lunes, 20 de febrero de 2012

CINE CLÁSICO: "VÉRTIGO (DE ENTRE LOS MUERTOS)"

TÍTULO: VÉRTIGO (DE ENTRE LOS MUERTOS)

DIRECTOR: ALFRED HITCHCOCK

REPARTO: JAMES STEWART, KIM NOVAK, HENRY JONES, BARBARA BEL GEDDES, TOM HELMORE

DURACIÓN: 128 min.

AÑO: 1958

GÉNERO: SUSPENSE

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • A finales de los años cincuenta, Hitchcock ya era toda una leyenda. El maestro del suspense (qué gracia cuando se oye llamar así a cualquier director que ha hecho un par de películas de intriga...), después de haber conseguido obras redondas con, por ejemplo, "La ventana indiscreta - Rear window, 1954", "Crimen perfecto - Dial M for murder, 1954", o "Encadenados - Notorious, 1946", y a tan solo unos años de sentar cátedra en el cine de suspense / terror con "Psicosis - Psycho, 1960", rodó la que, a día de hoy, está considerada como una de las más sobresalientes obras de su filmografía, "Vértigo (de entre los muertos)" aunque, en el momento de su estreno, fuera más bien ignorada por la crítica y público, quienes no parecieron quedar demasiado contentos con el juego de despiste y misterio propuesto por el genial cineasta. Para este caso en particular, Hitchcock volvió a recurrir a James Stewart -con el que ya había trabajado antes en tres ocasiones- para realizar un fascinante largometraje que, tomando prestados algunas influencias de su "Recuerda - Spellbound, 1945", se inmiscuye en el poder de sugestión de la mente humana, hasta el punto de ser capaz de crear una falsa realidad tan aparentemente verdadera como la auténtica.


    Scottie Ferguson (Stewart) es un policía retirado del servicio activo, después de sufrir un trauma durante una misión, que desarrolla en él un prufundo vértigo. Sobrevive gracias a los cuidados de su amiga Midgie (Bel Geddes) y a los encargos que realiza como sabueso. Un día, un antiguo amigo llamado Gavin Elster (Helmore) le contrata para que vigile a su esposa, Madeleine (Novak), pues hace tiempo que tiene un comportamiento de lo más extraño. Scottie acepta el caso y empieza a seguir a Madeleine, llamándole la atención la obsesión que parece ella parece tener por una mujer retratada en un gran cuadro, ya que se viste, peina y comporta como ella. Cuando Madeleine trata de quitarse la vida, ahogándose, Scottie la salva, pero ello desencadena una serie de consecuencias que pondrán en duda su percepción de la realidad.


    Son muchísimas las influencias que ha tenido en el cine posterior esta magnífica obra maestra de Alfred Hitchcock. Desde su discípulo confeso, Brian de Palma (son más que evidentes sus homenajes a esta película, tanto con "Fascinación - Obsession, 1976" como con "Doble cuerpo - Body double, 1984"), hasta propuestas menos ambiciosas y no tan conocidas (caso, por ejemplo de "The Lookout - The lookout, 2007"), o más que evidentes virguerías visuales españolas (la influencia de este film en el "Abre los ojos", de Alejandro Amenábar es ya público). Y todo esto, no es para menos, ya que "Vértigo (de entre los muertos)", se encuentra, como se ha dicho en más de una ocasión, entre lo mejor del genio del suspense. Tanto por las excelentes interpretaciones de unos inigualables James Stewart (su actuación no permite al espectador en ningún momento adelantarse a los hechos que se van sucediendo) y Kim Novak (perturbadora como pocas en su desdoblado papel).


    Sin embargo, "Vértigo (de entre los muertos)", también es mucho más que una simple película de misterio. También es toda una lección de cómo conseguir que una historia de suspense vaya adquiriendo cada vez más esa sensación de tensión in crescendo tan tremenda, desde lo que puede representar una pausada puesta en escena (todo el trabajo del detective a la hora de seguir y averiguar qué trama la mujer a la que espía), hasta los momentos en que Hitchcock pone toda la carne en el asador y hace que la cámara casi sufra al mismo tiempo que su personaje principal (inimitable las escenas que tienen lugar en lo alto del campanario, así como el instante en que las piezas comienzan a encajar en la mente del sabueso).


