TITULO: EL ORIGEN DEL PLANETA DE LOS SIMIOS
DIRECTOR: RUPPERT WYATT
REPARTO: JAMES FRANCO, FREIDA PINTO, JOHN LIGHTGOW, BRIAN COX, TOM FELTON
DURACION: 103 min.
AÑO: 2011
GENERO: CIENCIA FICCION
Desde que en 1968 se estrenara "El planeta de los simios", protagonizada por Charlton Heston, y éste largometraje se convirtiera en una de las películas de culto de la ciencia ficción casi al momento, no han sido pocos los intentos que se han sucedido en Hollywood para volver a rescatar el argumento de dicho film. Y en ello se incluye tanto a las versiones posteriores que también protagonizó el mismo Heston, como el intento de resucitar la franquicia por parte de Tim Burton a principios de la década pasada. Sin embargo, a pesar del elevado éxito de taquilla alcanzado por el film de Burton, la calidad y resultados de este largometraje dejaron muchísimo que desear (no en vano, es unánime la opinión de quienes afirman que se trata, con mucho, de la peor película del realizador).
En esta versión, la historia comienza con la investigación que lleva a cabo el joven doctor Will Rodman (Franco) en un laboratorio farmacéutico, para el que está a punto de concluir un proyecto que implica el encuentro de una cura para el mal de Alzheimer. Sin embargo, la demostración ante la junta directiva se salda con un estrepitoso fracaso, por lo que Will decide continuar sus investigaciones en su casa con una cría de simio recién nacida llamada Cesar y, así, de paso, poder cuidar de su padre (Lightgow), enfermo del mal que él mismo está tratando de erradicar. Conforme pasa el tiempo, los hallazgos que va logrando Will con Cesar son cada vez más asombrosos, puesto que el simio ha desarrollado una inteligencia extraordinaria para tratarse de un primate, así como la mejoría que experimenta su padre, gracias a la vacuna descubierta. Sin embargo, a causa de un desafortunado incidente, Cesar es recluido en una especie de cárcel-zoológico para simios, donde es maltratado por parte del gerente de la institución y su hijo (Cox y Felton, respectivamente), mientras que la comunicación de los avances de Will al director del laboratorio derivan en la experimentación con una nueva vacuna aún más potente, pero que posee unos efectos secundarios en humanos terriblemente perjudiciales que hará que, a partir de ese momento, el experimento se les escape de las manos.
Cuando los estudios de Hollywood empezaron a considerar la posibilidad de intentar una vez más rescatar el tema que Pierre Boulle describía en la novela que dio pie a estos largometrajes, una de las cosas que más claras parecían estar era que el enfoque debía ser totalmente nuevo, alejado de las estéticas anteriormente utilizadas en sus otras versiones, y que el guión debía respectar no sólo el principio de la génesis de dicha historia, sino que debía estar a la altura de las circunstancias para que el nuevo largometraje no acabara siendo una decepción más. Así pues, se apostó por "dar vida" a Cesar a través del mismo sistema desarrollar por Peter Jackson en su compañía de efectos especiales Weta Digital, consiguiendo que la animación de los simios y, en especial la de Cesar, resulten ciertamente asombrosas. De hecho, el mismo Cesar, aparte de sus rasgos claramente humanoides, acaba ofreciendo una interpretación tan increíble como real y espectacular.
Por otra parte, el equipo técnico del film ha sabido estar a la altura de las circunstancias. En primer lugar, su director, Ruppert Wyatt (quien sólo había rodado una película antes de involucrarse en este proyecto) demuestra tener un dominio muy preciso de la cámara, sabiendo construir cada set pièce con un ritmo y garra espectaculares. En segundo lugar, tanto la fotografía (obra del oscarizado Andrew Lesnie, también responsable de la trilogía de "El señor de los anillos") como el montaje de los veteranos Mark Goldblat y Conrad Bluff (memorables sus participaciones en la mayoría de largometrajes de James Cameron), así como la partitura compuesta por un cada vez más inspirado Patrick Doyle, le acaban de dar el toque final a la película, para hacerla de lo más interesante y dinámica. A este respecto, cabe destacar el ritmo in crescendo que se va produciendo desde que Cesar inicia la rebelión en su confinamiento, hasta el asalto por parte de los simios al laboratorio y la magistral secuencia de ataque a las fuerzas policiales en el Golden Gate (toda esta secuencia contiene una tensión y un dinamismo impresionantes).
