sábado, 14 de abril de 2012

CINE EN CARTEL: "BATTLESHIP"

TÍTULO: BATTLESHIP

DIRECTOR: PETER BERG

REPARTO: TAYLOR KITSCH, RIHANNA, ALEXANDER SKARSGARD, LIAM NEESON, BROOKLYN DECKER

DURACIÓN: 120 min.

AÑO: 2012

GÉNERO: ACCIÓN

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Como cada año por estas fechas, desde Hollywood comienzan a llegar las súper producciones que poblarán la cartelera hasta finales de agosto, más o menos. Sí que es cierto que el estreno masivo de estos carísimos y esperadísimos largometrajes (al menos, algunos de ellos) ha comenzado más pronto que otros años ya que, por lo general, es mayo el mes que dichos estrenos tienen lugar. Sea como sea, lo cierto es que el primero de los grandes estrenos que llega a las carteleras españolas esta temporada es “Battleship”, libre adaptación del famoso juego de mesa “Hundir la flota” que cuenta con muchos y espectaculares efectos especiales, y con dosis de acción tremendas. Ahora bien, como también suele ser frecuente en este tipo de producciones, que la película esté repleta de momentos visualmente fascinantes no implica que la calidad del producto también se encuentre a la altura.


    Alex (Kistch)es un joven rebelde al que le cuesta aceptar tanto la responsabilidad como la disciplina. Su hermano Stone, un distinguido oficial de la Marina norteamericana, le anima a alistarse junto a él para poder labrarse una carrera. Allí, tras enamorarse de Samantha (Decker), la hija del férreo almirante Shane (Neeson), participa en unas maniobras militares internacionales. Sin embargo, en mitad de las maniobras, hará acto de presencia una fuerza extraterrestre muy avanzada tecnológicamente, que creará un campo de fuerza alrededor de los destructores y acorazados en los que se encuentra Alex -así como varias islas hawaianas-, dando entonces comienzo una batalla a muerte por la disputa del planeta.


    Tras el éxito alcanzado en todo el mundo con la serie “Transformers”, basada, a su vez, en los famosos juguetes propiedad de la compañía Hasbro, ahora llega la adaptación de uno de los juegos de mesa más populares de la historia, propiedad de esta misma compañía. Cierto es que no resulta fácil imaginar una idea argumental que permita crear toda una historia a partir de semejante juego de mesa, máxime teniendo en cuenta el objetivo de éste y la poca libertad que, a priori, deja para desarrollar historias nuevas. Así pues, ha sido mediante una combinación de ciencia ficción (la parte relativa a la invasión extraterrestre) y acción trepidante (cada uno de los combates y enfrentamientos tanto en el agua como en tierra) que se ha conseguido dar forma al film que acaba siendo “Battleship”.


    Sin embargo, como avanzábamos en la introducción, es una pena que la calidad del resultado diste muchísimo de las elevadas dosis de distracción y testosterona que se desprenden del largometraje. En este caso, la sombra de Michael Bay es muy alargada, y no lo decimos implemente porque “Battleship” dé la sensación de ser una versión no oficinal de sus películas sobre robots destrozones (las similitudes entre aquellas y “Battleship” es más que evidente). En este caso, tanto la puesta en escena de las secuencias de acción, con ruidos y explosiones por doquier (atención al instante en que unas especies de peonzas robóticas atraviesan, literalmente, el destructor USS Missouri, no dejando prácticamente una sola pieza entera), como la visualización de otras secuencias que tienen lugar en tierra firme (el intento de desconectar los cables de alimentación de las antenas que han colocado los extraterrestres, utilizando un jeep y lanzándose montaña abajo, recuerda muchísimo a la persecución final de “Dos policías rebeldes II – Bad boys II, 2003”) hace que sea casi imposible no tener la sensación de que “Battleship” era un proyecto destinado a ser filmado por el genio que realizó “La roca – The rock, 1996” pero que, por equis motivos, no pudo ser, decantándose por una versión alternativa –y, seguramente, más barata- de Bay.


    Así pues, “Battleship” es un espectáculo grandilocuente, apabullante desde su comienzo, pero que no puede evitar el hecho de que se trata de puros fuegos de artificio. El film, como tal, es, directamente, malo. Ni las interpretaciones (de aquellos “actores” que se molestan un mínimo en actuar), ni el guión (inexistente y ridículo) consiguen salvar a esta súper producción de la quema. Con lo cuál, cabría contemplar “Battleship” desde dos perspectivas: aquel punto de vista que juzga al largometraje de Peter Berg como una obra vulgar, hueca y anodina, o aquel otro que tiene claro que “Battleship” no es más que un puro pasatiempo diseñado con el simple propósito de entretener al público menos exigente. Particularmente, dado que a nosotros nos gusta disfrutar del cine también como entretenimiento, nos quedamos con esta segunda perspectiva aunque, no por ello, nos olvidamos de la primera. Esperemos que el próximo proyecto de Peter Berg sea más parecido a la excelente “La sombra del reino – The kingdom, 2007” que no a “Hancock – Hancock, 2008”.



