jueves, 29 de diciembre de 2011

CINE ACTUAL: "LAS CRÓNICAS DE NARNIA: EL LEON, LA BRUJA Y EL ARMARIO"


TÍTULO: LAS CRÓNICAS DE NARNIA: EL LEÓN, LA BRUJA Y EL ARMARIO

DIRECTOR: ANDREW ADAMSON

REPARTO: GEORGIE HENLEY, SKANDAR KEYNES, WILLIAM MOSELEY, ANNA POPPLEWELL, TILDA SWINTON, JAMES MCAVOY, JIM BROADENT

DURACIÓN: 132 min.

AÑO: 2005

GÉNERO: AVENTURAS

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Parece ser que, en Hollywood, cada vez es más común el caso de realizadores de largometrajes animados que deciden dar el salto a la dirección de películas en imagen real. Lo comentábamos hace un par de semanas con motivo del estreno de "Misión: imposible. Protocolo fantasma - Mission: impossible. Ghost protocol, 2011", pues su director, Brad Brid, había llevado a cabo una labor excelente para la compañía Pixar durante los años previos. Algo similar ha ocurrido con, por ejemplo, con Rob Minkoff (quien, tras "El rey león - The lion king, 1994" realizó "Stuart Little - Stuart Little, 1999") o Andrew Stanton (que ha hecho lo mismo con "John Carter - John Carter of Mars, 2012" tras encargarse él sólo de "Wall·E. Batallón de limpieza - Wall·E, 2008). A este grupo, hace unos años, se les unió Andrew Adamson, responsable de la segunda parte de "Shrek", y que se fijó en los libros escritos por C.S. Lewis acerca de las aventuras de unos muchachos, hermanos todos que, durante la Segunda Guerra Mundial, descubren un increíble mundo de fantasía al atravesar la puerta de un gigantesco armario. Así pues, planteado el largometraje como una especie de film de aventuras similar a la de la trilogía de Tolkien para "El señor de los anillos", aunque dirigida a un público evidentemente más infantil. De esta forma, tras convencer a la Disney de las posibilidades de convertir el primero de los siete libros de la serie en una gran súper producción, llegó a las pantallas de todo el mundo la primera parte de "Las crónicas de Narnia", convirtiéndose en uno de los éxitos de taquilla más importantes del año.


    Peter (Moseley), Susan (Popplewell), Edmund (Keynes) y Lucy (Henley) son cuatro hermanos que, durante el asedio alemán a Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial, se refugian en un caserío de la campiña inglesa, propiedad de un anciano profesor llamado Kirke (Broadent). Allí, jugando un día, Lucy encuentra en una habitación un gran armario. Al esconderse en su interior, la pequeña descubre que éste, en lugar de tener fondo, es una puerta a un mundo de fantasía llamado Narnia. Uno de los primeros personajes que conoce allí es al Señor Tumnus (McAvoy), un sátiro que la avisa de los peligros existentes en Narnia, representados por la temible Bruja Blanca (Swinton). De regreso al mundo real, Lucy convence a sus hermanos para que la acompañen al mundo que ha descubierto. Una vez allí todos ellos, descubrirán que son los elegidos según una antigua profecía para liberar al reino de Narnia de la amenaza de la Bruja, con la ayuda de un líder llamado Aslan, el cual tiene los rasgos de un fiero león.


    "Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario" es, casi con toda probabilidad, una de las mayores súper producciones infantiles realizadas en los últimos años, con permiso de las aventuras del mago Harry Potter. El largometraje en cuestión es un derroche de imaginación e inventiva que queda plasmado en la pantalla desde el primer minuto (el bombardeo de Londres es de lo más realista) hasta el último (atención a la batalla final entre las tropas de Aslan y las de la Bruja Blanca). Asimismo, con la intención de resultar fieles al argumento imaginado por C.S. Lewis, no se han escatimado esfuerzos a la hora de dar vida a las numerosas criaturas fantásticas que habitan el renio de Narnia, por lo que la aparición en pantalla de castores parlanchines, sátiros, minotauros o centauros resulta ser mucho más realista de lo que hubiera cabido suponer en un principio.


    Sin embargo, por fortuna para el espectador, los numerosos -e impresionantes- efectos especiales que pueblan el film nunca se sitúan por encima de la acción ni del argumento del mismo, consiguiendo así un equilibrio que se agradece, sobretodo a la hora de plasmar los momentos más tétricos y menos infantiles del largometraje (atención a la actitud despiadada de la Bruja Blanca durante la batalla, o el sacrificio al que se presta voluntario Aslan). De esta forma, el director consigue que momentos tan trepidantes como el descubrimiento del cementerio de criaturas convertidas en estatuas de piedra o del posterior enfrentamiento que tiene lugar en un lago helado dejen con la boca abierta a la platea.


