DIRECTOR: JOEL SCHUMACHER
REPARTO: NICOLAS CAGE, NICOLE KIDMAN, CAM GIGANDET, LIANA LIBERATO, NICO TORTORELLA, DASH MIHOK, BEN MENDELSOHN, JORDANA SPIRO
DURACIÓN: 89 min.
AÑO: 2011
GÉNERO: SUSPENSE
Resulta llamativa la creciente oleada que se está produciendo en Hollywood de estrellas cinematográficas que, tras empalmar fracaso comercial (y, la mayoría de las veces, también artístico) con fracaso comercial, se ven en la necesidad de aunar sus fuerzas para tratar de quitarse de encima la etiqueta de "veneno para la taquilla" que el público y los grandes estudios parecen haberles colgado. Lo mismo podría aplicarse al caso de los realizadores, ya que hay directores cuyas últimas propuestas no solo no han cuajado entre el público, sino que también se les ha responsabilizado de la debacle comercial de sus propios films. Ahora bien, que haya actores que traten de levantar el vuelo, no quiere decir que todos lo consigan. Cierto es que artistas como Robert Downey Jr. o John Travolta han conseguido relanzar sus carreras en más de una ocasión con resultados ciertamente notorios, si bien lo cierto es que se las vean y deseen para regresar con éxito a la primera línea de actualidad y recuperar el prestigio perdido. Algo similar es lo que le ocurre al dúo protagonista de el largometraje que hoy nos ocupa, "Bajo amenaza".
Kyle Miller (Cage) es un adinerado tasador de diamantes, con cuya mujer, Sarah (Kidman), tiene una hija llamada Avery (Liberato) y vive en una lujosísima y moderna casa. Una noche, los Miller son asaltados en su domicilio por una banda de atracadores que los ha estado observando detenidamente durante un tiempo, y saben la fortuna que Kyle guarda en su sofisticada caja fuerte. Lo que pretenden es hacerse con todo el dinero y joyas de los Miller a cambio de dejarlos con vida. Sin embargo, lo que comienza como una situación de secuestro y extorsión, poco a poco se convierte en un juego de supervivencia en el que no queda del todo claro quienes son los cazadores y quien los cazados.
Tanto Nicolas Cage como Nicole Kidman, excelentes y respetados actores hace tan solo unos años, han visto como sus repetidos fracasos en la taquilla ha hecho que su carrera se resienta notablemente. Parece ser que éste ha sido uno de los motivos por el que han vuelto a confiar en Joel Shumacher (Cage trabajó con él en "Asesinato en 8 mm - 8 mm, 1999", mientras que Kidman hizo lo propio en "Batman forever - Batman forever, 1995"), quien también necesitaba contar con una película lo suficientemente atractiva tras las repetidas decepciones de los últimos años. El problema es que todos ellos hayan creído que un producto tan predecible y prescindible como "Bajo amenaza" era la solución a estos problemas. No es que el film sea malo -créanme, se han hecho muchísimo peores logrando mayor éxito y repercusión-, sino que no se encuentra para nada a su altura. Puede ser que, si estuviéramos hablando de un par de intérpretes noveles o que quieran dar el salto a las grandes producciones, este intento resultara válido. Pero cuando estamos hablando de un director capaz de sacudir la conciencia ciudadana como lo hizo con "Un día de furia - Falling down, 1993" y de convertir un producto a priori insípido como "Última llamada - Phone booth, 2002" en un pasatiempo delirantemente divertido, o de unas estrellas que interpretan tanto a un alcohólico autodestructivo con la misma facilidad que a un químico del FBI encargado de salvar San Francisco, y a una escritora antológica con la misma convicción que una madre que ha perdido a su hijo, "Bajo amenaza" se presenta como un proyecto inaceptable.
Es cierto que el film consigue algo que ya querrían para sí muchos largometrajes de similares características, que es no aburrir. Durante los ajustados noventa y pocos minutos de su metraje, "Bajo amenaza" se las apaña para disimular con cierto tino los tópicos y situaciones más absurdas con giros argumentales más o menos eficaces (el contenido de la caja fuerte, lo que ha ocurrido realmente entre Sarah y uno de los atracadores, la situación económica de los Miller). No obstante, estos aparentes engaños no evitan que una producción que tiene lugar en un mismo escenario y con los mismos seis actores no se convierta en una película monótona y, hasta cierto punto, vulgar.
