sábado, 12 de mayo de 2012

CINE A DESCUBRIR: "LOCK AND STOCK"

TÍTULO: LOCK AND STOCK

DIRECTOR: GUY RITCHIE

REPARTO: JASON FLEMYNG, DEXTER FLETCHER, NICK MORAN, JASON STATHAM, STING, VINNIE JONES, P.H. MORIARTY

DURACIÓN: 107 min.

AÑO: 1998

GÉNERO: POLICIACO

  • EL DR. JEKYLL DICE:
  • De un tiempo a esta parte, son varios los realizadores británicos que se han logrado hacer un nombre dentro de cine más reciente. Mientras que algunos han sabido recoger el testigo de directores de la década anterior como Michael Apted o Hugh Hudson a la hora de mantener ese tono elegante y de prestigio que parece ir asociado a la mayoría de sus producciones (caso de, por ejemplo, John Madden, Sam Mendes, o Tom Hooper), otros han preferido centrarse más en desarrollar un estilo propio que les permitiera sacar adelante proyectos personales. Ahora bien, que estos largometrajes también se hayan convertido en películas de referencia, no lo han conseguido todos. Un ejemplo de los que sí, cabría encontrarlo en el oscarizado Danny Boyle quien, con “Trainspotting – Trainspotting, 1996” dejó buena muestra de su peculiar estilo fílmico. El otro es, por derecho propio, Guy Ritchie. Ritchie, considerado una especie de Quentin Tarantino inglés realizó, durante la segunda mitad de los noventa algunos de los films policiacos más novedosos del cine inglés, cuyo éxito no sólo se debía a los enrevesados guiones, sino a una puesta en escena tan gamberra como dinámica y rebosante de energía. El film que analizamos hoy, “Lock and stock”, es la ópera prima de quien acabaría realizando las aventuras del Sherlock Holmes al que ha dado vida Robert Downey Jr.

    Eddy (Moran), Tom (Fleming), Soap (Fletcher) y Bacon (Statham) son cuatro amigos que se sacan un sobresueldo a través de chanchullos y timos varios. Sin embargo, todo forma parte de un elaborado plan: con el dinero que recauden, pagarán la entrada a una partida de poker ilegal, en la que la gran habilidad de Tom como jugador les puede hacer ganar muchísimo dinero. Sin embargo, lo que desconocen los amigos es que detrás de la partida se encuentra Harry “El Machete” (Moriarty), el dueño de un sex-shop que utiliza como tapadera para llevar a cabo negocios ilegales (como, por ejemplo, el robo de unas escopetas antiguas de coleccionista). Cuando los planes de Tom y sus amigos no salgan como habían previsto, optarán por un plan alternativo: centrarse en la gran cantidad de efectivo que almacenan unos vecinos suyos, dedicados al cultivo de grandes cantidades de marihuana. La situación se complicará cuando otro grupo de delincuentes, también planee robar a estos traficantes.

    “Lock and stock” es un experimento visual tan original como fascinante. La existencia de un guión así de acertado y rocambolesco en combinación con la sensacional –y, por momentos, delirante- puesta en escena de Ritchie, convierte a esta pequeña película en un placentero pasatiempo. El guión de Ritchie (escrito a cuatro manos con Matthew Vaughn, productor de la misma, y futuro director de, entre otras, la más reciente adaptación de los X-Men) se aleja de cualquier tópico conocido para rebosar no sólo originalidad en cuanto a la definición de sus personajes (atención a la presentación que se hace de cada uno de ellos, con una mini-biografía contada en off a la vez que se observa cómo se comportan), sino también en la concepción de situaciones de enredo que provoca su divertidísima historia. Así pues, instantes tan únicos como la coincidencia casi simultánea de dos atracos –el robo al ladrón-, y el cruce de caminos que se produce entre los atracadores de la plantación de hachís y los hombres del traficante jefe, no tiene desperdicio. Asimismo, también sorprende lo desenvueltos que se muestran tanto los actores debutantes (caso del hoy mucho más famoso Jason Statham) como aquellos artistas conocidos por otras facetas aparte de la actuación (tanto el cantante Sting como el ex-jugador de fútbol Vinnie Jones están sensacionales en sus respectivos papeles).

    Sin embargo, el mérito de que “Lock and stock” sea el divertidísimo caos que resulta ser, recae, por méritos propios en Guy Ritchie. Ritchie, que retomaría el mismo estilo personal en posteriores largometrajes suyos como “Snatch, cerdos y diamantes – Snatch, 2000” o “RocknRolla – RocknRolla, 2008”, y que dejaría de lado en la fallida “Revólver – Revolver, 2005” y la horrorosa “Barridos por la marea – Swept away, 2002” (ésta sólo se entiende como excusa para rodar junto a la que, por aquel entonces, era su esposa: Madonna). Así pues, en “Lock and sotck” la cámara de Ritchie no se está quieta ni un solo instante, logrando mantener el interés durante todo el metraje sin mareos y pese a la complejidad del argumento. Evidentemente, a ello contribuye la tremenda labor de montaje y de selección musical escogido para alguna de las escenas más importantes, lo que hace que el público vez con buenos ojos (e incluso se ría), ante situaciones tan –teóricamente- poco divertidas como darle un puñetazo a un policía municipal y secuestrarlo, o que una yonqui muy fumada empiece a disparar a lo loco ante un intento de atraco.

