jueves, 1 de septiembre de 2011

CINE ACTUAL: "MUNICH"


TÍTULO: MUNICH

DIRECTOR: STEVEN SPIELBERG

REPARTO: ERIC BANNA, DANIEL CRAIG, GEOFFREY RUSH, MATTHIEU KASSOVITZ, CIARAN HINDS

DURACIÓN: 164 min.

AÑO: 2005

GÉNERO: DRAMA POLICÍACO

  • EL DR. JEKYL DICE:

  • 1972. Durante la celebración de las olimpiadas de Munich, un grupo de terroristas palestinos conocido como septiembre negro secuestra a un grupo de atletas israelíes, a los que toma como rehenes para que se cumplan sus exigencias. Sin embargo, todos los atletas acaban siendo asesinados. Es entonces cuando el Mossad israelí decide poner en funcionamiento una misión consistente en encontrar a los cerebros de esta trama y ejecutarlos. La misión recae sobre los hombros de Avner (Bana), uno de sus mejores agentes quien, acompañado de los agentes Steve (Craig), Carl (Hinds) y Robert (Kassovitz), cada uno especialista en su campo: Steve es un pistolero a sangre fría, Carl es quien recopila información, y Robert es el experto en explosivos. Así pues, este comando acaba planificando y ejecutando el asesinato de los cerebros del atentado de Munich. No obstante, la situación se acaba volviendo en su contra cuando, el servicio de inteligencia palestino decide, a su vez, liquidar a los "vengadores" del Mossad.


    Casi con toda probabilidad, "Munich" es la película más polémica de Steven Spielberg. No porque el genial director haya hecho como otros compañeros de profesión y haya decidido salirse de los cánones establecidos para escandalizar a las audiencias, sino más bien porque, con esta película, ha querido meter el dedo en una llaga en la que parece no acabar de tener claro del todo la parte de la que ponerse, el punto de vista con el que simpatizar para, con posterioridad, transmitirlo al público y que éste, entonces, decida si está de acuerdo con ello o no. Aquí, Spielberg, apoyado en un guión, por otra parte excelente, de Eric Roth y Tony Kushner, se limita a describir las acciones tal y como presuntamente sucedieron: la acción pasa del secuestro de los atletas a su asesinato (aunque éste sólo es mostrado al final del largometraje) y, de aquí, a la preparación de la misión de venganza y ejecución de la misma. Sin embargo, da la sensación de que Spielberg, con el fin de mantenerse en una posición neutral, no ha querido ni humanizar el comportamiento de los "vengadores" (gran acierto, por otro lado) ni, por supuesto, defender a los responsables de semejante masacre.


    Uno de los elementos que más llama la atención de "Munich" es la gran diferencia existente entre su propio argumento y la facturación del film. Mientras que el guión se empeña en plasmar a los personajes principales de una forma un tanto ambigua (acaba siendo muy complicado identificarse con ninguno de los protagonistas), estéticamente la película es impresionante. No sólo por la acertadísima ambientación de la década de los años 70, sino por cómo están planificadas las secuencias (principalmente, aquellas en que se perpetran los asesinatos: la explosión de una bomba en una habitación de hotel que casi acaba con la vida de Avner, la ejecución de uno de los responsables en el portal de su casa, la explosión de otro artefacto en la que Carl tiene que intervenir para que el atentado se salde con éxito...), montadas y fotografiadas. Además, a la estupenda labor de Spielberg como director, Michael Kahn como montador y Janusz Kaminski como director de fotografía, otro de los grandes aspectos del largometraje es la melancólica música compuesta por el inmenso John Willliams. Las diferentes set pièces compuestas tanto para los asesinatos como para los momentos "de paz" son magistrales.


    Así pues, podemos acabar concluyendo que "Munich", si bien podría encontrarse entre las mejores películas de Steven Spielberg como director (labor maestra), no es de las más "bonitas" de su extensa filmografía como, por ejemplo, sí lo son "La lista de Schindler - Schindler's list, 1993" o "Salvar al soldado Ryan - Saving private Ryan, 1998", por citar dos de sus cintas menos fantásticas y más violentas. "Munich" es un largometraje que, a pesar de su duración, no se hace aburrido, pero que deja con una sensación de frialdad e indiferencia que el espectador no se esperaba encontrar.



