miércoles, 22 de junio de 2011

CINE DE LOS 90: "LEYENDAS DE PASIÓN"


TÍTULO: LEYENDAS DE PASIÓN

DIRECTOR: EDWARD ZWICK

REPARTO: BRAD PITT, ANTHONY HOPKINS, AIDAN QUINN, JULIA ORMOND, HENRY THOMAS

DURACIÓN: 135 min.

AÑO: 1994

GÉNERO: DRAMA ÉPICO

  • EL DR. JECKYLL DICE:

Tras un casi desapercbido debut en la dirección con "¿Qué pasó anoche? - About last night..., 1986", vehículo diseñado con el único propósito de lucir los restos del grupo de actores adolescentes conocido como Brat pack, Edward Zwick irrumpió con fuerza en el panorama cinematográfico con "Tiempos de gloria - Glory, 1989", una potente obra acerca de la guerra de secesión norteamericana muy bien confeccionada que, además, supuso el primer Oscar para Denzel Washington. Por este motivo, las expectativas eran altas cuando, tras un pequeño paréntesis y el estreno de otra película menor casi olvidada, Zwick estrenó otro largometraje de corte épico con un reparto de lo más sugestivo: "Leyendas de pasión".


Basada en una novela del escritor estadounidense Jim Harrison (el mismo cuya novela "Venganza" inspiró la película de Tony Scott "Revenge - Revenge, 1990"), la historia se enmarca en los albores de la Primera Guerra Mundial. En el estado de Montana, el coronel retirado y viudo Ludlow (Hopkins), vive con sus tres hijos: Alfred, Tristan y Samuel (Quinn, Pitt y Thomas, respectivamente). Antes de partir al frente, Samuel presenta a su novia Susannah (Ormond), quien se hospeda en el rancho mientras dura el conflicto. Sin embargo, al acabar la guerra, Samuel no regresa con vida, para especial desesperación de Tristan, que no pudo evitar su muerte. Rotos por el dolor, los Ludlow tratan de sobreponerse a esta tragedia pero, la repentina atracción que tanto Alfred como Tristan comienzan a sentir hacia Susannah, acabarán causando más de un problema.


A pesar de no contar con la calidad fílmica de "Tiempos de gloria", "Leyendas de pasión" es muy recordada hoy en día, especialmente, por tres motivos. En primer lugar, por la excelente labor del director de fotografía John Toll, quien consigue retratar unos paisajes de belleza arrebatadora, tanto cuando la acción tiene lugar en las Montañas Rocosas de Montana, como cuando ésta se traslada a los conflictos bélicos más hinóspitos. En segundo lugar, porque tras el estreno de este film se desató la "bradipittmanía" (si se me permite la invención del término), convirtiendo así al joven intérprete en todo un ídolo de masas para las adolescentes de medio mundo. Y, en tercer lugar, la impresionante banda sonora que compuso James Horner la cuál, en la actualidad, sigue siendo considerada una de las mejores de la historia del cine.


No obstante, a pesar de contar con estos tres importantes elementos, el resto de la película parece no encontrarse a la altura (aparte queda, por supuesto, la correctísima actuación de Anthony Hopkins), sino que la historia parece perderse por momentos en todo lo relacionado con unos conflictos amorosos tan tortuosos que acaban dejando un regusto amargo desde sus inicios (esa tentativa de beso entre Tristan y Susannah cuando Samuel aún está vivo), hasta su tormentoso final. Por ello, parece que Edward Zwick parece despistarse un poco cuando la épica del relato se aleja de los momentos más espectaculares para centrarse en las pasiones y sentimientos encontrados de sus personajes, cosa que provoca que el film acabe alargándose en exceso hasta un inesperado final.


Aún así, cabe reconocerle a "Leyendas de pasión" el mérito de ser un intento más que digno de recuperar el sabor de las viejas producciones épicas, y de las historias de amor que acaban marcando a buena parte de los espectadores (especialmente en lo que al público femenino se refiere). Correcta, sin grandes momentos, pero con una fuerte presencia de los tres elementos destacados cuya única existencia ya justifica que merezca la pena ver esta película.



  • MR HYDE DICE:

¡Je, que si supuso el principio de la "Bradpitt lo que sea", dice! Ya lo creo que sí. De hecho, no creo que haya habido una sola chica que no haya tenido pegado en su carpeta algún póster o foto de Brad Pitt haciendo de Tristan, o montado a caballo y melena al viento. Mira que dieron la tabarra en su momento. Al menos, mientras ellas babeaban con Pitt y nosotros nos teníamos que conformar con Ormond (qué les hubiera costado porner a una tía más cañón...), al menos nos consolábamos con que la peli, sin ser ninguna maravilla, conseguía resultar lo suficientemente interesante como para que aguantáramos sentados las dos horas y pico que dura.


Aunque, como comentaba Jeckyll antes, lo mejor con diferencia es la música. Joer tú, qué a gusto se tuvo que quedar James Horner tras escribir esta música, por la que ni siquiera fue nominado a los Oscar. No protestaré esta vez por tal decisión, ya que 1994 fue el año en que ganó Hans Zimmer, así que aquí no ha pasado nada, pero va, aunque sea una candidatura sí que se hubiera merecido.


Por lo que respecta al resto de la película, pues está bien, pero tampoco es para tirar cohetes. Aunque es evidente, que está más dirigida a chicas que a nosotros. Bien hecha está, y la historia tiene su gancho. Pero vamos, la peli en sí es de las que volvería a ver si la pasan por la tele, porque quitando los paisajes y la BSO, a la media hora estás un poco hasta el gorro de ver a Brad Pitt con cara depre. Además, no entiendo por qué son tan bobos los personajes de no decir las cosas claras, que la tipa se le acerque a Pitt y le diga "me pones burraca", y se acabaron las monsergas. Nos hubiéramos ahorrado dos horas más de sentimientos frustrados y toda esa patata. Pero bueno, supongo que tiene que haber un poco de todo así que seguid mi consejo: si la churri os dice que quiere ver algo "como para ella", si elegís esta peli, dais en el clavo. Además, no es tan bodrio como el 95% de las comedias románticas, así que eso que salimos ganando todos.