lunes, 31 de octubre de 2011

CINE CLÁSICO: "APOCALYPSE NOW"


TÍTULO: APOCAPYPSE NOW

DIRECTOR: FRANCIS FORD COPPOLA

REPARTO: MARTIN SHEEN, MARLON BRANDO, ROBERT DUVALL, LAURENCE FISHBURNE, DENNIS HOPPER

DURACIÓN: 142 min.

AÑO: 1979

GÉNERO: BÉLICA



  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • A estas alturas, son de sobra conocidos los problemas que tuvo Coppola para llevar a la gran pantalla su particular adaptación de la novela de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas. Desde un desorbitado presupuesto, hasta peleas con el estudio productor, con algunos de los intérpretes, contratiempos causados por las condiciones meteorológicas durante el rodaje y muchos más incidentes. Sin embargo, no es menos cierto que esta libre utilización de la novela de Conrad como forma de plasmar el horror inherente a todo conflicto bélico es una de las obras maestras más arrebatadoras del genio firmante de "El padrino - The godfather, 1972".


    El teniente Willard (Sheen) es un hombre marcado por el impacto que le ha supuesto su propia experiencia durante su participación en la guerra de Vietnam, al que sus superiores le encargan una delicada misión: localizar en el corazón de la jungla camboyana a un renegado coronel del ejército estadounidense llamado Walter Kurtz (Brando) y eliminarlo. Según parece, Kurtz, afectado también de forma terrible por el horror de la guerra, ha perdido el juicio y se ha instalado en una especie de improvisado campamento en el que reina la anarquía, y donde sus miembros juzgan y condenan a su antojo a quienes se atreven a llegar hasta ellos. Así pues, Willard parte al encuentro de Kurtz junto a su equipo, encontrándose durante el camino a personajes tan dispares como al sádico teniente coronel Kilgore (Duvall) -quien no tienen ningún problema en arrasar toda una aldea de vietnamitas antes si quiera de saber si son culpables de algún delito sólo para poder practicar surf- o a un reportero fotográfico (Hopper) que forma parte del campamento de Kurtz y que, como aquel, también parece haber perdido la razón. Sin embargo, durante su travesía, Willard irá conociendo más detalles sobre la vida y pensamiento de Kurtz, que hará que cada vez se identifique más con él, y que vaya adquiriendo más peso la teoría de que se encuentra en un conflicto bélico carente de cualquier sentido.


    "Apocalypse now" está lleno de secuencias memorables: el plano fijo inicial que abre el largometraje, en el que unos helicópteros, a ritmo de la canción This is the end de The Doors arrasan con napalm una parte de la selva vietnamita; la preparación en formación de los helicópteros liderados por Kilgore para atacar al poblado costero a ritmo de la cabalgata de las valquirias de Richard Wagner (momento inmortalizado y referido en centenares de películas posteriores); el cara a cara final entre Willard y Kurtz... Asimismo, los diálogos tampoco se quedan atrás, resultado igual de importantes las reflexiones en off de Willard durante toda la misión, como el importantísimo diálogo final de Willard con Kurtz en el que éste le da su opinión definitiva de lo que es la guerra. Y, todo ello, sin olvidar frases inmortales como la de Kilgore cuando explica a sus hombres lo satisfecho que se siente de sus incursiones armadas ("Me encanta el olor a napalm por la mañana. Huele a... victoria"), o aquellas casi susurradas por el atormentado y desquiciado personaje al que Brando da vida de forma magistral (atención al instante en el que repite "El horror... el horror...").


    Por último, si a ello añadimos la impresionante aportación técnica hecha por el equipo del largometraje, no cabe más que reconocer que "Apocalypse now" es una obra redonda. Así pues, de la fotografía -galardonada con el Oscar- de Vittorio Storaro, no hay más que decir maravillas (jamás un director de fotografía ha dominado mejor el claroscuro mejor que Storaro) y, si no, sólo hace falta ver momentos como el del ataque de tropas vietnamitas a un campamento americano durante la celebración de un show, o la secuencia del enfrentamiento final entre Willard y Kurtz (ese humo saliendo del agua, el rostro semi iluminado de Brando durante su monólogo, o el juego de sombras a través del que se muestra la muerte de uno de los personajes). En definitiva, "Apocalypse now" es una obra perturbadora, redonda y tremendamente explícita en la que Coppola no se muestra tan interesado en la violencia derivada de la guerra, sino en las consecuencias morales y mentales que provoca en sus participantes. Un clásico destinado a ser visto, analizado y admirado en más de una ocasión.



