lunes, 23 de enero de 2012

CINE CLÁSICO: "LA JAURÍA HUMANA"


TÍTULO: LA JAURÍA HUMANA

DIRECTOR: ARTHUR PENN

REPARTO: MARLON BRANDO, ROBERT REDFORD, JANE FONDA, JAMES FOX, ROBERT DUVALL, ANGIE DICKINSON, E.G. MARSHALL, JANICE RULE

DURACIÓN: 130 min.

AÑO: 1966

GÉNERO: DRAMA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Una de las virtudes del buen cine, independientemente de que éste sea clásico o no (no siempre es necesario que una película haya sido estrenada hace muchos años para convertirse en un clásico), es su capacidad para sorprender. Mientras unos films lo hacen visualmente -la inmensa mayoría-, otros se las componen para desarrollar historias jugosísimas que se clavan en la mente de los espectadores, poniéndoles en la difícil tesitura de tener que admitir de qué forma se hubieran comportando unos y otros de haberse encontrado en una situación similar. "La jauría humana" supone un ejemplo perfecto de ello, en el que el realizador Arthur Penn, salido del éxito crítico de la oscarizada y conmovedora "El milagro de Ana Sullivan - The miracle worker, 1962", supo conjugar a la perfección un complejo cocktail de emociones humanas, en los que impera la anarquía más absoluta, y que en este largometraje queda plasmado bajo la apariencia de unos sentimientos descontrolados y violentos.


    Charlie Reeves (Redford) es un convicto que se fuga de una cárcel en Texas, en compañía de otro preso. En su huída, el compañero de Reeves asesina a sangre fría a un anciano al que roba la camioneta, dejando tirado a Charlie. Éste se dirigirá entonces a su pueblo para poder buscar refugio pero, sin embargo, allí llega la noticia tanto de la fuga como del asesinato de su vecino, por lo que los habitantes harán lo posible por darle caza a Charlie cueste lo que cueste, vivo o muerto. En el camino de esta justicia callejera se interpondrá el sheriff Calder (Brando), quien abogará por detener de nuevo a Reeves para que sea juzgado, y la ex-mujer del figitivo, Anna (Fonda), que tratará de protegerlo aunque ello no le guste lo más mínimo ni a su prometido Jake Rogers (Fox) ni al padre de éste, Val (Marshall).


    "La jauría humana" es una obra tremenda en muchos aspectos. En primer lugar, es tremendamente sólida. La definición de cada personaje está realizada con una claridad meridiana, desde los violentos buscabroncas, hasta los más sosegados, pasando por la "buscona" del lugar, por el policía honrado, o por el niño rico que quiere hacer lo que considera que es lo mejor para su prometida. Todos y cada uno de ello, a su vez, está interpretado por un reparto de actores en pleno estado de gracia que hace de sus respectivos roles una auténtica maravilla.


    En segundo lugar, "La jauría humana" es tremendamente asfixiante. No tiene mucho que ver con ello que toda la acción quede concentrada en un marco espacial más o menos acotado. En realidad, guarda mucha más relación con el hecho de que el sentimiento de venganza e ira es mostrado de forma creciente en todos los personajes (incluso en el sosegado al que da vida un casi desconocido Robert Duvall), lo que es transmitido al espectador de una forma tan tajante como ruda (ver al respecto la secuencia en la comisaría en la que se discute la mejor forma de dar un escarmiento a Reeves).


    Y, en tercer lugar, "La jauría humana" es un film tremendamente moral. Detrás del comportamiento de cada uno de los personajes, con independencia de que éstos se encuentren del lado de la ley (Brando, Fonda, Fox) o no (el resto, encabezado por unos sensacionales Marshall, Bradford y Hull), se esconde una motivación que carece de toda lógica para que dichos personajes se comporten de tal forma. De hecho, son incapaces de darse cuenta de que todas esas sensaciones no son más que un simple "calentón" a través del que dar rienda suelta a sus frustraciones personales que no un verdadero sentimiento de solidaridad hacia el vecino fallecido -no hay más que contemplar los últimos dos minutos de metraje para comprobar los efectos que todo ello tiene sobre los personajes principales-.


