martes, 7 de febrero de 2012

CINE DE LOS 80: "LOCA ACADEMIA DE POLICÍA"

TÍTULO: LOCA ACADEMIA DE POLICÍA

DIRECTOR: HUGH WILSON

REPARTO: STEVE GUTTENBERG, BUBBA SMITH, KIM CATTRALL, GEORGE GAYNES, G.W. BAILEY, DAVID GRAF, LESLIE EASTERBROOK, MICHAEL WINSLOW

DURACIÓN: 89 min.

AÑO: 1984

GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • 1984 fue un año bien productivo para los estudios que decidieron apostar por una nueva forma de realizar comedias. Por una parte, grandes estrellas televisivas debutaban como protagonistas absolutos con films que contaban más con el gancho de su mera presencia que no con la calidad de la propia película (caso de "Superdetective en Hollywood - Beverly Hills Cop, 1984"). Por otra parte, otros se decantaron por una curiosa y acertada combinación de comedia con ciencia ficción ("Los cazafantasmas - Ghostbusters, 1984") y con el terror ("Gremlins - Gremlins, 1984"), cuya acogida fue recibida con los brazos abiertos. En medio de este panorama, también se estrenaba una comedia de bajo presupuesto, centrada en las aventuras y desventuras de un grupo de esperpénticos personajes que decidían entrar a formar parte de las fuerzas policiales nacionales. El resultado sería el primer largometraje de una serie de exitosas secuelas (en orden decreciente, como suele ser frecuente en estos casos), que contaría con el apoyo mayoritario del público que acudió en masa a los cines para divertirse con las patochadas de todos estos cadetes.


    Carey Mahoney (Guttenberg) es un aspirante de lo más gamberro que se presenta a unas oposiciones a agente de policía junto a un particular grupo de aspirantes de lo más peculiar, entre los que se encuentra Jones (Winslow) -una auténtica máquina de ruidos andante-, Hightower -un fortachón de casi dos metros-, Tackleberry -obsesionado con las armas de fuego descomunalmente grandes-, y la inocentona Karen Thompson (Cattrall). Todos ellos serán puestos a prueba por un instructor con muy malas pulgas llamado Harris (Bailey), aunque contarán con la ayuda del comandante Lassard (Gaynes), un bonachón que se encargará de hacer lo posible porque todos ellos se conviertan en auténticos policías.


    Evidentemente, ante un argumento como el de "Loca academia de policía" poco margen de discusión cinematográfica queda disponible. Esta alocada comedia, a pesar de haber contado con la simpatía del público mayoritario, no consigue mejorar con el tiempo, ya que tanto en el momento de su estreno como casi treinta años después, sobrevive a causa a la aparente gracia de alguna de sus secuencias. Sin embargo, quitándole esos dos o tres instantes, "Loca academia de policía" no es más que un simple y burdo entretenimiento de usar y tirar que sirve como distracción pasajera pero que, en ningún momento, se queda en la memoria del espectador como una comedia de referencia.


    Cierto es que algunos de los episodios que dan cuerpo al largometraje tienen un acierto de lo más simpático (caso, por ejemplo, de todo lo relacionado con los primeros entrenamientos de los cadetes al llegar a la academia). No obstante, esta aparente gracia da paso al absurdo de ciertas situaciones (dos grupos de agentes de policía tratando de evitar un atraco a una tienda de lámparas y causando casi más destrozos de los que habría provocado un terremoto, o los propios agentes procurando salir ilesos de una multitud que los persigue por las calles de la ciudad para lincharlos), que depende más de la propensión a la risa fácil del público que no de la originalidad de dichas situaciones. Y, por supuesto, quedan relegadas al absurdo más absoluto reflexiones del tipo "cómo es posible que hayan aceptado en una academia de policía a semejante panda de facinerosos", porque ni tiene sentido ni merece la pena perder el tiempo con ellas.


