jueves, 10 de mayo de 2012

CINE ACTUAL: "EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LA COMUNIDAD DEL ANILLO"

TÍTULO: EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LA COMUNIDAD DEL ANILLO

DIRECTOR: PETER JACKSON

REPARTO: ELIJAH WOOD, IAN MCKELLEN, SEAN ASTIN, ORLANDO BLOOM, SEAN BEAN, VIGGO MORTENSEN, CATE BLANCHETT, CHRISTOPHER LEE, LIV TYLER, HUGO WEAVING, IAN HOLM, JOHN RHYS-DAVIS

DURACIÓN: 165 min.

AÑO: 2001

GÉNERO: FANTÁSTICO

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Hacía varios años que, en Hollywood, se quería realizar una puesta en imagen real de "El señor de los anillos", la trilogía escrita por el inglés J.R.R. Tolkien. Pero, por diversos motivos (la imposibilidad de llevar a cabo la puesta en escena debido a lo costosísimo de la recreación del universo literario descrito en los libros, y de las limitaciones que presentaban los efectos especiales del momento, entre los factores más importantes), dicha idea se terminaba postergando de forma indefinida. La anterior versión databa de finales de los años setenta -"El señor de los anillos - The lord of the rings, 1978" era una producción animada dirigida por Ralph Bakshi-, pero no contenía un ápice del tono épico que se le pretendía dar a la historia. No fue hasta principios del nuevo siglo cuando una pequeña productora (New Line, empresa filial de Warner Bros) apostó fuerte por el proyecto, decidiendo producir la trilogía de corrido con el fin de abaratar costes, y poniendo al frente del proyecto a Peter Jackson, un director que, si bien había destacado anteriormente por sus films de corte fantástico y sobrenatural ("Braindead (Tu madre se ha comido a mi perro) - Braindead, 1992" o "Agárrame esos fantasmas - The frighteners, 1996"), nunca antes se había puesto al frente de una súper producción de estas características -según parece, el coste conjunto de los tres largometrajes fue de unos trescientos millones de dólares-. De este modo, lo que parecía un proyecto arriesgado y de lo más ambicioso, no sólo triunfó a nivel crítico y (sobretodo) comercial, sino que sigue siendo máximo exponente del cine de aventuras fantástico. La primera -y mejor- de las partes, "El señor de los anillos: la comunidad del anillo", es el film que recisamos hoy.

    Bilbo Bolson (Holm) es un centenario hoibbit -raza de pequeños hombrecillos de pies peludos y orejas puntiagudas que pueblan la llamada "comarca" de la Tierra Media- que, antes de partir para aprovechar sus últimos días de vida, le lega a su sobrino Frodo (Wood) un legendario anillo. Sin embargo, el poder de dicho anillo es extraordinario, pues permite a su portador dominar las fuerzas oscuras de toda la Tierra Media. El temible señor Sauron, quien en su día poseyó y perdió el anillo en una terrible lucha contra los humanos, hará entonces todo lo posible por hacerse de nuevo con él para dominar a la humanidad. Será entonces cuando Frodo, acompañado de su buen amigo Sam (Astin) y dos hobbits más, se pondrá en camino hacia el Monte del Destino, donde fue forjado el anillo, con el fin de destruirlo. En su ayuda acudirán el gran mago Gandalf (McKellen), el arquero Légolas (Bloom) y el los guerreros Boromir (Bean) y Aragorn (Mortensen).

    Al hablar de "El señor de los anillos: la comunidad del anillo", es necesario hace una separación previa. Por una parte, cabe calibrar el film desde un punto de vista técnico (efectos especiales, puesta en escena, ambientación, acompañamiento muscial, etc.) y, por otra parte, de lo que el largometraje representa como tal, como obra audiovisual. En lo que concierne a lo primero, "El señor de los anillos: la comunidad del anillo" es una maravilla. Prácticamente todos sus elementos técnicos están recogidos a la perfección, desde la impresionante ambientación que reproduce el mundo descrito por Tolkien (ver el poblado Hobbit, el Monte del Destino, la fortaleza en la que mora ese monstruoso dragón...), pasando tanto por la caracterización de los personajes como de los extras (el maquillaje es sensacional), o del vestuario (el traje de escamas de Galadriel o las negras túnicas de los espectros de Sauron que persiguen a los hobbits, por ejemplo). Además, cabe destacar, por encima del resto, la asombrosa labor como director de fotografía de Andrew Lesnie, quien consigue jugar con las luces de una forma tremenda en cada una de las situaciones de la película, según lo requiera la secuencia: las nieblas para los momentos de amenaza, los tonos claros para las batallas a cielo abierto (esos planos aéreos de la comunidad del anillo mientras cruzan grandes superficies verdoasas y frías montañas heladas), o los lúgubres para aquellos instantes de temor (ver el pasadizo que conduce a la expedición hacia el interior de una montaña repleta de orcos, y por los que se guían únicamente alumbrados por la luz que desprende el cayado de Gandalf). Asimismo, la múscia compuesta para la ocasión por el habitual colaborador de David Cronenberg, Howard Shore, no puede ser más inspiradora, puesto que con sus acompañamientos a base de coro y grandes percusiones consigue redondear ese halo épico que desprende el "El señor de los anillos: la comunidad del anillo" de principio a fin.

