TÍTULO: PULP FICTION
DIRECTOR: QUENTIN TARANTINO
REPARTO: JOHN TRAVOLTA, SAMUEL L. JACKSON, UMA THURMAN, BRUCE WILLIS, HARVEY KEITEL, TIM ROTH, VING RHAMES, MARIA DE MEDEIROS
DURACIÓN: 150 min.
AÑO: 1994
GÉNERO: POLICIACO
Tras su alabadísimo debut como director de largometrajes en el Festival de Sundance con "Reservoir dogs - Rservoir dogs, 1992", la expectación generada ante la llegada del segundo largometraje escrito y dirigido por Quentin Tarantino era máxima. Y, lo cierto, es que no defraudó mucho tras el estreno de "Pulp fiction", pues comenzó ganando la Palma de Oro en el Festival de cine de Cannes, así como el Globo de Oro y Oscar al mejor guión original, amén de unas cuantas nominaciones más a ambos premios para la mayoría de su reparto. Así pues, cabe preguntarse cuáles son las razones por las que este violentísimo largometraje logró cautivar tanto a crítica como a público. Bien, pues las razones parecen ser varias. La primera de ellas, su historia.
Concebida como una serie de episodios casi independientes -aunque comparten personajes-, el largometraje da inicio con Vincent y Jules (Travolta y Jackson, respectivamente), dos matones al servicio de Marsellus Wallace (Rhames), quienes deben recuperar un maletín con una valiosa mercancía, hecho que acaba a tiros en el interior de un apartamento. El segundo episodio se centra en el encargo de Marsellus a Vincent de que se encargue de sacar de fiesta a su mujer, Mia (Thurman), y lo que sucede cuando ésta sufre una sobredosis a causa de una potente droga que Vincent había adquirido previamente. El tercer episodio se centra en Butch (Willis), un boxeador que, a pesar de haber sido sobornado para dejarse ganar en un combate pero que, en el último momento, decide ganar el combate, hecho que le pone en un compromiso cuando debe jugarse el pellejo por acudir a su piso y recuperar un valioso reloj que su novia, Fabienne (De Medeiros) ha olvidado allí, aún a riesgo de encontrarse con los matones de Marsellus. El cuarto episodio retoma la acción del primero, cuando Vincent y Jules toman como rehén a uno de los individuos que habían robado la mercancía de Marsellus, y lo que sucede cuando, accidentalmente, Vincent le pega un tiro en la cara, dejando totalmente perdido el coche en que viajan, por lo que deben recurrir a los servicios de El Lobo (Keitel), un especialista en solucionar este tipo de "contratiempos". El último capítulo tiene lugar en una cafetería que Pumkin (Roth) y su novia están queriendo atracar, sin saber que entre los clientes se encuentran tanto Vincent como Jules.
Lo primero que llama la atención de "Pulp fiction" es la estructura de su relato. El hecho de que todo el largometraje esté dividido en secciones diferentes le da, de entrada, un toque de originalidad que se mantiene desde el primer fotograma hasta el último. El espectador asiste a un cruce tremendo de personajes que van y vienen a lo largo de todo el film, mezclados con historias que avanzan adelante y atrás en el tiempo, obligando al público a estar atento a cada episodio para no perder el hilo argumental.
Lo segundo que llama la atención es la elección de su reparto, comenzando por un acertadísimo John Travolta (el propio actor ha confesado en diversas ocasiones que siempre estará en deuda con Tarantino por el regalo que le hizo permitiéndole trabajar en esta película), una excelente Uma Thurman y, por encima de todos ellos, quien fuera el auténtico descubrimiento del largometraje: Samuel L. Jackson. Este excelente actor que, hasta la fecha, se había tenido que contentar con papeles más secundarios en numerosas películas, consiguió captar la atención suficiente como para que los productores se convenciera, no sólo de sus dotes artísticas, sino de lo fácil que podía resultar cargar sobre sus hombros el peso de una película.