También es verdad que se agradece la artesanía con la que Shumacher parece haberse tomado su trabajo. Para ello recupera al director de fotografía Andrzej Bartkowiak con el que ya había trabajado previamente, y que sabe darle a "Bajo amenaza" un toque de candor excelente a pesar de la violencia de su contenido (esos tonos azulados fríos para las secuencias de calma que comparte el matrimonio, o el colorido que se despliega ante la aparición del fuego). Y lo mismo podría decirse de la labor de montaje llevada a cabo por Bill Pankow, el especialista en films de acción y colaborador habitual del cineasta Brian de Palma.
Lástima que, por lo demás, "Bajo amenaza" sea una película muy menor en la filmografía del resto de su equipo. Entretenida, sí, pero carente de esa emotividad y emoción que el espectador desearía encontrar en una película con tales credenciales. Para ver cómodamente en el salón de casa, sin tener que gastar el dinero en una entrada de cine.
Lo he dicho ya antes y lo volveré a decir unas cuantas veces más: qué desastre de cara tiene Nicole Kidman. Puede que quien no la haya visto nunca antes no se dé cuenta, pero cuando te has tragado doscientas veces "Días de trueno - Days of thunder, 1990" o "El pacificador - The pacemaker, 1997" -sí, me encantan esas patatas de películas, ¿algún problema?- y la has visto más guapa que un sol, se te cae el alma a los pies cuando ahora trata de sonreír y lo único que consigue es estirar esa cara llena de botox haciendo muecas raras. Y de Cage se podría decir lo mismo, aunque que él tenga cara de besugo me la pela bastante más. Pero bueno, mejor no le metamos tanta leña a estos dos y vamos con la peli.
Si ves el tráiler de "Bajo amenaza", puedes tener la impresión de que la peli tiene que estar guapísima, y que ver a estos dos actores juntos tiene que merecer la pena. Bueno, pues sin ánimo de quitarle la ilusión a nadie, también os digo que todo lo interesante de "Bajo amenaza" está justo ahí, en su tráiler. El resto, a poco que tengas un par de luces en el cocotero, ya te lo puedes imaginar conforme avanza la cosa. Además, que no es la primera vez que vemos una película en la que secuestran a los protagonistas y les obligan a hacer o dejar de hacer lo que piden los malos de turno así que, si te piensas que porque Joel Shumacher es el director y los otros dos aficionados a las operaciones de estética lo protagonizan ten van a contar algo diferente a lo que estás cansado de ver más veces que a los políticos partiéndose la cara en el telediario, colega, estás equivocado.
Vale que hay momentos en que la peli te atrapa y te hace estar bien atento (cuando Cage le inyecta un paralizante a uno de los secuestradores, o cuando la hija escapa de un atracador provocando un accidente de coche), y que también hay trozos en los que la violencia física se agradece un poco después de tanta coacción psicológica (toda la parte final en esa especie de caseta de madera que se está construyendo el matrimonio, y donde las leches que se meten -atención a lo que pasa con la pistola de clavos- hace que te preguntes por qué no han hecho esto antes). Por desgracia, el resto de "Bajo amenaza" es como si quisieran hacer como que la familia o la hija escapan, pero siempre encuentran la forma de pillarlos, que al final te dan ganas de darles un guantazo por idiotas.
Pero vamos, que tampoco hay que pensar demasiado cuando ves una película como "Bajo amenaza". Lo que sí es una pena es que no esté para nada a la altura de lo que esperabas de ella, con tanto popurrí y, desde luego, para pensárselo dos veces antes de volver a comprar una entrada de cine que te cueste un ojo de la cara por ver este churraco. Así que, si sois incondicionales de los amigos Nicolas y Nicole (dicho así parecen los protagonistas de un cuento infantil, ¿no?), pues id a verla; si no, seguro que en casa, aunque te la papes en inglés subtitulada, se ve igual de bien.