sábado, 25 de agosto de 2012

CINE EN CARTEL: "EL LEGADO DE BOURNE"

TÍTULO: EL LEGADO DE BOURNE

DIRECTOR: TONY GILROY

REPARTO: JEREMY RENNER, RACHEL WEISZ, EDWARD NORTON, SCOTT GLENN, JOAN ALLEN, OSCAR ISAAC, ALBERT FINNEY, STACY KEACH

DURACIÓN: 135 min.

AÑO: 2012

GÉNERO: POLICIACO

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • A principios del dos mil, Matt Damon protagonizaba "El caso Bourne - The Bourne identity, 2002" que, casi sin hacer ruido, se convertía en uno de los éxitos de la temporada veraniega. Lo curioso es que, cuando este film salió en formato doméstico, se convirtió en un auténtico bombazo, consiguiendo ser uno de los títulos más vendidos tanto a nivel particular como en los canales de pago por visión. Sin duda, esto animó a los productores Frank Marshall y Kathleen Kennedy (habituales colaboradores de Steven Spielberg) a querer continuar con las aventuras que el escritor Robert Ludlum había creado sobre el papel. Así, bajo la dirección del británico Paul Greengrass, dos años después, se estrenaba "El mito de Bourne - The Bourne supremacy, 2004", logrando un éxito aún mayor, y descubriendo una nueva forma de hacer cine de suspense y acción (es más que conocida la facilidad con la que Greengrass "marea" al público con sus planos cortos y movimientos epilépticos de cámara). Por supuesto, como se suele decir, no hay dos sin tres, y tres años después de la primera continuación, llegaba a las pantallas "El ultimátum de Bourne - The Bourne ultimatum, 2007", convirtiéndose en la más taquillera de las tres, y consiguiendo no sólo unas críticas excepcionales, sino tres Oscars en apartados técnicos. Sin embargo, cuando tanto el director como la estrella principal decidieron no proseguir más con las aventuras del espía desmemoriado, en Hollywood pusieron a trabajar la maquinaria para poder seguir explotando el filón creado con las aventuras de este personaje. Así pues, esta semana se estrena entre nosotros "El legado de Bourne", donde el ascendente Jeremy Renner toma el testigo de Matt Damon y se mete en la piel de otro espía perteneciente al mismo programa secreto del que había salido Jason Bourne, teniendo que hacer frente a nuevas amenazas. Para esta ocasión, ha sido el guionista y ocasional director Tony Gilroy quien se ha puesto tras las cámaras.

    Aaron Cross (Renner) es un espía de la CIA destinado en Alaska, y que pertenece al programa secreto Treadstone, en el que su resistencia física y mental es puesta a prueba con el fin de conseguir una serie de agentes casi invencibles. Cuando Jason Bourne pone en jaque a la organización que ha diseñado el programa Treadstone, sus máximos responsables, liderados por el almirante Mark Turso (Keach) y el coronel Eric Byer (Norton), deciden borrar cualquier pista y archivo que les pueda comprometer, lo que también implica la muerte de todos los agentes implicados en el programa. Sin embargo, Cross consigue escapar y, ante la necesidad de seguir administrándose la medicación que le permite seguir estando plenamente en forma, se lanza a la búsqueda de la doctora Marta Shearing (Weisz), que se encargaba de facilitarle las dosis necesarias.

    En un caso como "El legado de Bourne", las comparaciones son inevitables. Es evidente que, al ser un largometraje que depende directamente de los tres films anteriores que se centraban por completo en el personaje de Jason Bourne, el público espera encontrarse con un atractivo similar al que contenía la trilogía protagonizada por Matt Damon. O, lo que es lo mismo, con una película repleta de intriga, suspense, y espectaculares secuencias de acción que surgían como consecuencia de lo que ocurría en el film, y no con la única intención de apabullar a la platea con ruidosas persecuciones y tiroteos. Sin embargo, aunque sí es verdad que "El legado de Bourne" cumple varias de estas expectativas, no es menos cierto que el film de Tony Gilroy se desmarca respecto a la trilogía original, no sólo a través de una puesta en escena más sosegada (muchísimo más cercana a la de Doug Liman -quien dirigió el primer film- que no a la de Paul Greengrass), sino tomando una línea argumental que difiere sustancialmente de la historia tratada en aquella. ¿Decisión acertada o craso error? Como casi siempre, depende.

    Tal y como hemos apuntado, "El legado de Bourne" es una película interesante, narrada con brío y de lo más entretenida. Ahora bien, el hecho de que la trama de espionaje basada en el borroso pasado del protagonista haya sido sustituida por una nueva historia que juega con elementos tales como la modificación genética no tendría por qué jugar en contra del film... si no fuera porque éste nunca va más allá de dicha premisa. En efecto, "El legado de Bourne" se limita a aportar una idea innovadora y desviar la atención del público hacia ella, sin llegar ni a completarla, ni a redondearla del todo. Por ello, desde que los protagonistas deciden poner rumbo al laboratorio clandestino que se encuentra en Manila, hasta que finaliza el largometraje, el espectador se queda esperando un "algo" mucho más sólido que justifique las -excelentes- persecuciones o las -impresionantes- secuencias de acción. Asimismo, la relación entre Cross y la doctora Shearong nunca resulta creíble del todo (ver la escueta secuencia en Manila, una vez que Aaron se ha infectado con el virus), y apuntes tan interesantes como el verdadero reclutamiento y adiestramiento de Cross (narradas de forma excelente en una serie de flashbacks que ofrecen una imagen impresionante de Jeremy Renner), se quedan tan sólo en breves menciones con las que se podría haber jugado más y ayudar a redondear la película. Todo ello, por no mencionar que podrían haber dado muchísimo más de sí personajes secundarios como los interpretados por Joan Allen, Albert Finney, Scott Glen o Edward Norton quien, aquí, se limita a ser un malo muy light de la función.

