martes, 17 de mayo de 2011

CINE DE LOS 80: "BLACK RAIN"



TÍTULO: BLACK RAIN

DIRECTOR: RIDLEY SCOTT

REPARTO: MICHAEL DOUGLAS, ANDY GARCIA, KEN TAKAKURA, YUSAKU MATSUDA, KATE CAPSHAW

DURACIÓN: 109 min.

AÑO: 1989

GÉNERO: POLICIACO



  • EL DR. JECKYLL DICE:

Es llamativo que, dentro de la estupenda carrera cinematográfica del realizador Ridley Scott, únicamente existan dos films policíacos, en especial si tenemos en cuenta la variedad y versatilidad del director inglés. El primero de ellos fue "La sombra del testigo - Someone to watch over me, 1987", una vulgar película sobre la clásica historia de un testigo accidental y su relación con el policía que la protege. La segunda de ellas es la muy superior "Black rain".


Animado por el actor y productor Michael Douglas, tremendamente activo a finales de los años 90, gracias a la popularidad que había alcanzado al protagonizar un bombazo como "Atracción fatal - Fatal attraction, 1987", o ganar el Oscar al mejor actor por"Wall Street - Wall Street, 1987", Scott se puso tras las cámaras para orquestar este film policíaco.


Casi planificado como una versión actualizada del largometraje de Sydney Pollack "Yakuza -Yakuza, 1974", la historia de "Black rain" arranca cuando, en un restaurante de Nueva York, los policías Nick Conklin y Charlie Vincent (Douglas y García, respectivamente) son testigos de un brutal asesinato en un restaurante de un capo de la mafia japonesa. El asesino, Sato (Matsuda), al que consigue detener Nick, es un peligroso miembro de los yakuza japoneses, que pretendía robar una plancha con la que falsificar dólares norteamericanos. Tras encargarles a Nick y Charlie que escolten a Sato hasta Osaka, éste consigue burlar su escolta y escapa, por lo que ambos policías se ven forzados a introducirse en el mundo de la mafia japonesa, no sólo para atrapar a su hombre, sino para evitar que siga corriendo la sangre.


No falta quien critica con saña esta película de Ridley Scott, alegando que el genio de su director es capaz de elaborar productos de una calidad más notoria que una simple historia de buenos y malos. Sin embargo, "Black rain" no es para nada una película más del género. Scott aporta a la historia una elegancia visual tremenda, en parte gracias a la gran labor del director de fotografía (y futuro director) Jan de Bont. Así pues, las diferencias entre el mundo occidental y oriental no pueden ser presentadas de forma más clara, y no sólo en lo que a los paisajes y ambientación se refiere, sino al mismo comportamiento de sus personajes. El escenario donde la pareja de policías se sentía cómoda empleando sus rutinarios métodos de investigación, cambia radicalmente al trasladarse al nuevo país, donde pasan a convertirse en unos improvisados novatos a los que el tiempo apremia en una contrarreloj asfixiante para resolver el caso.


El ritmo de la película es trepidante, y las pocas dosis de reposo con las que cuenta, en lugar de ralentizar la acción de la historia, lo que consiguen es reforzar los vínculos existentes entre los personajes, por lo que la progresión dramática gana en solidez. Así pues, secuencias como las de Nick con Joyce (Capshaw) tras sufrir el primero una importante pérdida, o la conversación de Nick con Massa (Takakura) en el piso de éste último le dan un breve respiro a la acumulación de situaciones límite y violentas a la que se exponen los personajes constantemente.


Revisada la película a día de hoy, sorprende por la frescura que sigue manteniendo, pues se aleja del resto de tópicos que presentaron las películas policíacas de finales de los 80, trasladando la acción al imperio del sol naciente y construyendo una historia de lealtad y respeto tan entretenida como trepidante.



  • MR HYDE DICE:

Me encanta esta película. Y lo digo así, de primeras, antes de que cualquier otro rollo que suelte pueda distraeros. Puede que no sea una obra maestra (creedme, no lo es) y que, ni siquiera, figure entre las obras más destacables en la filmografía de Ridley Scott - estoy pensando en "Gladiator (El gladiador) - Gladiator, 2000" o "Black hawk derribado - Black hawk down, 2001", para hacernos una idea -, pero tiene un algo que hace que, cuando la peli acaba y pasan los días, la recuerdes con muchísimo aprecio. A mí me sucede tal cuál, y eso que hace más de quince años que la vi.


Otra cosa que llama la atención de la película es la violencia. Como toda historia policíaca, tiene sus buenas dosis pero, a diferencia de otras más preocupadas en cómo partirle el brazo al pavo que se te cruza por el camino, aquí la violencia se integra en la historia de una forma que casi le acaba pareciendo a uno necesaria. Y si no, es suficiente ver la represalia que Sato toma contra Charlie en un parking, la forma también de Sato de traicionar a Sugai San en la cabaña donde se reunen todos los jefes mafiosos o cómo Sato debe cumplir con su castigo según la ley yakuza (menudo joputa el japonés).


Por último, otra cosa que recuerdo que me sorprendió es que el final se aleja de los cánones de cine de acción de la época, cosa que se acaba agradeciendo. Y ello se puede comprobar desde la genial persecución en moto del final de la cinta (o la pelea en el barro de Nick y Sato), hasta el epílogo en el aeropuerto.


Ah, y como no podía ser de otra forma, atención obligatoria a quien la vaya a ver (o ver de nuevo) a la impresionante banda sonora que compuso Hans Zimmer en su primera colaboración con Ridley Scott. ¡Olé lo bien parida que está! Y olé lo bien parida que está el resto de la película. Buen cine policíaco, con unos añitos encima, pero bueno de todas formas.