DIRECTORES: GARY TROUSDALE & KIRK WISE
REPARTO: DIBUJOS ANIMADOS
DURACIÓN: 84 min.
AÑO: 1991
GÉNERO: ANIMACIÓN
Los estudios Disney habían dado un giro radical a su devenir artístico y comercial a finales de la década de los ochenta, cuando "La sirenita - The little mermaid, 1989" se convirtió en todo un éxito. Dicho film le permitió volver a la primera división de las productoras cinematográficas de animación, recuperando la reputación que había hecho del estudio uno de los referentes indiscutibles del la historia del cine. Así pues, con el listón tan alto que había puesto dos años antes "La sirenita", el desafío consistía en encontrar un producto que no sólo se encontrara a la altura de las expectativas, sino que lo superara y pudiera marcar el inicio de una nueva era en el terreno de los films animados. "La bella y la bestia" fue la respuesta a ese deseo. El film no sólo se convirtió en el primero de la historia en estar nominado al Oscar a la mejor película (años antes de que se creara una categoría en estos premios específica para este tipo de películas), sino que es un derroche de fantasía, talento, artesanía y animación de la mejor calidad.
Bella es una de las jóvenes más hermosas de su aldea, que vive y cuida de su padre, y que adora fantasear con la existencia de mundos extraños y maravillosas aventuras como las que lee en los libros. Asimismo, Bella también es una de las muchachas más codiciadas de la región, siendo en fortachón y egoísta Gastón el más interesado en ella, al que Bella rechaza constantemente. Un día, intentando acudir en ayuda de su anciano padre, acaba dándose de bruces con un misterioso castillo, en apariencia deshabitado, habitado por una horrible bestia. La bestia decide poner en libertad al padre de Bella a cambio de que ésta acepte quedarse un tiempo en el castillo. Será entonces cuando Bella comience a descubrir cosas en la Bestia y en el resto de los curiosos invitados del castillo que la haga replantearse lo que en realidad puede llegar a ser un monstruo.
"La bella y la bestia" es un largometraje que llama poderosamente la atención por su hermosura visual. Prácticamente todo en su factura es una obra de arte: un guión sensacional y repleto de buenas intenciones, una animación prodigiosa, una música fantástica... Da la sensación de que todas las piezas del film encajan con una precisión espléndida, por lo que no es exagerado afirmar que "La bella y la bestia" es una de las mejores producciones de Disney, sino también del cine animado.
No obstante, revisionando la película hoy en día, puede que tampoco sea equivocado admitir que se trata de una producción demasiado "infantil". No se trata de ningún defecto, en absoluto. Es más, resulta admirable que sea posible realizar una obra maestra sin necesidad de recurrir a trucajes en el doblaje al español, o la inserción de chistes fáciles y bromas escatológicas. Sin embargo, comparándola con otras producciones posteriores de la casa como, por ejemplo, "Aladdin - Aladdin, 1992" o la mucho más madura y arriesgada "El jorobado de Notre Dame - The Hunchback of Notre Dame, 1996", puede comprobarse como "La bella y la bestia" no llega a ser una película redonda del todo. Tal vez sea debido a determinados aspectos del guión (la forma estereotipada de presentar a los personajes: Gastón el bravucón, el padre de Bella como el inocentón, Lumiere como el "gracioso" oficial...), o de resolver determinadas situaciones (el final en el que Bella confiesa sus sentimientos)aunque, insistimos, no representan ningún impedimento para que ésta sea una película admirable más de veinte años después de su estreno.
Creo que, de todas las pelis Disney así en plan cuento clásico, de las más modernas, ésta es la más Disney de todas. ¿Que qué quiero decir con esto? Pues que dejando un poco de lado tanta princesa con ojos de cordero degollado, cae en todos los topicazos habidos y por haber de los cuentos. Cuidado, que sé que dicho así parece más una crítica que otra cosa y, en realidad, no tiene nada de malo. Es un poco cursi, sí y, hasta cierto punto, algo repipi. Pero eso no quita para que, siendo sincero, cuando ves la peli, te quedes con la boca abierta con cómo está hecha. También, en el caso de “La bella y la bestia”, hay que tener una cosa en cuenta: se hizo en el año noventa y uno, lo que quiere decir que era la siguiente que Disney hacía después de “La sirenita”, así que aún faltaba para todo eso de hacer pelis por ordenador a lo “Toy story”.
Pero bueno, volviendo a “La bella y la bestia”, cuando ves la peli es de las pocas veces que tienes la sensación de que más que una película de dibujitos en dos dimensiones estás viendo una película de las de verdad. No entiendo mucho de cosas de cine, pero la forma en que se mueve la imagen, cómo reacciona cada personaje, la música y todo ese rollo está hecho de coña. Así que supongo que llegado este momento, podría limitarme a decir que si es una obra maestra, que si qué pasada de peli y demás. Pero como ésta es mi sección y no la del moñas de arriba, pues casi prefiero deciros lo que más me gustó a mí y lo que se podrían haber ahorrado con total tranquilidad.
En el primer grupo, ya os he dicho que me quedo sin pensarlo dos veces con la forma en que está hecha la película. Hasta un momento tan moñas como el del baile entre la bella y la bestia te deja con la boca abierta, cuando ves que la cámara empieza dándole una vuelta a la lámpara para, luego, bajar a la pista de baile y seguirlos a los dos en cada vuelta que dan; o el ataque al palacio de la bestia y la transformación final; o incluso una cosa tan tonta como la imagen esa de la rosa que va perdiendo los pétalos dentro de una especie de urna. Son trozos muy puntuales, pero tienen ese algo que lo hace diferente de las pelis de dibujos que habían salido hasta ese momento y que te sorprenden por lo bien hechos que están y lo bonitos que son. Además, otra cosa en la que aciertan, más o menos como también habían hecho en “La sirenita” es en meter al típico personaje graciosillo. Si en aquella era el cangrejo (un puto crack), aquí es el candelabro el que se casca los chistes simpáticos y que alegra un poco la función entre tanta inocencia y buenas intenciones, cosa que ayuda a que sea más digerible.
En el segundo grupo, no es que haya cosas malas o que no me hayan gustado, que tampoco es eso. Lo que pasa es que “La bella y la bestia” sí que tiene alguna que otra cosa que se podrían haber ahorrado. Para empezar, tanta canción. Vale que un Disney sin canciones es casi un Disney descafeinado, y que la música de sus películas ha sido una de las cosas más famosas que tiene. ¡Pero tampoco es necesario meter unas diez canciones en una peli que casi no llega a la hora y cuarto! Que sí, que un par tira que te va (sobretodo para el momento ese que os decía antes del baile), pero tanta canción hace que acabes un poco harto. Además, también está claro que hablamos de Disney, ejemplo indiscutible de los cuentos inocentones y llenos de buenos sentimientos. Pero macho, que los buenos sean siempre tan buenos y que los malos sean tan cabrones, sin un término medio, pues en fin, como que le quita un poco de gracia al asunto.
Pero bueno, lo importante es que, por suerte, esos puntos más negativos no hacen que “La bella y la bestia” sea peor película. Está muy chula, muy bien hecha, y sigue dando gusto verla después de tanto tiempo. Así que sí, aunque pueda caer un poco bajo mi reputación de tío duro, os la recomiendo. Y, por supuesto, si tenéis chavales pequeños en casa, ya os podéis ir comprando el DVD de turno, que lo quemaréis varias veces de tanto verla.