En resumidas cuentas, "El origen del planeta de los simios" acaba siendo una precuela más que digna de la primera versión, impactante por el realismo de sus efectos especiales, y que consigue, a la vez, hacer olvidar por completo el despropósito del "Planeta de los simios" de Tim Burton, y construir un espectáculo interesante, bien hecho, y la mar de entretenido.
¿Recordáis la versión anterior de "El planeta de los simios" que hizo Tim Burton? Vale, pues aquella era una mierda como un piano que no tiene nada que ver con esta peli. Importante a tener cuenta. Aún recuerdo la sensación de timo cuando vi la otra pero, por suerte, "El origen del planeta de los simios" no se le parece en nada. Para empezar, el guión es de lo más original y creíble (dentro de la ficción, se entiende), y no se centra en los monos estos, sino en las consecuencias de llevar demasiado lejos y sin control una investigación médica de la que no se conocen sus efectos secundarios. Después, los actores saben cómo moverse delante de una cámara, en especial los secundarios como John Lightgow, que borda su papel de anciano enfermo de Alzheimer (nada que ver tampoco con el soso de Mark Wahlberg ni con los otros que salían en la peli anterior). Y, para acabar, los efectos especiales, que son impresionantes. Dicen que han usado la misma tecnología que en la trilogía "El señor de los anillos" con Gollum para dar vida a los monos. Bueno, pues yo de tecnología no tengo ni papa, pero sí que os puedo decir que casi acaban actuando mejor los bichos que los propios humanos.
Que nadie se piense tampoco que "El origen del planeta de los simios" es una peli de efectos especiales a lo bestia desde que empieza hasta que acaba. Como ya os digo, a Dios gracias tiene un guión a partir del que desarrollan la historia, por lo que los efectos especiales se limitan, hasta que llega la escena final de la rebelión, a animar al simio de turno que tiene que aparecer en pantalla, y no a atronar al personal con mogollón de escenas hechas por ordenador. Vale que hay trozos que huelen a efectos especiales de forma descarada (como la escena en que la cámara sigue a Cesar desde la cocina de la casa hasta su habitación), pero tampoco es algo que quede mal del todo, ni que parezca ridículo. Es más, casi ayuda a que quien está en la butaca vea la evolución del simio desde que es una cría hasta que se convierte en adulto.
Y, por supuesto, lo que merece la pena destacar de la película -al menos desde un punto de vista visual- es el final. Desde que se escapan los simios de esa especie de cárcel para monos hasta que invaden el laboratorio donde se fabrica la vacuna 112 y revientan a todas las tropas policiales habidas y por haber en el Golden Gate, la cámara no para ni un momento de moverse. Y ojo, que digo moverse, no cortar los planos a lo burro como si el montador tuviera Parkinson. Toda la secuencia del puente es flipante, incluyendo el ataque del gorila al helicóptero, y la estrategia de los simios de dividirse en dos equipos para protegerse de la carga policial.
En fin, que "El origen del planeta de los simios", posiblemente, acabe siendo la mejor película de ciencia ficción del año. Está muy bien hecha, además de que se han preocupado por hacer una peli entretenida, bien llevada, con un ritmo que te engancha desde el primer minuto, y con la esperanza de que, si siguen haciendo más pelis que continúen el argumento de ésta, sean mucho mejores que la basura inmunda que hizo Tim Burton hace casi diez años. Os la recomiendo de veras, a todos y todas. Esta película sí que merece la pena ser vista en cine.