miércoles, 28 de septiembre de 2011

CINE DE LOS 90: "RESPLANDOR EN LA OSCURIDAD"


TÍTULO: RESPLANDOR EN LA OSCURIDAD

DIRECTOR: DAVID SELTZER

REPARTO: MICHAEL DOUGLAS, MELANIE GRIFFITH, LIAM NEESON, JOELY RICHARDSON, JOHN GIELGULD

DURACIÓN: 113 min.

AÑO: 1992

GÉNERO: INTRIGA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Hay que ver lo que han dado de sí en el cine las historias de espías en los años de dominio del nazismo. Desde largometrajes más clásicos como "Cortina rasgada - Torn curtain, 1966", o con excelentes secuencias de acción como "El desafío de las águilas - Where eagles dare, 1968", hasta propuestas más recientes como la espléndida "El libro negro - Zwartboek, 2006", es larga la sucesión de películas que han centrado su atención en hilos argumentales cuya base es la infiltración de espías del bando aliado tras las líneas nazis, y de la complicación y riesgo que supone conseguir que su misión sea un éxito. Por lo que respecta a "Resplandor en la oscuridad", el director David Seltzer (quien, dicho sea de paso, tuvo una más que breve carrera como realizador de largometrajes), cuenta con unos estupendos protagonistas y con un amplio despliegue técnico (Jan de Bont como director de fotografía, Michael Kamen como compositor de la banda sonora para contar una historia plagada de traición, peligros e intriga.


    Linda Voss (Griffith) es una joven judía que, durante los años de conflicto de la Segunda Guerra Mundial, comienza a trabajar como secretaria en un despacho de abogados en Nueva York, gracias a su habilidad para hablar alemán con total fluidez. Allí, se le asigna un puesto de asistente personal de Ed Leland (Douglas), un coronel de las OSS que queda sorprendido por el talento de la joven secretaria. Movidos por una atracción mutua, se convierten en amantes aunque, su relación se ve interrumpida cuando Ed es enviado a una misión secreta. A su vuelta, le confiesa a Linda que una importante operación se encuentra en peligro, ya que el agente infiltrado con el que contaban ha sido asesinado. Será entonces cuando ella decidirá presentarse voluntaria para completar la misión del espía caído y, para ello, deberá cruzar las líneas enemigas e infiltrarse en el corazón de la alta sociedad nazi, entre los que se encuentra el alto oficial Fraz-Otto Dietrich (Neeson).


    Sin ser ninguna obra maestra, "Resplandor en la oscuridad" sí que es un largometraje de lo más correcto. Filmado con gracia e interés, acaba revelándose como un estupendo entretenimiento en el que el director parece establecer un pacto con el espectador, de forma que éste permanece atento a la pantalla a cambio de que los responsables del film le cuenten una historia con gancho, bien realizada y con las dosis perfectas de emoción y suspense. A este respecto, cabe destacar secuencias como la de la llegada de Linda a Alemania y su breve preparación con uno de los colaboradores sobre el terreno, o todo el aparato de seducción que despliega ante el oficial nazi al que consigue engañar.


    Pero, si de todo el conjunto merece la pena destacarse un momento en particular, éste, sin duda, es el final, donde se acaba concentrando una tensión e intrigas enormes acerca de todo el devenir de los personajes a los que interpretan Douglas y Griffith (y que aquí no desvelaremos para no quitarle el interés al largometraje). Detalles como éstos son los que hacen que "Resplandor en la oscuridad" sea contemplado como una entretenidísima película de y sobre espías, de lo más correcta y presentable. Muy recomendable.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Cómo me gustan las pelis de espías! Y si son de esas que tienen lugar durante la Segunda Guerra Mundial, con los aliados en mitad de todos los nazis, aún mejor. "Resplandor en la oscuridad" no es que sea de las más conocidas o famosas, pero sí que es una de las más entretenidas que se hicieron a principios de los noventa. Por eso, me cuesta un poco entender que esta peli se llevara tanto palo, si está hecha de coña, y te atrapa desde el primer minuto hasta el final. Tampoco voy a decir que sea el no va más de las pelis de espías de este tipo, pero lo que sí os aseguro es que está chulísima, y que se lo curraron un montón para hacerla guapa guapa. Toda la recreación es cojonuda (decorados, ambientación de las calles...), los actores están estupendos, la música es una pasada -como casi todo lo que compuso Michael Kamen-, y el ritmo de lo más trepidante.