El resto de "Pulpo fiction" se debate entre la violencia menos censurada y las secuencias divertidamente surrealistas. Pero, por encima de todo, de su incansable guión -que permite a los personajes estar hablando durante casi todo el metraje-, así como el montaje de la recientemente fallecida Sally Menke (habitual montadora de Tarantino), la selección musical llevada a cabo por el mismo director, o la realización de un Quentin Tarantino heredero al más puro estilo Kubrick de esos travelling que siguen a los personajes arriba y abajo de cada escenario, los planos contrapicados tipo Brian de Palma, o de esos primeros planos a lo Sergio Leone para secuencias de lo más bien definidas. En resumidas cuentas, "Pulp fiction" es una película arrebatadora no apta para cualquier estómago, al que el tiempo ha tratado de lo más bien, y que ha servido para relanzar las carreras de un estupendísimo reparto, así como para descubrir a su mayor impulsor: Quentin Tarantino.
Para ser sincero, no tengo muy claro qué opinión dar de "Pulp fiction". Para mí es de ese tipo de películas que, cuando las ves por primera vez, te pareció una mierda pero que, conforme las vuelves a ver pasado un tiempo, acaban por tener un no sé qué que hace que te acabe gustando. La primera vez que la vi (creo que, hasta ahora ya han sido tres veces), me dieron un asco tremendo esos primeros planos de jeringuillas sanguinolientas y los personajes, a cada cuál más colgado, venga a meterse de todo -escena de sobredosis y reanimación incluida-. Todo ello, por no hablar de la escena en que dan por el culo (literal) al negro o aquella en que Travolta y el otro tienen que limpiar los sesos de un tío del asiento trasero de un coche. En fin, como veis, que al principio me quedé con lo bueno. Y sí, estoy siendo sarcástico.
Pero tampoco puedo negar que "Pul fiction" es una de esas pelis que tiene una especie de poder hipnotizador que te hace seguir viendo más y más. Creo que más que nada, por lo originales y raros que acaban siendo los diálogos (tiene mérito que una conversación sobre las diferencias entre Europa y los EEUU a la hora de llamar a una hamburguesa acabe siendo interesante y hasta divertida). Las escenas de baile también tienen lo suyo, que a ver quién es el guapo que no reconoce haber imitado ese baile de Travolta y Uma Thurman en la discoteca, o como cuando Uma Thurman se pone a bailar antes de meterse un viaje a las estrellas a base de heroína. O el sentido del humor súper negro de Tarantino en casi todas las secuencias. Porque, vamos, que acabe resultando cómica la forma de reanimar a una moribunda, o de cómo limpiar los restos de un cráneo reventado de un coche, tiene mérito, pese a quien le pese.
Otra de las cosas que llama la atención es cómo se acaban relacionando todos los personajes ya que, durante los tres episodios que tiene la peli, se cruza un montón de peña que acaba teniendo su propio final, independientemente de que luego salgan como si nada en el episodio siguiente. Y es que Tarantino se las ingenia para que todo parezca un puzzle en el que pase una cosa -que no entiendes muy bien-, pero que tres cuartos de hora más tarde acaba teniendo sentido (como el hecho de que en el episodio que protagoniza Bruce Willis, aparezcan en un bar Travolta y Samuel L. Jackson vestidos con camisetas de publicidad y en calzoncillos.
En fin, que os animo a que os dejéis seducir por "Pul fiction". Puede que, al principio no os guste nada. O justo lo contrario, quién sabe. Pero no podréis negar que tiene un gancho particularmente atractivo que acaba por gustarte. A pesar de que, en muchas secuencias, dé la sensación de que los personajes no se van a callar nunca (en serio, quitando el segundo episodio, en los demás parlotean que te cagas), pero no deja de resultar una peli que fascina con la misma facilidad que te repugna. Ya os digo que yo me la he visto tres veces, y no descarto que aún caiga alguna más.