    En lo que al aspecto técnico se refiere, "El legado de Bourne", si bien podría clasificarse como un film correcto, no llega a alcanzar la brillantez de determinados elementos con los que sí contaban los tres largometrajes anteriores. Por ejemplo, la partitura de James Newton Howard no llega a resultar tan trepidante como la compuesta anteriormente por el hanszimmeriano John Powell, y el montaje, aunque mucho más reposado que el que había empleado por el oscarizado Christopher Rousse, no consigue que secuencias más reposadas (la presentación del personaje de la doctora Shearing en el laboratorio, el interrogatorio en su casa, la llegada de Cross al refugio) evite los altibajos en el ritmo de la acción.

    En resumidas cuentas, "El legado de Bourne" es una película entretenida, que cumple perfectamente el propósito de entretener al público, pero que pierde enteros si se compara con los films anteriores acerca del personaje, pudiendo llegar a dejar en el espectador la sensación de haber sido "timado" al esperar encontrarse con un film que, al final, no es lo que parecía.

  • MR. HYDE DICE:
  • Esto no es Jason Bourne, es Pepe Hood. Para los que no sepáis quién es Pepe Hood (señal de que no leéis muy a menudo el blog, muy mal), os lo resumo diciéndoos que es cuando hacen una peli sobre una cosa o una persona en particular, y lo que se cascan no tiene nada que ver con lo que esperabas -algo como lo que le pasó a un amigo mío cuando fuimos a ver el "Robin Hood" de Ridley Scott -de ahí la coña-. Bueno, pues esta última peli de Jason Bourne sin Jason Bourne (jodida la cosa ya de entrada) tiene de las tres pelis de Jason Bourne anteriores lo que yo de fraile. ¿Quiere decir eso que es una patata? Hombre, yo tampoco diría eso, que las he visto peores. ¿Merece la pena verla en el cine? Pssss, me remito a mi respuesta anterior, que he pagado por ver truños más grandes. ¿Está chula? Eh, que para saberlo tenéis que leer los párrafos siguientes.

    "El legado de Bourne" es una peli bastante distraída. Dura algo más de dos horas y a mí se me pasaron volando, lo que suele ser buena señal. Es muy distraída, consigue engancharte, y las escenas de acción están bastante curradas. Ahora bien, para disfrutar a tope de "El legado de Bourne" es imprescindible hacer una cosa: no compararla con ninguna de las tres pelis de Matt Damon. ¿Que por qué? Pues porque "El legado de Bourne" se parece a ellas como que un huevo a una castaña. Los que esperéis encontraros una historia de espías, programas secretos, documentos clasificados e intriga política, ya os podéis ir olvidando. En lugar de eso, sí que mantienen el ritmo de acción y suspense (saber quién demonios es el prota, y por qué es tan rematadamente bueno, que ni el Steven Seagal era tan chungo de matar), los momentos de acción tan espectaculares como increíbles (me quedo con todo lo que pasa en Manila, tanto a pie como en moto), y los listillos de la CIA, del Pentágono o de donde coño sean queriendo controlarlo todo desde una sala llena de tíos frente a una pantalla y mogollón de controladores de satélites. Pero, como os digo, eso es lo único que tiene en común con las otras aventuras de Bourne. Así que, ¿qué es lo que hace que Jason Bourne sea Pepe Bourne? Seguid leyendo, va, no seáis perros, que os lo digo ahora mismo.

    "El legado de Bourne", en mi opinión -que, al fin y al cabo es la que cuenta aquí-, lo que hace que sea un poco patata (y, por tanto, diferente a las otras películas) es la historia. ¿Experimentos genéticos? ¿Súper espías con el mono que hacen lo que sea por un chute? ¿Saltar en un par de minutos de los EEUU a Manila como quien se va al pueblo de al lado? Venga va, no me jodas, con lo bien que habíamos llegado hasta aquí. Pero, lo peor del asunto, no es que se hayan pegado el pedo mental en eso de la historia sino que, cuando parece que la cosa ya está más o menos encaminada (después de un montón de fiambres, peleas a lo Jackie Chan, y persecuciones que si las hago yo estoy hospitalizado un año entero), resulta que va y... ¡¡¡se acaba!!! Y tú te quedas con cara de flipado pensando "no es posible que termine así". Pero sí colega, me temo que sí.

    Así que no te queda más remedio que pensar en lo que te ha molado de esta peli (repito, me quedo con la persecución por los tejados y en moto), y esperar que si hacen otra continuación del palo "Sé lo que Bourne hizo el último verano" tenga más que ver con lo que hacía el Jason Bourne de verdad, es decir, con los argumentos esos súper interesantes de espías, programas secretos, documentación comprometida y demás, y no tanto con la coña de cromosomas y súper espías a los que se les quiere dar pasaporte. Por suerte, "El legado de Bourne" consigue entretenerte lo suficiente como para que no te entren ganas de mentarles la parentela a los que se han sacado esta peli de la manga. Pero, insisto, ni se os ocurra compararla con el Bourne original, porque ésta última os parecerá una mierda pinchada en un palo. Estáis avisados.