DIRECTOR: ADRIAN LYNE
REPARTO: JENNIER BEALS, MICHAEL NOURI, LILA SKALA, SUNNY JOHNSON
DURACIÓN: 94 min.
AÑO: 1983
GÉNERO: DRAMA
Durante la primera mitad de los años ochenta, el cine que se produjo al otro lado del océano, pareció querer apuntarse a la emergente moda de las películas que, sin ser un musical en el término más exacto de la palabra, sí contenían diversos números musicales a lo largo de su metraje. Así pues, tras el éxito cinematográfico de la adaptación de la popular serie Fama, y el mismo año en que también llegaba a las carteleras "Footloose - Footloose, 1983", le tocó el turno a una pequeña producción llamada "Flashdance", cuyo éxito en taquilla (fue el tercer largometraje más taquillero en el año de su estreno) ayudó a lanzar las carreras de su director -Adrian Lyne-, productor -el hoy todo poderoso Jerry Bruckheimer-, y guionista -Joe Eszterhas-.
Alex (Beals) es una joven y hermosa muchacha, huérfana, que trabaja durante el día en una fábrica metalúrgica de Pittsburgh y, por las noches, como bailarina y camarera en un bar de copas. Su verdadera pasión es bailar, donde se siente libre y da rienda suelta a su talento y creatividad. Cuando conoce, casi por accidente, en un puesto callejero de cafés, a Nick (Nouri), que es el jefe de la fábrica en la que ella trabaja y, a pesar de ello, ambos inician una relación amorosa. No obstante, el deseo de Alex es poder entrar en un prestigioso conservatorio, para lo que necesita superar un examen de selección de lo más exigente, para el que ella no se siente preparada. Sin embargo, gracias al apoyo de Nick y de su madrina Hanna (Skala), una antigua bailarina de ballet, Alex hará lo posible por conseguir su objetivo, a pesar de sus miedos iniciales.
No deja de llamar la atención que tras un film como "Flashdance" se encuentre un director como Adrian Lyne y un productor como Jerry Bruckheimer. La razón no es otra que el hecho de que, hoy en día, Lyne sea mucho más conocido por sus películas-escándalo (y de considerable calidad, todo haya que decirlo), como "Atracción fatal - Fatal attraction, 1987" o "Una proposición indecente - An indicent proposal, 1993", y que Bruckheimer sea uno de los productores con mayor influencia del show business, tras haber logrado poner en pie los primeros -y exitosos- largometrajes de Michael Bay, y franquicias como las dos partes de "La búsqueda" o de la serie "Piratas del Caribe".
En el caso de Adrian Lyne, da la sensación de que "Flashdance" lo utiliza como un ensayo de lo que vendrá a ser el resto de su obra, marcada por la complicación de las relaciones de pareja, introduciendo aquí un elemento diferenciador como es la persecución incesante de un sueño personal (algo de lo que carecen el resto de títulos de su filmografía). Lyne retrata esto a través de un acertado estilo visual capaz de combinar la estética más videoclipera de secuencias como la del primer número que se presencia de Alex en el bar de copas en el que trabaja, y que se mantiene a lo largo del resto de números (muy especialmente durante el de la prueba final, a pocos minutos de concluir el film). Por su parte, lo que ya no resulta tan llamativo, teniendo en cuenta el devenir de los títulos posteriores que ha escrito, es que el guión de Joe Eszterhas se centre en el mundo del baile y de la competitividad femenina, otorgándole al conjunto una pizca del tono picante, que años más tarde llevaría al extremo en guiones de producciones totalmente fallidas como "Jade - Jade, 1995" o "Showgirls - Showgirls, 1995".
Así pues, "Flashdance" termina por ser más apreciada por sus correctísimos números musicales, por la composición original de Giorgo Moroder, y por el entusiasmo con el que Jennifer Beals da vida al personaje principal durante todos y cada uno de los minutos del largometraje. El resto, aunque bastante insípido se deja ver con facilidad y agrado, consiguiendo así ser un poco más entretenida que cualquiera de las otras dos producciones a las que hacíamos mención en la introducción.
