domingo, 13 de mayo de 2012

CINE EN CARTEL: "SOMBRAS TENEBROSAS"

TÍTULO: SOMBRAS TENEBROSAS

DIRECTOR: TIM BURTON

REPARTO: JOHNNY DEPP, MICHELLE PFEIFFER, EVA GREEN, JOHNNY LEE MILLER, CHLOE MORETZ, JACKIE EARLE HALEY, HELENA BONHAM-CARTER, GULLY MCGRATH, BELLA HEATHCOTE

DURACIÓN: 113 min.

AÑO: 2012

GÉNERO: FANTÁSTICO

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Tim Burton parece haberle cogido afición a revisar antiguas adaptaciones de seriales televisivos o cuentos clásicos, obras teatrales, o remakes de otros largometrajes, a tenor de los films que ha dirigido durante los últimos años. Desgraciadamente, que la calidad de los mismos se encuentre a la altura de sus pretensiones artísticas, es algo que no siempre se ha logrado con el mismo éxito. En esta ocasión, la película que se estrena esta semana en las carteleras españolas es “Sombras tenebrosas”, versión cinematográfica de la serie de televisión emitida entre los años 1966 – 1971 en la ABC norteamericana. Retomando la esencia del hilo argumental de la serie, “Sombras tenebrosas” adopta un tono a medio camino entre la comedia bobalicona y el relato de terror de corte más clásico, permitiéndoles tanto a Burton como a Depp dar rienda suelta a sus histrionismos con los que tan buenos resultados han obtenido en ocasiones pasadas.

    Barnabas Collins (Depp) es un joven rico y apuesto, cuya familia, establecida en la costa oeste estadounidense desde que emigraron de Inglaterra, se ha abierto camino, formando una de las flotas y empresas pesqueras más prósperas y célebres del lugar. Sin embargo, una doncella de los Collins llamada Angelique (Green), que siempre ha estado enamorada de Barnabas, se niega a aceptar que éste ame a otra mujer. Por ello, hechiza a Barbabas, de manera que sobre su familia y sobre él cae una maldición que acaba con los primeros, y convierte en vampiro y entierra vivo al segundo. Doscientos años más tarde, en los primeros años de la década de los setenta, en el transcurso de una obras, el ataúd donde permanece encerrado Barnabas es desenterrado, y éste liberado. Tras acudir a la que había sido su casa, comprueba cómo ésta se encuentra habitada por sus descendientes, Elizabeth (Pfeiffer) y su hija Carolyn (Moretz), Roger (Miller) y su extravagante hijo David (McGrath), la psicóloga Hoffman (Bonham-Carter) la encargada del pequeño –y que presta más atención a la botella que al pequeño, y el fiel criado de la familia Willie (Haley). Será entonces cuando Barnabas, confuso por la evolución del progreso de la sociedad mientras él estaba confinado, decida levantar de nuevo el imperio con el que hizo fortuna su familia. Con lo que no cuenta es que su rival en los negocios será Angelique, que todavía sigue obsesionada con él, y está dispuesta a todo con tal de volver a recuperar su afecto.

    “Sombras tenebrosas” es una película tremendamente irregular. Tras un acertadísimo –y extenso- prólogo, en el que se describen los orígenes de Barnabas y los años de adolescencia del joven, el film comienza a dar, poco a poco, un giro drástico, hasta el punto que su argumento se debate entre el cine de comedia y el de terror sin seguir una dirección clara. Por supuesto, Burton aprovecha los momentos más chocantes que le ofrece el guión para aportar unas pequeñas dosis de humor a determinadas situaciones (Barnabas viendo por primera vez un coche en funcionamiento –cuyos faros confunde con los de un demonio-, un programa de televisión, o tratando de dormir como si se tratara de un murciélago cualquiera). Sin embargo, ese equilibrio entre el tomo cómico del largometraje y el mantenimiento de la atmósfera de cuento de miedo termina por romperse definitivamente. En efecto, “Sombras tenebrosas”, tras ese excelente prólogo e interesante primera parte, se convierte en una caricatura de sí misma, decantándose más por las situaciones rocambolescas y absurdas (Barnabas y Angelique en pleno momento de pasión, destrozando por completo el despacho de ésta, Barnabas compartiendo su tragedia personal con unos hippies a los que acaba matando, o su intentos de seducir a la institutriz de su sobrino) que hacen que el film acabe cayendo en un estrepitoso ridículo.

    No obstante, ello podría haberse arreglado si el tono de su última parte hubiera logrado reconducir esa desorientación y rotura de ritmo hacia un terreno más burtoniano. No en vano, el guión ofrecía esta posibilidad de forma bien evidente: la celebración de una fiesta, la aparición final de la bruja, el enfrentamiento entre Barnabas y su familia con Angelique, y el destino amoroso del desdichado vampiro. Por desgracia, todo ello se pierde en un cúmulo de situaciones que ni consiguen ni transmitir esa emoción, ni aprovechan las bazas que se sirven en bandeja para hacer del film un producto más maduro (la relación de David con su padre, el papel de fuerte matriarca interpretado por una hermosísima –y desaprovechada- Pfeiffer que hace lo posible por defender la estabilidad familiar, o la maldición que también parece afectar a Carolyn).

