domingo, 10 de julio de 2011

CINE EN CARTEL: "RESACÓN 2 ¡AHORA EN TAILANDIA!"


TÍTULO: RESACÓN 2 ¡AHORA EN TAILANDIA!

DIRECTOR: TODD PHILLIPS

REPARTO: BRADLEY COOPER, ZACH GALIFIANAKIS, ED HELMS, JUSTIN BARTHA, JAMIE CHUNG

DURACIÓN: 100 min.

AÑO: 2011

GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JECKYLL DICE:

Después del extraordinario éxito que tuvo "Resacón en Las Vegas - The hangover, 2009", era más que evidente que en Hollywood no iban a tardar demasiado en poner en marcha una segunda parte. Ahora bien, que dicha continuación supusiera un nuevo impacto en la comedia moderna como había hecho su predecesora, o que ofreciera un contenido igual de novedoso pero, a la vez, diferente al que el público ya había visto antes, estaba por ver. Y, tras ver anoche "Resácón 2 ¡Ahora en Tailandia!", podría decirse que el propósito de la película se cumple a medias.


Por una parte, las situaciones tan variadas que viven los personajes -y hacen vivir con ellos al público- resultan tan cómicas como disparatadas, lo que tampoco tendría que verse como algo negativo ya que, en la práctica totalidad de ellas, lo único que acaban provocando es la risa de los espectadores (algunas de ellas puede que, también, el espanto, pero esto ya es algo más personal). Por otra parte, el hilo argumental de esta secuela es un calco total y absoluto de la primera parte, tanto en cuanto al argumento como en la forma de resolver las situaciones y concluir la historia.


Esta da comienzo cuando Stu (Helms) invita a sus amigos Doug (Bartha) y Phil (Cooper) a su boda con su prometida tailandesa, la cuál tendrá en un exótico resort en el país de aquella. Y, aunque, no tiene ninguna intención de invitar a Alan (Galifianakis), causante del caos que los cuatro vivieron en Las Vegas, no tiene más remedio que acabar haciéndolo. Por tanto, los cuatro viajan a Tailandia, donde la noche previa a la boda, junto con el hermano de la novia, brindan por la fortuna y felicidad de Stu. Sin embargo, a la mañana siguiente, Stu, Phil y Alan despiertan en una cochambrosa habitación del centro de Bangkok en condiciones lamentables (Stu tiene un tatuaje en la cara, Alan tiene la cabeza completamente rapada y Phil tampoco es que se encuentre en plena forma), sin recordar absolutamente nada de lo que ha sucedido a lo largo de la noche precedente. A lo esperpéntico de esta situación se le une un dedo metido en una cubitera, un mono, y la súbita aparición de Mr. Chow (Chung), el mafioso oriental con el que se vieron las caras en Las Vegas. Y lo peor de todo es que el hermano de la novia ha desaparecido...


Ni qué decir tiene que, partiendo de esta situación, el resto del largometraje se reduce a una serie de situaciones, a cuál más enrevesada, alocada y, por qué no admitirlo, divertida, en que los tres amigos se ven forzados a reconstruir el caos de la noche precedente para poder solucionar la situación a tiempo para que la boda se pueda celebrar. En efecto, la película está repleta de secuencias diseñadas milimétricamente para provocar la risa fácil del público. Esto no quiere decir ni que el humor sea tan tosco como en otras comedias del mismo estilo, ni que sea la panacea de la sofisticación, a años luz de maestros de la comedia como Billy Wilder, Blake Edwards o similares. Sin embargo, el propósito de la película no es otro que hacer pasar un buen rato a los espectadores y, por fortuna, si no se es muy exigente, el largometraje cumple ampliamente con su propósito. Para reír poco más de hora y media, olvidarla, y recordarla con agrado cuando nos la recuerde. Ni más ni menos.



  • MR. HYDE DICE:

¡Menudo despelote! Juas! A los que os gustó la primera parte, fijo que os partís el culo con esta segunda. No es que sea el no va más de la originalidad ya que, en cierto modo, la historia de base es la misma: que los tíos se agarran un pedo como una catedral y no se acuerdan de todo lo que hacen la noche previa. Eso sí, lo que cambia -y mucho- es lo que hacen cuando van mamados, las consecuencias que tienen al día siguiente, y cómo tienen que solucionar el asunto antes de que se los coman vivos (en sentido metafórico, claro está).


Esta segunda parte sigue paso a paso el dicho ese de "más de todo", ya que las situaciones son mucho más retorcidas y las paridas que se les ocurren mucho más enrevesadas. Eso sí, ya os digo yo que hacen que te rías. Vamos a ver, que nadie se espere ver una obra maestra de la comedia, porque para eso mejor que se quede en casa y vea otra cosa. Lo que sí promete "Resacón 2" es hacerte pasar un buen rato y, si no eres un finolis de esos que sólo se ríe con el humor inteligente, fijo que te descojonas viendo esta peli. Por suerte, aunque tiene bromas guarrindongas, no llega al nivel de bajeza y asquerosidad de Torrente, así que no tengáis miedo de lo que os podáis encontrar, que ya os digo yo que, sea por una cosa o por otra, te vas a reír.


Puede que, con la intención de hacerla algo más diferente de la primera parte, el argumento tiene demasiados puntos enrevesados (toda la trama policial que envuelve a chino sarasa ese que pulula por la peli tiene su cosa complicada), pero todo eso no acaba siendo más que una mera excusa para poner a los colgados de los protas en las situaciones en la que te acaban haciendo reír. Además, la risa no la provoca sólo la situación, sino el hecho de que te parece algo perfectamente real hecho por unas personas que, a priori, no tienen pinta de andar metiéndose en esos berenjenales. Por no mencionar que las sorpresas sobre lo que ha pasado las descubres tú al mismo tiempo que ellos, lo que hace que la complicidad con ellos sea mayor. Y, si ya ves sus caras cuando se dan cuenta de lo que han ido haciendo, ni te cuento. ¡Un poema!


Sobre las mejores secuencias, tampoco te puedo decir mucho, para no cagarte la peli, así que sólo te diré que, a mí, las que más gracia me hicieron -así por poner algunas- son la ida al monasterio budista con el monje en silla de ruedas dentro de un autobús (y lo que pasa con el mono), o el recibimiento que tienen al llegar al monasterio o, sobretodo, lo que uno de ellos se entera que ha hecho en un club de striptease tailandés. Os aseguro que, especialmente en esta última secuencia, las risas de la gente casi no dejaban oír los diálogos.


En fin, pues eso, un divertimento de lo más simpático que te hace reír un rato. Así que, si es lo que estás buscando, desde luego no te puedes perder esta peli. Para los demás, que sepan de qué palo va la cosa. A mí, desde luego, me ha hecho reír.