miércoles, 1 de agosto de 2012

CINE DE LOS 90: "SUPER MARIO BROS"

TÍTULO: SUPER MARIO BROS

DIRECTORES: ANNABEL JENKEL & ROCKY MORTON

REPARTO: BOB HOSKINS, JOHN LEGUIZAMO, SAMANTHA MATHIS, DENNIS HOPPER, FIONA SHAW

DURACIÓN: 104 min.

AÑO: 1993

GÉNERO: AVENTURAS

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • De un tiempo a esta parte, se han sucedido las adaptaciones de populares videojuegos a la gran pantalla con una rapidez asombrosa. Contando con presupuesto cada vez más elevados y holgados, son muchos los largometrajes que se han producido desde Hollywood con la clara intención de congregar a cuantos más jóvenes mejor en las salas de cine, pues son éstos los conocedores más experimentados de las aventuras de los diferentes personajes que los protagonizan. Sin embargo, lo que ahora se ve como una moda cada vez más frecuente (adaptaciones convertidas en grandes súper producciones - "El príncipe de Persia - Prince of Persia, 2010"-, dependientes de tecnologías de 3D -las últimas entregas de "Resident evil"-, o que aprovechan la popularidad de una determinada estrella para lanzar una franquicia -ambas partes de "Tomb raider"-), hace a penas veinte años no lo era. Así pues, "Super Mario Bros", aparte de ser uno de los juegos para consola más famosos de la historia, también se convirtió en el primero en contar con su versión cinematográfica. Sin embargo, desgraciadamente, más que suponer un logro, el resultado no fue como sus responsables esperaban.

    Mario (Hoskins) y Luigi (Leguizamo) son dos hermanos que trabajan como fontaneros. Un día, Luigi conoce a una hermosa joven llamada Daisy (Mathis), de la que se enamora prácticamente al instante. Por ello, cuando ve cómo la secuestran dos hombres y se la llevan hacia un extraño lugar, en el interior de la red de alcantarillado, recurre a su hermano para que le ayude a rescatarla. Sin embargo, siguiendo la pista de Daisy, ambos entran en un nuevo mundo paralelo al ordinario, en el que toda la sociedad se encuentra sometida a las órdenes del rey Koopa (Hopper), un tirano cuya evolución proviene del Tiranosaurio Rex, y que afirma que Daisy posee una piedra especial capaz de desatar un poder que le permitiría controlar todos los mundos. Será entonces cuando Mario y Luigi hagan todo lo posible porque ello no suceda, rescatar a Daisy, y volver a casa.

    En "Super Mario Bros" se cometen varios errores de considerable importancia. En primer lugar, el argumento, a pesar de que, por momentos, da la sensación de que hubiera podido derivar hacia una historia similar a aquella presente en el juego, opta por alejarse completamente de su referente original. Así pues, quienes esperan encontrarse con las simpáticas aventuras de unos fontaneros que deben rescatar a una princesa de las garras de un malvado villano (lo único que se mantiene de la esencia del juego en el film), en su lugar se encuentran con un guión repleto de situaciones absurdas (los experimentos de Koopa con la metamorfosis en lagartos gigantes, la existencia de ese supuesto meteorito liberador de un gran poder...), una ambientación que no se corresponde para nada con el espíritu del juego (éste es un derroche de color y de escenarios hermosos mientras que, en el largometraje, la acción tiene lugar en un mundo destrozado, decadente y casi inhumano), y un desarrollo de la historia carente de emoción e interés.

    En segundo lugar, por mucho que las actuaciones no lleguen a resultar ofensivas (al fin y al cabo, una de las pocas cosas buenas con las que cuenta el film es la presencia de dos grandes actores como Bob Hoskins y Dennis Hopper), la caracterización de los personajes no puede ser más plana. Hopper no puede interpretar al villano de la función de una forma más estereotipada -al igual que la práctica totalidad de los actores secundarios-, mientras que Hoskins se limita a poner cara de asombro ante lo que ven sus ojos (siendo un poco dañinos, cabría pensar si dicho asombro no es consecuencia de aquello en lo que el actor veía impotente que se estaba convirtiendo la película).