  • MR. HYDE DICE:

  • Señores, aquí tenemos la primera “peli de palomitas” de la temporada. ¿Que qué quiero decir con esto? Pues que si vais a ver “Battleship”, os preparéis para casi dos horas de diversión atiborrada de efectos especiales chulísimos y frases lamentables. En efecto amigos, “Battleship” cumple a rajatabla la norma general de cualquier súper producción semi-veraniega: tener unos efectos especiales y dosis de entretenimiento a lo bestia, y un guión que no llegue a la media página (y la media página que tiene, para echarse a llorar). Claro, que eso no tendría que ser ningún problema, porque el que se mete a ver esto, sabe de sobra de qué palo va el tema. Pero, para aquellos despistadillos que no lo tengan claro, ya os adelanto tres cositas.


    La primera, que es un pasatiempo fenomenal. “Battleship” es la película perfecta para no pensar lo más mínimo durante un rato, dejarte llevar por la historia tan imposible que te cuentan, tomarte unas cuantas chuches y coca-colas mientras la ves y, cuando acaba y se encienden las luces, no tener vergüenza en admitir que te lo has pasado de coña, independientemente de lo buena que sea la película.


    La segunda, que no esperes ver actuaciones que pasen a la historia (al menos, por su calidad). Quitando a Liam Neeson –que sólo sale diez minutos en toda la peli, en los que se limita a gritar mucho, y poner cara de coronel o general, vete tú a saber, pero que muy cabreado-, al resto de los que salen enseñando su carita, habría que darles un cursillo avanzado de interpretación a la de ya. Para empezar, el héroe de turno (el mismo actorazo que se lució a base de bien en “John Carter – John Carter, 2012”) no tiene ni puta idea de cómo soltar las tontunas de sus líneas de diálogo. Se ve que el hombre no tuvo tiempo de aprender a actuar a causa de las catorce horas al día que se tiene que pasar en el gimnasio para poder enseñar luego la tableta a la mínima ocasión, por lo que no entiendo por qué no ha cogido a otro (se ve que es el que está de moda ahora mismo, aunque huele a flor de un día). Y, si os parece que exagero, no tenéis más que ver la pinta de besugo que tiene mientras recita fragmentos de “El arte de la guerra”. Lo dicho, lamentable. Después le llega el turno a la tía buena de turno, perfectamente maquillada hasta cuando rueda montaña abajo y más preocupada porque sus tetas –de lo más generosas- se muevan a velocidad de vértigo mientras corre. Pero es que ya cuando te ves a Rihanna haciendo de marine, ahí sí que apaga y vámonos. O sea, todos los nasíos pa matá están más cuadrados que la leche y de repente te ves a esta tía enclenque levantando un fusil más grande que ella y cargándose a los aliens sin pensárselo (por supuesto, también maquillada hasta cuando sale del agua). En fin, pues eso, que está claro que en “Battleship” la pasta se la han gastado en efectos especiales, porque de actuaciones mejor ni seguir hablando.


    La tercera y última, que “Battleship” recurre a todos los tópicos y clichés del cine de acción reciente. ¿Y cuáles son esos? Pues escenas tan espectaculares como increíbles (en algunas ya se pasan de la raya, como esa en la que echan el ancla de delante –no sé si es la popa o la proa- para que un destructor como un castillo de grande derrape en el agua –sí, sí, derrapa en el agua, con un par- y, así, meterle un zambombazo de los buenos a la nave espacial que se los quiere ventilar), planos a cámara lenta con los buenos andando en fila hacia la cámara (aquí lo hacen para los veteranos de guerra, lo que hace que te ya te partas el culo de la risa de ver a los abuelos en plan macarra) y, por supuesto, mucho saludo militar con bandera de los USA ondeando al fondo.


    Aparte de esto, ya os digo que “Battleship” no es más que un puro pasatiempo. Te lo pasas pipa viéndolo, pero la condición fundamental para disfrutarla como un enano es no pensar. Así de claro, no pensar para nada, ni querer verle algo de lógica, ni nada de nada. El que piensa, pierde. Pero, si os dejáis llevar por la acción, lo emocionante que es el combate entre humanos y alienígenas, y todas las explosiones y escenas espectaculares que hay, veréis cómo “Battleship” es una de las mejores atracciones que hay en la cartelera ahora mismo.