martes, 21 de junio de 2011

CINE DE LOS 80: "EXCALIBUR"


TÍTULO: EXCALIBUR

DIRECTOR: JOHN BOORMAN

REPARTO: NIGEL TERRY, NICOL WILLIAMSON, HELEN MIRREN, NICOLAS CLAY, PAUL GEOFFREY, CHERIE LUNGHI

DURACIÓN: 138 min.

AÑO: 1981

GÉNERO: AVENTURAS

  • EL DR. JECKYLL DICE:

Considerada casi un icono del cine de aventuras de principios de los años 80, "Excalibur" continúa siendo hoy en día una de las versiones más lujosas acerca de la historia del Rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. El lujo con el que el director inglés John Boorman supo plasmar la leyenda de la mítica espada, los encantamientos y batallas que envuelven toda la mitología que se ha desarrollado en torno a ella, aún no ha sido igualada si bien, en propuestas del cine épico y de aventuras más reciente, ha sido fácil reconocer las influencias de este largometraje (me estoy refiriendo a la última versión de "Furia de titanes - Clash of the titans, 2010").

Boorman colaboró en la creación de este ambicioso proyecto, participando desde un primer momento en el guión, junto a su colaborador Rospo Pallenberg, con el fin de presentar una versión diferente de una historia que ya había sido llevada a la gran pantalla con anterioridad. En "Excalibur", la acción da comienzo cuando el caballero Uther (Byrne), con la ayuda del mago Merlin (Williamson) y de la mágica espada Excalibur -otorgada a la humanidad por la misteriosa dama del lago- vence al Duque de Cornwall tras una dura batalla, y tras haber seducido a su esposa, fruto de lo cuál nace el pequeño Arturo. Sin embargo, tras sufrir una emboscada, antes de su muerte Uther deja clavada en una roca a Excalibur, con la premisa de que, quien la arranque de la piedra se proclamaría rey. Pasados los años, un adulto Arturo (Terry), que ha sido criado bajo el amparo de Marlin, logra sacar de la roca la piedra que lo acaba conviertiendo en rey. Ya coronado, Arturo emprenderá la compleja misión de restablecer la paz entre sus dominios y completar la búsqueda del Santo Grial, para lo que cuenta con la ayuda de su mano derecha, el caballero Lanzarote (Clay), y con la constante amenaza de su hermanastra Morgana (Mirren), también hechicera.

Como apuntaba al comienzo, la estética utilizada en "Excalibur" supuso un soplo de aire fresco al género de aventuras medievales que, hasta ese momento, se había concentrado no sólo en una excesiva corrección de los aspectos visuales (los caballeros medievales aparecían de lo más pulcro frente a la suciedad y decadencia de los que participan en el film de Boorman, las batallas resultaban casi irreales en comparación con la violencia y la sanguinolencia de "Excalibur", y los héroes parecían ser casi siempre perfectos en contraste con los sentimientos plenamente humanos de unos caballeros de la mesa cuadrada en ocasiones codiciosos y envidiosos), sino que no abarcaban más que determinados puntos de la historia del Rey Arturo.

De esta forma, Boorman aportó un estilo visual cuidadísimo a su épica visión del mito nórdico, abarcando la casi totalidad de la historia del Rey Arturo, desde su nacimiento, pasando por el ya mítico momento en que logra arrancar la espada de la piedra, continuando con la fundación de la tabla redonda, y culminando con la temible búsqueda del Santo Grial.

Sin embargo, es precisamente, esta ambición de querer abarcarlo todo lo que acaba por resultar el talón de aquiles del film. Pasados los primeros noventa minutos, el ritmo del largometraje empieza a decaer, en especial cuando la historia se centra en la búsqueda del Santo Grial, y en todo lo relacionado con el calvario que debe padecer Percebal para salir victorioso de su misión. Es aquí cuando Boorman para sentirse excedido por la excesiva grandeza del relato, no sabiendo muy bien cómo tratar todo el tema relacionado con el hijo de la bruja Morgana, y la decadencia del reino de Arturo.

No obstante, esto no es impedimento para que "Excalibur", treinta años después de su estreno, siga fascinando del mismo modo a quienes la vuelven a ver de nuevo, y a quienes la descubren por primera vez. Sea la magia del cine o del mago Merlin, no cabe duda de que "Excalibur" es, a día de hoy, uno de los iconos de referencia del cine de aventuras de la década de los 80, y que logró sentar base para lo que acabarían siendo los relatos de aventuras medievales que acabarían por realizarse después. Un auténtico lujo de película, por más que se acabe alargando un poco su final.

  • MR. HYDE DICE:
Sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Jeckyll. La peli es una flipada guapísima. Pero al final al Boorman este se le va un poco la pinza y empieza a irse un poco por los cerros de Úbeda. Eso sí, aguita con más de una secuencia que tiene, que me sigue dejando con la boca abierta. ¿Qué os parece el momento en que Uther (pedazo de cabrón, el colega), antes de palmarla, clava la espada en la piedra? -lástima que cuando Arturo la arranca no haya ni la mitad de esa misma emoción- ¿Y esa imagen de la dama del lago sacando con una sola mano la espada del lago, y dándosela a Merlin? ¿O cuándo se pelea por primera vez con Lanzarote, rompe la espada contra la armadura del segundo, y la dama del lago vuelve a entregársela? Y eso por no hablar de cómo consiguen hacer brillar esas armaduras que parecen estar hechas de plata, salvo la del hijo bastardo de Arturo (joer, menudo incesto que tiene el primo Arturo con su hermanastra...), que brilla como el oro y con un casco que da un mal rollo del carajo.

De todas formas, "Excalibur" sigue siendo un peliculón. Cierto es que la cosa se alarga demasiado al final -a uno le dan ganas de meterse en la peli y pasarle el dichoso cáliz de una vez a Arturete-, y tampoco queda claro cómo, después de que Ginebra le ponga los cuernos con Lanzarote, el reino se sume en una especie de depresión. ¿Alguien se ha aclarado de cómo se llega a ese punto? ¿O de por qué de repente se le ocurre a Arturo ponerse a buscar como un condenado el Santo Grial? Es más, ¿qué coño pinta el Grial en todo esto? Pero bueno, pequeños defectos que no se le deben echar en cara más de lo necesario a una peli que sigue impresionando si se ve hoy en día. En comparación con otras pelis más famosas de la época, como "El dragón del lago de fuego - Dragonslayer, 1981" o la de James Bond "Sólo para sus ojos - For your eyes only, 1981" y vereis cómo se nota la diferencia entre éstas -que se ven mucho más viejas- y "Excalibur".

En serio, no os la perdáis si tenéis ocasión de verla y, si ya la habéis visto, fijo que os engancháis viéndola otra vez. A mí, al menos me ha pasado, que la había visto. Y, mi chica, que no la había visto, se la acabó papando enterita. ¡Y eso que la pasaban por la tele en una sesión matinal!