    En tercer lugar, es un verdadero desperdicio que en un producto como "Super Mario Bros" se hayan visto involucradas personas como el realizador Roland Joffé en tareas de producción (¿se puede saber qué pinta el director de la magistral "La misión - The mission, 1986" en una película como ésta?), Alan Silvestri como compositor (en una partitura que, seguramente, el colaborador habitual de Robert Zemeckis escriba incluso mientras duerme), o el oscarizado Dean Semler como director de la fotografía. Desde luego, son talentos cinematográficos que han demostrado su buen hacer en otras circunstancias pero que, en el caso de "Super Mario Bros", parecen haber desperdiciado su talento y tiempo.

    En resumidas cuentas, mi querido colega Hyde siempre ha dicho que, al igual que le gustaría preguntarle a Francis Ford Copolla si era consciente de la obra maestra que estaba rodando a medida que filmaba la primera parte de "El padrino", querría saber si los responsables de "Super Mario Bros" también eran conscientes de la nula calidad de lo que estaban haciendo. A mí, por lo menos, me parece una buena pregunta.

  • MR. HYDE DICE:
  • Madreeeeeeee... ¡Qué cosa más MALA! Pero así, dicho en mayúsculas y todo. Mira que he visto películas basadas en videojuegos, cómics, series de televisión y Dios sabe qué cosas más, que eran de cagarse de malas. Pero es que "Super Mario Bros", directamente, da una penica monumental. No se salva ni que un actor como Bob Hoskins, que me parece estupendo, salga en ella. Es más, casi hasta diría que es un insulto al videojuego que lleva más de veinte años bambando por ahí. Vamos, es que hace que el primer "Super Mario" que salió para la Nintendo sea un prodigio de casi todo al lado de este pedazo de mongdongo.

    Yo entiendo que no debe ser fácil currarse una historia sobre un videojuego como el Mario que sea fácil de hacer. Que va a llevar efectos especiales está más claro que el agua, y que tiene que ser algo así con acción y aventuras también. Lo que no sé es qué cosa rara se habrán fumado los que han escrito este truño, ni el que lo ha producido, ni el que lo ha dirigido, porque vaya forma de lucirse. Se ve que los tipos estos vieron que en el juego salen dos fontaneros que son hermanos, que sale una princesa y que hay una especie de dragoncito que le echa un cable a los buenos. Y, a partir de ahí, empezaron a hacer efecto los psicotrópicos que tomaron, porque tendríais que ver lo que han hecho con esas ideas (hermanos fontaneros, princesa y dragoncito). Tela marinera.

    Cuando empieza "Super Mario Bros", la cosa no es que augure nada bueno. Está claro que tienen que presentar a los dos colegas, así que nada mejor que enseñar cómo se ganan la vida como fontaneros. Pero a partir del momento en que cruzan esa especie de portal a otra dimensión -o lo que coño sea-, la cosa ya se les va de las manos de mala forma. De entrada, en el juego nunca ha salido que el otro mundo en el que juegan los fontaneros sea una especie de ciudad post apocalíptica llena de mierda por las calles y gente que parece haber sobrevivido a la tercera y cuarta guerras mundiales juntas. Después, la cosa tampoco mejora cuando los malos de la función resultan ser una panda de capullos integrales, que hacen que los malos de los cartoons sean el demonio personificado a su lado. Pero es que ya, cuando se supone que empieza lo que tiene que ser la acción y aventura, apaga y vámonos. Que si una piedra mágica, que si una princesa que no sabe que es una princesa, que si armas futuristas... Lo dicho, una diarrea mental del quince.

    Así que, amigos, a los que os gusten las pelis basadas en videojuegos, ya os podéis ir olvidando de perder el tiempo con esta chorrada, porque es más mala que la carne de pescuezo. También es verdad que no son muchas las pelis sobre videojuegos que merezcan la pena. Personalmente, creo que sólo se salva de la quema la primera parte de "Resident evil" (de las demás, mejor ni hablar), porque el resto siguen el camino de "Super Mario Bros": videojuego genial, y película que da vergüenza ajena.