  • MR. HYDE DICE:

  • Vale, a ver cómo me explico para que entendáis por dónde voy... Probaremos a base de preguntas: ¿Es "Munich" una buena película? Sí, sin duda. ¿Está bien hecha? De que te cagas. ¿Te gustó? Pssseeee... pues no mucho, la verdad. ¿Es porque se hace aburrida? No, no es nada aburrida, y eso que casi dura tres horas. El problema de "Munich", así a bote pronto, son dos. El primero es que quiere abarcar mucho, toca demasiadas teclas, sin centrarse en un tema en particular (de la matanza de los atletas israelíes pasa a toda la venganza contra los palestinos involucrados en la masacre y, luego, a la vendetta de los propios palestinos), ni decantarse en favor de una posición. Aquí, el amigo Estéban está claro que condena el atentado, pero da la sensación de que le parece de lo más bien que después, los espías israelíes les den matarile a los palestinos responsables. Hombre, pues ni una cosa ni otra, ¿no? Vamos, digo yo.


    En segundo lugar, los personajes principales, son casi todos unos hijoputas de cuidado. Y es que se supone que los hipotéticos héroes de la función son los que tienen que ejecutar la venganza a tiro y bombazo limpio contra los cerebrines que idearon el atentado. Con lo cuál, ya es bastante complicado hacer ver que uno es el bueno: el equipo de espías israelí no duda en disparar a bocajarro o volar medio hotel de un castañazo para cargarse a estos objetivos, así que ya me diréis qué simpatía se les puede tener. Y más cuando saben que en cada atentado se pueden llevar a otros inocentes por delante (así se ve en una de las primeras secuencias en las que eliminan a un objetivo, cuando ven que quien contesta al teléfono que está conectado a una bomba es una niña, hija del tipo al que le tienen que dar matarile).


    Pero ya os digo que la cosa es rara. Es como si Spielberg se hubiera empeñado en hacer una peli en que los malos son asquerosos, pero los buenos tampoco se quedan atrás. Y eso, al menos a mí, me desconcierta. No hay ningún personaje que te caiga realmente bien: Avner, que se supone que es el héroe principal, tiene los cargos de conciencia cuando ya se ha cargado a casi todos los que le han mandado (y el canguelo que le entra es por lo que les pueda pasar a los suyos, no porque considere que lo que ha hecho está mal, que también hay que joderse); a Steve se la pela casi todo, y no tiene ni el más mínimo escrúpulo en cumplir las órdenes a rajatabla sin plantearse si es lo correcto o no (comprendo que son soldados y que ellos deben acatar las órdenes sin más, pero también se podían haber molestado en describirlo con un lado más humano, digo yo); de Carl no se puede decir mucho más -basta ver la escena en que empuja al objetivo hacia el interior de la habitación es en la que está la bomba para que muera, así a lo burro, para darse cuenta de qué palo va el colega-; y ya la gota que colma el vaso la pone Robert, que es el único que parece querer transmitir el mensaje de la película -la violencia engendra sólo más violencia-, pero que lo suelta muerto de miedo después de haber fabricado los bombazos que revientan a todos los malos (se lo podía haber pensado antes, ¿no?).


    En fin, ya os digo que la cosa es un poco desconcertante. Si lo que Spielberg quería demostrar es que las malas acciones no se deben combatir nunca con malas acciones, pues vale, pero tampoco hacían falta casi tres horas de película para ello. Si lo que quería era hacer un alegato en favor de la paz, pues a mí me parece que está tan disimulado que hay que ser muy espabilado para darse cuenta. Y, si lo que quería era hacer otra defensa en favor del pueblo israelí, pues vale, pero también empieza a ser cansino. En resumen, que "Munich", aunque es una peli que está muy bien hecha, acaba resultando prescindible. No aporta gran cosa y, en el camino, parece dejarse unas cuantas cosas que deberían haber quedado más claras en la película o, directamente, no haber aparecido. "Munich" es una leve decepción provocada por el contraste entre una peli que está muy bien rodada (la música, el ritmo y todo eso), pero que carece de lo que uno espera encontrarse.