domingo, 15 de mayo de 2011

CINE EN CARTEL: "SIN IDENTIDAD"


TÍTULO: SIN IDENTIDAD

DIRECTOR: JAUME COLLET-SERRA

REPARTO: LIAM NEESON, AIDAN QUINN, DIANE KRUGER, FRANK LANGELA, JANUARY JONES, BRUNO GANZ

DURACIÓN: 113 min.

AÑO: 2011

GENERO: INTRIGA


  • EL DR. JECKYLL DICE:

Resulta curioso lo que sucede con las modas. Al igual que ocurren otros terrenos artísticos, parece que Hollywood, cada equis tiempo, aplique la fórmula que se utilizó en películas de muy variado género, con el fin de que los resultados sean igual o más satisfactorios que entonces. En el caso de "Sin identidad", el director catalán afincado en Hollywood Jamue Collet-Serra parece sentir una grata admiración por los thrillers policíacos de los años 70, al menos en lo que concierne a su planteamiento argumental y planificación. Ahora enseguida me explico.


La historia comienza cuando Martin y Elizabeth Harris (Neeson y Jones) llega a Berlín donde, el primero, debe dar una ponencia en un congreso de microbiología. A causa de un descuido, el taxi en el que viaja solo Martin tiene un accidente que le deja en coma durante cuatro días. Al despertar, y con pequeños síntomas de evidente amnesia, trata de ponerse en contacto con su esposa. Sin embargo, para su sorpresa, ésta no sólo no lo reconoce, sino que se encuentra acompañada de otra persona (Quinn) que afirma ser Martin Harris. Ante esta situación de desconcierto, Martin, sólo en una ciudad que no conoce, decide investigar por su cuenta qué sucede, por qué su mujer finge no reconocerlo y, lo más importante, por qué alguien quiere hacerse pasar por él.


Al comienzo, cuando hacía mención de la fórmula utilizada en las pasadas décadas, lo hacía teniendo en mente largometrajes que aplican la fórmula de "protagonista que se queda solo y debe resolver el caso". La lista que se incluye en este tipo de películas es enorme, por lo que, posiblemente, el parecido más razonable que me venía a la cabeza conforme avanzaba la acción de "Sin identidad" era una mezcla del "Frenético - Frantic, 1988" de Polanski y "El caso Bourne - The Bourne identity, 2001" de Doug Liman.


Así pues, ¿en qué se diferencia la cinta que hoy nos ocupa de estas otras? En primer lugar, la presencia siempre agradable de Liam Neeson, quien interpreta a su personaje no como un héroe de acción, sino como una persona debe recurrir a lo que sea necesario con tal de recuperar su vida. Este enfoque resulta agradable en particular, ya que no se presenta al protagonista como un improvisado marine, o un especialista retirado en las fuerzas especiales, u otras memeces a las que suelen recurrir en la meca del cine para sacar adelante la historia. En segundo lugar, se agradece la presencia de excelentes secundarios (Langela, Ganz) que aportan ese toque de qualité al conjunto. Y, en tercer lugar, el realismo de las escenas de acción, cosa complicada teniendo en cuenta el par de persecuciones automovilísticas que existen, y aquello que sucede al final de la película (y que no revelaremos por razones obvias).


Antes de finalizar, permítanme un consejo: no vayan a ver "Sin identidad"con la esperanza de encontrarse con una versión actualizada de "Venganza - Taken, 2008", pues lo único que comparte con la trepidante cinta de Pierre Morel es su actor principal y que sucede en un país europeo. "Sin identidad" se limita a ser un producto más que correcto de rápido consumo, que plantea una historia interesante que no se hace aburrida en ningún momento, y que deja al espectador con la agradable sensación de haber pasado un buen rato. Al fin y al cabo, su propósito lo cumple con creces.



