lunes, 13 de febrero de 2012

CINE CLÁSICO: "LENNY"

TÍTULO: LENNY

DIRECTOR: BOB FOSSE

REPARTO: DUSTIN HOFFMAN, VALERIE PERRINE, JAL MINER, STANLEY BECK

DURACIÓN: 111 min.

AÑO: 1974

GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Pocos directores han logrado, con apenas media docena de films en su haber, rodar películas tan míticas como Bob Fosse. Desde que cosechara un gran éxito con "Cabaret - Cabaret, 1972", Fosse pareció dar la sensación de estar interesado en todas las vertientes posibles que le ofrecía la vida de la gente del espectáculo, bien fuera por los triunfos y vidas exuberantes de los artistas (caso de la mencionada cinta con Liza Minelli), o bien por lo sacrificado que era abrirse paso en la industria (tal y como retrata en "Empieza el espectáculo - All that jazz, 1979"). En el caso de "Lenny", Bob Fosse retrató con una dureza como pocas veces se había visto antes lo que suponía convertirse en una estrella casi de la noche a la mañana, sufriendo tanto la represión de una sociedad que aún no estaba del todo preparada para determinados tipos de espectáculos, y enfrentándose a los propios demonios de los personajes -representados, en este caso, por la adicción a las drogas-. Para ello, contó con dos grandísimos actores (Dustin Hoffman y Valerie Perrine) que dan vida a los caracteres principales con una sobriedad y realismo ciertamente asombrosos.


    Lenny Bruce (Hoffman) es uno de los cómicos más populares de los Estados Unidos, en la década de los sesenta y setenta del siglo pasado. Tras conseguirse abrirse paso con ingeniosas actuaciones en pequeños clubs nocturnos, Lenny va ganándose la simpatía del público, por lo que su fama aumenta, así como el dinero que percibe y la categoría de los locales en los que actúa. Sin embargo, Lenny, además de ser famoso por su sentido del humor, también lo es por utilizar un lenguaje malsonante y que desafía las buenas costumbres de la época, motivo por el que es llevado ante la justicia en más de una ocasión. Será a partir de esos encontronazos con la justicia cuando, ni su matrimonio con una exuberante bailarina erótica llamada Holy (Perrine), ni el nacimiento de su hija, evitarán que la heroína haga acto de presencia en su vida.


    "Lenny" es un tour de force tremendo por parte de sus dos protagonistas principales. Por un lado, Dustin Hoffman se desprende en buena parte de su adquirida fama de "buena persona" que había cultivado anteriormente gracias a films como "El graduado - The graduate, 1967" o "Cowboy de medianoche - Midnight cowboy, 1969" al dar vida a un atormentado Lenny Bruce con una convicción asombrosa. De hecho, resulta complicado darse cuenta de que se trata de Hoffman interpretando un papel ya que el realismo tanto de las secuencias de actuaciones (tremendas tanto las del comienzo, cuando Lenny está lleno de vida y ambición, como las del final del largometraje, cuando el artista ya se encuentra superado por las circunstancias) así como las de aquellas más crudas en las que aparece drogado es, en una palabra, total. Por otro lado, Valerie Perrine consigue ponerse sin problemas al nivel de Hoffman dando vida a la incondicional seguidora del malogrado cómico, al que no deja de amar ni siquiera cuando los dos parecen haber tocado fondo (ver la impresionante secuencia en la que Holy llama a su marido desde un centro de desintoxicación para poder escuchar la voz de su hija, y reconocer entre lágrimas y con un hilo de voz que ya lleva "limpia" unas cuantas semanas).


    "Lenny" no es una película fácil de ver. Fosse se encarga de no edulcorar en lo más mínimo el guión que Julian Barry adapta a partir de su propia obra teatral. Es más, casi parece que se sirva de una fabulosa fotografía en blanco y negro para reforzar el tono dramático del film, logrando así dar la sensación de que la felicidad les está vetada a sus personajes. En este caso, y a diferencia del resto de sus largometrajes, Fosse prescinde por completo del sentido del humor y escenas amables (a excepción, evidentemente, de los apuntes cómicos y bromas picantes que Lenny hace durante sus monólogos) para centrarse tanto en la lucha personal de Lenny y Holy con la droga, como con los continuos enfrentamientos de él con la opresión policial a la que se ve sometido sin tregua (citar al respecto la reacción de Lenny cuando un agente de policía describe en una vista del juicio cómo utiliza el atril del micrófono para realizar determinados gestos obscenos, y la reacción del cómico a dicha declaración).


