lunes, 30 de abril de 2012

CINE CLÁSICO: "EL HOMBRE QUE MATÓ A LIBERTY VALANCE"

TÍTULO: EL HOMBRE QUE MATÓ A LIBERTY VALANCE

DIRECTOR: JOHN FORD

REPARTO: JAMES STEWART, JOHN WAYNE, LEE MARVIN, VERA MILES, EDMON O'BRIEN, KEN MURRAY, ANDY DEVINE

DURACIÓN: 123 min.

AÑO: 1962

GÉNERO: WESTERN

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Si quisiéramos ir enumerando todas y cada una de los westerns que dirigió John Ford a lo largo de su carrera sería algo tan complicado como elegir al mejor de ellos. No sólo porque el gran realizador es el responsable de algunas de las mejores y más famosas obras del género (al bélico también se acerca, aunque no con los mismos resultados ni trascendencia), sino porque cada una de ellas contiene un punto que la hace única y distinta de todas las demás. En el caso de "El hombre que mató a Liberty Valance", que dirigió ya en la recta final de su carrera, los detalles novedosos diferenciadores que contiene son mucho más llamativos que en el resto. Y, por descontado, su reparto es, en una palabra, sensacional.

    Ramson Stoddard (Stewart) es un joven abogado que acude a un pequeño pueblo llamado Shinbone. Allí, sus habitantes viven atemorizados por la figura de un violento pistolero local llamado Liberty Valance (Marvin). Dispuesto a hacer que la Ley vuelva al pueblo con su trabajo, Stoddard decide hacerle frente a Liberty Vance por la vía legal, cosa que no funciona como él había pensado, por lo que la ayuda que le presta Tom Doniphon (Wayne), uno de los lugareños más duros del pueblo, le servirá de mucho. Sin embargo, lo que no se podía esperar es que tanto Stoddard como Doniphon están enamorados de la misma mujer: Hallie (Milles).

    Son muchos los que ven en "El hombre que mató a Liberty Valance" una de las primeras muestras de lo conocido como "western crepuscular". Nada más lejos de la realidad. Aún más, resulta casi paradójico que sea el "padre" del género, John Ford, quien firme una obra semejante. No sólo no contiene ni la mitad de los elementos tradicionales de cualquier western (forajidos, indios salvajes, aguerridos pistoleros, duelos fatídicos, poblados polvorientos repletos de matones...) sino que, además, ofrece una nueva clase de héroe: el irreal. En efecto, todo aquel que haya visto el largometraje sabe perfectamente quién se esconde detrás de su título. Así pues, por una parte se encuentra el personaje que encarna la rectitud, la justicia y el sentido del honor; por otra, el tipo duro de siempre, ejemplo vivo de la vieja escuela, valiente y decidido; y, por último, el villano despreciable que hace gala de todo su despotismo y carencia de valores. Sin embargo, mientras que los principios de cada uno están claramente diferenciados al comienzo del film, no sucede lo mismo cuando éste concluye. Este es parte del talento de John Ford, cambiar la personalidad de cada personaje sin que "el bueno" deje de parecerlo, y que "el duro" pueda seguir manteniendo su reputación.

    En resumidas cuentas, "El hombre que mató a Liberty Valance" es una evidente declaración de principios: es mejor vivir creyendo la leyenda que enfrentándose con el desencanto de la realidad, siempre que la primera ayude a la segunda a ser mejores. Como se puede ver, no es que éste sea precisamente el lema de todo buen western que se precie aunque, en un caso como el de "El hombre que mató a Liberty Valance", es un elemento imprescindible que juega a su favor. De hecho, es imposible imaginarse un planteamiento diferente para relatar una historia en la que, por fortuna, tanto las interpretaciones de Stewart, Marvin y, sobretodo, Wayne (en un claro homenaje a lo que ha sido el grueso de su trayectoria cinematográfica) son extraordinarias. Una muy buena película, de lo más recomendable.

  • MR. HYDE DICE:
  • Vaya por delante algo que igual hace que más de uno se tire de los pelos: las pelis viejas -perdón, clásicas- del Oeste, me parecen un bodrio de mil demonios. Podrán decir que John Ford es la pera limonera haciendo películas de indios y vaqueros, pero vista una, el resto me parecen todas iguales. Cámbiale el nombre al malo, el motivo por el que es tan cabroncete, y el nombre al pueblo, que con eso ya tienes una peli clásica del Oeste, de esas que hacían como churros. Ahora bien, con "El hombre que mató a Liberty Valance" me pasa algo curioso. No sólo me gustó cuando la vi, sino que me esperaba que fuera una más del montón. Y, mira tú por dónde, resulta que va y no. Si queréis saber por qué, seguid leyendo (si no, también, que para algo me lo curro).

    Para empezar, no es la clásica historia del vaquero que tiene que partirse la crisma con los que quieren atracar la diligencia o con el jefe indio de turno. Aquí ni hay indios ni nada por el estilo. Para seguir, resulta que el argumento de la película, más que el propio de una película que va de vaqueros, resulta que va y mete un triángulo amoroso bastante chungo de arreglar cosa que, no sé vosotros, pero yo no había visto nunca antes en una película del Oeste (que vale, tampoco me he visto tantas pero, como poco, llama la atención). Y, además, de todo ello, resulta que aunque salga John Wayne, "El hombre que mató Liberty Valance" no depende para nada de la figura de súper vaquero -si la semana pasada hablábamos de súper héroes, hoy tocaría hablar de súper vaqueros- porque, de hecho, hace de una especie de tío duro pero de forma muy diferente a las anteriores (no se sabe si está a favor de que al estirado del politiquillo le den una buena patada en el culo, o si lo que quiere es mandar a Liberty Valance a criar malvas).

    Ah, y una cosa también muy diferente. Resulta que, aunque la hayan rodado en blanco y negro, no es un blanco y negro que hace a película vieja, sino que tiene un aspecto mucho más normal que el de las pelis del Oeste del año de la polca. No sé si será porque la han hecho con eso que llamaban "noche americana" -básicamente consiste en que ruedan de día, pero luego oscurecían el negativo un poco para que pareciera que es de noche-, o porque tampoco pasa tal cuál en mitad del desierto de Oregón o de Colorado, o de donde coño sea. En "El hombre que mató a Liberty Valance", todo pasa más o menos dentro de un pueblo que luce bastante moderno. Igual es por lo que dice Jekyll de que es un western crepuscular y, a lo mejor, eso quiere decir que siguen siendo películas del Oeste pero que no se parecen a las otras que han pasado tarde sí tarde también en los canales autonómicos a las seis de la tarde, de lunes a viernes.

    "El hombre que mató a Liberty Valance" parece una película clásica del Oeste hecha para aquellos a los que no les gustan las pelis clásicas del Oeste. En mi opinión, gira más sobre los huevos que le echa un pobre panoli para poner un poco de orden en una ciudad sin ley, en el lado tierno / de honor que acaba teniendo el duro del pueblo, y en el merecido a lo crónica de una muerte anunciada que recibe el malo de la función. Ah, y, por supuesto, la sorpresa final (algo también bastante escaso en las películas del Oeste) sobre qué pasa realmente con la muerte del susodicho. En fin, que es una película muy chula de las que, al menos, una vez sí que hay que ver porque merece mucho la pena. Y, repito, os lo digo yo, que las del Oeste me parecen un rollo macabeo.