martes, 9 de agosto de 2011

CINE DE LOS 80: "MIRA QUIÉN HABLA"


TÍTULO: MIRA QUIÉN HABLA

DIRECTORA: AMY HECKERLING

REPARTO: JOHN TRAVOLTA, KIRSTIE ALLEY, OLYMPIA DUKAKIS, GEORGE SEGAL

DURACIÓN: 95 min.

AÑO: 1989

GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JECKYLL DICE:

  • Cuando, a finales de la década de los ochenta, aterrizó esta simpática comedia en los cines, lo que parecía una película más de fácil consumo se convirtió en un éxito de taquilla al instante, gracias a un planteamiento que, hasta ese momento, a pocas películas (por no decir ninguna) se les había ocurrido desarrollar. Así pues, partiendo de esta original idea, el reparto de "Mira quién habla" se formó rápidamente gracias a la incorporación de Kirstie Alley -muy de moda por aquel entonces gracias a la serie de televisión "Cheers"- y John Travolta -el actor se encontraba en horas bajas tras una serie de continuados trabajos fallidos en taquilla desde el éxito arrollador de "Grease - Grease, 1983" más de diez años antes-. Quien completaría el trío del reparto sería el famoso actor Bruce Willis, quien acabaría siendo la voz de Mickey, el bebé protagonista de la película aunque, debido al doblaje en castellano, se perdió cualquier posibilidad de identificar la aportación del famoso actor.


    La historia comienza cuando Mollie (Alley) queda embarazada de Albert (Seagal), su jefe. Ésta espera que Albert se divorcie de su mujer para que ambos puedan iniciar una vida juntos. Sin embargo, a punto de dar a luz, Mollie descubre que Albert le está siendo infiel, a su vez, con otra mujer. Decidida a criar sola a su hijo, de camino al hospital para el parto, conoce accidentalmente a James (Travolta), un taxista algo alocado que, conmovido por la situación de la mujer, iniciará con ella una simpática amistad. Pero, además, nosotros también podremos escuchar lo que piensa Mickey, el bebé de Mollie, quien describe el mundo que está empezando a conocer desde la perspectiva de un niño pequeño, llamándole la atención muchas de las cosas que los adultos hacen de normal.


    Aún a día de hoy, no deja de resultar entretenida la idea que acabó dando lugar a esta película. Las situaciones en las que se ven inmersos los personajes están bien desarrolladas, y todos los actores se sienten cómodos con sus respectivos papeles, cosa que ayuda en gran medida a hacer más divertido el hecho de que el público puede oír aquello que piensa el bebé, pero que es incapaz de decir en voz alta. Así pues, destacan particularmente secuencias como las que se centran exclusivamente en Mickey y sus amigos, ya sea dando un paseo en su carrito, o jugando en el parque, o casi todas las que comparten Mickey y James (al final no se sabe quién es más crío de los dos). También resultan particularmente divertidos los momentos de Mickey con su abuela materna (graciosísimo el momento en que el crío piensa que la abuela chochea porque no entiende lo que le está diciendo), o con el padre de James (el episodio del asilo es de lo más divertido).


    Por desgracia, como suele suceder en Hollywood, cuando una idea funciona, es frecuente que la acaben exprimiendo hasta que, aquello por lo que destacó en un principio y que entonces resultaba gracioso, ya ha perdido toda originalidad y termina por resultar cansino. Esto es lo que sucedió cuando se filmaron dos secuelas más -"Mira quién habla también - Look who's talking too, 1990" y "Mira quién habla ahora - Look who's talking now, 1993"-, las cuales, pese a contar prácticamente con el mismo reparto, no consiguieron alcanzar ni la popularidad ni el éxito de la primera parte. Al menos, aún queda para el recuerdo esta primera parte, donde las gracias resultan de lo más simpáticas, y aún resulta gracioso y divertido comprobar cómo es el planteamiento inocente de un niño frente a la vida, en comparación con aquello que acaban pensando y haciendo los adultos.



  • MR. HYDE DICE:

  • Pues hombre, está bien, entretenida y tal, pero tampoco es que sea para tirar cohetes. Una peli en la que lo más original es que puedes escuchar lo que dice el bebé tiene aguante hasta un cierto punto porque, después, la cosa ya se vuelve cansina. Eso sí, reconozco que el crío acierta en más de una cosa que debe pensar los bebés sobre los adultos, ya que parece que últimamente nos da por hablar a los nenes como si fueran tontos. O, mejor dicho, como si los gilipollas fuéramos nosotros.


    Claro que la peli tampoco pretende hacer ninguna crítica trascendente sobre estos temas, sino ser una comedia de esas que ves en un rato muerto, que te hace gracia por las cosas que se le ocurren al chaval, y poco más. Tiene sus momentos cachondos, como cuando el crío le arranca el peluquín a uno de los pretendientes de su madre (que acaba resultando un peñazo de tío), o como cuando Travolta y el nene se quedan mirando fijamente el escote de una recepcionista: uno piensa en lo buena que está la tipa, mientras que el otro lo único en lo que piensa es en comida.


    "Mira quién habla" es una peli divertida sin más. De las que te ves un domingo por la tarde si la pasan por televisión, y que tuvo su momento de gloria cuando se estrenó en cines. Pero, lamentablemente, una vez que ya has visto la primera, todo lo que acaban por repetir igual termina por parecer un coñazo. Incluso cuando ya has visto una vez la peli, y la vuelves a ver de nuevo. Lo que no hace, por otra parte, que deje de ser menos entretenida.