Vamos a ver... No es que la película sea un patata (aunque las he visto bastante mejores), porque si lo que quieres ver en ella es la historia de superación de una muchacha que baila de que te rilas y se mata por demostrarlo delante de quien sea, pues vale. Hasta ahí, no tengo nada en contra. Es más, si una historia como esa, que se resume en línea y media, está acompañada por canciones que merezcan la pena y no aburre, pues mejor que mejor. Pero claro, lo que pasa con "Flashdance" no es que sea un bodrio, sino que tiene momentos en que la flipas, y no para bien precisamente. Como suele ser frecuente, empezaré por mencionar lo "malo".
En primer lugar, resulta que la protagonista, una tía buena de toma-pan-y-moja, resulta que, por las noches, tiene un trabajo como bailarina en un tugurio de mala muerte, donde se marca unos numeritos que dejarían con la boca abierta a los más sosos (cuidadín con ese número en el que se ducha entera en mitad del escenario, que no tiene desperdicio). Vale, hasta aquí todo correcto. Pero es que, durante el día, tiene otro trabajo. ¿Sabéis cuál es? ¡¡Es soldadora!! ¡Tócate los perendengues! Ahí la ves, dándole caña a un soplete casi más grande que ella, rodeada de obreros guarrindongos por los cuatro lados, y haciendo unos remaches y unas juntas de cuidado. Hombre, por favor, máximo respeto a las mujeres-soldadoras, pero es que, ¿no podían haber pensado en otro trabajo? No digo que no fuera sacrificado si lo que quieres es demostrar lo jodido que lo tiene la buena mujer para sobrevivir. Pero es que lo de soldadora... En fin, es, en una palabra, ridículo (del momento en que se quita el casco protector y se sacude la melena al más puro estilo anuncio de champú ya ni os digo).
En segundo lugar, de todos los tíos que hay en la fábrica, ¿de quién se tiene que enamorar porque le hace el entre así en plan descarado? Del jefe, un tío que está forrado, que tiene pinta de mandar mucho, con una sonrisa profidén y un Porsche como un castillo -bueno, lo era en 1983, que es cuando se rodó la peli-. Hala, así como para no querer ser machistas va y se sueltan el pedo cerebral de que la protagonista trabaja en una siderurgia y se camela al jefe. Toma del frasco carrasco.
Menos mal que, como os cuento, quitando estas dos cosas (a mí, en particular, me hicieron bastante gracia, así que casi hasta tienen su puntito), el resto de la peli, aunque bastante predecible, no está del todo mal. Todo lo que tiene que ver con el esfuerzo de la chica para entrar en ese conservatorio y demostrar que baila como las diosas está hecho bastante bien, así que te acaba interesando lo justo para que le quieras prestar atención al resto de la historia. Además, los números musicales, en vez de ser un coñazo metido con calzador -después de ver lo de la soldadora, os aseguro que es lo primero que pensaréis del resto de la peli-, tienen su gracia cosa que, unida al hecho de que las canciones también son bastante amenas (aunque con un estilazo típico de los años ochenta), la hace bastante distraída.
Eso sí, lo que no entiendo muy bien es qué tiene esta película para que fuera un bombazo en su día. Porque vale que la canción de What a feeling esté chula y que, hasta escuchándola hoy en día, te guste y tal. Pero el resto de la película es mucho más del tipo sobremesa que otra cosa. Así que tampoco tiene mucho sentido que lo petara, aunque mira, misterios de la vida. Ya os digo que no es que "Flashdance" sea mala película, pero sí que es un pelín chorra. Por suerte, todo el rollo de superación personal, demostrar lo que uno vale y bla bla bla funciona bien (estás casi deseando saber qué pasará en el momento de la audición final para evaluar la entrada en el conservatorio de la chica), pero el resto es bastante intrascendente, aunque se deja ver con mucha facilidad. una ventaja cojonuda en películas de este tipo.