martes, 26 de junio de 2012

CINE DE LOS 80: "NOCHE DE MIEDO"

TÍTULO: NOCHE DE MIEDO

DIRECTOR: TOM HOLLAND

REPARTO: CHRIS SARANDON, WILLIAM RAGSDALE, AMANDA BEARSE, RODY MCDOWALL, DOROTHY FIELDING

DURACIÓN: 96 min.

AÑO: 1985

GÉNERO: FANTÁSTICO

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • A principio de los años ochenta, la comedia alocada parecía haber logrado el beneplácito del público quien, a tenor de los sonados éxitos de propuestas como "Porky's - Porky's, 1981", "El pelotón de los chiflados - Stripes, 1981", "Loca academia de policía - Police academy, 1984", "La revancha de los novatos - Revenge of the nerds, 1984". Así pues, era cuestión de tiempo que este gusto por el humor un tanto descacharrante se trasladara a otros géneros. Lo que pocos podrían esperarse es que el género elegido fuera, precisamente, el de terror. De tal forma, cuando el director y guionista Tom Holland se propuso realizar una película de terror que incorporara los suficientes ingredientes cómicos para hacerla distinta, los productores del evento no tardaron en dudar de la comerciabilidad de tal propuesta. Sin embargo, una vez concluido el trabajo, hay que reconocer que "Noche de miedo" es mucho más que un simple largometraje de terror, puesto que contiene los suficientes elementos cómicos y de aventuras para revelarse como uno de los films más interesantes de mediados de la década de los ochenta.

    Charley Brewster (Ragsdale) es un joven adolescente que, tras la llegada al barrio de un nuevo vecino llamado Jerry Dandridge (Sarandon), empieza a observar éste comportamientos un tanto sospechosos. Súbitamente, comienzan a desaparecer ciertas personas de la contornad, y las sospechas de Charley cada vez son más fuertes. Por ello, tras una breve expedición a la casa de Jerry, Charley descubre que Jerry es, en realidad, un vampiro. Ante la incredulidad de su madre, Judy (Fielding) y de su novia, Amy (Bearse), Charley recurre a un maduro presentador televisivo llamado Peter Vincent (McDowall) que dedica su show a la explicación de fenómenos paranormales. Sin embargo, a pesar del escepticismo de Vincent, poco a poco, tanto Charley como el excéntrico presentador, se ven envueltos en una situación de lo más comprometida con Jarry.

    "Noche de miedo" es una película diferente por varios motivos. En primer lugar, a pesar de que contiene algunos de los instantes más escalofriantes que se recuerdan en una película de terror de los años ochenta (la conversión a "no muerta" de la novia de Charley, la transformación de Jerry en vampiro), el film de Holland consigue que el espectador se identifique no sólo con los personajes -todos ellos rebosan simpatía dentro de sus correspondientes roles, en especial en incrédulo Peter Vincent-, sino con el ritmo trepidante del film. En efecto, "Noche de miedo" se las compone para no resultar una película más sobre vampiros al uso, sino que la puesta en escena consigue que los elementos de intriga (la observación inicial de Charley sobre los movimientos y comportamiento sospechoso de Jerry), comedia (la primera toma de contacto con Peter Vincent) y aventura (el tercio final del largometraje) se integren unos con otros de forma ejemplar.

    En segundo lugar, aunque la mayoría de las interpretaciones son de lo más correctas, destaca por encima de todas la de Roddy McDowall como el charlatán presentador televisivo Peter Vincent (su nombre es, como el cinéfilo podrá observar, una fusión de dos de los iconos clásicos por excelencia del género: Peter Cushing y Vincent Price). McDowall dota a su personaje de una simpatía descomunal a pesar de la antipatía que puede suscitar en un primer momento, pues el paso de incrédulo rotundo a creyente se desarrolla a base de secuencias tan únicas como aquella en la que Charley y Peter entran por primera vez a la casa de Jerry para descubrir que se trata de un vampiro -la expresión de McDowall es, simplemente, sobresaliente).

    Por lo que respecta al resto, el tercer eje en el que "Noche de miedo" resulta un film novedoso es el de los trucajes de maquillaje. Desde la transformación de Jerry en vampiro y, más adelante, en murciélago gigante, hasta la de Amy como monstruosa vampira (el rostro desfigurado de la joven, con esa boca repleta de afilados dientes, es de los iconos por excelencia del cine de terror más reciente), resultan tan escalofriantes como efectivos.

