domingo, 18 de diciembre de 2011

CINE EN CARTEL: "MISIÓN: IMPOSIBLE. PROTOCOLO FANTASMA"


TÍTULO: MISIÓN: IMPOSIBLE. PROTOCOLO FANTASMA

DIRECTOR: BRAD BIRD

REPARTO: TOM CRUISE, JEREMY RENNER, PAULA PATTON, SIMON PEGG, MICHAEL NYQVIST, TOM WILKINSON

DURACIÓN: 130 min.

AÑO: 2011

GÉNERO: ACCIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Desde que, en 1996, Tom Cruise protagonizara y produjera la primera de las aventuras en la gran pantalla del agente del MI6 Ethan Hunt -que, a su vez, era la versión cinematográfica de la serie de televisión protagonizada por Peter Graves y Martin Landau entre otros-, han sido varios los realizadores que han impreso su personal estilo en cada una de las cuatro entregas realizadas hasta la fecha. Para esta última ocasión, Cruise ha elegido al reputado realizador de animación Brad Bird, ganador de dos Oscar por las maravillosas producciones de Pixar "Los increíbles - The Incredibles, 2004" y "Rataouille - Ratatouille, 2007", para que se encargue de dirigir una nueva y espectacular aventura, que promete al público tanto entretenimiento como dosis de acción y secuencias tan impresionantes como, valga la redundancia, imposibles.


    Al agente secreto del MI6 Ethan Hunt (Cruise) se le encarga infiltrarse en el Kremlin con la intención de sustraer unos códigos de activación de misiles nucleares que, en caso de caer en las manos equivocadas, podría desencadenar un enfrentamiento sin precedentes entre los Estados Unidos y Rusia. Acompañado de su equipo, formado por el informático Benji (Pegg) y la agente de campo Jane (Patton), Hunt no sólo no consigue hacerse con los códigos, sino que cae en la trampa de un peligroso extremista soviético llamado Hendricks (Nyqvist), quien no duda en hacer volar medio Kremlin por los aires. Cuando el gobierno ruso culpe al equipo del MI6 del ataque, el secretario estadounidense de defensa (Wilkinson) propondrá a Hunt y a su equipo encargarse de atrapar a Kendricks de forma extraoficial, antes de que se haga con el control de un satélite que le permita lanzar los misiles nucleares contra territorio norteamericano. Tras un aparatoso accidente, Hunt, con la ayuda de un misterioso analista del MI6 llamado Brandt (Renner) se podrá manos a la obra antes de que sea demasiado tarde.


    Tras el resultado de las anteriores partes de la serie "Misión: imposible" no es nada nuevo decir que, en cada nueva entrega, la teoría del cada vez más complicado se pone de manifiesto en todo su esplendor. En efecto, no son pocas las secuencias de acción que hacen presenciar al espectador un festival de acrobacias espectaculares (lo que sucede por el exterior de un hotel de Dubai es indescriptible), persecuciones trepidantes (atención a la que envuelve a Hunt y Hendricks en mitad de una tormenta de arena) y demás situaciones tan apabullantes que resulta imposible pestañear por miedo a perderse algún detalle de semejante bombardeo de imágenes (mención especial para el final, en el interior de un moderno aparcamiento de coches). Afortunadamente, Cruise (que como productor de sus propias películas sabe a la perfección lo que es necesario para contentar a las audiencias) ha confiado para esta nueva misión en Brad Bird, un director que domina a la perfección el sentido del ritmo -tal y como ha demostrado en sus anteriores largometrajes animados- para dotar a "Misión: imposible. Protocolo fantasma" de una estética que nada tiene que ver ni con la excesiva seriedad con que Brian de Palma rodó la primera entrega (que, aún así, continúa siendo la mejor de toda la serie), ni con la chabacanería de la que hizo gala John Woo en la segunda parte. Y, si bien, a pesar de un más que correcto trabajo por parte de J.J. Abrams en la tercera, la última vez que el agente Ethan Hunt se hizo cargo de una de sus misiones, el público se quedó con ganas de mucho más.


    Afortunadamente, para todos esos espectadores -entre los que nos encontramos Hyde y un servidor-, la llegada a las pantallas de "Misión: imposible. Protocolo fantasma" ha supuesto una nueva oportunidad para disfrutar a lo grande de una película cuyo único propósito es distraer al público con una tormenta casi ininterrumpida de secuencias espectaculares que las audiencias disfrutan y aplauden a partes iguales. Por suerte, el guión escrito, entre otros, por el oscarizado Christopher McQuarrie contiene las dosis suficientes de intriga, acción y aventura que una película de estas dimensiones necesita para conseguir el entretenimiento tan estupendo que es.


