martes, 3 de enero de 2012

CINE DE LOS 80: "CARIÑO, HE ENCOGIDO A LOS NIÑOS"


TÍTULO: CARIÑO, HE ENCOGIDO A LOS NIÑOS

DIRECTOR: JOE JOHNSTON

REPARTO: RICK MORANIS, MATT FREWER, MARCIA STRASSMAN, KRISTINE SUTHERLAND, THOMAS WILSON BROWN, JARED RUSHTON, AMY O'NEILL, ROBERT OLIVERI

DURACIÓN: 84 min.

AÑO: 1989

GÉNERO: AVENTURAS

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Cuando, en 1989, se estrenó en salas una producción de los estudios Disney llamada "Cariño, he encogido a los niños", pocos imaginaban que, junto con otra acertada comedia acerca de un bebé parlanchín -"Mira quién habla - Look who's talking, 1989", ambas se colocarían entre las más taquilleras del año. No obstante, esta simpática comedia familiar de aventuras consiguió convencer tanto a adultos como niños gracias al planteamiento de un argumento original y a una realización de lo más acertada.


    Wayne Szalinski (Moranis) es un atípico científico que trabaja en una nueva invención: una máquina capaz de miniaturizar cualquier cosa que se le ponga a tiro. A pesar de que éste piensa que es un fracaso, un día, sus hijos Nick y Amy (Oliveri y O'Neill, respectivamente) y los hijos de los vecinos, Russ y Ron (Brown y Rushton, en sus respectivos papeles) son reducidos por esta máquina a un tamaño diminuto. Sin ser consciente de ello, y en un ataque de ira al creer que la máquina no funciona, Wayne destroza la máquina y barre los restos -incluyendo a sus hijos-, arrojándolo todo a la basura. Cuando repare en lo que ha sucedido realmente, hará todo lo posible por reconstruir la máquina mientras que, sus hijos, por su parte, tratarán de volver desde el cubo de la basura al interior de su casa. En el transcurso de este viaje, deberán hacer frente a toda clase de peligros e inesperadas aventuras.


    "Cariño, he encogido a los niños" supuso, a finales de los ochenta, el debut en la dirección de largometrajes de Joe Johnston, quien durante los dos últimos años lograría aumentar considerablemente su popularidad gracias a la sombría "El hombre lobo - The wolfman, 2010" y la entretenida "Capitán América: el primer vengador - Captain America: the first avenger, 2011". Curtido dentro del género de aventuras familiar (Johnston había trabajado antes como responsable técnico de efectos visuales en varias películas de Spielberg -de hecho, fue él quien dirigió la muy irregular tercera parte de "Parque Jurásico"), Johnston se puso al frente de esta simpática y original película producida por los estudios Disney, aportando una curiosa y acertada visión del mismo mundo ordinario que conocemos, pero desde una perspectiva que pocos podríamos imaginar.


    Así pues, sirviéndose de esta excusa argumental, "Cariño, he encogido a los niños" se presenta como un film de aventuras de lo más entretenido, a la par que pone de relieve valores como los de la amistad, el altruismo o la colaboración mutua para hacer frente a las adversidades, sin necesidad de recurrir a absurdas líneas de guión (cuántas veces hemos tenido que soportar en películas similares frases del tipo "¡Vamos chicos, todos juntos podemos!" o "¡No dejaremos a nadie atrás!"), sino mediante la presentación de los episodios que configuran el total del largometraje: la salida de la bolsa de basura, el aspersor de agua, el vuelo en abeja, la hormiga, el ataque del escorpión, etc. Por supuesto, todo ello resulta de lo más creíble gracias al cuidadísimo diseño de producción, y trepidante gracias a los efectos visuales ya mencionados y a la acertada música compuesta para la ocasión por un emergente James Horner.


    Con lo cuál, "Cariño, he encogido a los niños" figura como una de las producciones juveniles (junto con, por ejemplo, "¿Quién engañó a Roger Rabbit?- Who framed Roger Rabbit?, 1988, o cualquier producción de Spielberg de la época) más interesantes de finales de los años ochenta y que, a día de hoy, sigue conservando parte de esa inocencia y encanto. Ideal para ver en familia con los más peques de la casa y, desde luego, mucho mejor que las dos secuelas que generó el film original (absolutamente prescindibles).



  • MR. HYDE DICE:

  • "Cariño, he encogido a los niños" no es que sea el no va más de películas infantiles (hasta podríamos decir que juveniles) pero, desde luego, no hay que negar que tiene una de las historias más originales del cine ochentero de Disney. Pero no por el hecho de que un tronado encoja a sus retoños, sino por el hecho de que lugares y cosas de lo más normal (el jardín de tu casa, una cortadora de césped, insectos casi microscópicos...) se agigantan hasta fliparla con el tamaño y el detalle que pueden llegar a tener. Que a alguien se le haya ocurrido eso, reconozco que es de lo más original, pero que hayan tenido el ingenio (y los huevos) de hacerlo en película de verdad sin recurrir a los dibujos animados -que, no nos engañemos, hubiera sido lo más fácil-, es digno de admirar. Sobretodo, teniendo en cuenta que para eso han tenido que imaginar y crear momentos tan logrados como ese en el que los críos son, literalmente, barridos y tirados a la basura, o ese otro en el que aparecen insectos como una abeja (atención al vuelo que hacen un par de chavales encima de la abeja, que hasta su propio padre está a punto de darles con un palo) o una hormiga o, incluso, la secuencia que recuerdo con más impacto: el instante en que el padre está a punto de zamparse a uno de sus hijos que está mezclado con los cereales y la leche -eh, que tenía nueve años cuando salió esta peli, ¿qué queríais?-.


    De todas formas, es la idea principal lo que hace que, vista hoy en día, "Cariño, he encogido a los niños" sea soportable. Vale que hace más de veinte años tuviera su gracia, pero tampoco es que los efectos especiales ahora resulten tan sorprendentes (claro que, si echamos un vistazo a los efectos especiales que tenían otras pelis del mismo año, te caes de espaldas). Sin embargo, lo que sí hace que la peli siga teniendo ese encanto original es que te enseñen de forma descomunalmente grande cosas que, de normal, te caben en la palma de la mano. O que el grupo de chavales tengan que sobrevivir a la jungla mastodóntica en que se convierte el jardín para poder volver a su casa sin que alguien o algo se los coma por el camino.


    De todas formas, "Cariño, he encogido a los niños" -título clarito donde los haya- no pretende para nada ser la octava maravilla del mundo. A mí me da la impresión de que los que la hicieron saben perfectamente que con sacar cosas gigantes y preocuparse de que a los nenes protagonistas les pasen mil cosas antes de conseguir volver a su casa, ya lo tienen bastante apañado. Por lo demás, "Cariño, he encogido a los niños" es una película estupenda para ver en familia, o con nenes un poquito más pequeños (es decir, no os la pongáis un grupo de amigotes un sábado por la noche, al no ser que estéis haciendo una sesión remember ochentera de Disney). Así que, a pillar un buen note de palomitas, y dejar que los más chiquitines se lo pasen en grande (nunca mejor dicho). Por cierto, ¿alguien sabe qué ha sido del gafas éste con cara de tonto que sale en la peli, y que también aparecía en las dos partes de "Los cazafantasmas"?