El último de los largometrajes de súper héroes que ha aterrizado en las carteleras españolas es, curiosamente, uno de los menos conocidos (al menos en nuestro mercado nacional) de todos estos personajes que cuentan con poderes asombrosos. No obstante, el hecho de ser un personaje menor dentro del selecto club de adaptaciones cinematográficas de la que están siendo objeto los héroes de cómic, no debía ser impedimento, a priori, para que el resultado que llegara a las pantallas, fuera algo de lo más espectacular y llamativo. Por desgracia, el resultado final de "Green Lantern (Linterna Verde) no ha acabado encontrándose a la altura de lo que el público esperaba de ella. Los motivos, más adelante.
Hal Jordan (Ryan Reynolds) es un experimentado piloto de aviones a reacción, marcado por la trágica muerte de su padre, otro excelente piloto. Cuando es testigo del accidente sufrido por la nave espacial de un extraño alienígena, éste lo socorre, prometiéndole al moribundo extraterrestre que se hará cargo de la responsabilidad que conlleva la posesión de un anillo verdoso que éste le entrega a Hal. Lo que Hal no se espera, es que ese anillo lo convertirá en parte de una raza de guerreros intergalácticos llamados Lanterns, cuya misión es salvaguardar la vida de la galaxia y, muy especialmente, de un poderoso enemigo llamado Parallax, que amenaza con destruir la Tierra. Así pues, Hal deberá no sólo combatir la amenaza de Parallax aprendiendo a usar sus nuevos poderes, sino también la oposición con la que se encuentra por parte de Hammond (Sarsgaard), aliado de Parallax en la Tierra e hijo del senador Hammond (Robbins), que es quien lo introduce en el contacto con la amenaza exterior.
"Green Lantern (Linterna Verde)" ha sido, del elevado número de adaptaciones de cómics de súper héroes que han llegado este año a la gran pantalla, la que más ha decepcionado. Y lo cierto es que, después de ver la peli, tienen toda la razón del mundo los críticos que la han masacrado sin compasión. No es que sea una rotunda tomadura de pelo, como sí lo fue, por ejemplo, "The Phantom (el hombre enmascarado) - The Phantom, 1996", pero digamos que cabría incluirla en el mismo grupo de largometrajes que "Daredevil - Daredevil, 2003", es decir, que distan de ser maravillas del cine de aventuras, pero se dejan ver sin demasiado esfuerzo -por no decir ninguno-.
No obstante, la decepción en el caso de "Green Lantern (Linterna Verde)" no viene por la parte argumental del film, sino por las grandes expectaciones que había despertado el equipo técnico que se encontraba detrás del largometraje. En primer lugar, su director, Martin Campbell, responsable de estupendas películas como "007: Casino Royale - 007: Casino Royale, 2006" o "La máscara del Zorro - The mask of Zorro, 1998", sabe hacer buenas películas de aventuras cuando quiere. En segundo lugar, el montador Stuart Baird (serie "Arma letal"), el oscarizado director de fotografía Dion Beebe ("Chicago - Chicago, 2002") y el compositor James Newton Howard se encuentran entre los talentos técnicos que también han participado en su rodaje. Y, en tercer lugar, estamos hablando de una película sobre súper héroes, donde la posibilidad de realizar una producción a gran escala y espectacular ofrece todo tipo de posibilidades. Así pasa en contadas ocasiones, como las secuencias de enfrentamiento entre Linterna Verde y Hector, o el cara a cara final en mitad de la galaxia con Parallax.
Así pues, la pregunta que cabría hacerse es: ¿con esta materia prima, cómo es posible que "Green Lantern (Linterna Verde)" acabe siendo una película tan...vulgar? Casi da la sensación, en ocasiones, de que ha sido realizada por un estudiante en prácticas de alguna universidad de cine, al que le han dado un montón de millones para gastárselo en efectos especiales. En fin, que no deja de ser una lástima que una película de la que se esperaba muchísimo más haya quedado reducida a un intrascendente pasatiempo, totalmente olvidable.
Ni fu ni fa. "Green Lantern (Linterna Verde)" es de esas pelis que no molesta verla pero que, cuando acaba, sabes que no te interesa lo más mínimo volver a verla a no ser que la pongan un día por la tele y no tengas nada mejor que hacer. Y, desde luego, no es de las que merezca la pena ver en cine, por mucho efecto especial que tenga. De hecho, te la puedes ver tranquilamente en la tele de tu casa sin que te sepa nada mal no haber llegado a tiempo de verla en pantalla grande (casi hasta puede que te alegres del ahorro).
Desde luego, de todas las pelis de súper héroes que han salido este año, "Green Lantern (Linterna Verde)" no es de las mejores, ni mucho menos -lo que no quiere decir que las otras fueran todas buenas-. Te distrae, pero poco más. No tiene ni un solo momento que merezca la pena recordar. Por una parte, Ryan Reynolds es un soso de cojones (hasta el que hacía de Capitán América tenía su encanto -de chulo piscinas, pero lo tenía-). El pobre hombre está más perdido que la Esteban en la Real Academia de la Lengua. Sabe poner carita de niño bonito, pero poco más. Y el resto de actores, tres cuartos de lo mismo. Sin ir más lejos, Tim Robbins me parece un actor estupendo, pero aquí parece que lo único que le interesa es que se acabe el rodaje para cobrar los millones que le toquen y a otra cosa mariposa.
Los efectos especiales son lo más salvable. Mucho colorido y mucha lucecita. De hecho, lo más interesante es la capacidad que tiene el pollo de poder materializar los objetos que le den la gana, ya que es donde parece que los guionistas (cuatro tíos han sido los que lo han escrito todo, échale huevos a lo que les habrá costado) se han exprimido un poco más el cocotero, porque lo que es el resto... Pero vamos, lo dicho que los efectos especiales están muy bien y hacen que las escenas de lucha y tal acaben siendo lo más divertido de la película. Por lo demás, ya os digo que podéis pasar tranquilamente de la peli, porque no es nada del otro mundo. Esperemos que el resto de historias de súper héroes que quieran hacer esté un poco más currada.