TÍTULO: LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ
DIRECTOR: VICTOR FLEMING
REPARTO: CLARK GABLE, VIVIEN LEIGH, OLIVIA DE HAVILLAND, LESLIE HOWARD, HATTIE MCDANIEL
DURACIÓN: 238 min.
AÑO: 1939
GÉNERO: DRAMA ÉPICO
"Lo que el viento se llevó" está considerada, hoy en día, como el prototipo de película épica por definición. Cuando, años más tarde, se estrenaron otras grandes y costosísimas súper producciones como, por ejemplo, "Ben-Hur, Ben-Hur, 1959" o "Cleopatra - Cleopatra, 1963", no hicieron sino seguir la estela que había dejado el largometraje que hoy nos toca comentar. Ciertamente, "Lo que el viento se llevó" puede ser considerada como la madre de todas las grandes producciones de corte épico que se han estrenado desde entonces. Y no es para menos, ya que la adaptación de la novela de Margaret Mitchell abarcó de una forma exquisita los pormenores de una mujer de clase alta del estado estadounidense de Georgia durante los años previos y posteriores a la Guerra Civil norteamericana.
La película comienza con la presentación de Scarlett O'Hara (Leigh), una malcriada joven sureña de buena posición, quien se encuentra secretamente enamorado de Ashley Howard (Howard), esposo de su prima Melanie (De Havilland). Este despecho lo traducirá en un comportamiento aún más egoísta cuando conoce al apuesto Rhett Butler (insuperable Clark Gable), por quien disfruta dejándose cortejar, pero sin olvidar que por quien siente un profundo amor es por otro hombre. En mitad de estas pasiones encontradas, estallará la Guerra de Secesión por lo que, al verse envueltos en el conflicto bélico, Scarlett y su familia no tendrá más remedio que salir adelante de las formas más precarias posibles, tratando de recuperar su fortuna consumida y la reputación de su noble familia.
Como se puede deducir de su argumento y duración, es de lo más extenso el tema tratado en "Lo que el viento se llevó". De hecho, no hay detalle que se pase por alto en este lujoso largometraje. Desde una ambientación cuidada al milímetro (y ello incluye tanto los monumentales decorados como el cuidadísimo vestuario), pasando por unas actuaciones de lo más convincentes (absolutamente todos actores están fantásticos en sus respectivos papeles), y por una puesta en escena grandilocuente como pocas veces se puede encontrar en una pantalla (la fotografía y la más que célebre música del prolífico Max Steiner colaboran a que así sea percibido por el público).
Evidentemente, el único defecto que cabría encontrarle al film puede que se encuentre en su desmesurada duración. A pesar de que sea necesario alargar el metraje para describir tanto la época de esplendor de los años previos a la guerra como las dificultades de recuperarse tras el conflicto, también es cierto que no hacía tanta falta reincidir tanto en determinados aspectos (el capricho continuo de Scarlett por Ashley, o su voluntad por que Tara vuelva a ser el lugar próspero de antaño). Todo ello, por no mencionar la existencia de sub-tramas que no ayudan tampoco mucho a aligerar el ritmo de la película (caso de lo que sucede con la hija de Rhett y Scarlett).
No obstante, estos no son motivos suficientes como para desmerecer la que, con toda probabilidad, es la producción más espectacular del cine clásico, y un referente obligado para cualquier cineasta que se precie. Visualmente, es una maravilla. Y la frescura de los diálogos insuperablemente bien interpretadas por un inspirado reparto (Clark Gable hizo el papel de su vida con el personaje del pícaro Rhett Butler). Aunque para tomar a pequeñas dosis, "Lo que el viento se llevó" se acaba confirmando como un largometraje de obligada visión.
Aunque a más de uno le cueste creer que la haya visto, pues sí, hace ya unos años que me vi "Lo que el viento se llevó". ¿Y sabéis lo más curioso? Que yo pensaba que iba a ser un petardo infumable, y mira tú por dónde no me pareció tan mala ni mucho menos. Vale que es larga y que, en ocasiones, también se hace larga ("Érase una vez en América - Once upon a time in America, 1984", o la versión de Hamlet de Kenneth Branagh, y viendo tanto una como otra se me pasó el tiempo volando). Pero hay que tener en cuenta que la película tiene un estilo muy antiguo, por lo que también es comprensible que haya momentos en que uno se aburra con ese estilo tan refinado -como si fuera demasiado "educado"-, las actuaciones demasiado teatrales... No sé muy bien cómo explicarlo. Como esa sensación que tienes cuando pones la tele y están dando una película del año de maricastaña y lo primero que piensas es la de años que tendrá. Pues algo parecido.
La diferencia es que en "Lo que el viento se llevó" todo sabe a grande, a monumental. Como si, cuando hicieron la película tuvieran claro desde el principio de que lo que querían hacer era una de las películas más espectaculares del momento. Lo que creo que no se esperaban es que también acabaría siendo una de las más grandes -en todos los sentidos- de la historia del cine. Al menos sí que es la más taquillera de todas, si tenemos en cuenta la inflación (o sea, que tampoco es moco de pavo). De hecho, tiene imágenes, que no secuencias, que llenan la pantalla de una forma que muy pocas películas han logrado igualar después. Por ejemplo, ahora me viene a la mente el incendio de la granja, con esos planos a contraluz de los personajes huyendo en un carromato y con el descomunal incendio de fondo. Para ser una de las primeras películas que se hicieron en color, flipa con la currada que se metieron para ese momento. Y, por supuesto, otro de los momentos que más han sido recordados es el momento en que la protagonista, harta de pasar miseria suelta eso de "A Dios pongo por testigo que nunca volveré a pasar hambre". Ese momento, con la música sonando de fondo (famosísima la melodía) y la cámara alejándose con un travelling panorámico mientras se pone el sol es de los momentos del cine que no morirán nunca.
En cuanto a la historia, pues hombre, demasiado pretenciosa y "pedorra". Pero bueno, también es lo que os digo, que eran otros tiempos, y las formas de cortejar a una mujer o de seducirla también eran otras (ahora, con un poco de suerte, cuando enseñan eso en los cines, la tipa de turno tiene piercings hasta en el ojo del culo, y el tío es un macarrón de tres pares de cojones, pero mira...). Pero entonces, quedaba de lo más bien. Y, por supuesto, es demasiado larga. Si a "Lo que el viento se llevó" le quitaran una hora y pico de película, hubieran hecho maravillas.
Por lo demás, os aconsejo que la veáis. Sé que es fácil de decir durando lo que dura, pero tampoco hace falta tragársela de sentada. Aunque solo sea por ver por qué una película pasa a formar parte de la historia del cine. Ah, y no me vengáis con eso de "Uf, Lo que el viento se llevó, menudo tostón de película, que a mí no me engañáis, que ninguno de los que decís eso (bueno, casi ninguno) la habéis visto. Así que no seáis ignorantes y culturizaros un poco, que además de pasároslo bien, veréis una peli que merece la pena.