    En resumidas cuentas, “Lock and stock” es una película muy gamberra, pero hecha de modo que el espectador disfruta cada minuto de ese alocado viaje. Ah y, por supuesto, el final resulta igual de impredecible que casi todo el resto de lo que sucede en el film, así que no deje que se lo cuenten. En el fondo agradecerá la novedad.

  • MR. HYDE DICE:
  • Es inconfundible. El estilo de Guy Ritchie haciendo pelis no se puede comparar a ningún otro reciente que yo conozca (que, a lo mejor, tampoco es decir mucho, pero creedme si os digo que me he visto bastante material). Eso sí, son películas para estar bien atentos, porque hay tantos personajes que no paran de mezclarse entre ellos y con tanta cosa que hace cada uno de ellos que, a veces, puede ser un lío de pelotas. Pero, aún así, molan un huevo. Y justo por eso, porque ves que se juntan doscientas cosas a la vez y que de tanto follón, al final, lo que pasa es brutal. Aunque, también haya que decirlo, si después de “Lock and stock” veis “Snatch, cerdos y diamantes” y “RocknRolla”, fijo que las tres películas os parecen lo mismo con distintas caras. Pero bueno, al fin y al cabo, eso es lo que al amigo Ritchie le mola, y lo que sabe hacer bien –al menos, hasta que ha demostrado que es capaz de hacer pelis con muchos millones de presupuesto, como las dos partes de “Sherlock Holmes”-.

    “Lock and stock”, que es la primera peli que dirigió Guy Ritchie está chulísima. La cosa empieza más o menos tranquila, presentándote a los cuatro colegas, a cuál más fullero, que se quieren preparar para sacar tajada de un “negocio redondo”. A partir de ahí, prestad atención, porque empezarán a aparecer tramposos, ladrones, traficantes, proxenetas y demás perlas de la sociedad que empezarán a seguirse unos a otros sin saber que detrás de cada uno viene otro, y así todo el bucle. Ah, y todo ello, con un humor negro cojonudo, y con una violencia muy peculiar, porque es cañera a tope, pero sin ser de la que no para de enseñar tomateo a diestro y siniestro.

    Además, otro de las cosas guapas que tiene “Lock and stock” es que los personajes, incluso los colgados más colgados, y los burros más burros, te caen bien. Los cuatro colegas, aunque patanes y fulleros, son de lo más simpático; con los traficantes fumados que cultivan marihuana, te partes; con el pavo que hace trampas a las cartas, y con los que quieren atracar a los de la maría, te diviertes porque sabes que se están metiendo en un follón de huevos; y, por supuesto, el cacho burro ese que va a todas partes haciendo de matón con su hijo pequeño, tampoco te puede caer mejor. Así que cuando todos empiezan a liarse con las fullas de cada uno, el lío y el entretenimiento está asegurado.

    Son varios los momentos épicos que tiene “Lock and stock”. Para empezar, ya de entrada el guión. No sólo por lo que dicen los personajes, sino por lo impresionante que es el cacao mental que han tenido que tener los que la han escrito para poder pensar en tanta remezcla entre los personajes. A mí me encanta la peli, sobretodo, desde el momento que ya se empieza a cocer todo el robo a cuatro bandas, una vez que han dejado más pelado que un pollo al chaval y éstos piensan cómo poder conseguir tanta pasta: estafando a sus vecinos traficantes. Pero, la cosa ya es genial del todo cuando se mete por medio el tema de las escopetas antiguas que roban un par de capullos mentales, y con lo del otro atraco al zulo de los cultivadores de hachís. Os prometo que ahí ya flipas con tanto movimiento. Pero se sale, os juro que se sale, que “Lock and stock” es de las que te lo pasas pipa porque juegan contigo de la misma forma que con los personajes.

    Y, por si fuera poco, el estilo de la película, la forma en que está hecha –ya no sólo de la historia tan enrevesada-. En el aspecto visual, llama la atención por su estética: esos momentos hechos a cámara lenta que, de repente, pasa a cámara rápida; cuando parece que el actor lleva enganchada la cámara porque se mueve al mismo tiempo que él, con sus propios movimientos; los acercamientos que hace la cámara a varios personajes cuando pasa algo importante… No sé muy bien cómo explicarlo, así que supongo que la mejor manera de que me entendáis es ver la película. Ah, y otro consejo antes de verla: para los amantes del cine en versión original, casi os recomiendo más que la veáis en la versión doblada al español, porque el inglés que hablan es tan cerrado y lleno de palabras y expresiones de la calle, que no pillas ni papa de lo que sueltan los colegas. Por lo demás, si os queréis divertir de lo lindo un buen rato, no os perdáis “Lock and sotck”. Os aseguro que mola.