    Un punto a favor de "Resplandor en la oscuridad" es que la peli no va de la clásica historia en que un americano se quiere hacer el héroe y se enfrenta él solito a medio ejército nazi. Aquí, lo curioso es que es una mujer (guapísima Melanie Griffith) quien le echa huevos al asunto y, cuando las cosas se ponen feas, le pide a su jefe (y amante) que le dé la oportunidad de demostrar lo que vale. Y ella se sobra y se basta para ir consiguiendo sus objetivos.


    Otro punto a favor de la peli es que logra mantenerte en tensión todo el tiempo. La cosa empieza poniéndose interesante cuando uno ve que empieza a cocerse algo importante en el despacho que dirige Michael Douglas, pero desde el instante que es Melanie Griffith quien se juega el culo por conseguir la información necesaria sin que se le vea el plumero, ahí sí que se pone guapa la cosa. Desde ese momento, el director se las apaña para hacer que casi no tengas tiempo de respirar: el momento en que Linda entra a formar parte del servicio doméstico del nazi, cuando consigue que un oficinal nazi se enamore de ella y, por supuesto, los diez minutos finales, en que dan ganas de meterse dentro de la peli para echarles una mano a los protagonistas.


    Vamos, en resumen, que "Resplandor en la oscuridad" es de esas pelis que merece la pena ver. Está bien hecha, bien interpretada, y distrae y entretiene con la misma facilidad con la que crea una historia de intriga que te atrapa hasta el final, cosa que no muchas pelis consiguen. Yo, particularmente, os recomiendo esta. No es muy conocida, así que seguro que os puede sorprender.





    CINE DE LOS 80: "NUEVE SEMANAS Y MEDIA"


    TÍTULO: NUEVE SEMANAS Y MEDIA

    DIRECTOR: ADRIAN LYNE

    REPARTO: MICKEY ROURKE, KIM BASINGER, MARGARETT WHITTON, DAVID MARGUILES

    DURACIÓN: 95 min.

    AÑO: 1986

    GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Releyendo un poco por encima la opinión de Hyde -cosa que no suele suceder con demasiada frecuencia-, me he llama la atención de que la sitúe en el grupo de películas que acaban siendo más "películas de momentos" que largometrajes con personalidad propia en su totalidad. Y digo que me llama la atención porque, aunque yo tenga ligeramente la misma sensación, lo cierto es que me parece más una película fruto de la época en que fue rodada y estrenada, como también hemos comentado en alguna que otra ocasión. Haciendo una breve retrospectiva, la década de los ochenta había supuesto la incorporación globalizada de la mujer a la primera división del mundo de los negocios (hecho que Mike Nichols pondría aún más en claro con su excelente "Armas de mujer - Working gilrs, 1988"). Sin embargo, es importante tener presente, para entender el desarrollo de la historia que propone "Nueve semanas y media" que los ochenta no sólo supusieron la "liberación" de la mujer de forma más explícita, sino también una época en que empezó a hacerse patente el poder que podían ejercer sobre los hombres. Y qué mejor forma de demostrarlo que a través de una historia en que la mujer decide explotar libremente y sin responsabilidades su sensualidad y sexualidad.


    Así es como, en "Nueve semanas y media", la protagonista es Elizabeth (Basinger), una mujer que trabaja en una galería de arte neoyorquina. Un día, por casualidad, se cruza en su camino un yuppie llamado John (Rourke), quien queda prendado de ella. De esta forma, no parará hasta seducirla e iniciar con ella una complicada relación basada en el secretismo, fetichismo y sexo, cuyas consecuencias finales no harán sino destrozarles por dentro, más a Elizabeth que a John.


