martes, 31 de mayo de 2011

CINE DE LOS 80: "BITELCHUS"



TÍTULO: BITELCHUS

DIRECTOR: TIM BURTON

REPARTO: MICHAEL KEATON, ALEC BALDWIN, GEENA DAVIS, WINONA RYDER

DURACIÓN: 93 min.

AÑO: 1989

GÉNERO: FANTÁSTICO

  • EL DR. JECKYLL DICE:


Hay películas que marcan el punto de partida de sus máximos responsables, siendo a partir de estas primeras obras que se acaba definiendo y puliendo ese estilo que acaba haciéndolos inconfundibles. Este es, sin duda, el caso de "Bitelchús" y Tim Burton. Hoy en día resulta casi imposible pasar por alto el estilo gótico y casi tenebroso con el que el extravagante realizador californiano ha sabido dotar a todas y cada una de sus películas.



La que hoy nos ocupa, supuso su primer proyecto dentro de un gran estudio hollywoodiense, dirigido a una mayoría más amplia que la de su debut como director, "La gran aventura de Pee Wee - Pee Wee's big adventure, 1985". Para este proyecto, Burton se puso tras las cámaras para dirigir la historia de un joven matrimonio (Baldwin y Davis) que, tras un torpe accidente de tráfico, muere, convirtiéndose ambos miembros en fantasmas recluidos en la que era su casa. Dicha casa es adquirida por un matrimonio de lo más inusual, cuya hija (Ryder) parece sentir una extraña fascinación por todo lo relacionado con la ultratumba. Con el fin de poder deshacerse de los nuevos propietarios, ambos fantasmas acaban aceptando la ayuda de Bitelchús, otro fantasma descaradamente gamberro, para que los acabe ahuyentando. Sin embargo, su plan se les acaba escapando de las manos.



En el momento de su estreno,"Bitelchús" resulto en especial llamativa por varios motivos. En primer lugar, tras anteriores propuestas sobre el más allá de contenido mucho más terrorífico como "Poltergeist - Poltergeist, 1982" o "Hellraiser - Hellraiser, 1987", la película de Burton era capaz de resultar tremendamente divertida a la vez que hacía uso de los aparentes guiños de terror para hacer aún más cómicas si cabe las diversas situaciones en que se ven involucrados los personajes. Baste recordar al respecto, secuencias como aquella en que Bitelchús se convierte en una especie de serpiente gigante para aterrorizar a los nuevos inquilinos, o cómo el matrimonio debe demostrar ante su superiora del "más allá" que, mediante la transformación física, son capaces de provocar miedo.



En segundo lugar, "Bitelchús" ha sentado cátedra en cuanto a su uso de la estética. Esas decoraciones desmesuradamente exageradas que parecen sacadas de una extraña mezcla de cómic y pesadilla surrealista, han supuesto una constante en los diversos mundos que Tim Burton ha creado a lo largo de su filmografía ("Batman - Batman, 1989", "Eduardo manostijeras - Edward scissorhands, 1990", "Sleepy Hollow - Sleepy Hollow, 1999" o la más reciente "Alicia en el país de las maravillas - Alice in Wonderland, 2010", por poner algunos ejemplos). Así pues, en "Bitelchús" queda muy clara la diferenciación entre el mundo de los vivos - en especial representado por la vida cotidiana del matrimonio durante sus primeros quince minutos - con el de los muertos - esa sala de admisiones en el más allás - o de la misma vivienda una vez decorada por los nuevos propietarios - el salón comedor donde se improvisa una sorprendente conga, la terraza con una única pared y ventana sin cristal -.



Por último, en tercer lugar, por la increíble caracterización de los personajes. No es ningún secreto que Tim Burton es un auténtico entusiasta de las decoraciones faciales más enrevesadas. Prueba de ello es que, en todas las películas en las que su inagotable mente creativa ha estado detrás, los fantásticos trucos de maquillaje han sido, sin duda, junto con la decoración, uno de los aspectos más admirados y reconocidos. Nadie diría que debajo de ese aspecto de fanfarrón fantasmal se encuentra Michael Keaton (al igual que pasaba con Danny DeVito y su caracterización de Pingüino, o la de cualquier primate en la muy inferior "El planeta de los simios - Planet of the apes, 2001").



Sea como sea, "Bitelchús", sin ser considerada una de sus mejores películas, sí que supuso un soplo de aire fresco en cuanto al género fantástico de comedia lo que, a pesar de un más que notable envejecimiento del largometraje, no es impedimento para que hoy aún pueda ser vista con cariño y cierto nivel de agrado.



  • MR. HYDE DICE:


Jejeje, qué cachondo el fantasma. Recuerdo que la primera vez que la vi, me acojoné un poco en alguna que otra secuencia (eh, que era un crío pequeño, a ver qué os vais a pensar), como la del primer intento de echar a los nuevos inquilinos que hacen los fantasmas, con esa especie de ensalada de gambas que, de repente, se convierte en una mano que les agarra de la cara a los comensales y los tira hacia atrás. Pero claro, si luego, esa escena, te la montan a ritmo de Juanita Banana, pues como que no puedes hacer otra cosa que acabar riéndota (esop ahora, cuando era crío me dio casi tanto canguelo o más).



Lo malo es que cuando vuelves a ver la peli ahora, te das cuenta verdaderamente de cuánto ha evolucionado el cine desde entonces. "Bitelchús" tiene escenas de efectos especiales hechas con esa técnica que se llama stop-motion, que viene a ser algo así como combinar muñecotes enormes que van animando poco a poco, y que luego mezclan con actores de carne y hueso. Pero claro, si hoy lo comparamos con pasadas de efectos especiales como los de "Matrix - The matrix, 1999", "Avatar - Avatar, 2009" u "Origen - Inception, 2010", pues es obvio que el resto se queda en pañales.



De todas formas, mola volver a ver, pasado este tiempo, al fantasma calentorro que interpreta Michael Keaton. Sin duda, su actuación es lo mejor de la película, aparte de todo lo que Jeckyll ha dicho antes. Se sale el colega cuando, nada más aparecer ante los nuevos propietarios de la casa, se queda mirando a Winina Ryder y les suelta a los otros muertos: "¡Ay va, qué buena está!". O como cuando la directora esa del más allá le tiene que montar una especie de puticlub para muertos en la maqueta del poblado para que deje de dar por culo un rato y los fantasmas puedan echar con más efectividad a los otros payos que se quieren quedar a vivir allí.



En fin, que se nota que la peli ya tiene sus años, pero está bien volver a verla aunque sea una vez más, que siempre entretiene. Y, si por alguna de estas casualidades de la vida, ninguno de vosotros la ha visto antes, ya está perdiendo el culo por encontrarla en algún sitio, que ésta es una de esas que, aunque sea una vez, hay que verla, que no es ninguna obra maestra pero tampoco le hace falta. Mola y ya está.


Ah, y por cierto, olé los huevos del que tradujo el original "Beetlejuice" (traducido sería algo así como zumo de escarabajo) por "Bitelchús", así como suena, con un par. Menos mal que, por ejemplo "Hulk" no lo estrenaron aquí como "Julc", que visto lo visto, poco ha debido faltarles.