    Sin embargo, todos estos elementos se combinan en "Noche de miedo" logrando que la película sea un entretenimiento simpático y divertido, a la vez que ofrece algunas de las secuencias más interesantes del cine de terror ochentero (atención a las numerosas secuencias en que Charley trata en vano de convencer a sus familiares y conocidos de la verdadera identidad de Jerry, o de la forma en que Charley y Peter Vincent consiguen salir con vida al final del film). En resumen, una película intrascendente pero muy simpática y, sobretodo, entretenida.

  • MR. HYDE DICE:
  • Lo importante primero: ¡Feliz cumple nena! Vale, ahora sí, al turrón.

    ¡Juas, qué cachonda la película! “Noche de miedo” es una tontuna monumental, pero aún así hace que te diviertas todo el rato. No sé si es porque sabe de sobra que lo importante es reírse de las mismas películas de terror, o porque parte de ese tema para hacer una peli de miedo de verdad. En cualquier caso, los noventa minutos escasos que dura hace que te diviertas sin parar. Para los/las que no les gusten las películas de canguelo, podéis estar tranquilos, que “Noche de miedo” no va por ahí, ni salen zombis, ni asesinos en serie ni monstruos que te revientan las tripas. Bueno, algún que otro bicho sí sale, pero lo que hacen, más que acojonarte es darles un susto de muerte a los protas cosa que, curiosamente, hace que tú te rías un buen rato. A mí me da la sensación, haciendo una comparación un poco friki, que es como si a todos estos timadores del teléfono de la videncia los pusieran en una casa donde hay un vidente de verdad que se los pone a todos de corbata. Aquí pasa más o menos lo mismo, aunque con falsos especialistas en vampiros en lugar de (in)videntes y con toques de la clásica historia del chaval que ve cosas raras en sus nuevos vecinos (más o menos como pasaba en esa otra peli tan chorra como distraída que era “No matarás…al vecino – The Burbs, 1989”).

    Al principio, “Noche de miedo” puede engañar. Si ves la primera mitad, tiene toda la pinta de ser una historia más de gente rara que va a vivir al típico barrio norteamericano (ya sabéis, ése en el que todos los vecinos son felices, hay niños con bicicletas repartiendo periódicos, coches aparcados en la entrada ajardinada de las casas, niños paseando a los perros y la Margaret de turno hablando con sus amigas sobre lo hermoso que están sus rosas), y que hace cosas que llaman la atención del adolescente de instituto rebelde al que nadie cree. Ésta es la parte menos original. Pero, desde el momento en que sale ese fantoche que se las da de especialista en fenómenos paranormales, es cuando empieza la juerga. Si “Noche de miedo” merece la pena verse por algo, desde luego, es por este pajarraco. Fijaos, si no, en el momento ese en el que el tío empieza a creerse que, de verdad, es un auténtico cazador de vampiros como en su chufla de televisión, y se tira de cabeza al ataúd del vampiro malo malísimo para que éste quede atrapado dentro. Os juro que si por algo merece la pena verse “Noche de miedo” es por el papelón que hace el viejo (aunque el vampiro tampoco parece que se lo pase mal -mirad el momento en que se intenta ligar tanto a la madre del chaval como a su novia-).

    Por lo demás, si os soy sincero, tampoco es que “Noche de miedo” me parezca nada del otro mundo. Reconozco que tiene su mérito el que hayan conseguido hacer de la típica historia de vampiros que ya nos han contado mil y una veces (por no hablar de que todo el principio es una copia descarada de “La ventana indiscreta – Rear window, 1954”, cosa que me extraña que el pedantillo de arriba no haya mencionado), y que tenga su interés para hacer que a la peña le interese saber cómo acaban con los malos. Es más, no miento si os digo que toda la parte final que tiene lugar en la casa del malo hace que te agarres bien y casi ni parpadees porque, ahí, la acción es constante todo el tiempo. Y, tal y como son el resto de tonterías que han solido hacer sobre el tema –remake de esta misma peli incluido-, la verdad es que se agradece poder pasártelo bien con una peli como ésta. Aunque, cuando la hayas visto, la olvides con la misma facilidad con la que te la papaste.