  • MR. HYDE DICE:

  • Impresionante. Aún recuerdo cómo me quedé de pasmado después de verla por primera vez. Nunca antes había visto una película capaz de sacudirme entero como lo hizo "Apocalypse now". Sabía que iba sobre la guerra del Vietnam, y que era de Coppola, el que años antes había hecho "El padrino", pero poco más. Quienes se piensen que "Apocalypse now" es una película de guerra más, están equivocados. No tiene nada que ver con las otras pelis de guerra que se han hecho. Mientras que en las otras lo importante son los tiroteos, los zambombazos y ver quién enseña mejor las explosiones y carnicerías (que se pueden hacer muy bien, como en "Black Hawk derribado - Back Hawk down, 2001", o muy mal, como en "Windtalkers - Windtalkers, 2002"), aquí el argumento principal es las consecuencias que tienen para la conciencia del hombre y para su salud mental todas las salvajadas que acaba viendo y haciendo. Pero lo flipante del asunto es que te lo enseñan así, sin contemplaciones, a través de lo que va sintiendo poco a poco el protagonista que, mira tú por dónde, es lo que empiezas a sentir tú.


    Además, en la peli hay todo tipo de personajes, desde los "buenos" que se ven metidos en ese fregado sin comerlo ni beberlo (como el capitán Willard o del soldado Miller), hasta los más pirados de todos (caso del teniente Kilgore o el trastornado coronel Kurtz). Pero lo curioso del caso es que ninguno de ellos aparece como totalmente bueno o totalmente malo, sino que se limitan a mostrar su forma de ser tal cuál, para que luego tú pienses si están como una regadera o si sientes más lástima por los pobrecitos. Pero de lo que no hay duda, es de que la historia te va haciendo mella, hasta que casi acabas como el capitan Willard, medio desconcertado por todo ese espectáculo, y preguntándote si, aunque los medios sean los equivocados, si el coronel Kurtz no tiene más razón que un santo con lo que acaba pregonando.


    Está claro que una de las principales intenciones de Coppola al hacer una película como "Apocalypse now" es lanzar un mensaje de protesta brutal contra la guerra de Vietnam -y, posiblemente, contra cualquier guerra en general-, aparte de demostrar por qué debe ser considerado uno de los genios de la historia del cine. Al fin y al cabo, el mismo Coppola parece empeñado en hacerte viajar junto a los protagonistas hasta el mismo corazón del desconcierto que sufren los protagonistas conforme va avanzando su misión, cuando tanto ellos como tú son conscientes de que, al fin y al cabo, todo se trata de matar, masacrar y destruir porque sí. Hay momentos que te dejan la piel de gallina, como cuando el tarado al que interpreta Robert Duvall dice que arrasen toda una playa para poder practicar surf (hasta le obliga a mirar en mitad de la batalla a un soldado lo buena que es la playa por cómo rompen unas olas) o, sobretodo, toda la parte final en la que Willard, ya casi demente perdido, se tiene que enfrentar a muerte a Kurtz. Y eso que hay muchos momentos más, como los que ha señalado Jekyll, que ya han pasado a la historia del cine.


    "Apocalypsis now" es una peli que os recomiendo de pe a pa. Es más, si tenéis ocasión de ver la versión extendida (la redux) que dura casi cuatro horas, mejor que mejor. Pero eso sí, también os digo que ni se os ocurra verla cuando estéis un poco plof porque os dejará aún peor. Si es un día que estéis algo más animados, o que os juntéis con más gente, o incluso en un fórum, pues mejor, que ya os digo yo que la experiencia le deja a uno tocado. Pero bueno, que eso no quita para que sea una de las películas que más me ha impactado -para bien- y, al mismo tiempo, de las mejores que he visto en mi vida. Cruda pero buena. Una pasada.