    Ahora bien, que, como película, "El señor de los anillos: la comunidad del anillo", se encuentre a la altura de su virtuosismo técnico, eso ya es otro cantar. No hay que negarle la más que patente voluntad de querer resultar un espectáculo entretenido aunque, tampoco es menos cierto, que acaba resultando más pretencioso de lo que cabría esperar. A pesar de que no es trabajo fácil poner en imágenes la extensísima trilogía literaria escrita por Tolkien, Peter Jackson parece caer en la trampa de lo suntuoso, es decir, que confía más en los aspectos visuales del largomentraje que no el que el mismo tenga un contenido más coherente. Como película de aventuras, funciona por momentos, al igual que como drama épica, pero no consigue mantener un mismo tono (ora de acción cobstante, ora de conherencia argumental) durante sus tres horas. Es por ello que, al final, da la sensación de que si hubieran optado por hacer una película menos extensa y visualmente impactante, "El señor de los anillos: la comunidad del anillo" hubiera sido una obra redonda.

    No obstante, tal y como hemos dicho, hay que saber de qué tipo de film estamos hablando. Evidentemente, los responsables de hacer de "El señor de los anillos: la comunidad del anillo" un gran espectáculo tienen más que claro que todo debe pasar por los inevitables cánones del star system hollywoodiense, más preocupado por la cantidad de entradas que venderán y el número de paquetes de palomitas y refrescos que acompañarán a cada entrada, que no de si la factura del film es impecable. Sin embargo, con todo y con ello, no hay que negar que "El señor de los anillos: la comunidad del anillo" es uno de los shows estéticos más impresionantes de la última década. Aunque haya más de uno -me incluyo en el grupo- al que no interese lo más mínimo toda esa supuesta mitología que rodea la obra de Tolkien.

  • MR. HYDE DICE:
  • Vaya por delante: no soy ningún fan de nada que tenga que ver con "El señor de los anillos". Ni me he leído las novelas, ni me interesa ese mundo fantástico (para mundos raros, me quedo cien veces antes con el de "Myst"), y me dan una penica todos esos frikis que se visten y hablan cosas raras como los de las novelas de Tolkien que no sabría si consolarlos o meterles una colleja. Es algo parecido a lo que me pasa con los libros y películas de Harry Petas, que no me interesa lo más mínimo. Ahora bien, no sería la primera vez que no me interesa un libro pero la peli que haceb basada en él es una caña. Así que, como casi todo el mundo, cuando se estrenó "El señor de los anillos: la comunidad del anillo", fui a verla, esperando que la cosa fuera lo suficientemente interesante como para que las casi tres horas que dura no se me hicieran eternas. Por suerte, y en honor a la verdad, debo admitir que la película me gustó, que me pareció interesante y muy bien hecha, y que consigue que una historia que me la pela de arriba a abajo me distrajera un buen rato. Eso sí, que pasara lo mismo con las otras dos partes, ya es otro cantar. Pero de esto ya hablaremos en otra ocasión.

    "El señor de los anillos: la comunidad del anillo" es un prodigio de efectos especiales y puesta en escena repleta de la épica de las películas así rollo medieval más famosas. Eso no lo dudo. Pero es que me interesa tan poco todo ese rollo de enanos coñeros y ogros más feos que Rosy de Palma chupando un limón... Bufff, qué complicado es hablar de una película cuando te la pela olímpicamente de qué va y lo que les pasa a los protagonistas. Pero, por suerte, para los que os pase algo parecido a mí, podéis estar tranquilos, porque "El señor de los anillos: la comunidad del anillo" se las apaña para resultar entretenida durante las casi tres horas que dura. Es cierto que hay trozos que son un poco bodrio (todo el principio hasta que se descubre qué pasa con el anillo, o lo que pasa en el país ese raro de las hadas -o lo que sean-, en el que Frodo se recupera de un mandoble que le mete uno de los malos, por ejemplo), pero el resto tiene la aventura suficiente y escenas de lucha entre orcos y humanos lo suificientemente emocionantes como para sacarte de la modorra en la que te habías empezado a quedar.

    Ahora bien, hay cosas que se podían haber ahorrado. Por ejemplo, todo ese rollo en plan Obi-Wan Kenobe descarado que hay entre Frodo y el mago es un poco tostón, igual que lo que pasa con la historia de amor que insinúan (porque en las dos pelis de después ya se explayan a gusto con ella) entre Aragorn y una elfa -que tela huevos, porque el Aragorn éste parece no tener ni idea de lo que es una buena ducha-. Por lo demás, ya os digo que tiene trozos flipantes de efectos especiales a porrillo que animan la función. Pero, si es que aún no la habéis visto, tened claro que "El señor de los anillos: la comunidad del anillo" es larga, tiene muchos efectos especiales, y la historia gira entorno a ciraturas raras de pelotas, hechizos, señores de la oscuridad (o como se llamen) y cosas parecidas. Si aún así tenéis ganas de estar tres horas viendo batallas y trolls, pues adelante. A mí no me disgustó (las otras dos sí que son un bodrio de cojones), pero tampoco es de las que me dejó flipado. Vamos, que para ver de cuando en cuando. Eso sí, la múscia, chuilísima.