    Por consiguiente, “Sombras tenebrosas”, aunque a priori parece prometer ser una oportunidad para disfrutar del Tim Burton más genuino, en realidad se convierte en una decepción, y en una mera sombra de lo mucho que la historia podría haber dado de sí. Muy floja y prescindible.

  • MR. HYDE DICE:
  • ¡Qué chorrada de película! Pase que a Tim Burton le molen las historias raras rollo gótico y así medio de pesadilla. Pase que, aparte de tener todas el mismo aspecto, siempre hablen más o menos de lo mismo. Y pase también que sean casi todo el rato oscuras, no niebla, personajes raros de cojones y demás. Ahora, al menos, en las otras, la historia sí que es lo suficientemente interesante como para que –con independencia de que te guste ese tipo de cine o no- te enganche y te la papes hasta el final. Es más, después de ver ese bodrio infumable que es la versión que hizo hace un par de años de “Alicia en el país de las maravillas” (y que puse a caldo sin contemplaciones cuando hicimos la crítica de turno), tenía la esperanza de que el amigo Tim hubiera vuelto a las buenas películas que él sabe hace tan bien (me refiero, sobretodo, a algunas tan chulas como “Eduardo Manostijeras – Edward scissorhands, 1990”, “Sleepy Hollow – Sleepy Hollow, 1999” y, sobretodo, “Big fish – Big fish, 2003”) y, así, disfrutar de un buen espectáculo. En cambio, os aseguro que al acabar “Sombras tenebrosas”, estaba totalmente flipado… ¡del churro que se ha soplado el pollo!

    Vamos a ver, querido Tim, ¿se puede saber qué puñetas querías hacer con “Sombras tenebrosas”? Como peli de terror gótico, ni asusta ni inquieta, ni nada de nada. Y como comedia, no tiene ni puta gracia. Puede que haya un par de tonterías sueltas que te hagan sonreír levemente pero, como decía Porky, “eso es todo amigos”. Al principio, con todo ese prólogo que tiene lugar hace más de doscientos años, la verdad es que la cosa promete. Todo está súper bien hecho, y la forma de contar toda la maldición de la bruja y cómo el prota se convierte en vampiro mola bastante. Es más, incluso el momento en que sale de su confinamiento en el ataúd (para los de la E.S.O., “confinamiento” = “encerrado sin poder salir a ningún lado”) y la llegada a la mansión de la familia está de lo más currado. Ahora, cuando el vampiro empieza a soltar sus chistes involuntarios porque en el siglo XX parece más perdido que un obispo en una discoteca, ahí ya empieza a flojear la cosa –y eso que tiene gracia cuando ve por primera vez una televisión o cuando la niña esa de cara rara flipa con las idas de pinza de su antepasado. Pero es que cuando vuelve a aparecer la bruja y el tío no para de hacer gilipolleces, ese ya es el momento en que la cosa se tuerce sin remedio.

    Comprendo que con “Sombras tenebrosas” quisieran hacer algo un poco más cómico, como pasaba en algunas partes de “Sleepy Hollow”. Pero mientras que en aquella tenían bien clarito que lo que querían era hacer una película de terror en plan clásico, aquí no han tenido nada claro si era una comedia con un vampiro, o una peli de terror con chistes. En cualquier caso, la metida de pata de es tres pares de pelotas. Además, a medida que avanza la peli, a la historia le pasan dos cosas que no ayudan mucho. La primera, que se vuelve repetitiva. Todo lo que tiene que ver con el acoso de la bruja al vampiro y a su familia, es interesante al principio, pero cuando se repite más que el ajo, deja de tener su intríngulis. La segunda, que se vuelve aburrida. Cuando el vampiro ya empieza a bambar por ahí, te la pela que le vaya mal a su familia, que sean todos una pandilla de frikis, que haya una que vea fantasmas por todas partes, o que uno de los familiares sea el típico vividor. Es más, hasta te la sopla que su negocio y seguridad personal siga amenazado por esa bruja calentorra y, coincidencia o no, es cuando las supuestas gracias ya no te hacen ni sonreír. Y tres cuartos de lo mismo se puede decir de la supuesta intriga que quieren meterle a la fuerza en su parte final (todo lo de la mujer a la que quiere el vampiro –y que, erre que erre, no para de querer tirarse por un acantilado-, y lo que le pasa a esa doctora alcohólica), o de momentos absurdos como el del baile rollo hippie.

    Así que ya sabéis lo que os espera con “Sombras tenebrosas”: una mezcla rara y bastante estúpida de cuento de terror y comedia sin gracia. La ambientación muy a lo Tim Burton, y Johnny Depp haciendo otra vez un personaje de esos grillados que tanto le gusta a él (sólo se salva la bruja, que está buenorra con ganas). A mí, desde luego, me ha decepcionado bastante. Sobretodo porque me pregunto qué hubiera pasado si el tono de sus primeros quince o veinte minutos se hubiera mantenido todo el rato. Fijo que ahora mismo estaría hablando un poco mejor de la peli. En fin…