    Por lo que respecta al resto del equipo responsable de "Misión: imposible. Protocolo fantasma", como no podía ser de otra forma, también es excepcional: desde el montador Paul Hirsch, pasando por el director de fotografía Robert Elswitt (aquí aportando un colorido a la imagen mucho más rica en matices que sus anteriores trabajos) y el compositor de la anterior entrega Michaek Giacchino (éste ha compuesto una música excelente que no se sitúa en ningún momento por encima de las secuencias a las que acompaña, y que incluye matices tan diversos como aires inspirados en las partituras de Murice Jarre para los fragmentos que tienen lugar en Dubai, como otros de influencia oriental -para la parte de La India- o con abrumadores coros rusos para los momentos ambientados en Moscú).


    En resumidas cuentas, "Misión: imposible. Protocolo fantasma" es un auténtico festín de entretenimiento, que consigue interesar al espectador desde el primer minuto, y al que mantiene atento en el film hasta que comienzan a salir los títulos finales de crédito. No se trata de ninguna obra maestra, pero sí de una película a la que tampoco hay que negarle sus méritos. Y, como entretenimiento, desde luego, es sobresaliente.



  • MR. HYDE DICE:

  • Pues mentiría si dijera que no tenía ganas de que estrenaran esta peli para poder ir al cine a pasármelo en grande. Y es que no nos engañemos: desde hacía meses, los únicos estrenos de películas más o menos destinadas a convertirse en el pasatiempo preferido de la semana no estaban mal ("Acero puro - Real steel, 2011", "In time - In time, 2011") aunque no venían acompañados de ese bombo que mola tanto de las pelis que acaban siendo unos bombazos divertidísimos -como veis, me niego a meter en el mismo saco a la última parte de esos vampiros mascachapas que ha salido hace poco-. Pero, por suerte, el amigo Tomasete ha decidido aterrizar con la última de sus misiones imposibles, en la que ha preferido dejar en paz a las fallas y la semana santa sevillana para hacer lo que mejor sabe y debería hacer más a menudo: una película cojonuda para pasar un rato emocionado con sus volteretas de agente secreto.


    A mí, de todas las "misiones imposibles", la que más me gustó es la primera, pero teniendo en cuenta que soy fan incondicional de Brian de Palma (que también se ha cascado cada mierda que asusta), tampoco es que sea un indicador muy fiable. Lo que no voy a discutir es que esta última "Misión: imposible" es una caña. Sabes de sobra a lo que vas cuando compras la entrada, pero si lo que pretendes es encontrarte con una película de espías en plan rollo sofisticado y realista, más vale que te ahorres la entrada. Pero, si por el contrario, decides aceptar el juego de Cruise y sus colegas ya te digo que te lo pasarás de coña durante dos horas y poco.


    "Misión: imposible. Protocolo fantasma" tiene momentos muy chulos: lo que tiene que hacer Hunt y el informático friki para entrar en el archivo del Kremlin, la explosión en mitad de la Plaza Roja, todo lo que pasa en el hotel de Dubai (lástima que lo hayan enseñado tanto por la tele, porque al final ya te llevas poca sorpresa cuando lo estás viendo), la tormenta de arena, lo que tiene que hacer otro de los amiguetes para acceder a un servidor (y que le hace una especie de guiño a cuando Cruise se descolgaba desde el techo en la primera parte) y, por supuesto, la paliza que se mete con el malo en un parking que ya me gustaría ver a mí por aquí, para recuperar una maleta y parar la detonación de un misil nuclear.


    Por supuesto, te tienes que creer que una lentilla es capaz de hacer fotocopias como si nada, o que si te tiras de un coche en el que vas a toda mecha sólo te harás un par de arañazos y un corte en el pantalón de un traje. Pero tampoco es que fuera mucho más creíble que un helicóptero se puede meter por el túnel de un tren al que va enganchado, o que un tío se puede poner a hacer el mono encima de una moto mientras le da matarile a los malos, así que el esfuerzo en plan "bué, pues vale, me lo creo y en paz" creedme que no cuesta tanto.


    En fin, que "Misión: imposible. Protocolo fantasma" da, ni más ni menos, lo que promete: dos horas de diversión asegurada, momentos trepidantes, una historia con gancho y una buena sesión de palomitas como Dios manda. Que también iba siendo hora de poder disfrutar de una peli así, ¿no os parece?