DIRECTOR: HOWARD ZIEFF
REPARTO: ANNA CHLUMSKY, MACAULAY CULKIN, DAN AYKROYD, JAMIE LEE CURTIS, RICHARD MASUR, ANN NELSON
DURACIÓN: 98 min.
AÑO: 1991
GÉNERO: COMEDIA
No son muchos los largometrajes protagonizados por chavalines los que han logrado o bien un gran éxito comercial o que han aguantado el pasar de los años sin resentirse mucho tanto en su estética como en el tema que tratan. Por supuesto, nos referimos a películas en las que todas las situaciones resulten creíbles y que las aventuras que viven sus protagonistas no dependan de escenarios fantásticos o propios de relatos de ciencia ficción (que no se trate de films al estilo de "Los Goonies - The Goonies, 1985", para entendernos), sino que se encuentre más próximo a lo que supuso para toda una generación la aparición de largometrajes como "Cuenta conmigo - Stand by me, 1986 y, por supuesto, que no tenga nada que ver con las memeces que parecen poblar las carteleras durante los últimos años (las películas de la serie "Crepúsculo" y similares) que más que apostar por unas historias enternecedoras parecen empeñadas en demostrar lo lamentable que parece la situación de los adolescentes de hoy en día. A este respecto, una película pequeña como "Mi chica" se estrenó a principio de los años noventa sin causar excesivo revuelo, pero preocupada en contar una historia lo suficientemente interesante como para que un simple cuento de niños se convirtiera en un film de lo más agradable.
Vada (Chlumsky) es una niña de once años muy diferente al resto del niños de su misma edad. Para empezar, su padre, Harry (Aykroyd), viudo desde hace años, dirige una funeraria; su abuela (Nelson) padece una demencia senil difícil de controlar; su mejor amigo es un niño de su clase llamado Thomas (Culkin) con el que comparte la mayor parte de su tiempo, pero que es alérgico a casi todo lo que le rodea. Además de todo esto, Vada está locamente enamorada de uno de sus profesores del colegio, que no sospecha para nada los sentimientos de la joven. Y, finalmente, aparece en su vida Shelly (Curtis), una esteticién que responde a un anuncio publicado por el padre de Vada en el que buscaba a una maquilladora para encargarse de darle el último toque a los muertos que embalsama antes de enterrarlos y que, inesperadamente, se enamora de Harry.
"Mi chica" es uno de esos largometrajes en que, a pesar de lo rocambolesco e increíble que puedan resultar determinados momentos (es difícil creerse que una atractiva esteticién se enamore de un hombre como al que da vida Dan Aykroyd), no deja de resultar una experiencia de lo más amable. En efecto, la mejor forma de considerar una película como esta es dejarse llevar por el desparpajo de su joven protagonista, y disfrutar con las "cosas de críos" que se le ocurren tanto a ella como a su mejor amigo y que, pese a su inocencia inicial, no están carentes de cierto sentido mucho más propio de reflexiones adultas (las conversaciones que ambos mantienen acerca del amor y de la muerte). Si a ello, se le añaden instantes emotivos (Vada sentada en el regazo de su abuela enajenada después de haber protagonizado un esperpéntico momento delante de los compañeritos de ésta, o la misma Vada recogiendo el anillo que pertenecía a su madre después de acontecer un trágico suceso), el resultado es una película mucho más adulta que la simple comedia infantil que podría parecer al comienzo.
Así pues, a pesar de que tras las cámaras se encuentre un director tan visualmente simple como Howard Zieff, mucho más acostumbrado a la filmación de comedias totalmente intrascendentes aunque, en líneas generales, con una cálida acogida por parte del público, "Mi chica" resulta ser un canto de nostalgia a la inocencia perdida en la infancia, con unas preocupaciones que siempre parecían ser lo más importante del mundo. A este respecto, también colabora en gran medida la hermosa partitura de James Newton Howard que aporta ese toque acaramelado que requería una película de estas características para convertirse en un film tan simpático y agradable.
Vale, puede que "Mi chica" no sea un peliculón, pero tampoco hay que negar que es una especie de cuento con un encanto especial. De hecho, yo la vi cuando se estrenó en el cine y me pareció chulísima, aunque no sabría decir si más por el pico que se dan los dos protagonistas (esa edad es lo que tiene) o por toda la historia. Lo que sí está claro es que no es fácil conseguir que una peli sobre un par de críos y sus movidas personales -las de ella más que las de él- interesen a la gente de más de doce años. Por eso supongo que se preocuparon lo suficiente de que hubiera también algo de chicha en la historia de los padres de la cría, y de que ella estuviera lo suficientemente tarada (en el buen sentido) para que las cosas que hace más propias de una chica diez años mayor no hicieran que pareciera que está como una cafetera.
Lo gracioso del asunto es que, a veces, no sólo son los niños los que se tienen cosas más de adultos, sino que estos mayores se portan como auténticos críos, aunque con el suficiente encanto para no hacer el ridículo a base de bien. Me estoy refiriendo, por ejemplo, por una parte, a la forma de comportarse que tiene la niña, que por mucho que hayas pedido a tu madre, tampoco creo que sea como para hablar de la forma que habla (es repipi hasta decir basta) y para no tener pelos en la lengua a la hora de dejar claro que está colada por su profesor. Si a eso se le añade que tampoco es que se preocupe mucho por ser muy social que digamos entre sus compañeros de clase: a quién coño se le ocurre hacer una visita guiada a la funeraria de tu padre y enseñar a tu abuela como si fuera un bicho raro, o ponerse a canturrear mientras están embalsamando a un fiambre a menos de cinco metros.
Claro que, por otra parte, lo raro es que la pobre criatura no esté como una cafetera, ya que además de haberse quedado sin madre desde bebé, la niña está rodeada de muerte en su casa porque el padre tiene una funeraria, su abuela está zumbada perdida (cojonudo el momento en que se pone a cantar en mitad de un funeral mientras la gente del duelo flipa pepinillos), y una nueva mujer entra en su vida para enamorarse de su padre -que, también, es ciencia ficción, porque vamos-. Ahora, lo bueno de todo es que, pese a todo eso, "Mi chica" no deje de ser una peli simpatiquísima y llena de momentos divertidos por lo inocentón de las conversaciones (por ejemplo, cuando ella le pide a su mejor amigo que ensaye cómo besar con su brazo, o cuando no le importa decir como si tal cosa que está enamorada de uno de sus profesores del colegio).
Supongo que es por eso que lo más interesante de "Mi chica" son las escenas en que los dos niños están juntos. Y, por supuesto, a pesar de lo sentimentaloide del tema, lo que sucede al final con uno de los protagonistas y una colmena de abejas. El resto, adornado por una música súper acaramelada y con escenas tan divertidas (lo que la cría hace en mitad de una partida de bingo para evitar que su padre se enamore de la recién llegada a la funeraria) como lacrimógenas (lo dicho del final y de lo que significa el anillo que ella tenía de su madre). De todas formas, la mejor manera de ver "Mi chica" es como una película en la que tengas claro que lo importante es la inocencia de la historia que se cuenta desde el punto de vista de dos críos que no acaban de entender del todo de qué va eso de ser mayor. Para ver, recordar una época pasada, y sentir simpatía por los dos protagonistas (al menos, Macaulay Culkin aún no era el tío creído y totalmente olvidado en que se ha convertido hoy en día, que ya es algo de agradecer). Ya os digo que no es nada del otro mundo, pero es entretenida y te deja un buen sabor de boca.
MI CHICA ( MY GIRL) - TRAILER por valeria_sonidoazul