    En definitiva, "Lenny" es un film duro, sin concesiones, y con un pesimismo latente que impregna cada fotograma. Pero, asimismo, también es un retrato arrebatador de las dos caras de la fama, de lo que representa sentirse perdido dentro de un mundo en el que los personajes lo tienen todo al alcance de su mano y, en lugar de disfrutar de ello, se lanzan en picado a una vida de autodestrucción. Todo ello está narrado de una forma interesantísima por la cámara de Fosse, y con un ritmo que en ningún instante hace que el espectador se aburra. No es una obra maestra del género, pero ello no quita para que "Lenny" sea una película que asombra los sentidos del público, y que merezca la pena ser visionada.



  • MR. HYDE DICE:

  • Para mí, "Lenny" es la primera imagen que aparece nada más empezar la película: ese plano fijo en blanco y negro de un foco que ilumina a contraluz a un tipo quieto, así como concentrado, medio hecho polvo, y que empieza a calentar motores para darlo todo en su show. Todo lo que viene después, no es sino la típica historia de un pavo que empieza teniendo mogollón de éxito y que, cuando está que lo peta en todos los sitios por lo transgresor que es, ahí empieza a tontear con la droga (por decirlo de alguna forma, porque el colega se mete unos viajes de órdago -para los de la E.S.O. , "de órdago" = "de tres pares de cojones"-) y a cagarla a base de bien. Solo que en vez de hacerlo así en plan bodrio, gracias a Dustin Hoffman y a todo lo que tiene que ver con las riñas que tiene el hombre con la justicia, la película se hace bastante amena.


    Al principio, es un poco raro que esté rodada en blanco y negro. Sobretodo porque tampoco es que tenga mucho sentido quitarle el color a la historia de un cómico ya que, al fin y al cabo, tampoco es que estén contándonos la vida de alguien que viviera hace la pera de tiempo. Pero lo curioso es que, después de un par de minutos, te cuesta imaginarte la película en color. No sería posible enseñar así la forma en que Lenny se va hundiendo en la miseria porque, a base de una sombra por aquí y un contraluz por allá, consiguen que "Lenny" te llegue de una forma más profunda y que, después de todo (en especial con ese final un pelín deprimente que tiene), te acabe envolviendo ese ambientillo de decadencia y mal rollo. No quiero decir con esto que la peli te deje deprimido, sino que te contagia de esa especie de desorientación que siente el cómico a la hora de no saber cómo encauzar su vida, y que acaba haciéndote padecer un poquito (al menos, un servidor, no podía dejar de pensar en la pobre hija de estos dos destarifados que, al fin y al cabo, no tenía la culpa de que sus padres le pegaran a la aguja a base de bien).


    "Lenny" tiene cosas que te dejan con la boca abierta y casi sin querer hacer ruido para no perdértelas como, por ejemplo, cada uno de los monólogos que hace el cómico cuando sale a escena. No es que lo que diga sea la leche de gracioso (en realidad, son más bromas sobre política y esos rollos de los americanos, por lo que si tu lo ves, te quedas como esperando que a los yanquis les haga gracia, porque tú no entiendes dónde está el chiste), sino por la forma que tiene de decirlo, y por lo flipante que es ver cómo Dustin Hoffman pasa de estar que lo peta en el escenario a estar más deprimido que un político honrado en Marbella. De todas las escenas, ya os digo que yo me quedo con esa del principio, y con un monólogo que se casca Hoffman de casi cinco minutos de duración, en una secuencia en la que no hay un solo corte. Ahí, cuando el personaje del cómico está ya casi en las últimas, os juro que ni pestañeas de lo hipnotizante que puede resultar el amigo.


    En fin, que sé que, al principio, "Lenny" puede parecer una película un poco aburrida porque habla de un cómico que por estos lares no tienes ni guarra de quién fue, pero si empiezas a ver la película y pasas del hecho de no saber quién fue esta persona, lo que te queda es una peli en la que se tratan temas como la drogadicción, el amor tan raro como devoto (impresionante cómo, a pesar de estar pero que bien jodidos, tanto Lenny como su mujer siguen juntos hasta casi el final), y la voluntad de desmarcarse del resto en una sociedad casi más hipócrita que la que tenemos ahora mismo. Si os dejáis llevar por esta historia, "Lenny" os acaba pareciendo una película de la que guardar muy buen recuerdo, y que no os importaría volver a ver dentro de un tiempo.