    Como se puede deducir por su argumento, el escándalo que pretendía provocar la película de Adrian Lyne centra su punto de mira en esa especie de nueva dimensión femenina que comenzaba a hacer eclosión. Y lo hace con todo lujo de detalles. En primer lugar, le otorga a la mujer un papel laboral importante, no limitándose a figurar como la típica asistente o secretaria a la que se había visto relegada hasta ese momento (Elizabeth es responsable de una galería de arte en la que asesora a sus clientes, y acaba tomando decisiones importantes sobre cada una de las colecciones). En segundo lugar, se tratan diferentes aspectos del sexo considerados tabú, como es el caso de la forma explícita de mostrar los distintos juegos sexuales a los que Elizabeth es sometida por John (ver al respecto tanto la ya cláisca secuencia del strip-tease de Elizabeth al ritmo de la no menos célebre canción You can leave your hat on, así como el divertido momento previo en que John compra una serie de objetos en una tienda con la intención de utilizarlos después en sus encuentros sexuales).


    Sin embargo, lo que hubiera debido llamar ciertamente la atención es la resolución que se le da a la historia de "Nueve semanas y media". Al igual que sucedía en otra película de similares intenciones, "El último tango en París - Last tango in Paris, 1973", ese secretismo y relaciones basadas tan sólo en el sexo desenfrenado termina por vaciar a los que participan en ella. En el largometraje que hoy nos ocupa, acaba perturbando tanto la vida del personaje al que da vida Kim Basinger como al de Rourke, hecho sorprendente, pues él está mucho más habituado que ella a prestarse a esa clase de juegos. A este respecto, resulta decisiva una de las últimas secuencias del film, en el que John, en su último intento de mantener a Elizabeth a su lado, empieza a contarle cosas acerca de su familia y vida privada.


    Posiblemente, sea esta resolución que se le da a la película la que no hiciera de ella el éxito con el que esperaban contar sus responsables, a pesar de la seductora presencia Rourke, importante actor de moda de aquellos años, y Basinger, quien explota toda su sensualidad en esta película de una forma envidiable. En lo que concierne al resto, no hay mucho más que haga de "Nueve semanas y media" una película que merezca la pena volver a ver una segunda vez, más allá de los puntos que argumenta mi querido colega Hyde. Símbolo de una época, pero con muy poco trasfondo más.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¿Recordáis lo que decía ayer sobre "Gilda - Gilda, 1946", acerca de las películas que merecen la pena más por algún momento en particular que por la misma película? Pues "Nueve semanas y media" es otro de los mejores ejemplos de este tipo de pelis. No es una mala película, pero cuando has acabado de verla piensas "¿y qué?". No te ha llevado a ninguna parte ni has podido sacar muchas conclusiones al respecto (vamos, que tiene el mismo mensaje que un folleto del Carrefour). Eso sí, los dos o tres momentos que destacan por encima del resto hacen que haya merecido la pena verla.


    De entrada, la famosísima escena del baile de Kim Basinger a contraluz y con la canción de Joe Cocker a toda paleta. Simplemente cojonudo, de las secuencias que después recuerdas con una sonrisa en la cara (jopé tú, cómo estaba la buena mujer...). En segundo lugar, la secuencia en la que Mickey Rourke le da de comer cosas a Kim Basinger -que tiene los ojos vendados-, entre lo que destaca algo de fruta y, sobretodo, ese pase de cubito de hielo por el ombligo. Y, en último lugar, el morbete que da ver a Rourke cuando todavía era un tío guapete, porque lo que es ahora, casi da cosa mirarle a esa cara destrozada y retocada más que la de Stallone y Cher juntos.


    Por lo que respecta al resto, no hay mucho más que contar. La historia empieza siendo más o menos interesante para acabar aburriendo a medida que ves que no hay nada más en la peli que ver a éstos dos correteando de un lugar a otro, pensando en el próximo polvete que piensan echar, y poniendo cara de estar más salidos que una mona. Del resto, no hay casi nada más que rescatar. Si lo que querían era hacer una especie de peli escándalo, tampoco es que ruborice tanto ya que, al fin y al cabo, no dejan de contar los pormenores de una pareja (si es que se les puede llamar así) que deciden foxxxr bien sin mirar con quién. No es que eso sea nada reprochable, que allá cada uno, pero el problema es que no da para hacer toda una película que gire en torno a lo mismo. Y se nota, por mucho Joe Cocker que haya de por medio.