lunes, 27 de agosto de 2012

CINE CLÁSICO: "LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN RUBIAS"

TÍTULO: LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN RUBIAS

DIRECTOR: HOWARD HAWKS

REPARTO: MARILYN MONROE, JANE RUSEELL, ELLIOTT REID, CHARLES COBURN, TOMMY NOONAN, TAYLOR HOLMES

DURACIÓN: 87 min.

AÑO: 1953

GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Lorelei Lee (Monroe) y Dorothy Shaw (Russell) son dos cabareteras cuya suerte parece estar a punto de cambiar. Lorelei está prometida con un joven algo atolondrado llamado Gus Esmond (Noonan), cuyo padre, el señor Esmond (Holmes) es un importante multimillonario. Lorelei, que se ha prometido con Gus por su dinero, le convence para que la deje viajar a París en compañía de Dorothy, donde tienen previsto que tenga lugar el enlace. Sin embargo, las sospechas del señor Esmond de las verdaderas intenciones de Lorelei hacen que decida contratar a un detective privado llamado Ernie malone (Reid), con el fin de que le informe puntualmente de los posibles devaneos de su futura nuera.

    Desde luego, si de algo no se puede acusar a Howard Hawks es de encasillado. El prolífico realizador, a lo largo de su trayectoria tras las cámaras fue responsable auténticos clásicos del cine policíaco ("Scarface, el terror del hampa - Scarface, 1932", "Tener y no tener - To have and have not, 1944", o "El sueño eterno - The big sleep, 1946" entre otras), de haber trabajado en múltiples ocasiones con Cary Grant o Gary Cooper e, incluso, de haber filmado westrns tan míticos como "Río Bravo - Rio Bravo, 1959", "Hatari - Hatari, 1962", o "Río Lobo - Rio Lobo, 1970", su obra póstuma). En medio de todos estos iconos, Hawks rodó una de sus comedias más conocidas, y una de las películas que serviría para convertir a Marilyn Monroe -con la que trabajaba por segunda vez, tras "Me siento rejuvenecer - Monkey business, 1952"- en el mito en que se convertiría con el paso de los años.

    En lo que a "Los caballeros las prefieren rubias" se refiere, se trata de una comedia musical de lo más agradable, que sabe sacarle todo el jugo posible a sus espectaculares protagonistas femeninas y que, a través de un guión de lo más original, consigue que el público quede embelesado tanto con los numerosos apuntes cómicos de la historia (una ocasión más para el lucimiento particular de cada uno de los intérpretes), como de los elaborados momentos musicales del largometraje. Por ello, resulta complicado destacar uno de estos momentos del resto del conjunto, puesto que las escenas a bordo del crucero son todas prácticamente magistrales (sensacional Marilyn Monroe desesperada y descarada en su intento de entablar contacto con cuantos más adinerados hombres mejor -atención al instante en que hace lo imposible porque la sienten junto a un caballero de nombre distinguido sólo para comprobar, momentos después, que es a penas un niño-).

    Sin embargo, tal vez sea a causa del tono más o menos uniforme de la primera mitad de "Los caballeros las prefieren rubias" que el interés decae levemente durante su segunda mitad. En efecto, una vez que la acción se traslada a tierra firme, con la aparición de las protagonistas como cabareteras, el film pierde parte de ese ritmo tan entretenido que había mantenido hasta entonces. Cierto es que el número musical Diamonds are a girl's best friends no tiene parangón en la historia del cine musical clásico (tanto la decoración, la coreografía, la orquestación como, muy en especial, la performance de Monroe son impecables), pero la consecución demasiado frecuente de dichos momentos musicales da la impresión de entorpecer el ritmo de una acción que, hasta aquí, se había mantenido mucho más fresca y dinámica (caso de, por ejemplo, el número musical de Monroe y Russell en un café de París, o la confusión que tiene lugar en la sala de un tribunal ante el juez).

    Por fortuna, el resto de "Los caballeros las prefieren rubias" es sensacional. Como ya hemos apuntado, el largometraje no sería el mismo sin la presencia (que no actuación) de Marilyn Monroe que, en honor a la verdad, hace que la participación de Jane Russell casi pase a un segundo plano -la actuación de la estupenda actriz casi parece más una imitación de la forma de interpretar de la contemporánea Lauren Bacall, que no su propio desarrollo del personaje-. Todo ello, hasta llegar a uno de los mejores momentos de la historia del cine: la secuencia, al final de la película, en que Lorelei confiesa abiertamente que prefiere hacerse la tonta porque los hombres no se fían de una mujer rubia que sea más inteligente que ellos. No sólo se trata de un momento magistral por todo (dirección, actuación, guión, etc.) sino que ha dado pie a numerosas actualizaciones en otros films con el paso del tiempo (el guiño que el personaje al que daba vida Melanie Griffith en "Armas de mujer - Working girls, 1988" afirmando que tenía una mente para las finanzas y un cuerpo para el pecado es un claro ejemplo de ello).