    Así pues, "Loca academia de policía" funciona como un simple entretenimiento de lo más intrascendente. Del tipo de pasatiempos que resultan útiles si da la casualidad de que se emiten por la televisión en la sobremesa de alguna tarde y a ustedes no les apetece hacer otra cosa que distraerse un rato en la comodidad del sofá de su casa.



  • MR. HYDE DICE:

  • Bueno... Primero fue "Porky's - Porky's, 1981" y ahora "Loca academia de policía". ¡Eso sí que es tirar de obras maestras de la comedia ochentera! ¡Juas! Ahora, lo curioso del tema es que, por muy malas que pudieran parecer estas películas (de las del tío de pelo blanco, ya ni hablemos), siempre conseguían hacerte reír -al menos con las primeras partes, que al resto dales de comer aparte- y hacerte pasar un buen rato, así que tan patatoides no serían después de todo. Además, como suele decirse, el mérito que tienen algunas de estas pelis chorra es que todas tenían su punto original que es el que las hizo tan famosas y, a este respecto, "Loca academia de policía" tiene unos cuantos porque, si no, que me expliquen cómo pudieron hacer un huevo de segundas partes (unas seis o siete en total), y hasta una serie de dibujos animados que el menda, como cualquier crío de la época, se tragaba sin chistar.


    De todas formas, lo que le da ese puntito a "Loca academia de policía" no son los gags ni cada uno de los episodios que parece que la forman. En este caso, lo que hace que te partas el ojete es cada uno de los tarados que quiere ser policía. Veamos, hagamos un rápido repaso mental: está el que hace ruidos (uno de mis preferidos), el burro que sólo piensa en pistolones y bazookas (otro de mis preferidos), la instructora buenorra, el comisario de policía empanado, el gigantón al que nadie tose a la cara, el pavo con cara de tonto y torpe hasta decir basta (al que le desvalijan el coche de policía mientras se atiborra de donuts y café), y el instructor cabrón al que no paran de gastarle putadas. Evidentemente, más que de una comisaría de policía, parece que estamos hablando de la comparsa de las fiestas de un pueblo, o de los pacientes de un manicomio. Pero, por supuesto, cuando los visten de policías y salen a la calle, montan cada bollo que no puedes hacer otra cosa que no sea reírte.


    No creo que sea posible destacar así muchos momentos sueltos de "Loca academia de policía", porque la película entera es como ver un sketch detrás de otro, a cada cuál más chorra, pero con su punto cachondo para que la sonrisa tonta te venga a la cara. Por ejemplo, uno de los que a mí más gracia me hace, es cuando el comisario tiene que dar un discurso delante de un montón de gente sin saber que hay una guarrilla metida debajo del atril desde el que tiene que hablar, y ella le hace "una faenita" mientras el pollo está en mitad de discurso. La cara que se le queda de satisfacción y cómo se pone más blanco que el papel cuando luego ve salir de ahí abajo a otro policía (que estaba escondido con la tiparraca) no tiene precio, jejeje. Y, por supuesto, cada una de las putadas que le hacen a su supervisor -como cambiarle el champú por pegamento- y de los líos que monta el tío de los ruidos, que es uno de los más divertidos de todos.


    Por supuesto, o te tomas a broma toda la película, o te dan ganas de cortarte las venas, porque "Loca academia de policía", lo que se dice un peliculón, pues no lo es, fíjate tú. Por no decir que, como peli, es una mierda pinchada en un palo. Aunque, por supuesto, quien piense que los que la hicieron querían pasar a la posteridad por la calidad de su peli, que se lo haga mirar por un médico, porque muy centrado no es que esté. Así que si queréis pasar un rato entretenido, reíros un rato con las tontunas que se les ocurren a esta pandilla de descerebrados y olvidaros del mundo durante menos de hora y media, "Loca academia de policía" -la primera, of course- puede ser una buena opción. Ah, y recordad que vale única y exclusivamente para eso, que no hay más donde rascar.