sábado, 23 de julio de 2011

CINE A DESCUBRIR: "REQUIEM POR UN SUEÑO"


TÍTULO: REQUIEM POR UN SUEÑO

DIRECTOR: DARREN ARONOFSKY

REPARTO: JARED LETO, ELLEN BURSTYN, JENNIFER CONNELLY, MARLON WYANS

DURACIÓN: 112 min.

AÑO: 2000

GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JECKYLL DICE:

  • Tras su más que celebrada opera prima con "Pi (fe en el caos) - Pi, 1998", una acertada combinación de historia esquizofrénica y enigmas matemáticos, para su segundo proyecto como director, Darren Aronofsky quiso centrarse en las consecuencias que podía provocar la adicción a las drogas y a los fármacos en personas normales y corrientes. No obstante, allí donde otras propuestas similares se habían atrevido únicamente a tocar el tema de forma más o menos indirecta, el film de Aronofsky sumerge de lleno al espectador en una espiral de autodestrucción de sus personajes, que acaba suponiendo un descenso a los peores infiernos del mundo de la droga.


    Harry y Tyron (Leto y Wyans, respectivamente) son dos amigos que trapichean con pequeñas cantidades de droga, con el fin de poder ganar el dinero suficiente para montar un negocio propio en un lugar diferente al barrio en el que viven, y en el que casi todos los residentes parecen estar abocados al fracaso, a la soledad, o a ambas cosas. Harry tiene una novia llamada Marion (Connelly) quien, al igual que Harry, desea poder deshacerse de su estatus de perdedora. Sin embargo, los tres amigos, a la vez que trafican con droga, también son consumidores ocasionales de las sustancias que venden. La madre de Harry, Sara (Burstyn), es una viuda solitaria que anhela ser llamada para participar en un concurso televisivo con el que está obsesionada, y que desearía poder pasar más tiempo con su hijo, ante el que sueña poder convertirse en alguien a quien éste admire. Sin embargo, todos los protagonistas acaban perdiendo el control de sus vidas, al comenzar a sumergirse en un universo tenebroso dominado por el abuso de las drogas (los jóvenes para evadirse de un mundo del que no pueden escapar, y los mayores para controlar la ansiedad que les provoca la fabricación de una vida totalmente irreal) y, cada uno a su estilo, acaban sumidos en la autodestrucción más corrosiva para el cuerpo y la mente.


    Como ya hemos apuntado, el largometraje de Aronofsky no se anda con tapujos a la hora de retratar la forma en que personas por completo diferentes acaban siendo esclavizadas por las drogas, con independencia de los motivos que provoquen su consumo. Así, "Réquiem por un sueño" vendría a ser la versión seria y sin sentido del humor de "Trainsportting - Trainspotting, 1996", que apostaba más por el humor negro y la sátira para criticar los mismos puntos que la película que hoy nos ocupa. De esta forma, el universo que presenta "Réquiem por un sueño" carece por completo de un punto de vista positivo, es decir, que la totalidad de la historia así como el destino de los personajes parece abocado a una decadencia de la que no hay escape posible, dado que ellos mismos no son conscientes de la gravedad del asunto. Por ello, el director acaba por mostrar secuencias terribles sobre los efectos de la droga en sus personajes (la secuencia final de Harry con su brazo insalvable, o el ingreso de Sara en una clínica) y de los más explícitas, capaz de poner a prueba la sensibilidad de los más templados. Al menos, consuela ver que, al final, la nota de esperanza la pone la decisión de uno de los personajes de redimirse y salir de la forma que sea posible de ese pozo que ellos mismos han cavado.


    Sin embargo, no todo el mérito de este terrible retrato (dicho como un cumplido) no es sólo de Aronofsky, sino también del montador Jay Rabinowitz y del músico Clint Mansell (la melodía Lux aeterna compuesta para la película se hizo muy famosa) quienes, con sus respectivas aportaciones consiguen redondear esta feroz y brutal crítica al consumo de estupefacientes.



    • MR. HYDE DICE:

    Jo tú, qué película... Y no lo digo en plan "¡buah, macho , qué peliculón!", sino más bien como "¡madre mía, qué mal rollo de peli!". Recuerdo que, cuando tocó hablar, en su día, de "Días de vino y rosas - Days of wine and roses, 1962", decía algo así como que mucha gente debería verla para darse cuenta de cómo de grave puede ser la afición excesiva a darle al codo. Bueno, pues pienso lo mismo acerca de "Réquiem por un sueño", que mucha gente debería echarle un vistazo antes de ponerse a coquetear con las drogas. Particularmente, nunca me he sentido lo más mínimamente atraído por el coloque a base de esas mierdas, pero es que, después de ver esta peli, aún menos si cabe.


    La película es un brutal retrato de cómo un grupo de personas, con independencia de su edad, empiezan a tontear con las drogas, de formas diferentes y cómo, poco a poco, la dependencia va tan en aumento, que acaban convertidos en auténticos despojos humanos. La peli está hecha de forma muy real, a pesar de ciertas secuencias un tanto forzadas para recalcar más ese declive (para los de la E.S.O., "declive" = "acabar chungo de cojones") de todos los personajes -toda la secuencia de la orgía lésbica entre Marion y la otra chica en casa del camello-, pero ello no quiere decir que, por eso, sea menos irreal. De hecho, estoy seguro que es justo lo que pasa en más de una ocasión lo que, por lo tanto, hace que la sensación de angustia tras ver la peli sea mayor.


    No quiero decir que la película sea mala, ni mucho menos. De hecho, creo que es uno de los retratos más bestias del mundo del consumo de droga que he visto en mi vida (y tampoco es que tenga mucho interés en ver otros más). Pero, como os digo, está tratado con un realismo tan impactante que acabas casi con escalofríos cuando salen las letras del final. Los actores se salen todos, cada uno desarrollando su propio infierno de manera impresionante (hasta un actor especializado en papeles chorra como Marlos Wyans está tremendo en su papel). Y el director se asegura de dejar claro el mensaje de la peli: las drogas son malas. Sí, vale, dicho así casi parece que me lo esté tomando a coña, pero espera a ver la peli y luego ya me cuentas si te han quedado ganas de probar esa mierda.


    "Réquiem por un sueño" es una peli muy dura, muy bien hecha, pero sin ninguna intención de hacer que te sientas bien cuando acabes de verla. Quizás por eso sea tan necesaria, porque no sólo te hace reflexionar, sino porque además te hace espabilar y darte cuenta de cómo una persona tan normal y corriente como cualquiera de nosotros, puede acabar destrozada del todo por meterse donde no debe. Brutal, descorazonadora, angustiosa y deprimente. Pero, por alguna extraña circunstancia, me dejó fascinado cuando la vi.