    En resumidas cuentas, "La jauría humana" es un largometraje excelente que analiza de una forma directa y fantástica la complejidad del comportamiento humano, mostrando cómo éste, en ocasiones, es capaz de derivar en un estallido de violencia injustificada, y dentro de una sociedad terriblemente hipócrita que no hace sino deshumanizar a muchos de los que, en otras circunstancias, presumirían de ser ciudadanos ejemplares.



  • MR. HYDE DICE:

  • Al comentar "La jauría humana" me ha venido a la cabeza una peli que comentamos hace poco: "Battle Royale - Batoru rowaiaru, 2000". No es que la historia tenga mucho que ver entre las dos, pero sí que me hizo tener en cuenta esa estupenda película japonesa por una cosa: la facilidad para odiar a muerte a una persona por la que antes ni te preocupabas y, hasta cierto punto, puede que sintieras aprecio. Mientras en la peli japonesa eran unos chavales compañeros de clase, aquí es mucho peor aún porque estamos hablando de adultos supuestamente responsables. Ahí es donde "La jauría humana" mete el dedo por el culo pero hasta el fondo, es decir, que te plantea una situación en la que ves que los personajes se comportan de una forma "excusable" (la naturaleza humana, ya sabe usted, que tiene estas cosas, que a veces el hombre se puede comportar como un animal y bla bla bla), pero de lo más descontrolada y salvaje con tal de apoyar una causa que a la mayoría le es ajena (ni la mitad de los que se revuelven como un faquir en un colchón tienen una mínima relación con el pobre diablo al que se cargan al principio).


    De la quema, como no podía ser menos, sólo se libran los dos personajes principales (el de Redford es la víctima, así que no cuenta en esto, que sólo se limita a poner su carita bonita), que interpretan Marlon Brando y Jane Fonda. El primero porque pretende que se respete la ley y la presunción de inocencia a toda costa (esa costa es que le den de leches hasta cansarse), y la segunda porque quiere proteger al hombre por el que sintió -y aún siente- algo. Todos los demás, encarnan a una panda bestias que te pone la carne de gallina cuando ves la facilidad con la que se pueden sacar las cosas de quicio y por cómo, cuando todo parece que está más o menos tranquilo, se aprovecha cualquier excusa para dar rienda suelta a los impulsos más salvajes.


    Si habéis visto "Perros de paja - Straw dogs, 1971", sabréis un poco mejor a qué me refiero. Acojona (de miedo) ver hasta qué punto una persona se puede volver un auténtico psicótico capaz de matar con sus propias manos si hiciera falta a otra. Pues eso es la sensación que se transmite desde casi el principio en "La jauría humana". No es que sea una peli muy violenta como la de Peckinpah, pero esa tensión y ganas de apretar el culete la sientes durante la mayor parte. Es como una olla a presión puesta al fuego, que se va calentando hasta que revienta y lo manda todo (y a todos) a tomar por culo.


    De entre todos esos momentos, personalmente, me quedo con ese en el que las cosas ya se han empezado a descontrolar y Marlon Brando intenta hacer entrar en razón a la gente, y el cacique local le pide que le devuelva un "favor" que le hizo en el pasado. Flipas cuando Brando le contesta eso de "usted no hace favores, los cobra". Por supuesto, después le dan hasta en el carnet de identidad. O como cuando la cosa ya se ha salido de madre e incendian esa chatarrería llena de coches hechos polvo, en donde ves que se la pela llevarse por delante a quien sea. Y, por supuesto, si le sumas todo lo relacionado con esa señora en estado consciente de celo que no para de refregarse contra la pierna del primero que se le acerca delante de su impotente marido, pues ya apaga y vámonos.


    En fin, que "La jauría humana" es una peli tremenda, muy bien hecha, y de las que te da que pensar después de haberla visto. Ya os digo que más por lo que son las imágenes (que tampoco es que sea nada impresionante), por la chicha que tiene todo el argumento. A mí me impactó cuando la vi, y aún recuerdo esa sensación de decir "jo, cómo se le va la pinza a la peña" al acabar. Así que os la recomiendo, pero sabed que por mucho que salgan caritas bonitas, no tiene nada de romántico, pero sí mucha sacudida a la conciencia que rascar.