    En resumidas cuentas, "Vértigo (de entre los muertos)", dentro del cine clásico -ya no sólo del de su realizador, o del perteneciente al género del suspense-, es una verdadera obra maestra, digna de ser disfrutada en numerosísimas ocasiones. Después de visionarla una vez, a pesar de conocer ya de antemano qué sucede en su inesperado clímax, el espectador disfruta igual que la primera vez que la vio, dejándose llevar por su historia tan seductora de obsesión y muerte. Lo dicho, una obra maestra.



  • MR. HYDE DICE:

  • Ou yeah! Éste sí que es un peliculón como la copa de un pino. Mira que tiene más años que la castaña, pero aún sigue enganchando con esa intriga tan cojonuda que tiene, desde que la peli empieza con esa persecución por las azoteas, hasta el final, totalmente imprevisto, en el campanario. "Vértigo (de entre los muertos)" es una de esas pelis que, os guste el cine clásico o no, deberíais ver, al menos, una vez en vuestra vida, para saber lo que es una buena película de suspense como Dios manda. Claro, que estamos hablando de Hitchcock, así que tampoco tendría que sorprender mucho. Pero manda huevos que este hombre lo bordara una vez tras otra, y siempre consiguiera hacer películas geniales. A ver cuándo aprendemos nosotros (porque los yanquis, aún consiguen hacer cosas buenas) y tomamos ejemplo, que ni mucho Goya ni mucha polla, que hay que ver las mierdas que nos soplamos cuando queremos (que es casi todo el tiempo). Pero bueno, que me voy por los cerros. Vamos al turrón.


    No sé cómo se las apaña, pero "Vértigo (de entre los muertos)", consigue que estés atento y que el misterio vaya en aumento con cada minuto que pasa. La peli es larguita, y tiene momentos de bastante calma chicha pero, aún así, es como si el amigo Alfred lo envolviera todo en un ambientillo de mal rollo por no saber qué demonios está pasando de verdad, y que consigue marearte un poco -dicho esto en el mejor sentido posible-, casi tanto como al pobre James Stewart, que se pasa la primera mitad de la película más perdido que un pollo sin cabeza. Pues a ti te pasa lo mismo: entiendes de sobra la movida que tiene Stewart con las alturas, pero desde que empieza a seguir a esa mujer rubia, ya te hueles algo raro; y cuando la pava se empeña en comportarse como si fuera una muerta de hace tropecientos años, ya ni te cuento.


    Pero, lo mejor de "Vértigo (de entre los muertos)" empieza con el resto de la peli. Desde el momento en que James Stewart se cruza casi por casualidad con la dependienta de una tienda, ahí ya empiezas a tener sospechas por todos los lados. Pero bueno, tampoco haré más referencias a estos detalles, que todavía os cago alguna sorpresa. Lo que sí os puedo decir es que tiene momentos que no se te olvidan. A mí, por ejemplo, me pasa con las escenas del campanario de ese convento. Mira que tiene años la peli, pero cada vez que recuerdo la sensación que me dio ver lo que pasa en la torre de ese campanario, se me pone la piel de gallina. Y ya si hablamos de ese final que ni te ves venir, ahí ya es para mear y no echar gota. Vamos, que no sé si "Vértigo (de entre los muertos)" será la mejor película de Hitchcock o no pero, lo que sí tengo claro, es que es una de mis preferidas.


    En fin, que por mucho que pueda hablar maravillas de "Vértigo (de entre los muertos)", no será más que una opinión hasta que la veáis -luego, seguro que son dos, jeje-. James Stewart sale poniendo la misma cara de tío simpático de siempre, y Kim Novak (guapísima por aquel entonces), pues hace el papel de chica de la película, aunque sin el glamur y la belleza que tenía Grace Kelly, pero bueno, tampoco se puede pedir todo. Ah, y una última cosa: vale que el mérito por goleada se lo lleva Hitchcock, pero me gustaría dedicar un momento para pensar en esos pedazos de guionistas que tenía el colega inglés, y que le escribían unas películas que flipas, porque sin una historia tan currada como la de "Vértigo (de entre los muertos)", o cualquiera de las otras tropecientas pelis que hizo, a día de hoy, sus pelis no serían tan bestiales. Así que, en este caso, señores Alec Coppel y Samuel Taylor, olé vuestros huevos, campeones.