jueves, 14 de julio de 2011

CINE ACTUAL: "SIETE ALMAS"


TÍTULO: SIETE ALMAS

DIRECTOR: GABRIELE MUCCINO

REPARTO: WILL SMITH, ROSARIO DAWSON, BARRY PEPPER, WOODY HARRELSON

DURACIÓN: 118 min.

AÑO: 2008

GÉNERO: DRAMA





  • EL DR. JECKYLL DICE:
El realizador italiano Gabriele Muccino, quien había comenzado a labrarse en su país importantes éxitos comerciales y artísticos -en especial a partir de "El último beso - L'ultimo bacio, 2001"-, debutó en suelo americano en la dirección de largometrajes gracias al apoyo de Will Smith, quien lo erigió como el candidato ideal para ponerse tras las cámaras de "En busca de la felicidad - The pursuit of happiness, 2006", largometraje que no sólo representó un claro éxito comercial más que añadir a la lista de Smith sino que, además, dejó claro que la estrella norteamericana era capaz de cargar él sólo con el peso de un drama sobre sus espaldas, y de lograr el aplauso unánime de la crítica con su interpretación. Ante un logro conjunto de tales proporciones, Smith volvió a contactar con Muccino para que lo dirigiera de nuevo en otro largometraje, más dramático aún si cabe que el anterior.

Partiendo de un guión original de Grant Nieporte, el film presenta a Ben (Smith), un extraño hombre que, desde el comienzo se dedica a buscar a siete personas con una serie de características muy particulares. Cada uno de ellos parece tener una necesidad latente insatisfecha que les está amargando la vida, bien sea física, material o emocional. Una vez que los localiza, Ben les ofrece su ayuda de forma desinteresada para poder aliviar su sufrimiento. Sin embargo, las cosas cambian cuando empieza a conocer a la última de esas siete personas: Emily (Dawson), una mujer gravemente enferma del corazón que está aguardando una llamada que le permita someterse a un trasplante antes de que sea demasiado tarde. Será entonces cuando Ben, ayudado por su buen amigo Dan (Pepper) tenga que jugar un importante papel, en una decisión que afectará la existencia de todos ellos, y desvele las verdaderas intenciones de Ben.

Más allá de su clara intención de resultar una película lacrimógena, lo que hace de "Siete almas" una película excelente es, en primer lugar, la actuación de Will Smith y, en segundo, en demoledor análisis que supone el largometraje acerca de la conciencia, y las decisiones que puede impulsar a tomar un excesivo cargo de la misma.

En lo referente a la actuación de Smith, ésta resulta, en una palabra, ejemplar. Quienes pensaran que la estrella televisiva de El príncipe de Bel-Air y de comedias más tontorronas como "Hombres de negro - Men in black, 1997" o "Wild wild west - Wild wild west, 1999", deberían echarle un vistazo a las dos películas que rodó el actor de Pennsylvania para descubrir a un artista capaz de encarnar a personajes tan versátiles y, a la vez, humanos y auténticos con una facilidad para emocionar al espectador ciertamente escasas en el panorama cinematográfico actual. Pero es, en especial, en "Siete almas" donde esa aparente frialdad con la que comienza encarnando al personaje de Ben, se gana el apoyo de la platea, hasta el punto de que no son pocas las personas que han tenido que recurrir a pañuelos de papel ante los impresionantes diez minutos finales de metraje.

En lo que concierne al mensaje de la película, como decíamos antes, "Siete almas" es una oda a la liberación de la conciencia humana tremebundo. No se limita tan sólo a mostrar las ansias de redención de una persona, sino que es un canto a una de las formas más extremas posibles de amar al prójimo, libre de cualquier sentimiento egoísta o manipulador. A este respecto, este largometraje supone un avance respecto a "En busca de la felicidad" que, si bien trataba de disimular una deliberada semi canonización del personaje principal a causa de su actitud ante la constantes desgracias que se interponen en su camino, ahora queda relegado a un segundo plano, limitándose a mostrar los actos a los que está dispuesto a llegar una persona por liberar su conciencia del gigantesco lastre que supone haber realizado determinadas acciones en el pasado.

"Siete almas" es una película magnífica, donde las emociones están dosificadas de forma que todo el largometraje mantiene un ritmo parejo a la hora de desarrollar la historia del protagonista. Y no es hasta el final, donde ese cúmulo de emociones acaba estallando en unas pocas secuencias que ponen a prueba la lágrima del espectador. En resumen, es una película de lo más recomendable, muy triste pero, no por ello, menos hermosa.


  • MR. HYDE DICE:
De todas las pelis que he visto (y os aseguro que son unas cuantas), posiblemente "Siete almas" sea la más triste. Y mirad que no digo deprimente, ni lacrimógena, ni rollera, ni nada por el estilo. Digo triste, sin más. La peli, en realidad, es una pasada, preciosa a rabiar, pero de una tristeza acojonante. Will Smith no solo hace un papelón como nunca antes le había visto (para mi gusto, mucho mejor que "En busca de la felicidad" o "Ali - Ali, 2002"), sino que es capaz, casi sin esforzarse -o eso parece- de bordar este monumental drama.


Cuando la peli empieza, no tienes muy claro de qué va a ir la cosa. Por una parte, ves al personaje de Ben visitando a unas personas sin saber muy bien por qué, tomando una serie de decisiones y actuando de una forma que desconciertan bastante. Evidentemente, todo ello está calculado ya que, conforme avanza la peli, te vas enterando de las intenciones que se esconden detrás de todo. Puede que sea por eso que la atención nunca decae durante las casi dos horas que dura la peli, porque te mantiene el interés en saber qué leches está pasando, y por qué Ben se comporta de esa forma, y por qué tiene una obsesión casi enfermiza en dar con siete desconocidos, a cuál más desgraciado.


Los únicos puntos flojos que le veo yo al asunto son dos. Primero, el comienzo. Nada más empezar, se medio desvela parte fundamental del argumento, a pesar de que luego el resto de la peli sea un enorme flashback. Pero vamos, que como que te han jodido parte de la sorpresa que te pasas esperando buen rato (toda la secuencia de Ben llamando al teléfono de emergencias para que acudan a la habitación de un motel). Segundo, que la inevitable historia de amor entre los protas se alarga demasiado. Quizás veinte minutos menos de edulcoramiento le hubiera venido de perlas a la peli ya que, al fin y al cabo, todo parece estas sentenciado desde un principio.