miércoles, 23 de mayo de 2012

CINE DE LOS 90: "UNA PROPOSICIÓN INDECENTE"

TÍTULO: UNA PROPOSICIÓN INDECENTE

DIRECTOR: ADRIAN LYNE

REPARTO: ROBERT REDFORD, DEMI MOORE, WOODY HARRELSON, OLIVER PLATT, SEYMOUR CASSEL

DURACIÓN: 112 min.

AÑO: 1993

GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • Adrian Lyne es un director que, a lo largo de su no muy extensa carrera, parece haberse querido colgar la etiqueta de "controvertido" a raíz de algunos de sus films, ya sea por la carga sexual (implícita o explícita) de sus puestas en escena, o por las temáticas que trata. Esto se ha visto reflejado en largometrajes de lo más acertados ("Atracción fatal - Fatal attraction, 1987"), en otros cuyo éxito ha sido más consecuencia de la moda del momento ("Flashdance - Flashdance, 1983", "Nueve semanas y media - 9 1/2 weeks, 1986"), y en otros simplemente malos ("Lolita - Lolita, 1997"). Sin embargo, con "Una proposición indecente" Lyne no sólo realiza una de sus mejores películas, sino también una de las más complejas y densas, cuyo espinoso tema dio -y sigue dando- lugar a más de un debate.

    David (Harrelson) es arquitecto, y está casado con Diana (Moore), que es agente inmobiliaria. Cuando Diana encuentra un buen terreno convence a David para que construya allí una casa para los dos. Sin embargo, una serie de imprevistos hace que los dos se vean sen serios apuros económicos. Un viaje a Las Vegas, aunque a priori, parezca una decisión suicida, es la que el joven matrimonio toma. Allí, su suerte no hace más que empeorar. Pero la vida de ambos cambiará cuando conozcan a John Gage (Redford), un apuesto millonario que, con el fin de probar que el dinero lo puede comprar todo, les hace una peculiar propuesta a Diana y David: les ofrece un millón de dólares, con el que podrán solucionar sus problemas económicos, a cambio de pasar una sola noche con Diana.

    "Una proposición indecente" es una buena película. De hecho, es una muy buena película. Señalamos esto de entrada porque, a pesar de que en el momento de su estreno fuera atacada sin piedad por parte de la crítica especializada, el film de Lyne sabe tratar con gran acierto un tema tan espinoso como la dignidad de las personas. Afortunadamente, el hecho de que obtuviera tres premios anti-oscar en su año (por encima de sandeces mucho mayores como "El cuerpo del delito - Body of evidence, 1993") no se vio reflejado en la taquilla, donde alcanzó un más que notable éxito -en especial si se tiene en cuenta su historia y características-.

    Así pues, "Una proposición indecente" plantea un tema interesantísimo. La decisión férrea y segura que parecería que cualquiera de los espectadores pudiera tener clara desde un principio -al igual que la pareja protagonista-, pronto comienza a tambalearse (atención a la sensacional secuencia en la que el millonario al que da vida Redford hace la proposición, así como la conversación que mantienen instantes antes acerca del poder del dinero: rotunda, directa y sin artificios, magníficamente ejecutada). Es a partir del momento en que se toma la importante decisión que "Una proposición indecente" se vuelve una película incómoda. Por fortuna, no es una incomodidad surgida como consecuencia de la calidad del film, sino debido a que el espectador se identifica de tal forma con los protagonistas, que lamenta la suerte que corre la pareja.

    Ahora bien, es, precisamente, en su tercio final en el que "Una proposición indecente" parece pinchar. Su principio es de lo más correcto, y su cuerpo central excelente. Pero, hay un instante (coincide más o menos con el momento en que tras la aparente ruptura entre Diana y David, éste trata de recuperarla como sea) en el que el largometraje falla. La solidez de la historia que había conseguido mantener se pierde ligeramente en lo que podría denominarse un "drama de parejas" cercano al culebrón en el que el protagonista entra en una espiral de autodestrucción como consecuencia de una decisión que él mismo ha tomado. Asimismo, el clímax de la película, a pesar de dar un cierto respiro a los protagonistas (y al espectador) no puede evitar carecer de un edulcoramiento que peca en exceso de condescendiente.

