miércoles, 10 de agosto de 2011

CINE DE LOS 90: "DRÁCULA, DE BRAM STOKER"


TÍTULO: DRÁCULA, DE BRAM STOKER

DIRECTOR: FRANCIS FORD COPPOLA

REPARTO: GARY OLDMAN, WINONA RYDER, KEANU REEVES, ANTHONY HOPKINS, CARY ELWES, SADIE FROST

DURACIÓN: 125 min.

AÑO: 1992

GÉNERO: TERROR

  • EL DR. JECKYLL DICE:

  • A principio de los años 90, el reputadísimo cineasta Francis Coppola, trataba de recuperarse de la la conclusión de la saga de mafiosos más famosa de la historia del cine, y tras las críticas que habían reaccionado con desprecio hacia la tercera parte de "El padrino". En la meca del cine es conocida la facilidad de Coppola para involucrarse en costosos proyectos que, especialmente a lo largo de la década de los ochenta, habían fracasado uno tras otro (tal es el caso de "Corazonada - One from the heart, 1982", "Cotton Club - The Cotton Club, 1984", o "Tucker, un hombre y su sueño - Tucker, 1987"). Por este motivo, cuando decidió ponerse tras las cámaras, los productores quisieron asegurarse de que, en esta ocasión, jugaría sobre seguro. Lo que pocos esperaban es que el genio de orígenes italoamericanos, se decantaría por la adaptación de la novela "Drácula", escrita por Bram Stoker, y que ésta versión del mito del vampiro acabaría siendo no sólo uno de sus mejores trabajos, sino también la aproximación más fiel al personaje de Drácula, y una de las obras más fascinantes de principios de los años noventa. Sin escatimar medios técnicos, Coppola partió del guión escrito por James V. Hart para recrear el mundo del temible no-muerto, contando con revolucionarios trucajes visuales, así como con un amplio formado tanto por intérpretes consolidados (Gary Oldman, Anthony Hopkins) como de jóvenes talentos emergentes (Winona Ryder, Keanu Reeves).


    El film da comienzo cuando, a finales del siglo XIX, un letrado llamado Jonathan Harker (Reeves) viaja a Transilvania con el fin de hacerse cargo de una serie de asuntos legales y testamentarios para el llamado Conde Drácula (Oldman). Lo que Harker desconoce es que, Drácula, en realidad, nació durante la primera mitad del siglo XV y que, como consecuencia del suicidio de su prometida mientras él combatía contra las tropas enemigas de la Iglesia, ofreció su alma al diablo a cambio de vivir eternamente para volver a encontrarla. El problema es que Drácula cree haberla encontrado en la prometida de Harker, Mina Murray (Ryder), por lo que hará lo imposible para retener a Harker en su siniestro castillo y desplazarse hasta Londres con el fin de seducir a la joven.


    "Drácula, de Bram Stoker" es una obra maestra de planificación y visualización. Resulta fascinante el uso de las sombras con el que es capaz de jugar Coppola (ver al respecto la siempre amenazante sombra del conde, que no le sigue siempre allá donde va su cuerpo), así como de los trucajes escénicos que permiten a Drácula gatear por los tejados, o convertirse en humo cuando se aproxima a sus víctimas. Además, supuso toda una revolución los efectos de maquillaje que permitieron convertir a Gary Oldman tanto en un apuesto seductor -cuando se encuentra en Londres- como en el anciano conde -cuando está en Transilvania-, o en la serie de monstruos en la que se convierte a lo largo del largometraje: una bestia con forma lobuna, un murciélago gigante, etc.


    Por lo que respecta a la ambientación, los tremendos y góticos decorados logran crear un efecto de inquietud que Coppola aprovecha desde el comienzo, cuando un indefenso Harker se adentra en las montañas de Transilvania (impresionante la recogida de Harker por parte de un misterioso cochero, y el diseño de producción del camino que llega al castillo de Drácula), pasando por el interior del castillo (la súbita aparición de las "novias" de Drácula es tan seductora como espeluznante), y por todo el acecho de Drácula a la mejor amiga de Mina (el dormitorio de la joven pasa de inspirar dulzura e inocencia a causar auténtico pavor).