  • MR HYDE DICE

Vaya, vaya, quién lo iba a decir. Bruce Willis se pasa veinte años pegando tiros por junglas de cristal, Stallone reventando medio mundo para salvar el otro medio, etc. y ahora resulta que el nuevo héroe del cine de acción es el genial actor irlandés Liam Neeson... ¡a sus más de cincuenta años! Pero bueno, en este caso, "Sin identidad" se lo toma con un poco más de calma y no se limita a ser la típica película de tiros a cascoporro y persecuciones constantes.


La acción está muy bien planteada a lo largo de toda la peli, aportando las dosis justas de intriga, emoción, suspense justas para que no apartes la mirada de la pantalla ni un segundo. Sin embargo, ahora es cuando llega el "pero"...


Pero la historia es más predecible que una peli de Chuck Norris. Con que uno sea un poco espabilado o haya visto el tráiler (aunque lo solemos poner después de las críticas, os aconsejo que lo evitéis si sois de los que os gusta adelantaros a las sorpresas), se puede oler la tostada a los cinco minutos del comienzo. Eso sí, a pesar de ello, se agradece que los responsables de la peli se hayan preocupado lo suficiente como para que la puesta en escena entretenga y resulte interesante (cualidades que, por desgracia, no todas las películas tienen), y que el guión no acumule un refrito de chorradas procedentes de otras películas. Entretenida y distraída, pero nada más.






CINE A DESCUBRIR: "CRUZANDO LA OSCURIDAD"



TÍTULO: CRUZANDO LA OSCURIDAD

DIRECTOR: SEAN PENN

REPARTO: JACK NICHOLSON, ANJELICA HOUSTON, DAVID MORSE, ROBIN WRIGHT

DURACIÓN: 115 min.

AÑO: 1995

GÉNERO: DRAMA


  • EL DR. JECKYLL DICE:

Antes de empezar a comentar la película, creo que hay una pequeña aclaración que debería ser tenida en cuenta. En los Estados Unidos, es frecuente que, en los barrios residenciales, (especialmente aquellos que tienen colegios en sus proximidades) uno se encuentre con la figura de lo que, en inglés, llaman el "crossing guard". Literalmente, el término se traduciría como el vigilante del cruce, que es como denominan a los hombres y mujeres (jóvenes y adolescentes, en muchas ocasiones), que se sitúan en las intersecciones de las calles de estos barrios más transitadas por coches, para, con la ayuda de una señal de stop, detener momentáneamente la circulación y, así, los niños puedan cruzar la calle.


Hecha esta aclaración, uno acaba entendiendo por qué el título original de "Cruzando la oscuridad" (tontería de título en español donde los haya), no es otro que "The crossing guard" ya que, en cierto sentido, es la figura de este improvisado controlador el catalizador de la historia que propone el largometraje: John Booth (Morse) es un hombre sale de la cárcel donde ha cumplido condena por el homicidio involuntario de una niña, a la que atropelló por accidente. Booth, que conducía borracho y no vio las señales de este "guardia de cruce" que le avisaba de que había pequeños cruzando la calle, acabó así con la vida de la hija de Frank (Nicholson) y Gale (Houston). Roto por el dolor, el matrimonio se acaba separando, y Frank se obsesiona con una única cosa: esperar el momento en que Booth salga de la cárcel para cobrarse su venganza, matándolo.


Sean Penn, excelente actor donde los haya, que había debutado en la dirección de largometrajes a principio de los 90 con "Extraño vínculo de sangre - The indian runner, 1991", partió de un guión propio para desarrollar el que sería su segundo proyecto tras las cámaras. Para ello, consiguió reunir de nuevo a Jack Nicholson y Angelica Houston, quienes habían compartido cartel (y romance fuera de la pantalla) diez años atrás en "El honor de los Prizzi - Prizzi's honor, 1985", y lograr que su interpretación de un matrimonio deshecho por el dolor y la impotencia resulte tremenda.