    En resumidas cuentas, "Los caballeros las prefieren rubias" más que un musical es una comedia, adornada con secuencias musicales, pero que está repleta de una frescura y diversión maravillosas. Una película destinada a ser un clásico imperecedero, para el deleite tanto de los espectadores contemporáneos a la cinta como de los más jóvenes que lo descubren recientemente.

  • MR. HYDE DICE:
  • ¿Sabéis cuando digo que no me gustan los musicales, pero que hay alguno que otro de los que han hecho últimamente que se salva de la quema o que, incluso, me pirra? Pues éste no es el caso. De hecho, los trozos de "Los caballeros las prefieren rubias" en que empiezan a catar sin ton ni son (toma ya, qué chistaco más bien traído) son lo peor de todo, aburridos como ellos solos, y que te dan ganas de pedir a alguien que adelante un poco la peli, que me sobo. Pero, por otra parte, pasa algo también bastante curioso con esta película y es que, quitando estos momentos musicales, el resto es de lo más simpático. Es más, lo primero en lo que pensé al acabar de verla fue que por qué carajo no se dejaron de canturreos y monsergas y se quedaron sólo con esos momentazos en los que las dos mujeres se hacen con la pantalla de arriba a abajo, o con discursos como el que hace Marilyn al final de la peli. En fin, supongo que siempre será un misterio. Eso sí, ahí de admitir que, aunque sea también otro de los momentos musicales de la peli, ver a la Monroe diciendo que los diamantes son los mejores amigos de una chica es de los puntazos más espectaculares del cine por definición.

    "Los caballeros las prefieren rubias" es el clásico ejemplo -nunca mejor dicho- de cine de enredos divertidos. Parten de una situación más o menos normal (una tía buena se camela al atontado forrado de turno sólo por su pasta, aunque el padre de este bobalicón se huele la tostada) y, a partir de ahí, es cuando empiezan los líos y los trozos divertidos de confusiones, fullas y, of course, glamur. Todo eso sí que está llevado de maravilla, y hace que no sólo tengas la impresión de que "Los caballeros las prefieren rubias" no sólo sea una peli la mar de divertida, sino que te haga sonreír con las patochadas que se le ocurren a la tentación rubia con tal de que la envuelvan en cuantas más joyas y abrigos de pieles mejor. Por poner un caso, aunque no sea nada creíble, me parece bastante chistosa la forma que tienen las dos chicas de camelarse al detective privado para conseguir las fotos íntimas que le ha hecho a Marilyn con un millonario salido, o cómo consigue salir del camarote de éste cuando se queda encerrada dentro, y tiene que disimular ante la gente que luego pasa por la cubierta.

    Por otra parte, lo que hace que "Los caballeros las prefieren rubias" tenga más de ese "buen rollo" es que todo el conjunto parece empeñado en resultar súper simpático. Y mira tú por dónde que lo consiguen. Yendo por partes, para empezar, los protagonistas. Los más fácil sería que todos te cayeran como el culo porque, al fin y al cabo, los que no son unos aprovechados sin escrúpulos (las dos chicas, el detective, el millonario putero...) son unos tonto l'habas de cuidado (el prometido de Marilyn); y que los únicos que parecen querer poner algo de sentido común en todo el asunto (el padre del prometido, o la mujer del millonario cachondo) son los antipáticos de la función. Pero resulta que todo está contado como una especie de cuento en plan comedia en que, sin darte cuenta, estás de parte de estos fulleros desde el principio. Por otra parte, las situaciones son todas de lo más cachondas, y hacen que siga ese buen rollete desde el principio (la morena flipando con todos los jugadores olímpicos que hay con ella en el barco, el detective ligándosea descaradamente), en el medio (Marilyn poniendo como una moto al viejo millonario e intentando ligar con un crío de nueve años), y al final (todo lo que pasa con la policía y en los juzgados de París).

    En fin, que "Los caballeros las prefieren rubias" no es ni la mejor película de Marilyn ni la comedia más cojonuda del mundo. Pero, por lo menos, te da lo que promete: hora y media de simpatía a tutiplén, momentos de lo más divertidos, y esa sonrisa tontaca que se te queda cuando ves una peli que te ha gustado y entretenido, aunque luego no te vayas a matar por volver a verla. Y eso, cuando tiene números musicales metidos, a veces, con calzador, tampoco es que sea algo fácil de conseguir. Igual es parte de la magia del mito de la señorita Monroe, vete a saber.