    A ello, debe sumarse un montaje digno de estudio, que ayuda a reforzar el ambiente de amenaza y terror desarrollado por Coppola a lo largo de todo el film, y que contribuye en buena medida a aligerar su ritmo y hacerlo más trepidante. Buena muestra de ello, vuelve a ser el comienzo, en el que unas nubes cercanas al tren en el que se encuentra Harker parecen convertirse en los ojos amenazantes del conde, así como en otros instantes como la posesión y muerte de Lucy, o la secuencia en la que los cazadores liderados por Van Helsing deciden irrumpir en la fortaleza del vampiro.


    En resumen, Coppola logra mucho más que rodar una versión más de la historia de Bram Stoker. En este caso, lo que consigue es disfrazar una historia de pérdida del amor y la intención de reconquistarlo, aunque para ello se deba disfrazar todo de cuento de terror pavoroso y fabulosamente bien realizado. Evidentemente, no supera la calidad de las dos primeras partes de "El padrino", ni de "Apocalipsis now - Apocalypse now, 1979" pero, de lo que no cabe duda, es que "Drácula, de Bram Stoker" es una excelente película que pretende y logra ser mucho más que un simple cuento de terror puesto que, además, se convierte en una auténtica lección de cómo hacer cine.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Buah, vaya peliculón! No sé cómo se le habrá ocurrió a Coppola hacer todo lo que hace con la cámara, pero ya os digo que deja con la boca abierta. Creo que es de las primeras veces (por no decir la única, hasta ahora) que una "peli de monstruos" acojona, tanto por lo bien hecha que está como por la misma historia. Yo me leí hace tiempo la novela de Bram Stoker -es un pelín larga y con un estilo demasiado... "antiguo", pero os la recomiendo en cualquier caso-, y debo decir que la peli que han hecho sigue mucho su argumento. Al menos, los detalles importantes de la historia están todos ahí. Ahora bien, lo que hace para mí que "Drácula de Bram Stoker" sea una peli brutal es la forma de traducir en imágenes los ambientes misteriosos que describe la novela. No hay parte que no se la hayan currado, desde el castillo de Drácula, hasta la casa de Lucy y Mina, o las calles de Londres.


    Pero, lo que aún hace que me parezca mejor la peli, no es sólo que se hayan gastado un ojo de la cara en decorados. Os aseguro que he visto truños de películas monumentales en las que se han gastado lo que no tenían en decorados ("Revolución - Revolution, 1985" es una de las primeras que me vienen a la mente). Lo cojonudo es que le han dado a cada fotograma un toque de inquietud que no se puede describir del todo bien con palabras. Es como si intuyeras con cada imagen y en cada movimiento de cámara, que el vampiro cabrón te va a salir por algún lado o, aún peor, que está constantemente al acecho. Si a eso unes el maquillaje tan acojonante, la fotografía, montaje, vestuario y todo eso, pues ya flipas en colores. Y, todo ello, por no hablar de la música, que compuso un polaco llamado Wojciech Kilar (tela con el nombre), que da canguelo ya sólo con tener los ojos cerrados y escucharla.


    Ahora bien, si hay algo que deberían haber cuidado un poco más, en mi (no tan) humilde opinión, es la elección de un par de actores. En primer lugar, Keanu Reeves hace tan bien de Jonathan Harker como Joselito de Cristóbal Colón (es decir, no lo hace tan mal como en otras pelis que dan ganas de pegarle, pero casi) y, en segundo lugar, aunque pienso que Anthony Hopkins es un actor al que da gusto escuchar aunque sea leyendo el menú del día, en esta ocasión, el papel de Van Helsing parece que le viene demasiado grande. Además, parece que el ritmo al final de la peli ya no se encuentra a la altura del resto, pero no sé si es porque rodaron más cosas que luego acabaron cepillándose en la sala de montaje -tiene toda la pinta-, o porque dijeron: "señores, ya hemos vendido todo el pescado, se acabó lo que se daba".


    Pero vamos, en cualquier caso, esto no hace que "Drácula, de Bram Stoker" sea una peli menos buena. De hecho, es de esas que mola ver más de una vez para regalarse los ojos con una estética que suele estar poco presente en las pelis de miedo, o en las que se suponen que tienen que ser de miedo. En otras palabras que, por fortuna, no se fueron por las ramas con eso del origen de los vampiros como con "Entrevista con el vampiro - Interview with the vampire, 1994", ni hicieron una mierda como "Van Helsing - Van Helsing, 2004". Lo dicho, que se sale por la puerta grande.


    Por cierto, una última pregunta a mis adorados frikis antes de acabar. ¿Sabíais que la canción de Annie Lenox Love song for a vampire fue compuesta expresamente para esta peli?