martes, 31 de julio de 2012

CINE DE LOS 80: "ÚNICO TESTIGO"

TÍTULO: ÚNICO TESTIGO

DIRECTOR: PETER WEIR

REPARTO: HARRISON FORD, KELLY MCGILLIS, LUKAS HAAS, DANNY GLOVER, VIGGO MORTENSEN, JOSEF SOMMER, JAN RUBES, ALEXANDER GODUNOV

DURACIÓN: 112 min.

AÑO: 1985

GÉNERO: POLICIACO

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Uno de los argumentos que más se utilizó en las cintas de corte policiaco de los años ochenta era, sin duda, el del policía protagonista –estereotipado, en la mayoría de los casos, como alguien dedicado en exclusiva a su trabajo (divorciado, amargado, etc.), que ve en su nuevo caso una posibilidad de redimirse- debe hacerse cargo, por lo general, en contra de su voluntad, de la protección de un testigo (una mujer, casi siempre) crucial, al que los villanos de la función tratarán de liquidar. Por supuesto, entre el policía y el testigo siempre surgía una relación particular que solía derivar en algo más que un simple trabajo de protección, por lo que el elemento amoroso también formaba parte de la película. Sin embargo, aunque esta fuera la moda del momento. Por fortuna, el director australiano Peter Weir parecía no querer conformarse con semejantes clichés, por lo que aún hoy en día es famoso por haberle dado un giro significativo a este argumento, contando con Harrison Ford en una de sus mejores interpretaciones, y filmando uno de los mejores films policíacos de la década.

    Samuel Lap (Haas) es un niño pequeño que viaja con su madre Rachel (McGillis) a Filadelfia, ambos pertenecientes a la comunidad amish. Allí, mientras esperan en una estación de tren, Samuel acude a los urinarios, donde es testigo de un brutal asesinato. Tras denunciar el caso a la policía, es el detective John Book (Ford) quien se pone al frente de la investigación. Sin embargo, los asesinos logran dar con Rachel y Samuel aunque, por fortuna, una rápida intervención de Book consigue salvarles la vida, quedando éste herido. Es entonces cuando la comunidad amish da cobijo a Book mientras se recupera de sus heridas. No obstante, los responsables del asesinato siguen buscando al testigo.

    Como apuntábamos en la introducción, es más que conocida la historia del policía que debe proteger a un testigo y, por diversos motivos, acaba surgiendo el amor entre los dos. Desde las versiones más violentas como “Cobra, el brazo fuerte de la ley – Cobra, 1987” –a mayor gloria de su protagonista, Silvestre Stallone-, pasando por Ridley Scott con “La sombra del testigo – Somone to watch over me, 1989”, o Kevin Costner con “El guardaespaldas – The bodyguard, 1992”, el argumento de dichos largometrajes ha sido siempre el mismo. Por ello, llama la atención que en “Único testigo” la situación sea justo la contraria: aquí es el testigo quien acaba protegiendo al policía encargado del caso. Más aún, el mismo policía, con el fin de reponerse y sobrevivir, debe integrarse en una congregación de personas que viven de una forma radicalmente distinta a la de la mayoría de la sociedad. Y todo ello, Weir lo recoge con su cámara con un ritmo excelente, una dosificación de la tensión in crescendo a lo largo de tres escenas clave (la del asesinato, al de la huída de Book con Rachel y Samuel, y la del enfrentamiento final en la granja amish), y un diseño de producción de lo más efectivo.

    Por su parte, Ford consigue algo bastante complicado para una estrella de su calibre: desprenderse del halo que lo asocia siempre con el famoso protagonista de la serie Indiana Jones para lograr que el público no vea en John Book a Ford el héroe (como, inevitablemente le sucede a otros actores como, por ejemplo Tom Cruise), sino a Book el policía dispuesto a hacer lo que se encuentre dentro de la ley para salvar la vida de sus protegidos.

    Por lo demás, como ya hemos señalado, “Único testigo” se beneficia de un estupendo guión que sabe cómo tratar diversos aspectos –tanto la parte más policíaca como aquella que se centra en el día a día en la comunidad amish-, y del ritmo que Weir le impregna al conjunto, gracias al cuál el público permanece en tensión desde los primeros minutos hasta el final. Así pues, “Único testigo” es una pequeña gran película, que merece la pena una revisión para seguir siendo recordada.

  • MR. HYDE DICE:
  • A ver, la película está bien, pero tampoco es como para estar flipando. Es la típica peli del poli bueno, dispuesto a todo por defender la ley, y de los malos que harán lo imposible porque nadie les fastidie el invento (y por nadie, quiero decir al chavalín que ve cómo le rajan el cuello a un soplón en unos servicios). ¿Que le meten todo eso de la descripción de la vida en una comunidad amish? Vale, eso sí que no recuerdo haberlo visto antes en ningún otro sitio, ahí estoy de acuerdo con el plasta de arriba. Pero vamos, que aunque la mona se vista de seda, monda se queda. Y, aquí, por mucho que la peli pase en un sitio diferente a los demás, el resultado es el mismo.

    Ahora, eso sí, reconozco que, independientemente de que sea mucho parecido a lo que ya se ha hecho mil veces, "Único testigo" es una película que está muy chula. Sí, a mí me gustó. No os engañéis, que que yo la vea parecida a las otras que hay por ahí que se le parecen un huevo, no quiere decir que no me haya gustado. Es más, para ser sincero, confieso que a "Único testigo" le vi detalles que me gustaron bastante. Por ejemplo, que la primera mitad, con las cosas que pasan en la gran ciudad, no están hechas como si fuera la típica película de polis con tiroteos por la calle y tal, sino que se han preocupado lo suficiente como para que parezca algo bastante realista.

    Además, la parte que tiene lugar en la granja amish, en vez de ser un poco más bodrio, hace que te interese mucho esa especie de cultura tan distinta al tipo de vida que llevamos los demás. Ahí es donde tiene algún detalle que me gustó bastante (que los juguetes sean de madera y no mecánicos, la forma de vestir por ejemplo), por no mencionar que es cojonudo que hayan sido capaces de presentarlos con tanto respeto y sin burlarse para nada de su modo de vida. Es más, es casi hasta reconfortante ver cómo todos curran juntos para levantar un granero enrome y, después, se pegan también juntos la comilona del siglo para celebrarlo. Aún diría más -como decían Hernández y Fernández-, me gusta que el poli al que interpreta Harrison Ford no dude en partirle la cara a un capullo que se burla de los amish (claro que eso no es que le favorezca mucho después, pero eso ya es otra historia).

    Por último, creo que destacaría un par de momentos más. El primero, me encanta ese momento en que baila con la mujer la canción esa de Wonderful World en uno de los establos, mientras arregla su coche. Es un momento casi insignificante, pero me encanta. Y, el otro, es el final, cuando los malos van para darles matarile a Harrison y al chaval. Es como las pelis esas de Clint Eastwood del Oeste, cuando el bueno se las tiene que ingeniar para ir cazando a cada uno de los que le quiere meter una bala por la retaguardia. Es una escena con un montón de tensión y muy bien hecha, sin pasarse ni de sangre, ni de movidas raras con los disparos.

    En fin, que a mí "Unico testigo" sí que me parece un poco igual al resto de pelis del policía que tiene que proteger a un testigo, pero es no quiere decir que no merezca la pena. Al contrario, os animo a que la veáis quienes no la conociérais hasta ahora, porque está muy chula y muy bien hecha.