    A esto, hay que añadir otros elementos como la magnífica labor de fotografía realizada por el operador Donald McAlpine (atención al contraste del ambiente oscuro de Londres con el paraje helado de Narnia, o del verde de las praderas que choca con el colorido de las armaduras de los protagonistas y de las criaturas fantásticas) y, sobretodo, al compositor Harry Gregson-Williams quien, en esta ocasión, deja a un lado su monótono estilo propio de intrascendentes películas de acción para componer un score épico y majestuoso. En resumen, "Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario" es un film trepidante, lleno de aventura y enormemente distraído que consigue que sus más de dos horas pasen inadvertidas para el público.



  • MR. HYDE DICE:

  • Pues yo no tenía ni idea de que existían los libros esos de Narnia. Es más, hasta un poco antes de que se estrenara la peli, todo lo que tiene que ver con Narnia me sonaba a chino. No sabría decir si esto fue algo positivo o no de cara a ver una película basada en esos cuentos tan conocidos (ya digo que por otros). Por ejemplo, esta misma semana hablamos de "La historia interminable - Neverending story, 1984", que estaba basada en un libro que sí conocía, pero la peli le da mil patadas al libro. Pero, en el caso de esta primera parte de "Las crónicas de Narnia", no tengo ni papa de si el libro es una caña y se lo han cargado al hacer la peli -cosa que suele suceder en el noventa por ciento de los casos- o si pasa como en la otra peli que os decía. Pero vamos, que sea como sea, no hace falta conocer para nada los libros originales para ver "Las crónicas de Narnia: el león la bruja y el armario" y pasártelo bien con una peli de aventuras hecha de fábula.


    Lo que me atrajo al principio de "Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario" era saber que los de Disney se habían gastado un porrón de millones en hacer una peli llena de efectos especiales y muy currada, llena de batallas, caballeros y toda esa pesca. Eso sí, reconozco que, cuando leí en reportajes que los protagonistas son unos críos, me temí que fuera una de esas pelis millonarias en las que todo depende de las soplapolleces de cuatro chavales, y que o vas a verlas al cine porque tu hijo/sobrino/nieto/primo pequeño lo quiere ver, o estás pero que bien jodido.


    Pero mira tú por dónde que nada de eso. De hecho, los cinco primeros minutos son espectaculares, con ese bombardeo de Londres a lo bestia, y que sirve para presentarte a los nenes de turno. Los cincuenta minutos restantes, minuto más minuto menos, sí que son lo más infantil del asunto, con los niños descubriendo el armario en la casa nueva y entrando por primera vez al reino ese de fantasía. Pero la hora restante, desde el momento en que los cuatro chavales descubren que la bruja blanca esa es bastante cabrona, la cosa se pone de lo más interesante, ya que es cuando la peli se convierte de verdad en una película de aventuras como Dios manda: batallas entre criaturas mitológicas -bastante violentas, de hecho-, sacrificios a favor de los buenos, maremotos brutales y toda esa parafernalia.


    De todas formas, que quede claro que, pese a tener secuencias de acción muy guapas y efectos especiales a porrillo, "Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario" es una peli hecha con la intención de que le guste a los chavales más jovencitos. Eso sí, cuenta con el añadido de tener ese toque mágico que le da a todo ese tono Disney (castores parlanchines, lobos que acojonan por su cara de sádicos, brujas malvadas hasta decir basta, etc.), pero preocupándose de ser cuanto más espectacular mejor (la batalla final es impresionante, y más propia para películas de aventuras de caballeros medievales más adultos que no para una peli cuyos protagonistas son cuatro mocosos). Es cierto que, a lo mejor, dos horas y cuarto son un pelín demasiadas para contarte todo lo que te acaban contando –el final, que no el epílogo, con lo que pasa en Narnia después de la batalla, se lo podrían habérselo ahorrado y no hubiera pasado nada-.


    En resumen, que “Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario” es una película de aventuras especialmente dirigida a los espectadores más jóvenes, pero hecha pensando tanto en ellos como en los adultos que se lo quieran pasar bien durante algo más de dos horas con un cuento de lo más entretenido, lleno de efectos especiales y muy entretenido.