    No obstante, a pesar de esa pequeña turbulencia en su tercio final, "Una proposición indecente" es un film de lo más destacable, una película que sacude la conciencia del público, haciendo que se ponga en el mismo lugar de los personajes para pensar en cuál sería su respuesta de hallarse en su piel. A ello, hay que añadir unas correctas interpretaciones por parte de su trío protagonista, donde brilla con luz propia un Robert Redford simplemente espléndido (insuperable en la secuencia previa a la consumación) quien, con su interpretación de millonario caprichoso, le pone la guinda y equilibrio justo a la historia. Asimismo, desde un punto de vista técnico, "Una proposición indecente" destaca por la bellísima partitura del desaparecido John Barry (atención al instante en que, tras hallarse solo, David mira las fotos de Diana, o cuando ésta acude al muelle en el que ambos decidieron casarse), y la fotografía de Howard Atherton (ver el momento en que John y Diana bailan, tras encontrarse por segunda vez).

    En resumidas cuentas, "Una proposición indecente" es un film de lo más recomendable, y casi de obligada visión para disfrutar de una incomodidad tan terapéutica como necesaria. Diga lo que diga la crítica.

  • MR. HYDE DICE:
  • Joer, qué peli más chunga. Y conste que lo digo como un cumplido, que a mí también me encantó "Una proposición indecente". Pero eso no quita para que, después de verla, estés dándole al coco, pensando en qué habrías hecho tú de estar en su pellejo. Por supuesto, como supongo que pensaréis la mayoría de vosotros, yo me negaría -a mi chica sólo la toco yo, faltaría plus-. Pero también es cierto que no estoy, a Dios gracias, con el agua al cuello como los dos de la peli, que es como siempre parece más fácil opinar. En cualquier caso, aunque sabes que es una película, "Una proposición indecente" te deja tocadito porque, cuando acaba, no te puedes quitar de la cabeza que lo que están proponiendo es algo que los revienta como pareja por todos los lados. Viene a ser algo así como hacer un pacto con el diablo, que sabes que la broma no te va a salir barata.

    Aparte de que Demi Moore sale guapísima en esta película que en cualquiera otra que haya hecho antes, un aliciente para ver "Una proposición indecente" es ver qué solución le dan otras personas a un tema tan espinoso. Por supuesto, que a la solución del problema hay muchas opciones, y podrían pasar otras tantas cosas después de, incluso, decidir aceptar, que no tienen por qué ser a la fuerza las que te cuenta la peli. Pero creo que es ahí donde está la gracia del tema, que deciden mojarse y enseñarte qué puede pasar si juegas con fuego. Hay un momento, cuando la pareja se lo está pensando en la cama, que ella le dice algo así como "Al fin y al cabo, sólo sría mi cuerpo; ni mi amor ni mi corazón. Sólo sexo." Vale pues, no, nunca es así de fácil, tal y como te cuentan después. Y, aunque te puedan entrar ganas de darles un par de leches a los dos (más a él que a ella por tolerar que pase lo que pasa), agradeces asistir a ese espectáculo.

    Por otra parte, Jekyll tiene razón cuando dice que, después de empezar metiendo el acelerador a base de bien, parece que al final la cosa se va desinflando como un globo pinchado. Le doy la razón en algún que otro trozo, como ese en el que el marido se coge una moña de campeonato y va al restaurante donde están cenando el millonario y su mujer para liarla parda. Pero, en cambio, a mí sí que me gusta el final (lo que hace Redford casi al final, dentro del coche, es algo que sólo puede resultar creíble y bien si eres Robert Redford, o sea, un caballero de la cabeza a los pies -aunque algo cabroncete y putero, visto lo visto-), y el modo que tienen de acabar la historia, como una especie de vuelta al principio de una relación, como diciendo "va, que ya la hemos cagado bastante, a ver si ponemos un poco de orden".

    En fin, que no os podéis perder "Una proposición indecente". Ya os digo yo que es de las que, después de verla, os hará seguir dándole vueltas al cocotero y, por qué no, comentar con vuestros colegas. Cojonuda. Ah, y no os perdáis la canción No ordinary love que, en un momento de la peli, canta Sade, porque es una pasada.