles que ha inventado, hasta que lo capturan los talibanes de turno y el tío se fabrica esa especie de traje de hombre-lata para salir zumbando de allí. También podríamos decir que la parte en la que, ya estando en su casa, empieza a diseñar y probar los diferentes trajes es divertida. Aunque esos momentos son más chistosos que emocionantes (ahí es donde reconoces que Downey Jr. es el mejor actor que podían haber contratado para hacer de Iron Man).
La segunda parte es en la que, después de tanta historia, toca enfrentarse con el malo malísimo que se lo quiere quitar de encima. Y ahí es donde, para mi gusto (que, al fin y al cabo es el que importa), "Iron man" pincha un poco. Empezando por Jeff Bridges, que es un actor cojonudo, pero pinta de malo lo mismo que Chiquito haciendo de soldado de la legión. Igual que el pobre hombre sí que da cosilla cuando le chuta a Tony Stark un paralizante para que la palme, ya la caga cuando se monta en su armadura metálica. Habrá mucho efecto especial en todo eso, pero es como los finales de las pelis de Hulk -que, por cierto, comentábamos ayer-, donde ves mucho efecto especial junto, pero que es un lío de cuidado a la hora de saber quién está dónde, y que huele a la legua que todo es más digital que las pelis de George Lucas (la pelea final en la autopista es confusa, aburrida y sin emoción).
En fin, que "Iron man", creo yo, que ha tenido un éxito muy exagerado para lo que realmente es. Distrae y entretiene, pero no tiene nada más (aparte de su primera hora) que la haga mucho más diferente de lo que son la otras tropecientas películas sobre súper héroes. Hace que te pases un rato con la cabeza en otro lado y que no te aburras, pero eso es todo. No como para ir por ahí tirando cohetes.