Nicholson ofrece una performance muy intensa, alejada de los histrionismos de la mayoría de sus personajes, en la que, con un solo gesto, es capaz de transmitir esa angustia que le supone la desaparición de su hija, y el ansia de venganza. Por su parte, Angelica Houston, al contrario que Nicholson, aporta a su personaje una dureza exterior que para nada tiene que ver con lo que se esconde por dentro, donde el sentimiento de la madre que fue en su día la asfixia casi por completo (mientras que su ex-marido se refugia en el falso consuelo de las salas de striptease y prostitutas para acallar su dolor, ella acaba casándose de nuevo, pero mostrando una ausencia casi total de emociones - baste recordar la secuencia en que él la visita en la nueva casa de ella, donde vive con su nuevo marido, y le confiesa a bocajarro su plan de venganza).


Sin embargo, Penn no plantea el film como una mera descripción de la tragedia de un matrimonio que pierde a su hija, sino como un canto al perdón. Y ahí es donde entre en juego el debate sobre el largometraje. Muchos podrían pensar que el tema central del mismo es la venganza, el ajuste de cuentas entre dos personajes que colisionan con una fuerza brutal. Por suerte, la cosa no es tan sencilla. Si bien el personaje de Frank está obsesionado con dar muerte al asesino de su hija, para lo que prepara a conciencia su vendetta y aguarda paciente el momento de ejecutarla, no sería correcto tomar dicho tema como el tema central de la película, pues lo que trasciende a todo ello es la dificultad de perdonar a quien te ha herido de forma tan profunda. Y es precisamente en esto, donde, arropado por unos actores a cada cuál más brillante, el largometraje de Sean Penn da en el clavo de forma casi magistral.



  • MR HYDE DICE:

Pues sí, yo pensaba que "Cruzando la oscuridad" iba a ser la típica peli en que un tipo se quiere cargar a otro y se pone a planificar la mejor forma de hacerlo. Algo así como hacía Robert de Niro en "El cabo del miedo - Cape fear, 1991". Cuando llevas cinco minutos viéndola, piensas que no, que la cagaste burlancaster, y que lo que te esperan son casi dos horas de lloros y lamentos por la pérdida de un ser querido. Pero cuando ya has estado media hora frente a la pantalla, tienes claro que tampoco, que los tiros no van por ahí.


¿Y por qué sucede esto? Pues porque en la peli de Sean Penn (el tío no sólo es un crack actuando, sino que dirigiendo también tiene lo suyo que decir) no todo es blanco o negro: Nicholson no es el típico vengador callejero (de hecho, el tío está hecho una mierda, roto por todos los lados y con unas pocas ganas de seguir respirando que tira p'atrás), al igual que el que atropella a su hija no es el clásico convicto que está orgulloso de sus actos. De hecho, es impresionante el tremendo sentimiento de culpabilidad que arrastra durante toda la película.


Pero lo que de verdad hacer que te enganche la película es ver cómo va evolucionando la situación. Me explico, al comienzo, Nicholson daría el cataplín derecho por poner al asesino de su hija criando malvas. No obstante, a medida que va avanzando la peli, ves que no sólo no quiere tener que hacerlo, sino que sufre aún más cuando se lo para a pensar bien.


Desde luego, "Cruzando la oscuridad" no es la típica película que uno se pone a ver para pasárselo pipa. De hecho, es dura y te plantea un dilema moral considerable: ¿qué harías tú si tuvieras la ocasión de cargarte al joputa que le arrebató la vida a tu hija? ¿Y qué harías si, con todo ello, vieras que esta persona, en realidad, sufre casi tanto como tú por la pérdida? ¿O si tuvieras la ocasión de seguir viviendo con ello y con posibilidad de acabar encontrando un poco de paz? No son preguntas fáciles a responder. Lo que sí os puedo decir es que la conclusión a la que llega la peli a mí me encantó. No sólo la considero acertada, sino que pienso que, dentro del abanico de posibles finales disponibles, posiblemente sea la más positiva y esperanzadora. Por ello os invito a verla y que me deis, o no, la razón.